Ireth fingía estar absorta en el fondo de su jarra de cerveza. Sin embargo, su atención se enfocaba en quienes la rodeaban, buscando alguna pista, tratando de hallar algún retazo de conversación. Su esfuerzo tuvo su recompensa. En una mesa cercana vio a un viejo conocido junto a dos tipos que no presagiaban nada bueno.
-No hagan escándalo ni miren ahora. Pero un poco más allá se encuentra Giler, el campesino asustadizo de nuestra última aventura. Por lo que acaba de decir, él era parte del engaño. Creo que deberíamos hacerle una visita luego de que se haya separado de sus "amigos"- sonriendo como si estuviera contando algo gracioso, la elfa se expresó en un tono de voz bajo y reposado, sólo audible para sus compañeros.
Cuando oigo lo que tiene que decir la elfa siento hervir la sangre. Ese cara de pánfilo nos estuvo engañando todo el tiempo, es algo que no me gusta nada, me siento insultado.
Con gran esfuerzo me contengo para no girarme y sobre todo para no saltar sobre él. De un largo trago vacío mi jarra y con los ojos inyectados en sangre solo murmuro:
Espero que no tarden mucho, ardo en deseos de reencontrarme con él.
Pero Giler y sus dos compañeros no se separan, de hecho a los cinco minutos se levantan juntos y salen al patio. Parece ser que no os ha visto.
Mientras permanecéis atentos a sus movimientos el resto de la posada sólo presta atención a un joven de una localidad cercana que al parecer ha bebido más de la cuenta y se ha subido encima de una mesa para declararse a una joven.
La "muchedumbre" aplaude y la joven se sonroja.