N-nada. Lo decía precisamente porque ya tenemos ese puesto cubierto por ti, tía-se excusó.
Un puñado más de encapuchados les cercó. Seguro que aquí es cuando la secta de Wee-Jass coge a Bargoth y lo sacrifica con una daga ritual...
Enano, te presento al resto del grupo. Esta semielfa de aquí se llama Delaila, y es una barda que toca el violín.
Este molesto semielfo se llama Thomas, y es nuestro arcanista:
Y la tercera mestiza del grupo es Didi. Didi es... Didi es nuestra...
¡Yo llevo la cesta con los bocadillos! Thomas, Delaila y yo somos los tíos de Hugo-dijo la semielfa en referencia al sacerdote-. La familia tiene que apoyarse, y nosotros venimos a ayudar a Hugo a hacer su misión sagrada para convertirse en Karuth.
Un Karuth es un sacerdote oficial de Wee-Jass. Yo soy clérigo, tengo fé, la diosa me da sus conjuros... Pero para ser reconocido como miembro de la Iglesia tengo que pasar por un ritual, una prueba. Vamos a buscar una reliquia perdida de nuestra fé para mostrar que soy un clérigo útil para la diosa.
Bueno... aunque supongo que tú eso ya lo sabes, ¿no? Si te has acercado a la misa de Wee-Jass es porque sigues su fé, ¿verdad?
Recordatorio: aún no te has presentado, los pnjotas no pueden dirigirse a ti por tu nombre.
Podeis llamarme Bargoth. Pues, mira, podria mentirte pero la verdad es que... No. No soy seguidor de vuestro dios. Siempre he servido a mis propios dioses personales pero he sentido algo extraño al pasar por delante de vuestro templo. Algo me ha llamado. Y... ¡que casualidad! Justo me he encontrado con un grupo que prepara una expedición, que es justo lo que buscaba. Creo que nuestros dioses puedan haber preparado este encuentro a propósito. Creo que éste podría ser nuestro destino.
Tan sólo decidme... que me llevo yo por ayudaros? Me parece genial ayudarte a convertirte en Karuth pero, ya sabes, hay que vivir!
El tema es que no puedo hacer muchas promesas sobre botines futuros. Si hiciese adivinaciones sobre lo que vamos a encontrar, estaría haciendo trampas. Hay una posibilidad de que no te lleves absolutamente nada. Es decir... debes de tener en cuenta que vamos a un templo abandonado de Wee-Jass, la diosa de la magia y la muerte. El tipo de objetos que cabría esperar son pergaminos o varitas. Me esperaría más eso, que hachas, armaduras y grandes cantidades de oro. A los enanos os gusta el oro, ¿no? Lo valoráis en mayor estima que la magia. Incluso parte del templo puede estar ya expoliado.
Tendremos que negociarlo. Según lo que encontremos, nos pondremos de acuerdo en qué hacer. Me gustaría no tener que llegar a vender objetos mágicos, ya que no me parece óptimo. Ya se verá.
Un momento...
El último encapuchado que quedaba en el templo que todavía no se había acercado, lo hizo quitándose la capucha. Era un drow. Un maldito drow.
Mi nombre es Xulgos. Si vais a explorar un templo en ruinas, os encontraréis con trampas. Necesitaréis a alguien como yo, para que lidie con ese tipo de problemas.
La aparición del drow fue continuada por un silencio. Durante aquel impás, cualquier cosa que dijese alguno de los presentes podía cambiar por completo el resultado de la expedición. ¿Permitir a Xulgos entrar en el grupo o tratar de impedirlo? Quizás Bargoth no querría seguir ni un segundo allí, con un drow, al igual que un semiorco evitó que se uniese a Deöwer.
¿Un drow? ¿Un jodido drow? ¿Qué pasaba en aquella condenada ciudad? ¿Donde estaban los grupos con un mago elfo un guerrero humano y un ladrón mediano?
-Maldita sea! Que me aspen si no es un jodido elfo oscuro! ¿En serio? Es que en esta ciudad está todo permitido? Debería acabar con él aquí mismo -dijo llevando la mano a su hacha.
¡Inténtalo, tapón!-exclamó, llevando la mano a la empuñadura de su cimitarra.
Didi se interpuso entre ellos para evitar que se hicieran daño.
Noooo, por favooor... Hay leyes muy restrictivas en contra de matar a la gente en la Ciudad de las Mil Puertas. ¡Nada de muertes!
Jujujuju... ¿Qué harás ahora, sobrino?-dijo Thomas a Hugo-Un líder debe tomar decisiones, y si estos dos se llevan a matar, tienes que elegir solo a uno.
Hugo dudó. El grupo iba a necesitar tanto a un pícaro como Xulgos como un combatiente como Bargoth. Pero si se odiaban solo por lo que eran, aquella rivalidad iba a causar muchos problemas.
Ehm... Está bien. Hagamos una cosa: Bargoth y Xulgos se enfrentarán a un duelo. El que venza, vendrá con nosotros. Sin muertes, ¿entendido? Xulgos, ¿estás conforme?
El drow asintió, con una sonrisa. Se le veía bastante seguro de sí mismo, pero era habitual que la gente subestimase a los enanos en una lucha. Hugo miró entonces a Bargoth.
Bargoth... ¿estás de acuerdo en dirimir esta cuestión en un duelo?
De nuevo los prejuicios de Bargoth le jugaban una mala pasada. Ahora tendría que abandonar y buscar un nuevo grupo, o liarse a golpes con un drow.
¿Bargoth? ¿Qué decides?
Bargoth no tenía ningún deseo en pelearse como un infante. El enano rechazó la oferta del grupo y se largó de allí.
-No pienso empezar un pelea que no sé si podré parar antes de acabar con este pedazo de mierda. Llevaos a esa escoria en el grupo, si quereis! Os matará en cuanto haya conseguido lo que desea y os dejará allí tirados. Por mi parte, no tengo necesidad alguna de arriesgarme a que me evenene o me haga alguna de sus jodidas jugarretas.
Ahí os quedais!
Paso de ellos. No me gustaba ya la dia de mezclarme con ellos de prinicpio. Si, encima, hay un drow, mi PJ ni se lo pensaba.
Espera un momento...
Por un segundo, Hugo parecía que iba a recapacitar y quedarse con Bargoth. Pero no, no fue así.
Bargoth, ¿y si en vez de unirte a un grupo ya hecho, haces un casting para formar tu propio equipo? Mañana por la mañana podrías ir al Gremio de Escribas y pagar un anuncio para que los aventureros vayan a hacer una audición para ti en alguna posada.
Más o menos eso debió hacer el elfo Deöwer, solo que él aceptó a un mago semiorco en el grupo. Bargoth no sería tan estúpido como para aceptar a alguien así.
En estos casos, una vez que el grupo de aventureros ha sido elegido, el siguiente paso es ir al Archivo y buscar en el registro de la ciudad qué portales de la Torre te interesaría cruzar. ¿Clima cálido o frío? ¿Quieres ir a un pantano o a un bosque? ¿Quieres ir al Pandemonium a luchar contra seres poderosos o solo hacer un poco de turismo por Faerún? O puedes saltarte toda esa burocracia, y cruzar un portal al azar sin saber en dónde te metes. En realidad... ni siquiera necesitas compañeros. Si eres un tipo duro incluso podrías aventurarte solo.
Bargoth se detuvo de camino a la puerta del templo y se giró.
-Por todos los colores, eso es buena idea! Gracias, Hugo! Creo que eso mismo es lo que haré. Os deseo suerte con vuestra expedición y espero que volvais todos sanos y salvos. ¿Quien sabe? Quizás volvamos a vernos... con una mejor compañia -dijo mirando al drow.
Al gremio de escribas
Bargoth callejeó hasta el Gremo de Escribas. Según preguntó a la escasa gente con la que se topaba, el Gremio estaba al lado de la catedral, y a la catedral sabía ir. Pero al llegar encontró un enorme cartel en la puerta que ponía: cerrado.
Ya faltaba poco para el amanecer, así que Bargoth esperó sentado en el soportal. Su propio grupo de aventureros... estaba deseando empezar esa nueva etapa de su vida.
Seguimos en el día 1 de la semana siguiente.