Partida Rol por web

St. Patrick Inn. Aberdeen.

Jueves 27 de octubre de 1927

20:31 de la noche

Eleanor se despide del grupo en la entrada del hostal y cruza su puerta principal con paso ligero. Acuerdan que, mientras Catherine, Alfred y Juliette intentan encontrar mesa en Roselyn's, un restaurante situado cerca de allí, la escritora se encargará de comprobar el estado de Annemarie y la animará a bajar a cenar.

Cuando Eleanor se dispone a subir la escalera, la recepcionista llama su atención. Esa misma tarde, el señor Walter Howell, el amable vecino de Edward Drake con el que, aquel mismo día, la escritora había estado comiendo, se había personado en el hostal y había preguntado por ella. Debido a su ausencia, el caballero había dejado una nota.

Estimada Eleanor,

¿cómo transcurre la investigación sobre el señor Drake? ¿Usted y sus amigos han podido dar con alguna pista importante? Le debo confesar que, al igual que cuando leo sus apasionantes historias, siento verdadera curiosidad por conocer el desenlace de esta extraña desaparición. Es por ello que le agradecería que aceptara comer conmigo mañana para charlar un poco, bien sea sobre el caso que les ocupa o sobre cualquier otro tema.

¿En The Silver Darling a las 12 del mediodía le iría bien?

Saludos.

Recibir noticias del señor Howell en un momento como aquel sorprende a la mujer, pero no la hace titubear en sus intenciones. Siendo consciente de todo lo ocurrido la noche anterior y habiendo pasado todo un día sin saber nada sobre su amiga, la mujer no puede evitar sentirse impaciente por verla y certificar que se encuentra bien. Por ello, cuando abre la puerta de su habitación y no encuentra a la trotamundos por ninguna lado, los nervios de la escritora hacen que su estómago se agite ligeramente. No obstante, dicha sensación se disipa al instante, ya que la lógica le hace pensar que, lo más probable, es que Annemarie regresara a su propia habitación, ya que la noche anterior las dos habían dormido en la cama de Eleanor.

Convencida de ello y algo más calmada, la escritora vuelve a leer la nota del señor Howell y se dirige a la habitación de su compañera mientras sopesa quedar nuevamente con él. Tras llamar varias veces y no recibir respuesta, decide abrir la puerta y entrar, temiendo lo peor. El dormitorio está recogido y limpio y no hay rastro ni de Annemarie ni de sus cosas. Sobre el escritorio, encuentra una breve nota escrita a mano.

Queridos compañeros,

esto me supera. Siento si mi marcha os supone algún tipo de contratiempo, pero no puedo seguir aquí. Debo abandonar Aberdeen cuanto antes.

Nos vemos en Londres.

Una vez parecía que la tensión del día se disipaba y podrían darse un merecido descanso sin más contratiempos, Eleanor sintió que su estómago rugía. Tenía hambre y sueño, una mala combinación que se iba incrementando a lo largo de estos días pero, ¿cómo podría dormir y comer tranquila con todo lo que ocurría? A medida que avanzaba se daba cuenta lo complicado que era todo, llegando a plantearse incluso en algún momento en tirar la toalla. Sólo estás cansada. Después de cenar, un relajante baño y a descansar.- Nada ni nadie podría cambiar ese magnífico plan que ya revoloteaba por su cabeza, al menos esa era su idea hasta que escuchó a la recepcionista.

Buenas noches.- Saludó con educación sin saber qué quería de ella, sorprendiéndose de que la tendiera una nota de… ¿Walter? Para ser sincera se había olvidado de la presencia del hombre, pero tampoco era de extrañar. Habían tenido un “encuentro” con la policía, capturado a su amiga, huido de lo que podría ser una panda de locos asesinos y descubierto un misterioso enigma subacuático tras la muerte de varias personas. Por poco ni recuerda su propio nombre.

No sabía muy bien qué responderle, doblando la nota y guardándola en su bolso antes de subir las escaleras con intención de ir a la habitación para buscar a la trotamundos. Los problemas eran mejor encararlos de uno en uno y ahora mismo su amiga estaba la primera en la lista.

¿AnneMarie? – Preguntó una vez abrió la puerta de su habitación, dejando el bolso sobre un mueble antes de otear el interior.- Cielo, ¿estás aquí? – Miró la pequeña habitación y, por si acaso, tras pegar en la puerta y esperar un par de segundos también hizo lo mismo con el baño, comprobando que estaba vacío.

La habitación estaba vacía y la presión de su pecho creció por momentos, creyendo que esos hombres las habían encontrado y volvieron a llevarse a su amiga. Pero tenía que asegurarse de que no hubiera ido a su propia habitación a descansar, prácticamente corriendo mientras rezaba mentalmente que sólo se hubiera quedado dormida en otro lugar.

El silencio de la nueva habitación la embriagó, y la exquisita limpieza de sábanas lisas le hacía entender que no había nadie habitándola.

¿Annemarie? – Volvió a preguntar con la misma muda respuesta. Iba a ir a buscar a sus compañeros al restaurante cuando topó con otra nota, cogiéndola mientras se sentaba en la cama.

La leyó varias veces para asegurarse de su contenido, sintiendo que volvía a respirar. Annemarie se había marchado, algo que le alegraba y preocupaba a partes iguales. Fuera de este lugar, lejos de los problemas, sabía que estaría bien y podría descansar, pero a la vez la duda de no saber qué ocurriría con ella la reconcomía por dentro. Esperó que su amiga recurriera a George, allí al menos sus miedos se disiparían.

Dobló la nota mientras se levantaba, cerrando la puerta tras de sí y dirigiéndose a su habitación para coger su bolso, donde la otra nota la esperaba. Ahora tenía dos contenidos que anunciar a sus compañeros y la necesidad de la cena y el posterior baño se hacía más latente que nunca. Por desgracia dudaba que los problemas acabaran ahí.

Tras beber un poco de agua pues Catherine se negó a tomar nada que llevara alcohol o se dormiría encima de la mesa,la anticuaria comenzó a sentirse mejor e intuyó que la cena haría que su cansancio remitiese un poco

-"Entonces mañana hablamos con Murray y luego podríamos dirigirnos a Doggder Bank a hablar con los pescadores y ver qué nos cuentan ¿no?También tenemos lo del museo marítimo...En realidad tenemos varios hilos de los que tirar pero propongo que hablar con Murray sea el primero"-consulta a sus acompañantes antes de dirigir la vista hacia las escaleras-"Espero que Annemarie se anime a cenar con nosotros y que tu tío esté mejor,Alfred,ahora iré a verle un rato"-

Me senté a la mesa y empecé a hojear la carta, me sentía satisfecha pues había logrado encontrar un diario relevante y a pesar de que el resto de información hubiera sido obtenida por mis compañeros no restaba mérito a mi gran hazaña, al menos esa era mi impresión.

Mientras decidía si recompensarme con una guarnición de patatas para mi berenjena al vapor, en vez de ensalada, o si esa noche pecaría y pediría una tarta de postre Catherine resumió a la perfección nuestras opciones.

- Yo opino como Catherine, nuestra prioridad debe ser Murray, después me dirigiría al museo marítimo ya que allí podemos obtener información útil que nos puede ayudar a preguntar a los pescadores. - hice una pausa para seguir mirando la carta - ¿Sabéis si aquí las patatas llevan vinagre?

La charla avanza distendida entre los presentes, cuando la puerta de Roselyn's se abre y tras ella aparece Eleanor. Sólo Eleanor.

La mujer busca con la vista a sus compañeros y, cuando al fin los localiza junto a uno de los ventanales del local, se dirige a la mesa que estos ocupan con la mirada perdida en el suelo. Pensativa, saluda a los presentes y, tras sentarse, se sirve un vaso de agua. Da un breve sorbo antes de que el resto de investigadores, intrigados, le pregunten por el estado de Annemarie.

La escritora saludó a sus compañeros con una fugaz sonrisa que denotaba cansancio y preocupación. Estaba sola, algo extraño teniendo en cuenta que sus pensamientos habían estado la mayoría de veces cerca de AnneMarie y, nada más llegar al hotel, quería asegurarse del estado de su amiga.

Se ha marchado.- Imaginándose que todos tendrían preguntas al respecto, abrió su bolso y sacó dos notas, aunque sólo desplegó una para que el resto pudiera leerla.- La encontré en su habitación. Debió marcharse por la tarde.

Queridos compañeros,

esto me supera. Siento si mi marcha os supone algún tipo de contratiempo, pero no puedo seguir aquí. Debo abandonar Aberdeen cuanto antes.

Nos vemos en Londres.

Estaba hambriento y estaba dando cuenta de un filete acompañado con verduras que estaba realmente delicioso, mientras comentábamos el siguiente paso a dar por la mañana cuando Eleanor bajó, sola.

Iba a preguntar por su amiga cuando nos tendió la nota que había dejado en la habitación.

Siento que se haya ido de esta manera. Después del incidente del barril en la casa MacBain no parecía ella misma. Espero que esté bien y no le haya dejado ninguna secuela importante.

Eleanor parecía preocupada por su amiga así que me levanté y le ofrecí un asiento en la mesa.

Mientras degustaba el plato que me habían servido, regresó Eleanor, sola, sin embargo, antes de que pudiésemos formular pregunta alguna acerca de AnneMarie la joven nos mostró una nota aunque no pude evitar fijarme en que había otra que no nos estaba enseñando.

- Oh, vaya, la verdad es que no me sorprende del todo, tal y como ha remarcado Alfred, desde aquel extraño episodio no parecía ella misma, esperemos que se encuentre bien, si no en algún momento podríamos enviarle un telegrama preocupándonos acerca de su bienestar. Seguro que sabes donde encontrarla - digo mirando a Eleanor.

Dicho esto, retomo la cena esperando a ver si la joven nos habla de la otra nota.

La conversación es interrumpida repentinamente por el camarero que, con una amplia sonrisa, toma nota a Eleanor y, tras asegurarse de que el resto de comensales están satisfechos con sus platos, se pierde con paso ligero tras la puerta de la cocina. Retomada la privacidad del momento, el grupo observa a la escritora mientras cada uno de ellos degusta sus respectivas cenas. No osan decir nada, pero aguardan con interés que la mujer desvele el contenido de la segunda nota.

No dijo más, su nota es lo único que dejó tras su marcha pero espero de corazón que haya vuelto a casa.- Pidió una cena ligera y una copa de vino, queriendo darse un pequeño capricho que pensaba que se merecía después de tan duro día.- Intentaré mañana llamar a George, pedirle que cuide de ella en mi ausencia. Confío en que alejarse de aquí sirva para que descanse.- Estaba claro que Eleonor estaba preocupada por Annemarie, lo había hecho desde que comenzó todo pero, ahora que se había ido, el desazón de no poder saber con certeza su estado la consumía.

¿Tenemos claro qué haremos mañana? Si la memoria no me falla tenemos muchos frentes abiertos y el tiempo se acaba. Aun así creo que ir todos juntos nos ha beneficiado, deberíamos seguir así.- Bebió un sorbo de su vino, esperando saber qué querían hacer el resto.

Escuchó a Eleanor y un fugaz sentimiento de pena por la marcha de Annemarie la invadió aunque no pudo evitar aplaudir mentalmente la decisión de la mujer ya que lo que estaba sucediendo y lo que al parecer había visto en aquel barril debía haberla trastornado lo suficiente para tomar aquella decisión.Siempre había pensado que la alegre Annemarie era una mujer fuerte pero al parecer se había equivocado

-"¿Y esa otra nota?Espero que no sea del reverendo..."-dijo mirando al papel en cuestión

Asuntos propios, nada de lo que preocuparse. Ahora mismo lo importante es saber qué haremos a continuación.- Sonrió a su compañera. En otras circunstancias se hubiera molestado por la indiscreta pregunta sobre asuntos personales, pero teniendo en cuenta que era su amiga y había tensión por todo lo ocurrido, lo achacó a una preocupación. Prefirió calmarla, cambiando rápidamente de tema para volver al que importaba, asegurándose de guardar la nota y cerrar su bolso, dejándolo en su regazo.- Por un lado tenemos el Museo Marítimo, quien financió la expedición con la batisfera. Por otro Simon Murray, encerrado en un psiquiátrico según pudimos recopilar. ¿Me olvido de algún punto?

Obvié insistir en el tema de la nota de Eleanor, al ver que no estaba dispuesta a decir palabra sobre ella y no quería generar tensión en el grupo.

Creo que el señor Murray podría tener información. Lo que se pudiera tener por desvaríos de un loco, podría contener información sobre la expedición. Recordemos que no hay mucha cosa normal en esto si tenemos en cuenta lo que hemos vivido. Además la información sobre la expedición es extraña, así que lo que pueda decirnos Murray, dentro de su supuesta locura podría ser cierto. Yo ahora mismo no me cierro a ninguna opción.

Aunque las última noticias enrarezcan el ambiente entre los investigadores, las ganas generalizadas de retirarse cuanto antes a sus respectivos aposentos y disfrutar de un más que merecido descanso hacen que la velada transcurra sin mayor disputa que decidir quién paga la cuenta. Concluida la cena, la compañía de Aberdeen regresa al hostal y se desea una feliz noche.