Me había estado moviendo como un desquiciado casi sin dejarle cabida a respuestas por parte de Emma, a quien la hice correrse de una manera tremenda, tan intensa fue que llevó su mano a su entrepierna y se acarició para soltar más de sus jugos de amor sobre nosotros y era algo impresionante como podía llevarla a tal punto de excitación. La forcé a correrse un poco más de lo que quizá ella quisiera en aquel momento; pero luego decidí bajarle mi ritmo para poder verla y escuchar sus palabras.
La tenía de la cintura, ahora, iba moviéndome un poco más lento mientras ella me hablaba -Tranquila... solo hay que disfrutarnos esta noche...- tras lo dicho y luego de darle un descanso de aquel intenso clímax que había tenido; empecé a subir el ritmo de mis embestidas una vez más causando eco en la habitación; ella podía sentir que cada tanto que aumentaba la velocidad mi sexo se expandía un tanto más y se ponía más duro, seguramente estaría próximo a correrme pero esperaría a que estuviera cerca de correrse de manera tan intensa como la de hace un rato para soltarle todo mi simiente dentro; hasta le di una nalgada mientras aceleraba más y más.
Muevo las caderas, con los ojos cerrador. Este es momento de disfrutar, luego ya hablaremos. Siento como me embistes más y más fuerte, y empiezo a gemir fuerte, alto. Llevo mis pechos a tu boca, ansiando que los chupes, los devores.
Vamos, mi bebé. Son tuyos, todo tuyos... te provoco con un suspiro. Mi mano vuelve a colarse entre nosotros, acariciando mi clítoris. Sé que estás cerca de correrte, que estás esperando a que yo lo haga, y decido acelerar todo lo posible mi momento. Conozco mi cuerpo, no es la primera vez que me toco, y sé como hacer que este momento llegue antes.
Entre tu boca en mis pechos* y mis sabias manos, pronto me encuentro al borde de otro clímax, tan intenso como los anteriores. Puedes notar que mi mano de vez en cuando roza tu sexo, aunque no sabes si intencionada o accidentalmente, mientras mis jugos vuelven a escurrir. Cierro los ojos, al borde del éxtasis.
¡¡¡WENFREDDD....!!! exclamo en una nueva explosión de placer.
* que asumo harás caso a la pobre Emma y le chuparás los pechos ;)
He acelerado un poco la escena para que le permitas al pobre Wenfred llegar :P
El voluminoso cuerpo de Emma me tenía como loco bombeando su entrada trasera para disparar todo lo que tenía dentro; esperaba volverla loca y así parecía lograrlo, apenas ella me ofreció tomar sus pechos con la boca lo hice con voracidad y no detuve o bajé el ritmo de mis salvajes embestidas. Así pues seguía haciendo salvajes ruidos con nuestras carnes golpeándose y con mi boca sacudí sus pezones y succioné con fuerza hasta que sentí que toda ella temblaba involuntariamente, en aquel momento di lo último de mi y fui más rápido y fuerte que nunca hasta que comencé a disparar a gran fuerza más lefa caliente dentro de ella, tanta como me quedaba y seguía moviéndome mientras disparaba hasta quedarme totalmente seco y quieto con el miembro tan adentro que ella nunca se olvidaría de la marca que le dejaría y el dolor al caminar durante varios días.
-AHHH AHHHh AHHH EMMA!!-
Seguramente nadie en las habitaciones contiguas tuvo un apropiado descanso por que estábamos recién empezando.
Luego de correrme otra vez dentro de ella me dejé esparcido en la cama unos momentos, esperaba que ella se quedara o se desplomara sobre mi y sintiendo su calor y aún estando dentro de ella, mi sexo no perdería su firmeza con facilidad.
Jadeante y recobrando el aliento intenté hablar, aunque tenía la mente algo nublada aún -ah... ah... vaya... que bueno estuvo eso...-
Jajaja no hay problema n_n
Te siento llenarme entera, siento como tu leche golpea muy adentro de mi alargando aún más mi orgasmo, haciendo que mis gritos de placer se unan a los tuyos. Finalmente, caigo rendida sobre ti, sin moverme, sin querer moverme, aunque tampoco sé si podría hacerlo.
Wenfred... susurro, pero no digo más. Estoy sobre ti, siento tu pene palpitar aún dentro de mi, aunque ya no expulse nada. Me siento totalmente llena de ti, de tu esencia, de tu miembro, de tu sabor y olor. Siento que soy tuya, y esa sensación me agrada.
Levanto la cara y te miro con una sonrisa. Voy por un poco de agua, digo levantándome asi, tal como estoy, y cogiendo la jarra de agua y el vaso que tienes cerca de la cama, aunque para ello he tenido que desmontarte...
El éxtasis fue intenso y placentero, sentí como solté todo lo que me quedaba en los bajos dentro de ella y a su vez ella explotaba y se retorcía encima mio. Una vez encontramos la paz Emma se estiró a por un poco de agua, yo dejé que sacara mi sexo de sus interiores y me acomodé medio sentado apoyando con mis codos -por favor dame un poco también.- le pedí mientras recuperaba el aliento.
Totalmente distinto a lo que esperaba Emma era una bestia en la cama y parecía que no le dolía las piernas luego de aceptar toda mi polla, hasta las bárbaras parecían algo sentidas; pero eso me dejaba verla andar o moverse y aquel culo no perdía mi interés a pesar que ya no sentía lo mismo. De una manera u otra me seguía sintiendo atraído a ella y su curvilineo cuerpo.
Te tiendo un vaso de agua y me tumbo a tu lado. Una vez lo hayas bebido, me abrazaré a tu cuello. Wenfred, mi wenfred... no estoy segura si seré capaz de disimular por mucho tiempo digo con una leve sonrisa, indicando mi trasero. Entonces te das cuenta de algo, algo en lo que hasta ahora no habías pensado: más de una vez me he dado golpes, cortes, enfermedades. Y, sin embargo, siempre camino y actúo como si no tuviera nada. Ahora te das cuenta que es difícil romper la forma que tengo de verme ante los demás, que no me gusta que nadie sepa lo que me pasa.
Miro al techo, pensando. Wenfred... no quiero que me vuelvan a romper mi corazón, no podría soportarlo. Tú ahora te vas, y no sé cuando vuelvas... no puedo permitir que me vuelva a pasar. Cuando regreses, si quieres, podremos hablar de tener algo entre nosotros, pero por ahora prefiero pensar que estoy libre... aunque me conozco, y sé que no cumpliré lo que antes te dije. Sé que esperaré bastante más de tres meses tu regreso.
Vuelvo a mirarte. Una lágrima rueda por mis mejillas, a pesar que mi cara tiene una auténtica y genuina sonrisa de felicidad. Vuelve conmigo, ¿vale? Te quiero demasiado para pensar en perderte...
Tomé el vaso con agua, bebí un poco y lo sequé aquel ejercicio era cansado pero infinitamente gratificante. Luego Emma me menciona sobre disimular algo, ladee mi cabeza sin entender a que se refería exactamente pero entonces entendí que se refería a su andar... o a algo más emocional; pues luego se abrazó a mi y sollozó.
Sequé la lágrima que caía por su mejilla con un dedo, mientras acariciaba su mejilla con ternura y luego puse mis dedos sobre sus labios despacio y suavemente. -shh...tranquila...- pegué mi cuerpo un poco más al de ella, así como mi rostro para sostener la mirada sobre la suya de manera profunda. -Ya te dije que haría todo por volver... solo pasemos la noche juntos... el mañana vendrá luego.- sus palabras se volvieron susurros y terminé pegando mi frente a la suya. -¿está bien?...-
Asiento sin hablar, perdiéndome en tus ojos. Te abrazo y acaricio tu pelo, enredando mis dedos en ellos, jugando con tu cabellera.
Mis labios se unen a los tuyos, pero éste beso es diferente a los anteriores. Es un beso tranquilo, cariñoso, que expresa mis sentimientos, esos que quisiera poder gritar a los cuatro vientos.
Wenfred tiene razón, me limitaré a disfrutar esta noche. Bien, ahora ¿qué quieres hacer, cariño? digo, separandome de tí.
Tras el cálido beso que nos propinamos, sonreí y estuve satisfecho, pero aunque ella se separa seguía viendo su piel descubierta, cubierta de sudor y algunos de mis jugos aún... habíamos tenido una buena noche; pero no quería darle final aún...
Estiré mis manos para guiarla a que se gire y me diera la espalda, luego rodee su cuerpo y con una mano acaricié uno de sus voluminosos pechos, mientras mi otra mano comenzaba a acariciar su entrepierna para volver a calentarla y mojarla, para que aceptara una vez más mi enorme polla... la cual se iba poniendo cada vez más dura mientras más de su piel y su calor sentía.
-Pues seguir hasta que desfallezcamos... de solo pensar que me tendré que alejar de ti, me lleno de ansias de disfrutarte cada segundo que pueda.-
Empiezo a gemir y mi sexo se humedece rápidamente. Y no es sólo por tu maestría: tú me estás tocando, Wenfred, ese al que tanto he deseado. Y no solo eso, has dicho que te gusto y que quizá cuando vuelvas viviremos juntos. Eso me llena de ilusión y me hace desearte más si cabe.
Mí cuerpo pide tu presencia en el. Abro las piernas para que quede completamente expuesto a tu ataque. Entonces voy a exprimirte para que no te de tentación de ir con otra en tu viaje... digo en medio de un profundo gemido.
Emma era una amante bastante buena, ella misma alzó su pierna para que pudiera tener espacio para meterle mi polla y con una de mis manos oriente mi falo hacia su coño; sin mayores miramientos pues sabía lo caliente que estaba y lo bien que podía recibir mi polla, di un fuerte empujón y se la enterré toda.
Tras la primera arremetida, no le di demasiado tiempo para dar otra y otra y otra... mientras mi mano seguía acariciando su enorme pecho.
-ah ah... te gusta, no? dime cuanto.-
Me encanta! grito. Dioses, Wenfred, nunca imaginé que fueras tan buen amante... y esa polla... me vuelve loca! AAAaaaahhhh....
Mi cuerpo tiembla con cada embestida. Mis pechos rebotan en tus manos, y mis posaderas se mueven rítmicamente adelante y atrás, uniéndose a tus impulsos y retrocesos. Quizá estés sintiendo distinto, dado que en esta postura tu polla choca contra mis posaderas, pero incluso dirías que está entrando más que antes.
Mantengo la boca abierta, disfrutando, gozando de la sensación que me das, gimiendo a más no poder. No te cabe duda que, si alguien pasa por el pasillo, me escuchará. Empiezo a mover mi cabeza, de un lado a otro, como si necesitara saber feacientemente que eso no es un sueño. Mi cuerpo vuelve a experimentar la sensación de tener tu pene en él, y mi temperatura sube a pasos agigantados, casi al borde del orgasmo.