Partida Rol por web

Charles se encogió de hombros. 

-Supongo que en realidad, no es necesario informar, después de todo. Vayamos pues a la estación de autobuses y a partir de ahí, decidimos. 

Jueves 26 abril 1923, 17:00. Estación de tren Arkham.

La estación de Arkham estaba, a aquellas horas, poco concurrida. Quizás coincidía con un momento de poco movimiento de trenes ya que, de hecho, en aquellos momentos sólo dos de los andenes tenían maquinas dispuestas para salir. El grupo repasó el folleto que llevaban. Precisamente una de aquellas locomotoras, la del Anden 6, saldría hacia Kingsport a las seis. El siguiente viaje del día se haría a las diez de la noche.

Un par de revisores charlaban junto a la ventanilla de billetes mientras que algunos viajeros entraban en la cafetería dispuestos a tomar algo mientras esperaban la salida de su tren.

Charles consultó su reloj de bolsillo. Faltaba 1 hora para la salida del siguiente tren, 5 para el siguiente, pero llegarían ya de noche. -Bien, ustedes dirán. Podemos coger el tren de las 6 o esperar a las 10. Personalmente, preferiría no llegar en noche cerrada a un pueblo que no conozco y sin tener alojamiento. Tampoco creo que necesitemos llevar equipaje ¿no? Como mucho volveríamos mañana.

-No perdamos el tiempo. Sigamos a nuestro hombre tan de cerca como sea posible, salgamos ya. 

El joven detective se acercó a los revisores y sonrió. 

-Imagino que es casi imposible, pero por intentarlo, que no quede.  -Les muestra la foto de Bermont- Es un amigo nuestro al que queremos dar una sorpresa, y creemos que salió de aquí, quizá ayer, u hoy mismo. ¿Les suena...?

Sin mayores dilaciones, una vez allí en la Estación de Tren alzó la mirada buscando en los pasillos de aquel lugar si Isaac se encontraba allí, ya sea saliendo del baño de Caballeros o de cualquier costado que desapercibido ha pasado de los presentes. Elizabeth se mantiene en movimiento, igual que un perro cuando busca a su dueño y mientras Jeremy avanzó para hablar con aquel sujeto, ella siguió en su tarea. 

- Señor Smith, o Johanson... ¿Podrían ingresar al baño de hombres? No sé, si aún no abordó el tren es porque está aquí. - dijo en un tono pensativo, aprovechando aquel instante para decirles a los caballeros sobre esa tarea que por una cuestión de sexo, no podría ni por asomo. 

Tras decir aquello continúo caminando, incluso buscando en aquel espacio si percibía el aroma de su novio. Lo que sea. 

James tardó unos segundos en procesar la petición de la fémina del grupo, sorprendido como se hallaba de que una mujer mantuviera esa línea de pensamiento y además se la hiciera saber a un hombre.

- Eh... sí, claro, señorita White. - respondió con un asentimiento de cabeza y comenzó a buscar los excusados para que se quedara tranquila ya que dudaba que Bermont estuviera aún escondido en los aseos.

Aprovechó el recorrido para ir viendo posibles testigo al viaje del muchacho, por ahora tenían los revisores, los taquilleros y el personal de cafetería.

James regresó de su visita a los aseos sin ningún éxito. Elizabeth tampoco encontró ninguna pista que referenciara el paso de Isaac por allí, pese a que escrutó con total diligencia cualquier sitio —a su alcance— por el que hubiera podido pasar su novio. Decepcionada se acercó a ver si Greystone tenía más suerte.

Uno de los revisores miró la foto del muchacho y luego al variopinto grupo que preguntaba por él. Sonrió de medio lado:

—Yo creo que su amigo ya se olía algo. Lo recuerdo bien porque me pareció un tío raro. Llevaba una maleta y algo grande, una caja o algo así, envuelto en una tela. Le tuve que ayudar con la maleta pero no me dejó ni tocar la caja. E iba mirando para todos lados como si le siguieran. Ahora entiendo el motivo. Pero llegan tarde ¿eh? Salió en mi turno nocturno de ayer con destino Kingsport, así que les lleva ventaja.

Aquello confirmaba de forma inequívoca que Bermont había ido a Kingsport. Y aquella 'caja' aparatosa bien podría ser el propio Necronomicon, que era un tomo de gran tamaño.

Charles asintió al escuchar las palabras del revisor 

-Está bien, cuatro pasajes para Kingsport...en el de las seis. 

No quedaba otra. Habida cuenta de que decididamente, el libro y probablemente Bermont estaban en Kingsport, no había tiempo que perder. 

-No olviden devolverme luego el billete. La universidad se hará cargo. En cuanto a equipaje, no tenemos mucho tiempo pero Arkham tampoco es muy grande. Si necesitan ir a buscar algo, será mejor hacerlo rápido. 

-Jajaja,sí, seguro que se lo olía. Gracias por su ayuda.

Concluyó el detective amistosamente, despidiéndose de los revisores. Era el momento de que actuaran ellos. Charles, con su pragmatismo, estaba poniendo los puntos sobre las íes, y tenía toda la razón del mundo. Jeremy tenía sólo cuatro cosas que recoger, y en menos de media hora podía estar en la estación de nuevo.

-Perfecto. Pues nos vemos de nuevo aquí, para tomar el tren de las seis. Y a ver qué encontramos en Kingsport.

-Muy bien. Hasta dentro de un rato pues ¡Que no se les pase la hora!

Charles apuró el paso para llegar hasta su residencia. Subió rápidamente las escaleras que daban hasta su habitación, buscó una pequeña bolsa donde metió algunos objetos personales y una muda completa de ropa. sin pararse a meditar demasiado en qué prendas llevaba. Solo se preocupó de que fuera ropa cómoda. Una vez lo tuvo todo, salió rápidamente de vuelta a la estación. 

Tras haber revisado como una obsesiva cada rincón, agradeció a través de un gesto a James por haberla ayudado mientras las pistas sobre el paradero de su novio, se hallaban justo en manos de Jeremy cuando consultó con aquel hombre. Estaba claro que esas descripciones, incluso la urgencia que trajo Isaac consigo, despertó los mayores temores de Elizabeth, pero no dijo nada en absoluto sobre ello. 

Luego de averiguar cuando había partido, tocaba movilizarse para tomar el próximo tren. 

— Lo mío será rápido. Entonces... ¿Nos reunimos aquí en breves? — preguntó la Estudiante de Medicina. 

Sólo tenía que ir a su casa, coger algunas mudas de ropa y regresar. No le costaría en verdad nada, así que dispuesta a retirarse, lo hizo sin mayor dilación. Claramente estaría de nuevo en la hora señalada, dispuesta a seguir el rastro de su novio, a donde sea. 

James no pudo evitar dejar escapar un suspiro de resignación cuando le confirmaron que Bermont había tomado un tren y les tocaba hacer lo propio hacia Kingsport.

Al menos le daría el tiempo justo para llegar a casa, preparar una pequeña mochila con un par de mudas y tomar la navaja multiusos que se trajo del ejército.

- Antes de las seis, aquí. - confirmó con un asentimiento de cabeza.