Partida Rol por web

El foso del diablo

Escena 2.1.1. La Cita

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22/04/2019, 23:27
Narrador

St. Nicholas Inn. Aberdeen.

Miércoles 26 de octubre de 1927

11:27 de la mañana

 

Pese a la reducida distancia entre Union Street y el St. Nicholas Inn, para Eleanor el paseo se hace eterno. El lento caminar del anciano, ahora lastrado por el reciente vahído sufrido en el vestíbulo de la comisaría, hacen que la duración de la travesía se prolongue a más del doble de lo normal. Entre quejidos y resuellos, el pastor avanza agarrado al brazo de la mujer, mientras esta, pese a buscar ante todo el bienestar de su compañero, no hace más que pensar en alcanzar cuanto antes el hostal para perder así de vista al pastor y seguir inmersa en sus ocupaciones.

Al llegar a las puertas del hostal, tanto mujer como anciano se encuentran exhaustos. Resarciéndose de tan amodorrada procesión, Eleanor da el resto y se asegura de dejar al anciano en su habitación, debidamente provisto de todas las atenciones. Antes de marchar a su aposento para prepararse para la cita con el señor Howell, hace prometer al pastor que no abandonará el St. Nicholas Inn hasta que su sobrino o alguna de sus amigas regresen al atardecer. Este asiente, no sin antes coger con fuerza la mano de la escritora y proferirle unas temblorosas a la vez que agoreras palabras.

"Cuide, hija mía. Cada vez tengo más claro que esta ciudad... está lejos de la gloria del Señor."

La mujer ayuda al anciano a recostarse en la cama sin poder evitar sentirse sobrecogida por la advertencia de este. Fingiendo despreocupación, Eleanor se despide cariñosamente del pastor Whitmore y se encamina con paso ligero hacia a su habitación.


 

Número 37 de Union Street. Aberdeen

12:06 del mediodía

 

Eleanor vuelve a la concurrida Union Street, pero esta vez con un paso bastante más resuelto que hace una hora. Lo que iba a ser un breve acicalamiento previo a la cita con Walter Howell, debido a una mala gestión del tiempo, acabó prolongándose más de la cuenta, cosa que acabó significando una clara muestra de impuntualidad por parte de la escritora.

Tras un taconeo en ocasiones poco decoroso, la mujer alcanza el número 37 algo acalorada por la marcha. Allí, sentado en un banco, aguarda el señor Howell que, con contenida urgencia, mira su reloj de pulsera. Cuando este percibe la figura de Eleanor, la preocupación se funde al instante en una sonrisa enmarcada en un fino bigote.

"¡Señora Harris, celebro que esté aquí! Por un momento pensé que no acudiría a nuestra ci... - el hombre corrige - nuestro encuentro."

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02/05/2019, 18:04
Eleanor Harris

El paseo hasta el hostal se me hace eterno. Además, la compañía del pastor no es la que más me guste en este maravilloso mundo. Nunca lo reconoceré en voz alta, pero no siento simpatía por los pastores. Cuando consigo dejarlo en su cuarto tras proferirme una especie de advertencia me siento relajada.

Voy a mi cuarto a prepararme para el encuentro con el señor Howell. Lo que en principio iba a ser un pequeño acocalamiento se convierte en un cambio completo de ropa y maquillaje, lo que hace que llegue tarde a la cita con aquel hombre.

Llego algo acalorada y compruebo satisfecha que el señor Howell estaba algo tenso ante la idea de que yo no asistiera.

-Siento el retraso-digo amablemente con una sonrisa en mis labios pintados con marcado carmín rojo- Se me fue el tiempo entre los dedos sin darme cuenta. Y dígame señor Howell, ¿qué plan me propone?-pregunto dulcemente.

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08/05/2019, 16:10
Walter Howell

Sonriente, Walter estrecha delicadamente la mano de Eleanor. El brillo de sus ojos denota verdadero entusiasmo al volverse a encontrar con su referente literaria.

“Por favor, no se preocupe. Entiendo que los motivos que les han traído a la ciudad estarán ocupando la mayoría de su tiempo disponible.”

El señor Howell indica a la mujer la dirección que deben tomar y, entre banales conversaciones sobre literatura, ambos empiezan a caminar por Union Street durante varias travesías hasta alcanzar la puerta de un elegante restaurante.

“Este es el “The Silver Darling”. En todo Aberdeen no encontrará un lugar mejor donde comer raya a la marinera. Si le gusta el pescado, debe probar este manjar. No le defraudará.”

Con gesto galante, Walter abre la puerta del establecimiento y cede el paso a Eleanor. Tras reclamar al metre su mesa asignada y ser acompañados a la misma, la pareja se sienta y aguarda a ser atendidos. Mientras esperan, los ojos del hombre vuelven a destellar.

“Y bien, querida, ¿cómo va la investigación sobre el paradero del señor Drake? ¿Usted y sus amigos han sacado algo en claro?

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24/05/2019, 10:42
Eleanor Harris

La compañía del señor Hawell es agradable. Caminamos por la calle de camino al sitio donde vamos a comer mientras charlamos sobre literatura. Esta situación me recuerda a la primera cita con mi marido y hace que durante unos segundos me sienta melancólica. Le echo de menos. 

Pronto llegamos a un restaurante al que accedemos y nos acomodan en la mesa.

-Vaya, el sitio es muy bonito. Y sí, me gusta el pescado-le explico sonriente.

Hace años que no me reúno a solas con un hombre y me siento muy extraña, como si estuviera engañando a George.

"Eleanor, sabes de sobra por qué estás aquí" se autoregañó, pues era obvio que ella jamás engañaría a su marido.

El hombre, amablemente, pregunta por al investigación.

-Oh, pues... la verdad es que la cosa no avanza mucho y esto fastidia bastante mis planes pues esperaba sacar una buena historia que contar-le explico con aparente inocencia y con claro fastidio-. Nadie está dispuesto a cooperar o nadie sabe nada. Es frustrante. Igual no le paso nada tan grabe ni mucho menos, pero esto me dio esperanzas de poder escribir una buena historia ¿sabe?

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30/05/2019, 17:39
Walter Howell

Walter atiende a las palabras de Eleanor con atención. Mientras esta habla, su delgado bigote se arruga ligeramente.

"Comprendo. En ocasiones nos creamos expectativas que, al final, quedan en eso... expectativas."

La escritora puede notar un cierto tono amargo en las palabras de su acompañante. No obstante, esa idea pronto se desvanece en la acostumbrada jovialidad del hombre.

"Pero por favor, hablemos de usted. De su obra. Ya sabe que soy un fiel admirador de su pluma. "Mi vida sin mi" me fascinó y he podido leer con gran deleite la mayoría de los relatos cortos que escribió después. Admito haberme emocionado con "Southwark" y "La ira de los pordioseros", pero con el último cuento que leí, "Las rosas del orfanato Tunbridge", quedé maravillado a la par que perplejo. Le confieso que me pilló por sorpresa ese giro oscuro en su narración."

Al fin, el camarero les atiende y, tras encargar el almuerzo, Walter prosigue con las lisonjas.

"Lamentablemente, hace tiempo que no se sabe demasiado de usted. ¿Es una indiscreción si le pregunto el motivo?"

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31/05/2019, 11:17
Eleanor Harris

Creo que jamás he estado frente a un admirador tan fiel y me siento en cierto modo emocionada. Por unos segundos olvido completamente por qué estoy allí.

-Pues verá, le confieso que el noventa y nueve por ciento de todo lo que escribo son experiencias personales medio decoradas con un poquito de imaginación. La vida, en ocasiones, da giros inesperados que hacen que debas descansar un poco de las cosas que hacías normalmente. Decidí darme un respiro. Pero aquí me tiene-intenté reconducir la conversación de nuevo al tema que nos atañía-, intentando recaudar información para poder seguir con mi carrera, algo que me apasiona. Uno no puede escapar de las cosas que le gustan ¿no?- le pregunto con mi mirada fija en su rostro.

Estoy obviando el tema de George pues creo que tal vez, si le digo que estoy casada, quiera dar por zanjada la cita dejándome sin oportunidad de averiguar nada. Mientras cavilo sobre este asunto, el camarero aparece y nos sirve el vino que hemos escogido.

-Le mentiría si no le dijera que me está costado. Llevo conmigo una libreta en la que apunto ideas y... está en blanco-le digo con amargura-. Pero es por gente como usted, por su entusiasmo, que me sigo esforzando por crear algo que pueda maravillar.

Doy un pequeño sorbo a mi copa que queda ligeramente marcada de carmín y antes de dejarla en la mesa le digo.

-Pero no hablemos sólo de mí, señor Howell, hableme de usted, tal vez saque alguna idea-le digo como si tal cosa.

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06/06/2019, 23:54
Walter Howell

Walter suelta una carcajada que acalla con un sorbo de vino.

"No me imagino como la triste vida de un oficinista de provincias puede dar origen a una de las historias de la gran Eleanor Harris. Realmente, si es capaz de crear algo mínimamente interesante a partir de una materia prima tan insulsa, es usted sin duda todo un genio de la narración."

El bigote del fornido hombre enmarca una risa intermitente que únicamente se detiene cuando su boca articula palabras.

"Le puedo asegurar que su interés me halaga, pero me temo que si empiezo a hablar sobre mí la decepcionaría y, de veras, no quiero que algo así ocurra."

El hombre guarda silencio durante unos segundos mientras mira divertido a la londinense. Pasando un corto espacio de tiempo y tras una encantadora caída de ojos, Walter alza su copa hacia la escritora.

"Está bien, le explicaré lo que quiera, pero antes hagamos un brindis. ¡Por los genios de la escritura y, por qué no, los tristes oficinistas!"

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11/06/2019, 10:58
Eleanor Harris

Realmente tiene una risa encantadora, y, cuando sonríe, puedo apreciar unos dientes blancos y líneos. Es rara la fijación que he tenido siempre por los dientes bien ordenados.

Mis ojos enfocan el vino dentro de mi copa y lo hago bailar un poco antes de darle un pequeño sorbo después de chocar con su copa.

-Se sorprendería la de cosas que se pueden sacar de una vida normal-le explico dulcemente.

Dejo suavemente la copa sobre la mesa antes de mirarle directamente a los ojos.

-Dígame, señor Howell, ¿nació aquí?-le pregunto con aparente indiferencia intentando que llegue el momento en el que explique como llego a ser vecino del amigo de Alfred.

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14/06/2019, 15:36
Walter Howell

El camarero vuelve a aparecer cargado con dos raciones de raya a la marinera. El delicioso olor que desprenden los platos pulcramente servidos abren el apetito a los presentes comensales.

"En efecto, señora Harris. Hace 32 años para ser más exactos. Hace cinco años residía en un apartamento alquilado en Sunnybank Road, en el otro extremo de Aberdeen, pero, tras la muerte de mi padre, me mudé a la casa familiar, en Albury Road."

El hombre extiende la servilleta sobre su regazo y se hace con los cubiertos adecuados.

"Si le soy sincero, la opción de cambiarme de residencia no se basó únicamente en cuestiones económicas. Fui muy feliz en esta casa y reencontrarme con ella resultó ser hartamente gratificante."

Walter carga su tenedor con una pequeña porción de pescado y tras deglutir exclama.

"¡Exquisito! Por favor, pruebe el pescado y dígame qué le parece."

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21/06/2019, 09:52
Eleanor Harris

Ese hombre hablaba con verdadera ilusión de su vida. Sentía cierto apego por la casa en la que residía y eso me hizo nacer algunas buenas ideas para escribir que apunté con delicadeza en el cuaderno. Le escuchaba con gran interés olvidándome, a veces, de para qué estaba allí realmente.

Cuando hace referencia al pescado me doy cuenta que no he sido consciente de en qué momento el camarero nos ha traído la comanda, pero cojo el tenedor y pruebo el pescado que pronto se deshace en mi boca dejando un suave sabor que hace que quiera seguir probando más.

-¡Está delicioso, señor Howell!-le digo con grata sorpresa. 

Le miro directamente a los ojos y le pregunto:

-¿Cuándo conoció al señor Drake?-le pregunto con decisión-. No me malinterprete, estoy en esta ciudad para ayudar a mi amigo, y, por supuesto, para sacar ideas y el señor Drake podrá ser parte de mi libro si todo sale bien y, buenos, usted es parte de ese círculo de gente que él quizás conociera-le explico con aparente indiferencia antes de dar un último sorbo a mi copa que queda vacía.

 

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26/06/2019, 20:04
Walter Howell

Walter traga un trozo de pescado y, tras limpiar la comisura de sus labios con la servilleta, contesta a la escritora con su acostumbrada sonrisa.

"En ese caso, procuraré contestar a todas sus preguntas de la forma más diligente y clara posible. - tras una reveladora caída de ojos, el hombre sigue hablando.- Conocí al señor Drake hará aproximadamente un mes, cuando este se mudó a Aberdeen."

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01/07/2019, 10:59
Eleanor Harris

Mantengo la mirada del señor Howell un poco más antes de dar otro bocado a la comida mientras él responde amablemente a mi pregunta. 

Cuando responde lo sonrío ampliamente. Tengo la sensación de que se está creando un aura de intimidad que, mal que me pese, no me desagrada. ME quedo algo perdida en sus ojos antes de bajar la vista al plato y dar otro pequeño bocado.

-Esto esta delicioso, realmente delicioso. Mis felicitaciones al cocinero-digo emocionada-. Yo ni siquiera conozco al señor Drake. Ya sabe que vinimos para ayudarle porque es amigo de Alfred. Si ahora mismo le tuviera delante ni siquiera sabría quién o cómo es. Alfred es un buen amigo-digo dubitativa- ¿no cree? Está realmente convencido de que le ocurrió algo a su amigo ¿sabe?-le explico mientras doy cuenta de mi plato-. ¿Usted qué cree, señor Howell? ¿Cree que le pasó algo? Tal vez escuchó algo o Drake le contó algo...

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05/07/2019, 10:32
Walter Howell

El hombre del fino bigote muda por un momento su perenne sonrisa y, con gesto serio, se concentra en las preguntas de su compañera de mesa.

"El señor Drake era un tipo peculiar. A simple vista, parecía alguien normal. Tanto su aspecto como su educación eran correctos. Siempre que me lo encontraba por la calle, las pocas veces que tenía a bien salir de la casa de su difunto tío, me saludaba diligentemente. Creo recordar que quizás fuera un poco huidizo, pero quién no lo es cuando se encuentra en una ciudad que no es la suya."

Walter hablaba con la mirada perdida, como si así le fuera más fácil retener más detalles de su recuerdo sobre aquel sujeto.

"De todos modos, en las escasas conversaciones que mantuve con él me dio la sensación de que parte de ese comportamiento esquivo se debía a algo más que a una personalidad un tanto tímida."

El hombre vuelve al almuerzo y devora con gusto un nuevo trozo de pescado. Tras deglutir, continua.

"Está claro que algo ha ocurrido para que Edward haya desaparecido. No obstante, me gusta pensar que, sea lo que sea, el amigo de su compañero se encuentra bien y que tarde o temprano dará señales de vida."

Walter da un corto sorbo a su copa y, pensativo, retiene el líquido en su boca durante décimas de segundo.

"Aunque si bien es cierto que... -el hombre se queda pensativo hasta que, con una sonrisa, vuelve a la conversación- Disculpe, no me haga caso."

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08/07/2019, 12:18
Eleanor Harris

Le escucho seria, mirándole a los ojos para que quede constancia de que le estoy escuchando. George siempre dice que lo que más le gusta de mi, es ver que lo escucho, que sus palabras no caen en saco roto.

"Es algo que se agradece, pocas mujeres hacen eso hoy en día" recuerdo que siempre me dice.

-Supongo que escondía más cosas de las que pensamos-le digo honestamente.

Observo como come y bebe vino. Cojo mi copa para dar un sorbe, pero recuerdo que esta vacía y la vuelvo a dejar en la mesa antes de volver a dar cuenta de mi plato mientras el señor Howell sigue hablando.

-No, dígame-le insto amablemente y con una sonrisa amable en los labios.

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09/07/2019, 20:51
Walter Howell

Walter titubea durante unos segundos antes empezar a hablar.

"La policía está avisada de ello, pero supongo que no será una pista determinante para encontrar al señor Drake, ya que este sigue desaparecido. La cuestión es que algunos miembros de la comunidad creímos percibir, al poco tiempo de la llegada de su amigo al vecindario, la presencia de merodeadores."

El hombre apoya los codos en la mesa y cruza las manos ante el mentón mientras sigue hablando.

"Se trataba de dos tipos desarrapados que se desplazaban en un camión que apestaba a pescado. Jamás los vimos interactuando con nadie. Únicamente se dedicaban a deambular por el barrio a horas indeterminadas, mañana o tarde, montados en aquella chatarra maloliente."

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10/07/2019, 12:04
Eleanor Harris

Mastico lentamente mientras el señor Howell habla. Trago lentamente mientras le escucho  tratando de no parecer emocionada ante lo que me cuenta pues, de alguna manera, supongo que eso es una pista.

-Vaya, señor Howell, como usted dice, si la policía está avisada y aún no lo han encontrado, seguramente no sea muy relevante, pero me ha dado bastantes ideas para mis próximos trabajos-le digo emocionada antes de coger mi libreta y apuntar con detalles todo lo que me ha explicado.

Cuando termino doy cuenta de lo que poco que queda en mi plato y pienso que la velada está siendo extrañamente agradable.

-Señor Howell, una última pregunta y si lo desea cambiaremos de tema pues creo que tengo bastante material y no quiero que esta cena se convierta en una entrevista-añado ampliamente sonriente-. Desde que desapareció el señor Drake, ¿esos merodeadores dejaron de "husmear"?-le pregunto sin rodeos.

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10/07/2019, 19:50
Walter Howell

El fornido hombre atiende a las preguntas de la escritora con atención.

"Si siguen merodeando por el barrio, ahora lo hacen con mayor discreción porque hace unos días que no los veo -Walter esboza una sonrisa de complicidad- ni huelo."

El hombre apura su copa y rellena nuevamente la de ambos.

"Aunque permítame citar al respecto un fragmento de un gran libro: "Las personas que hacen poco ruido son peligrosas." ¿Conoce la obra que contiene dicha frase? Su título es -el oficinista finge esforzarse por recordar con una expresión divertida en el rostro- ¿Mi vida sin mi?"

Walter deposita la botella sobre la mesa y mira fijamente a la escritora con destellos de emoción en los ojos.

"Señora Harris, por favor, hábleme de ese libro. ¿Qué la motivó a escribirlo?"

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06/09/2019, 13:30
Narrador

La agradable charla se extiende hasta el postre y la pareja se asombra al descubrir el uno en el otro un delicioso homónimo y un potencial confidente. Las obligaciones de Walter hacen que deban consumir el sorbete de limón del final de la comida a grandes bocados y, tras disculparse por su repentina despedida, el atractivo hombre sale del restaurante con paso ligero, no sin antes pagar la cuenta y despedirse de la escritora con un tierno beso en la mano.

De camino al Prince of Wales, lugar donde unas horas antes habían acordado reencontrarse con el resto del grupo tras el almuerzo, Eleanor medita algo desconcertada sobre la conversación. Todos los datos recabados sobre la desaparición del amigo de Alfred se agolpan en su cabeza y se mezclan con las estimulantes sensaciones que el gentil oficinista ha despertado en ella. Es por ello que decide pasar por el hostal antes de reunirse con sus compañeros para asearse un poco y descansar y así procurar poner la mente en orden.

Cuando llega a la recepción del St. Nicholas Inn, la recepcionista le advierte de que unos de sus compañeros, el pastor Whitmore, se encuentra muy indispuesto y en esos momentos un médico lo está reconociendo en su habitación. La escritora sube apresurada las escaleras y en la puerta del religioso se encuentra con una visiblemente preocupada Catherine. La anticuaria le explica que, al regresar de la comisaría, se encontró al tío de Alfred padeciendo unas fuertes fiebres y en estado semi inconsciente. Tal era el pésimo estado del anciano, que, tras buscar ayuda en la recepción del hostal, se había considerado oportuno avisar a un médico.

Al acabar el reconocimiento, el médico calma a las dos mujeres y les explica que, pese a no considerar que el estado del anciano sea de riesgo, prefiere trasladarlo al Hospital de Aberdeen para examinarlo con más detenimiento y descartar posibles afecciones de gravedad. Catherine y Eleanor asienten algo más tranquilas y, tras disponerlo todo y dar cuenta de lo sucedido a la recepcionista del hostal para que esta se encargue de informar al resto de investigadores a su llegada, se montan en una ambulancia junto al enfermo en dirección al centro sanitario de la ciudad.

Notas de juego

Sigue en "Escena 4. Café de Hospital".