Todos huyen por sus vidas bajo la tarde lluviosa. A toda prisa cruzan el hall de entrada para llegar a la calle pero el destino no les permitiría salirse con la suya.
El doctor Turner encuentra los cables idóneos para desactivar la bomba que trae el empresario sumergido en la locura. Desactivar el detonador le resulta demasiado fácil y para Walter hasta “le es familiar” dicha tarea, al punto de recordar haberlo hecho antes en otras ocasiones.
¿Pero qué demonios? Dice para si mismo al momento que algunas memorias llegan a él
Y todo en solo dos segundos…
Lo que sucedió luego fue noticia local durante varios días hasta que la investigación arrojo un fallo definido “a ciegas y sin comprobar”: Una fuga de gas de la tubería maestra que cruzaba el terreno de la vivienda.
El saldo: varios bloques de viviendas completamente destruidos y cientos de víctimas.
Afortunadamente ninguno de los presentes en la casa de Rain llego a notar más que una luz segadora…
Nos vamos al ultimo acto.