Tenéis las señas de la casa. Es una antigua granja cerca de la Sierra de Meira (Lugo) que Heracles compró para su uso. La casa más cercana a ella está a más de cinco kilómetros y es un sitio apacible y seguro.
Además la casa posee instrumental médico y una habitación a modo de enfermería para curar a Foster llegado el caso. Y Cástor es un buen médico (según su historial "laboral").
Todo aclarado, arreando que es gerundio - dije en un tono bastante más distendido. El animal de mi interior parecía casi aplacado por completo.. aunque permanecía alerta, cómo siempre. Crucé la sala para comenzar a bajar las escaleras, teníamos que salir de allí rápido y darnos prisa... y buscar un vehículo, el nuestro posiblemente estuviese bastante jodido.
Satisfecho con el liderazgo que Sócrates parecía haber tomado de forma natural, di una palmada y, sonriente, me aproximé al soldado que parecia malherido.
Bien pues, en marcha, cuanto antes lleguemos mejor. - puse mi mano sobre el hombro del militar - ¿Necesita ayuda para caminar?
Cuando Sócrates mencionó lo del vehículo, recordé lo referente al "aparatito" de Heracles, asique me dirigí a mi compañero para recordárselo.
Si nuestro coche no sirve, tenemos que trasladar o destruir el "equipaje"...
Vuestro coche aunque con algún agujero de bala está en buen estado y funciona perfectamente. Tenéis un botiquín en el maletero bastante completo para que la doctora Brennan pueda vendar de nuevo a Foster y así minimizar su dolor.
El viaje hacia Meira desde Mondoñedo os llevará una hora y poco, ya que las carreteras son muy malas y llenas de curvas. Desde el pueblo de Meira llegar a la casa franca lleva unos diez minutos en coche por carreteras secundarias, por suerte el coche es decente y tiene buenas ruedas y suficiente potencia.
Si queréis añadir algo más podéis si no cierro escena y os paso a la última.
Permanecí el resto del viaje reflexivo. No me sentía culpable por lo que había ocurrido, esos hombres nos hubieran matado de haberlo podido hacer.. Sin embargo, había dejado escapar demasiado mi lado más animal y.. me había gustado. Debía andarme con ojo y controlar mis emociones.
Por mi puedes pasar
Durante el viaje me limité a disfrutar del tabaco rubio y a ojear a la pelirroja por el retrovisor mientras prestaba lo que yo consideraba unas rudimentarias atenciones a su compañero... No podía evitar pensar que, en estas circunstancias, mi esposa habría sido realmente útil, pero ya no estaba para estos trotes... Finalmente, me animé a realizar una pregunta que me tenía intrigado.
¿Cómo se las ingeniaron ustedes dos solos para mantener a los rusos fuera?
Judith tiene hasta el domingo para contestar. En caso de no hacerlo...os cambio de escena :P Que tampoco vamos a alargarla demasiado.
- Con suerte y bastante plomo...si no llega a ser que aparecisteis estaríamos muertos... - dice Foster recostado en el asiento del vehículo.
Ponéis rumbo a la casa franca donde esperáis encontrar al resto del operativo.