Esta taberna se caracteriza porque lo sirve todo en cantidades inmensas, sin duda los amantes de las cervezas disfrutan de sus jarras de tamaño "XL".
Te hiciste paso a través de la gente que caminaba en todas direcciones para llegar a la puerta de la taberna. Esta tenía en la puerta un dibujo bastante gracioso con un gigante que sostenía una jarra que contenía un enano, sin duda era gracioso.
En el interior habían unas diez mesas, casi todas ellas ocupadas por jugadores de cartas y bebedores. Todo eran hombres rudos y aunque pueda parecer extraño no había ningún enano, ¿Por qué sería?
En la barra un grandullón estaba sirviendo una de sus famosas cervezas, eran famosas por lo enormes que eran y no por su sabor que era igual al resto.
El tabernero apenas tardó en fijarse en ti, exactamente tardó cinco segundos, que fue lo que tardó en servir un par de jarras de cerveza.
¿Qué le pongo soldado?, y no vale que me diga que es un soldado y está haciendo algo y no puede beber, jaja.
Se te quedó mirando, esperando una respuesta rápida.
-"Gracias por el ofrecimiento, pero nunca me lo vuelvas a ofrecer, ese sabor maldito que me causa pesadumbre cada noche. No es cerveza lo que busco , sino información". Dice Anioz despreciando la cerveza ofrecida por el tabernero
Mira hacia su alrededor y lo único que vé es la locura y la desenhibición del alcohol, acto seguido hace una mueca de asco y de desaprobación
-"Necesito saber si hay por aquí alguien que se desenvuelva por sitios a los que...ummmm, otro ni siquiera se acercaría". Pregunta Anioz con una cara que no expresa ningún sentimiento nada más que malestar por lo que hay en su alrededor
Tras oír tus palabras el tabernero da un golpe en la mesa, que hace que todos los que habían en la taberna dejen lo que están haciendo y se queden mirando a este y a ti que estabas frente a él.
No puedes venir aquí y despreciar mi cerveza, ¿Quién te crees que eres soldadito? Eres un retaco, no te voy a decir nada, vete de aquí inmediatamente o llamaré a la guardia.
Deja de mirarte esperando que desaparezcas de su taberna y empieza murmurar entre dientes - Que asco de soldados, se creen los reyes de Talona, alguien debería darles su merecido. -
Anioz, enfurecido, se vuelve hacia el tabernero y exclama:
-"¿Qué acabas de decir?, lo único que he dicho es que no pensaría probar ni una gota de ese agua de demonios que tantas familias ha destruido y tantos hogares ha destrozado. Demasiadas vidas se han perdido por culpa de esa odiosa bebida. No serás el primero ni el último al que le digo esto: "Maldito el día en el que alguien tuvo la idea de inventar esa odiosa bebida". Exclama Anioz mirando uno por uno a todos los consumidores de alcohol del local y terminando finalmente por el tabernero.
Después de decir eso, Anioz se va de la taberna pegando un portazo.
Muchos de los que estaban sentado en la taberna se levantaron enfurecidos con las palabras de Anioz, sin duda con ánimo de hacerle pagar a ese soldadito las palabras que acababa de pronunciar.
Pero por fortuna el tabernero les hizo parar ya que decidiste salir directamente y por tu cuenta de la taberna.
Vuelves a las calles de Talona.