La herrería, propiedad de Voril (Humano), está algo descuidada cuando entráis. El lugar aparenta cierto orden, y varias herramientas esparcidas por el lugar, así como encargos a medio hacer, hablan del mucho trabajo que debe de tener el dueño, pero todo aparece apagado...como apartado. La forja está casi apagada, apenas unas brasas refulgen en el lugar, unas herraduras casi terminadas descansan encima del yunque, al lado de unas pinzas largas y un gran martillo...
Voril se encuentra aquí, pero la mayor parte del tiempo está apático, sentado en un taburete y mirando el cielo a través de la apertura de su gran puerta de madera con acabados de hierro.
Aquí es donde habéis tenido la conversación con Voril...voy a intentar "copiar" todas las conversaciones aquí, para vaciar el "hilo central".
Tras dejar atrás a los guardias, avanzáis hacia el pueblo ahora sin ninguna oposición, sabiendo, además, que vuestras espaldas están protegidas.
A ambos lados del camino podéis ver claramente vallas bien cuidadas que delimitan campos de labranza, con casas y graneros a la vista, cada vez más cercanos unos de otros, así como múltiples animales que relinchan, balan o cloquean. Aún queda gente trabajando en los campos que presentan un aspecto magnífico, totalmente provistos de cosecha a punto de ser recogida, pero la luz empieza a declinar, y pronto empezará a oscurecer, así que algunas personas están recogiendo ya para dejarlo todo listo para el día siguiente, según podéis observar. El viento, que viene de la misma dirección que vosotros, sopla agradablemente fresco, algo frío para los más calurosos. El cielo, es su totalidad, está despejado a excepción de unas pocas nubes blancas que pululan por el cielo como abejas perezosas.
El pueblo en general tiene una bonita apariencia, con todas las casas construidas de madera, bastante limpias y cuidadas. Los tejados son a doble agua, casi todos de una piedra de color grisácea clara, que probablemente se oscurezca ligeramente al llover. La gente que anda por la calle parece ocupada en sus menesteres, y poca parece ociosa. Mujeres con recios vestidos de lana o cuero, en diversos colores, caminan de aquí hacia allá con cestos y recipientes varios, portando alimentos o tejidos. Hombres con cajas o con cestos en la espalda transportan lo que parecen herramientas o materiales, así cómo también comida. La mayoría se mueven desde los campos o casas colindantes hacia el centro del pueblo, donde varias carretas y paradas de venta están en lo que diríais "pleno apogeo", al parecer, la plaza del centro del pueblo hace las veces de mercado. La gente, al veros pasar, os ignora en su mayoría, excepto a Shagar y Estragón, a los cuales evitan en todo lo que pueden, llegando a apartarse descaradamente de su camino con ojos incrédulos y mirando de reojo, con un murmullo creciente generalizado. Al pasar por el mercado, veis que hay cuatro guardias vigilando, repartidos en dos parejas, y que en general, todo parece tranquilo, mientras no paséis mucho rato en ése lugar, por lo que podéis deducir de los murmullos "in crescendo" de la gente.
Preguntando aquí y allí llegáis al herrero, pues os han dicho que es quien más podría estar interesado en lo que portáis. La herrería presenta un aspecto algo más desastrado que el resto de la población. Las ventanas que tiene están algo sucias, como si llevaran varios días sin limpiarse, y al entrar en la propia herrería, la sensación de dejadez es más evidente. Por todas partes yacen herramientas, trozos de armaduras de cuero y partes de encargos a medio hacer. Sentado en un taburete al lado de un yunque, tratando de enderezar con unas tenazas una herradura, pero haciéndolo casi sin convencimiento, hay un señor de unos cincuenta años, con el pelo gris y barba espesa. El hombre apenas os mira y parece estar sollozando cuando entráis. Se restriega la manga por los ojos y os pregunta..."¿Qué...qué queréis....?" sin prestaros atención.
No hace falta ser un lince para darse cuenta que el hombre está en un estado penoso ahora mismo, con una gran tristeza que le embarga el corazón.
Nota 1: En el mapa, entráis en el pueblo por el camino del Sur-Oeste.
Nota 2: Hora (aproximada), es el atardecer (ver descripción).
Nota 3: Vamos por partes....primero, a vender el "botin". Responded al pobre señor y ponedme en notas lo que vendéis:
- Si NO proviene de los ORCOS, recibís el 50% de lo que indique el MdJ
- Si PROVIENE de los ORCOS, recibís el 30% de lo que indique el MdJ, con expresiones desabridas por parte del herrero. A pesar de eso, dice que el resto de mercaderes "de paso" probablemente no os comprarían el equipo o os darían una miseria.
Nota 4: En el mercado podéis comprar cualquier cosa de precio inferior a 100 p.o. del MdJ, simplemente ponerlo en notas, os quitáis el dinero y lo apuntáis en vuestra ficha. También podéis "rolear" la compra vosotros. Y sí, hay cartas (puedes encontrar desde una baraja muy simple por 5 piezas de plata hasta algunas magníficas por 12-15 p.o.)
PORING: 20 PX para todos. El viernes vuelvo a postear.
Sapo comenzó a descargar el "esplendoroso" botín de Lentejuela. Estaba de mal humor. Su magia no hacía el efecto que esperaba y sus mentiras tampoco habían conseguido que el gordo desistiera de comerse a su mula. Sería el pobre animal el que lo pagara. A partir de ahora le daría la mitad de las raciones que le tocarían normalmente. Conseguiría así que adelgazara y que el cocinero no viera más que un saco de huesos. Tiró de unas alforjas que cayó encima del pequeño gnomo, con el entrechocar de los metales que contenían.
- ¡Auch! - Arrastrándose y quitándose las cosas de encima salió de ahí debajo, colocándose la capucha para ocultar su rostro.- No me toquéis, ya puedo solo. - Dejó que otros con más labia hicieran la transacción. El ni se inmutó pro el estado del herrero. Su capacidad de empatía era nula y se limitó a saludarlo cn una sonrisa, como le había enseñado su maestro.
¡Vas listo si piensas que te voy a ayudar, Sapito!
De nuevo, con Sapo callado, era Estragón el que debía llevar a cabo los temas de regateo en una asombrosa muestra de diplomacia.
Bien... queríamos vender un par de cosillas que hemos ido encontrando con los pobres idiotas que nos han intentado matar hasta ahora. Tenemos...-empezó a separar mercancías del montón del suelo-Esto, esto, esto, esto, esto y esto... Ya.
Cuatro escudos ligeros. Un hacha y cuatro espadas cortas. Cuatro armaduras de cuero. Una mula.
Hermano, ¿te vas a quedar con todos esos arcos o también los vendes?
Sumó los arcos y las flechas al montón.
Bien, todo esto puede ser tuyo, triste herrero, por el estimable precio de cien monedas de oro. Ejem... noventa. ¿Ochenta? Setenta, y no se hable más. ¡Sesenta! Está bien, veo que eres un duro regateador... ¡Cincuenta, pero quitamos a la mula del trato para hacernos unos filetes!
Ogggh... No quiero preguntar, y temo la respuesta, pero... oh, estimado herrero, cuéntanos la pena que tanto te aflige. Y valoraremos positivamente que seas breve en tu relato.
Su hermano empezo a estar en su salsa, hablando sin parar por descosidos de sus ropas y las lorzas de su cuerpo.
Tambien, pero uno me lo quedo, no tengo nada mejor.
Miro enderredor de la herrería, aun estando destartalada, observando con detenimiento se podía entrever que el herrero no era para nada un inútil ni el típico "arregla apaños" que uno esperaría en un pueblo, tenia habilidad la cual, aunque ahora no estuviera poniéndola en practica con la herradura, estaba escondida bajo su pena.
Perdonar mi atrevimiento, no quiero ser descortés y ademas veo que sois un buen herrero... no os sorprendáis por aquí el grandullón "señalando a Estragon" ni por el otro no menos grande a lo alto "esta vez señalando a Shagar", son buena gente.
Os veo afligido y distraído, y eso en la fragua puede acabar en un mal mayor que solo un pesar sobre el alma de un viejo "dijo sonriendo" ¿Podemos hacer algo por ti?.
Mientras hablaba, Eco seguía observando la herrería en busca de algo que le diera una pista.
El herrero, ensimismado en sus pensamientos, apenas prestó atención a Sapo. Sin embargo, en cuanto alzó la vista al escuchar la larga cháchara de Estragón y respuesta de Shagar, parpadeó confundido, para acto seguido, abrir los ojos como platos, mientras su boca seguía el mismo camino. Observaba a ambos hermanos con tal expresión de sorpresa, que durante un momento, os costó contener la risa.
Dando algún paso atrás, tropezando con el taburete e intentando poner algo de distancia entre él y los dos hermanos, balbuceaba incoherencias "No....con......pues......ar.....", hasta llegar a una mesa que no le dejaba retroceder más. El hombre permanecía de pié, mirando con miedo creciente a ambos semi-orcos y sin decir nada por su boca, que no hacía más que abrirse y cerrarse...
Sólo la intervención de Eco pareció tranquilizar al hombre lo suficiente como para que dejara de coger la mesa con ambas manos, apretar tanto que los nudillos se le habían puesto blancos y cerrara la boca para tragar saliva.."No......¿no son Orcos?" dijo con una mezcla de miedo y extrañeza....Galdar, que hasta ése momento se había mentenido un poco en segundo plano, como Ulthor, se adelantó un poco..."Herrero...no, no son Orcos. Vienen conmigo, clérigo de San Cuthbert, nuestro amigo le ha hecho una pregunta...¿Qué le pasa?"
El herrero, visiblemente más tranquilo ahora, recuperó el taburete y se sentó, volviendo poco a poco a caer en el estado apático de antes..."Mi niña...mi pobre niña. Hace un par de días que se fue con esos aventureros que la convencieron para irse con ellos...sob...sob...la..la hecho mucho de menos....y sé que le ha pasado algo. ¡Estoy seguro!" El hombre, solloza y se pone algo histérico con suma facilidad, al parecer, está en un estado emocional bastante desequilibrado. "¡Ella....ella no está bien! ¡Lo noto!...Oh...¿Por qué tendría que irse? Todas esas historias y cuentos le han hecho mal en la cabeza...mi niña....sob..sob.."
"Dejad todo eso ahí...os daré lo que pueda..." contesta a la propuesta de Estragón, repasando el equipo y poniendo malas caras al apartar las armas y armaduras de los Orcos....En un último momento, parece caer en la última pregunta de Eco...dejando armas, armaduras y demás cosas olvidadas en el suelo...."¿Por mí..? Buscadla...¡Buscadla! Ir a buscadla y traédmela...y....y os recompensaré bien!¡Os lo juro!¡Lo juro por Freya!", en ése momento el hombre mira con intensidad y ansiedad a Eco...y por extensión al grupo. Ya no tiene miedo de los hermanos, al menos, no parece acordarse de lo sucedido momentos antes.
Nota 1: He hecho yo un par de tiradas por vosotros.
Nota 2: El hombre os paga lo que hemos acordado en el "Off-Topic".
Nota 3: Todos a la cama....De momento no os muevo, hasta que me digáis que os vais a otro sitio, por si queréis seguir preguntando al señor herrero...por cierto, os recuerdo que tenéis una habilidad que se llama "Reunir Información" que sirve también para enterarse de cosas... XD
PORING: 20 px para todos.
Próximo turno: Martes día 28
Te fijas que aunque lo tiene todo desastrado, tu intuición inicial era correcta. Tiene armas y armaduras ligeras, que denotan una cierta habilidad para poder arreglarlas. También puedes ver la parte delantera de una coraza, que necesita reparación. Deduces que el herrero debe tener la habilidad suficiente para reparar ése tipo de armas y armaduras, pero que por la depresión actual que le consume, trabaja mal y lento, por la cantidad enorme de trabajo que tiene desperdigado por la zona.
¿Recompensa? Con lo que les había racaneado en la transacción, no debe de ser una recompensa demasiado suculenta. De todas formas, siempre viene bien confraternizar con los herreros para que te afilen los cuchillos de cocina gratis. Por otro lado... ¿por qué todo el mundo les confundía con dos orcos? Son claramente semiorcos, a todas luces. Y no puede ser por el mal olor, Estragón ya no huele a orco desde el diluvio que les cayó encima la semana pasada, cuando cruzaban el bosque con Corian.
Muy bien, herrero. Danos la descripción de tu hija y de los aventureros que se fueron con ella. Tendremos los ojos abiertos.
Hace poco olisqueó la ingle de una menor. Ahora va a recorrerse el pueblo haciendo preguntas para acechar a otra niña. ¿En qué clase de espiral sórdida y degenerada está cayendo Estragón?
Un momento...
Ya conocen de uno al que le gustan jóvenes. No puede tratarse de la misma niña, no debería si desapareció hace dos días. Hace dos días todavía no habían llegado a la granja quemada por Vortigern. Estragón hace otra ordenación de los hechos. Conjetura con que Vortigern llegase a la granja desde Fairhill, matara al matrimonio y su hijo, y aprovechase la cama para jugar con la hija secuestrada del herrero.
¡Dos camas! ¡La granja tenía dos camas! La cama del matrimonio, y la cama del niño. La niña que encontramos muerta no vivía en esa casa-así, dicho de sopetón, delante de un padre preocupado y sin el menor de los reparos-. ¿Tu hija tiene unos nueve años, quizás? Ah, no, espera... por tu barba cana, herrero, diría que tu "niña" ya está en edad de merecer. ¿Veinte años? ¿Vienticinco? En cualquier caso, si fue secuestrada por aventureros que no son del pueblo, habrá que preguntar en las posadas y la taberna. Nuestra ruta no cambia, iremos a las Tres Jarras desde aquí.
Hermano, a veces me sorprendes que yo llegue a la concluision antes que tu, la niña aunque no habia caido en eso, tiene que ser ya mayorcita y .... eso si se fue voluntariamente con los aventureros.
A saber que podria hacer una jovencita de pueblo con un grupo de aventureros...tantas cosas se le pasaban por la cabeza.....
Señor, como es su hija, describela y que nombre sobretodo responde.
No era un gran intercambio pero Sapo se conformaba con aliviar del peso a su mula. Lentejuela iba más despacio cuánto más cargada iba. El herrero había perdido a su hija y necesitaba que la buscaran. Si era Vortigen el culpable de su desaparición podrían matar dos pájaros de un tiro.
Se volvió a subir a la mula y acarició su musculoso cuello, susurrándole al oído consejos para no ser comida.
- Debes parecer enfermiza, Lentuejuela o te comerán. - Normal que la gente estuviera asustada de los orcos, si tenían el doble de apetito y falta de escrúpulos que los semiorcos eran bien peligrosos. El gnomo cada vez dejaba más espacio entre él y los hermanos. agradecía que hoy cenaran en una taberna y no de la cocina de Estragón o de las raciones de viaje.
Por mí que nos responda el viejo, nos pague y vamos a las Tres Jarras a dejar a Lentejuela y, ya de paso, a hacer uso de esa habilidad de la que hablas.
Me anoto 21.8 monedas
Tranquilícese buen hombre, diganos todo lo que sepa, cuanto más y más concreto a ser posible mejor.
Seguía preocupado, el pueblo estaba en tensión, iban mal las cosas por el lugar y que una joven desaparezca pudiera o no ser casualidad, pero mejor no dar nada por sentado e intentar averiguar todo lo que se pueda.
Podéis si queréis ir yendo a la taberna, luego os alcanzaré. Quiero hacer algunas compras y ver si puedo conseguir alguna información por el pueblo de esta chica y su grupo de partida o de los orcos que "encontramos" en la granja.
Eco se quedo mirando al hombre mientras se alejaba al fondo de la tienda a depositar los objetos comprados, decaído, consumido, entristecido... susurrando para si en bajo pensaba...
"Era un hombre al que las circunstancias le han podido e inmovilizado, apresado como las fauces de una melancólica muerte anunciada...su propia pena le provocaba la imposibilidad de actuar... y esta a su vez le condenaba a la consumición cual cándida vela en un mortecino invierno. Polvo de la tierra al viento... hoja marchita que lleva el arrollo"
Tomo por botín lo que decía Estragon, los 9 y pico mo, ahora no caigo exacto luego lo miro porque ahora mismo uso no voy a darle imagino.
La cara del hombre se transformó en una máscara de auténtica felicidad cuando Estragón le pidió la descripción de su hija "Oh...oh...¡¡GRACIAS, buen señor...GRACIAS!!" decía el hombre, una y otra vez. La voz del herrero había aumentado de volumen, excitado por la expectativa que ahora mismo se le habría delante de él, después de estar tan apesumbrado. Varias personas que pasaban por la calle se giraron a mirar, curiosos, atraídos por las voces de Voril, que hacía días que no se mostraba tan contento. Pronto empezaron a cuchichear entre sí, señalándoos y asintiendo, aparentemente felices algunos, otros mirandoos con cierta suspicacia. Alguno, al notar vuestras miradas de reojo, os saludó y os sonrió abiertamente, haciendo la señal universal de que "está bien" (puño cerrado, pulgar arriba). El herrero, excitado sobremanera, parloteaba rápidamente..."Señor, ellos partieron hacia el norte, yo le dije que no se fuera, que su lugar estaba aquí, junto a mí, sobretodo después de que su madre faltara...pero ella no quiso escucharme. Estaba tan ansiosa de ver mundo, de vivir aventuras...malditas canciones y cuentos de hadas, que le han comido la cabeza a mi pobre niña. Pasó un grupo de malditos aventureros.....¡no...no como vosotros!...ellos no se ofrecieron a ayudar a nadie del pueblo, simplemente, pasaron una noche aquí, hablaron con mi niña y se fue con ellos...me..me la quitaron..". El hombre parecía muy apesumbrado en ésos momentos..."Al día siguiente de hablar con ellos, por la mañana, temprano se levantó y con un simple beso se despidió de mí y partieron al norte, siguiendo el afluente del río...no...no puedo deciros más. Soy muy cobarde para ir por ahí de aventuras, y me temo que mi niña esté en problemas, pues el lugar está plagado de Orcos y otras cosas." el herrero parecía ahora mismo una ballesta de repetición humana, su boca era el inicio de una cascada de palabras que brotaba sin parar, ora excitado, ora apesumbrado...su estado mental era cuanto menos preocupante, parecía estar en un equilibrio dudoso.
Durante unos momentos permanece en silencio, mirando con creciente horror a Estragón, tras escuchar el relato sobre la niña y la casa de los granjeros...."No...¡No! Malditos! Pobre...pobre gente....¡malditos Orcos! Freya con los confunda...y los castigue a todos!!." dice, mientras niega con la cabeza...
Momentos más tarde contesta a los requerimientos de Shagar... "¿Que cómo es mi niña? Es una belleza rubia de aproximadamente ésta estatura (alza la mano más o menos medio palmo por encima de la cabeza de ECO), delgada, muy hermosa, ojos azules. Vestía ropas pobres, botas para andar (blandas), una capa verde y su mochila...y llevaba con ella su querida Arpa. Mi hija canta muy bien....quería ir a aprender a las escuelas de bardos, pero yo me negaba a dejarla ir. Es lo único que tengo en éste mundo...no quiero perderla como a su madre, señor."
El hombre os acompaña hasta la puerta de su negocio..."Por favor...encontradla...y no os arrepentiréis. Lo juro."
Tras dejar al herrero con sus pensamientos, os dirigís hacia las Tres Jarras.....excepto Eco, que se separa de vosotros y va hacia el mercado.
Poring: 20 PX a todos.
Os separo.