Partida Rol por web

La explicación de George era bastante clara.

Toda esa energía.... - Ivet no sale de su asombro, cómo lo habrán echo, es demasiada energía y hay que canalizarla como sea. Ya vio lo que pasó en la Periferia y ya le pareció asombrosamente peligroso, no puede ni imaginar como sería si toda esa energía, ese cubo, explosionara.

¡Pues venga, vamos vamos,en marcha! No podemos tardar más, debemos parar todo esto. 

De alguna manera Ivet se sentía más útil ahora, cosa que durante toda la aventura en la que se había embargado con Drake, no había tenido tan clara. Cuando se unió a Drake, fue para ayudarle a tratar con la gente de las afueras y a encontrar al tal George, pero nunca pensó que la búsqueda le llevara a pasar tales problemas. Si podía ayudar más de alguna manera, quizás ahora era el momento.

El viento y la arena castigaban el rostro de Uren mientras viajaba en el boggie junto al líder de Vandalheim. A su lado viajaba prácticamente la totalidad de sus habitantes.

En un principio todo habían sido gritos y aullidos de rabia, aunque mezclados con júbilo, por la motivación de la venganza y el odio, pero a medida que pasaban los kilómetros los ánimos calientes habían dejado su lugar a miradas fijas en el horizonte. El cazador interpretó la mayoría como fiera determinación, aunque sabía reconocer la duda y la vacilación en muchos de aquellos rostros. Era lógico, estaban dejando todo atrás por una furia ciega. También reconocían que su modo de vida se vería afectado tarde o temprano si no hacían nada, pero por otro lado temían la ira del gigante que los conducía. Uren adivinaba que muchos de ellos desertarían a la primera oportunidad.

Finalmente llegaron. Un trecho antes habían visto como mucha gente se alejaba de la ciudad, y cuando se acercaron descubrieron el motivo. Los humeantes restos de las casuchas precarias servían de eficaz señal de atención. 

Mas allá, frente a las puertas, la multitud sufría el castigo de las fuerzas de seguridad. Muchos cuerpos yacían en el suelo, inmóviles.

- Debemos encontrar otra forma de entrar, Prima-Tor -manifestó calmado Uren evaluando la escena. 

Después de soltar aquella bomba… George espero y con temor añadió…

Sé donde se encuentra la compañía Paradox… y si todo va bien también conozco a alguien que nos puede colar… Bethany.

Ténemos que ayudar Uren, esa gente no son combatientes… los matarán a todos…

Cubriremos tu entrada…

Una vez dentro abre las puertas de servicio y así los habitantes de La Periferia podrán entrar a tropel, y podremos eliminar toda amenaza más facilmente

La entrada se convirtió en una autentica zona de guerra, los desesperados luchaban con uñas y dientes contra las fuerzas de seguridad, que pese a ser menores en número, estaban mejor armadas y preparadas.

Tenemos que abarcar todas las posibilidades habidas y por haber para llegar hasta allí. 

¡Señor Drake esto es muy peligroso! ¡Moriremos TODOS si no hacemos algo! Tenemos que irnos YA.

George, llevenos hasta su contacto.

Ivet se iba a volver loca, se preguntaba porqué seguían allí hablando cuando tenían que terminar con el gran problema que tenían.

Drake no dijo nada mas, empezó a conducirlos por la ciudad, por callejones, y calles poco transitadas, intentando pasar desapercibidos. Sin levantar sospechas.

Tardarían un buen rato en llegar a la parte de la ciudad donde estaban los laboratorios, o lo que demonios fueran. Y hasta que llegaran era mejor no caer en manos del enemigo.

Podían verse detenidos en cualquier momento, y eso daría al traste con sus planes, y por ende con sus vidas. 

Uren observó la gigantesca mole de metal y cemento que se alzaba detrás de la batalla campal que se desarrollaba ante él. Atlas-1 era imponente. Por un segundo observó y analizó la escena. Aquella gente luchaba con el mero afán de su coraje, su desesperación y el ansia de libertad. Aquella era la misma motivación que tiraba de los hilos del joven cazador. 

Aprovechando las ráfagas de su antiguo mentor y del resto de los habitantes de Vandelheim, el muchacho intentó mezclarse entre la muchedumbre y evitar a las fuerzas de seguridad. Intentaría utilizar una táctica que usaba con aquellas extrañas criaturas de la Ciudad Fantasma que habitaban en el interior de los edificios.

Uren aprovechaba el sol en sus ojos para moverse sinuosamente, al ritmo de una música invisible, quedando inmóvil cuando lo buscaban con la vista. En esta oportunidad utilizaría el fuego supresivo de Prima-Tor y el avance de la desesperada multitud, simulando estar perdido, ocultándose detrás de los "verdaderos combatientes", para que no lo vean como una amenaza real. Él sabía adaptar su lenguaje corporal para parecer inofensivo. Sabía también que aquella táctica no era infalible, pero era una buena opción hasta dar con la oportunidad, con esa chance que aparecía una vez en cada batalla. A ella estaría atento.

Las alcantarillas no eran un lugar agradable, infestadas de alimañas y de residuos.

Uren, como experto cazador, enseguida capto un rastro.

Un trozo de tela que correspondía a la gabardina del detective de Vandalheim. Su mente se esforzó por recordar su nombre.

Drake… era Drake…

Observando las marcas dejadas, era obvio que fueron perseguidos, el detective y dos personas más. En seguida recordó al extraño hombre científico del asentamiento del desierto y a la chica que acompañaba al detective.

Seguramente les vendría bien una mano amiga…

Al emerger del servicio de alcantarillado se encontró en una zona remota de la ciudad, alejada de los enfrentamientos. Un poco más adelante, sus aliados discutían sobre lo que podía ser un problema de dimensiones catastróficas.