Quiora torció el gesto ante las palabras del genasi. Luego se volvió hacia Anren.
Qué ha dicho?! Has entendido algo?- se encogió de hombros.
De ahí volvió la vista a Malahierba.
Hay que matarlo, jefa? - dijo golpeándose la mano con el puño.
Jamás entendería por qué alguien que esperaba visita no habría dejado la puerta abierta tal cual, así que dio por hecho que esa criatura que hablaba de forma tan complicada era algún tipo de demonio que había puesto el alquimista para su protección. Quizás la prueba consistía en acabar con él y llevarse ese trofeo que había encima de la mesa.
Pobre genasi, han ido a visitarle el trio de sabios de la Ciudad de las Mil Puertas.
No, no mataremos a nadie... todavía. Creo que ya lo tengo... Corolien, ¿puedes escribir un poco más despacio?
El alquimista volvió a trazar letras en el aire.
Soy Corolien... El Omnimental devoró mi sol... He creado un desestabilizador molecular... Tenéis que detonar el desestabilizador molecular... ¡En el centro del Omnimental!
El genasí asintió y cogió el cilindro amarillo, su aparato de "detestadisizador culo de mole" o como se diga. Se lo tendió a Malahierba. La druida la cogió y se la entregó a Quiora.
Encontraremos el modo de hacerlo. Déjalo en nuestras manos.
El alquimista y la druida se despidieron con una reverencia y Malahierba se llevó a su equipo de nuevo hacia la sala de la lava, dónde se reunieron con Benn. Le explicaron la situación.
Comprendo. Vamos a necesitar un edificio alto y tener la suerte de que el Omnimental pase justo por encima.
Benn sacó un mapa de la Ciudad de las Mil Puertas y lo mostró a los demás.
Estamos aquí, en el número 33: la tienda Fuego Frío de Corolien. Pero todo el Barrio Rojo tiene edificios demasiado bajos. Lo más cercano sería ir al Archivo, en el número 46-dijo, deslizando el dedo hacia el norte desde Fuego Frío-. La pega que le veo al Archivo es que está demasiado cerca del borde, es más improbable que el Omnimental vuele cerca de allí, pero eso solo significa que tendremos tiempo para prepararnos.
Otro edificio alto es el Residencial Altamagia, en el 43, cerca del Archivo. Es un lugar para ricachones, es casi inexpugnable y está lleno de protecciones mágicas contra ladrones, nos será difícil entrar.
Lo siguiente más cercano es la Torre de los Portales, en el 1, en pleno centro de la ciudad. Es una torre muy delgada, tal vez no soporte la embestida del Omnimental y terminemos muertos bajo los cascotes. Sin nadie en el molino girando la máquina de los portales, no contaremos con salidas de emergencia a otro mundo.
Otros edificios que podrían servir son: la Facultad-37-, la Academia Drwu'ndel-10-, o las dos mesetas en la que los enanos tienen sus casas-señaló a 4 y a 5.
Benn guardó el mapa y subieron a la tienda del alquimista, pero Ernst ya no estaba allí esperándoles.
¡Ernst! ¡Ernst! ¡¿Dónde estás, inútil saco de músculos?! Se ha ido... No tenemos tiempo de buscarle, tendremos que hacer esto solos... ¿A qué edificio vamos?
Yo me ocuparé de desestabilizarle el culo!- Contestó excitada, una vez que el tal Corolien hubo explicado mejor la situación.
No es que Quiora hubiese entendido las palabras, que eran demasiado académicas para ella, pero entendió lo que había que hacer: había que llevar ese arma y volarle el culo a la nube de lava. Fácil, no?
Recogió la máquina que le había cedido Malahierba, estaba claro que confiaba en su capacidad para cuidar de objetos valiosos y ella lo tomó como un cumplido. Eran los mejores compañeros que había tenido nunca!
La semiorca le dio vueltas al aparato, buscando un gatillo, algo para activar la 'bomba revienta culos'.
- Cómo se enciende esto? Cómo funciona?..
Cuando volvieron junto al resto de compañeros la alegría de la guerrera se tornó en decepción. El atractivo humano se había ido. Ella había pensado acostarse con él cuando encontrase la oportunidad. Parecía de los que podían aguantar sus embates, pero ahora se había marchado y se quedaría con las ganas. En fin, nada que no pudiera arreglar un buen guiso.
Las opciones que daba Ben le parecían todas terribles. Si debían estar esperando por qué no iban a una taberna, podrían comer algo mientras la nube de lava decidía sobrevolarlos. Eligió aquella que parecía ser menos terrible.
- Pues... vayamos al archivo ese, el que está más cerca (46). Si tenemos que esperar os puedo cantar alguna cancioncilla mientras.
Cómo se activa? Es tipo pistola de rayo? Tiene detonador? Explota y mata todo alrededor?
Quiora recordó las palabras de Corolien antes de volver con Ben: "con el calor explota, y un omnimental es un 25% de calor superior a los 650º C". Como necesitó más explicaciones, Corolien lo explicó de manera más sencilla: "lanza ese objeto a la parte del omnimental que sea fuego". Después vinieron los diagramas explicativos en la pizarra. Al final Quiora lo tenía relativamente claro.
Cruzaron las calles cerca del borde, sin divisar en el cielo al omnimental. El viento soplaba fuerte, cerca del acantilado. Al final divisaron en la oscuridad el contorno de una torre: el archivo.
Escaleras arriba, daos prisa.
Al subir volvieron desde abajo a la primera planta. Algo no funcionaba bien en aquel sitio. Bajaron y llegaron a la quinta planta. Subieron y llegaron al segundo. Se habían perdido, y eso que solo había unas escaleras, pero las dimensiones no funcionaban correctamente en aquel sitio. Al cabo de un rato subiendo y bajando escaleras, encontraron al minotauro de aquel laberinto.
Muuu... ¿Habéis venido a rescatarnos? Soy Duula. Duula Nay, la encargada de los registros del Archivo.
Detrás de Duula había un montón de niños de distintas razas.
Los niños son de una excursión extraescolar de la Academia de Magia Drwu'ndel. Cuando esa nube apareció, el profesor Uwari me dijo que me quedara aquí y los cuidara. Salió a luchar contra la nube ayer, pero no regresó.
Señora, voy a necesitar que cuide de estos críos un rato más. ¿Cómo llegamos a lo alto de la torre? Necesitamos una posición alta para arrojarle una bomba a la puta nube.
¿Y cómo piensan hacer eso?-dijo una niñita enana-. El viento de los bordes de la ciudad empujan a la nube hacia el centro. No puede acercarse lo suficiente.
Ezo, no te metaz, Balja. Maldita zabelotodo. Loz adultoz ze ocuparán de todo.
Yo...
La niña dudó, insegura. Bajó la vista y se acarició las rastas de manera tímida. Sin embargo, reaccionó.
¡No! No te metas tú, Mindy. Quiero volver con mi familia. Todos queremos. Debemos colaborar. Sí voy a meterme. No soy una niña, en edad enana sería una adolescente. Así que vais a escuchar mi plan.
Mañana tenemos examen del conjuro de protección contra la energía. Los tenemos memorizados. Podemos proteger a un adulto de las energías de los elementales: el fuego, la electricidad, el frío... Solo tenemos que llevarlo hasta allí. Y yo tengo un conjuro de vuelo rápido. Puedo mantener en el aire a alguien durante seis segundos. Necesitamos a alguien rápido, como esta bárbara-dijo señalando a Quiora-, para que le de tiempo a volar al centro de la nube con la bomba. Podemos potenciar la magia con un retirada expeditiva, y necesitaremos un caída de pluma para recogerla cuando caiga. Vamos, chicos... Son todos conjuros básicos. Encantamos a la semiorca y ella se ocupará de todo.
El resto de niños de la academia de magia apartaron los ojos, dudaban de que el plan de Balja fuese a salir bien.
Tú me apoyas, ¿no?-preguntó a Quiora entre susurros-. Solo tienes que tener valor y estar segura de que lo conseguirás. Yo siempre era muy insegura, pero conocí a un enano llamado Bargoth que me dijo:
"Tú aceptaste viajar por un portal y enfrentarte a situaciones de peligro mortal y ESO significa que SÍ eres valiente, Balja. La próxima vez que se metan conmigo, ¡mándalos al infierno con un abanico de llamas y punto!"
Como de costumbre no había entendido nada, pero la chiquilla le caía bien. Se estaba enfrentado a todos los demás retoños ella solita y eso merecía el respeto de la semiorca.
Por supuesto! Yo me encargaré- dijo orgullosa dando un paso al frente y guiñando un ojo a Balja.
Si la semiorca tuviera algo más de luces habría planteado muchas cuestiones, como el hecho de que la druida podría transformarse en animal volador si la cosa iba mal y retirarse sin tanto problema. O, por qué, si tenían magia, no usaban un hechizo de puerta dimensional o de telequinesis con la bomba para que esta llegase a la nube sin problemas.
Muchas cosas no cuadraban, pero eso a la bárbara le daba igual. Sonrió a la enana y con una palmada en el hombro añadió en un susurro:
- No te preocupes pequeña, lo vamos a conseguir y así harás que todos se callen y no te vuelvan a llevar la contraria.
Menuda locura...
De acuerdo. Llevaremos solo a tres niños para que Malahierba, Anren y yo podamos alejarlos y mantenerlos a salvo después de que usen sus conjuros. Tú también, Quiora. En cuanto salgas de la nube de muerte y dolor, aléjate de ahí cagando leches. Al deshacerse, el Omnimental se deshará en varios elementales y habrá que seguir luchando, pero nos replegaremos y lo dejaremos para otro día.
¡Me niego a ir! ¡La idea de Balja ez tonta y fea, y no va a zalir bien!
¡Feldu Gansegi se presenta voluntario para salvar el mundo, señor!-dijo marcialmente un niñito humano.
Otra enana se acercó a Mindy.
Prima, si esa Stölnic va a convertirse en el centro de atención y en la heroína de la Academia, al abuelo le gustaría que una Zorban estuviera allí. Yo lo haría, pero no soy tan lista, tan guapa y tan inteligente como tú, tienes que ser tú quién lo haga. Piensa en la fama, los fans, los festejos en tu nombre...
¡Yo también voy! Mi nombre ez Mindy Krein, la nieta favorita de Gauzz Zorban.
¡Pues con Mindy y Feldo ya somos tres magos! ¡Adelante, seguidme!
Malahierba levantó a la enana y la puso detrás suya.
No tan deprisa, vosotros solo sois apoyos. No vais a estar en primera linea de ataque y no vais a abrir la marcha. Si os decimos que os escondáis, os escondéis. Si os decimos que corráis, corréis. ¿Comprendido?
Los que serían recordados como los Siete del Balor salieron del Archivo y avanzaron hacia el centro de la Ciudad de las mil Puertas hasta ver al Omnimental por encima de los edificios. Benn marcó el paso y se aproximaron todo lo que pudieron al objetivo, con vientos huracanados, truenos, granizo y un calor veraniego causando grandes destrozos en la zona. Anren hizo un escudo de telaraña de lado a lado de la calle que comenzó a arder y que no duraría mucho tiempo más.
Anren, adelántate. Necesitamos que hagas otra telaraña debajo de Quiora para cuando el efecto de volar rápido se acabe y caiga desde cincuenta pies de altura.
Benn se giró a Quiora.
No te preocupes, lo vas a hacer de maravilla.
Los niños conjuraron. Quiora dejó de sentir el calor. Se sentía más ligera. ¡Hasta sus pies se empezaron a elevar en el aire! Pensó en "arriba" y se lanzó como un proyectil hacia la nube. Un trueno la alcanzó en el aire, pero no notó la electricidad. El aparato que les dio Corolien empezó a chisporrotear, tal vez se había estropeado con el trueno. A pesar de todo Quiora llegó al centro del Omnimental. No veía nada. Pero, de pronto, el chisme desmolecurizador alcanzó una zona con una temperatura elevada y estalló.
Quiora sintió cómo ella también se deshacía. Fluctuaba. También lo hacía el tiempo y el espacio. No caía como esperaban, porque la velocidad de caída depende del tiempo. Sin tiempo no hay velocidad. Estaba en una grieta, o en una cápsula, ajena a todo, perdiendo la consciencia o viajando a otros planos, o puede que ambas cosas a la vez. No llegó a ver el final del Omnimental, ni qué amigos sobrevivieron a la batalla, ni si los niños magos se salvaban. Algún día sería devuelta a la Ciudad de las Mil Puertas, o a algún otro plano de la realidad, pero ese día no sería hoy.