Partida Rol por web

-Bueno...vale que hayamos cambiado pero...yo no soy ninguna guerrera ni tampoco una maga que utilice la magia con esos fines. Realmente la magia que le había enseñado su maestra no se acercaba precisamente a nada para hacer daño, solo se había centrado en ayudar y de tanto en tanto en el placer, pero sabia que podían usarse para muchas cosas. -Puedo intentar ayudar maestro, si es cierto que han vuelto no puedo quedarme de brazos cruzados, se que no soy la mas indicada y seguramente habrán magas mas fuertes que yo...pero no puedo ignorarlo porque si ocurre algo y no hago nada me sentiré muy mal por las victimas.

-Iré de inmediato a la fortaleza de Keropis, solo me tenéis que enseñar el camino y nada mas. Encontrare la manera de que estén sellados para siempre o...eliminarlos. Pero Scarlet miro las imágenes, lo intentaron todo incluido el acostarse con ellos. Tal vez el ser violados por demonios convertía en demonios y ser violados por humanos les destruía? Esperaba que no fuera el caso no quería tener que cabalgar a la mitad de las legiones demoníacas solo por deshacerse de la amenaza. -Entonces deberé prepararme para el viaje.

Muy bien, mi querida niña. El camino es sencillo, toma la ruta del este y llegarás a la fortaleza. Además, una vez allí puedes ir a Tristan directamente, sin tener que pasar otra vez por aquí.

Te mira y sonrie.

No tardes mucho en prepararte, tu destino te espera.

Inclinando la cabeza, después de escuchar el camino, con respeto. -Gracias maestro, me pondré de inmediato. Entonces Scarlet abandono el lugar, caminando siempre con tranquilidad ya que ella no creía en correr y apresurarse a no ser que lo necesitara de manera urgente. Se despidió también de Austin agradeciendo que la llevara a la academia y por supuesto que abriera la puerta para ella ya que no podía entrar si no fuera por el.

La mochila estaba siendo llenada tanto con su ropa como por sus artículos, suspirando levemente mientras miraba a su tienda. Tendría que cerrar durante un tiempo la tienda, abandonar su tranquilidad y sus clientes, quizás sentía una punzada de nostalgia al abandonar todo aquello durante unos días, pero el sentir la emoción de viajar quitaba todo eso de su pecho, haciendo que hasta llegara a sonreír.

Todo estaba empaquetado, su ropa, sus libros, sus objetos imprescindibles y como siempre su bastón mágico. Tomando una gran bocanada de aire, se coloco la mochila en la espalda. Pesaba bastante por lo que tuvo que tocarla tres veces con el bastón para hacerla mas ligera gracias a su magia, cosa que no le costo demasiado, abrió la puerta y, mirando una ultima vez a la tienda, cerro con llave y se marcho rumbo al este.