Partida Rol por web

Después de deambular por el erial durante varios días, Barry encontró un asentamiento, en un aviso, con una terrible caligrafía rezaba "Vandalheim, ciudad de negocios".

El poblado no era lo suficientemente grande para designarse "ciudad", esta acotada con unas verjas altas y es su entrada hay dos torres raquíticas construidas por un esqueleto de metal y planchas de acero. El suelo es de roca, polvoriento y seco, no se aprecia a simple vista ningún tipo de fuente de agua potable.

Sobre cada torre hay dos guardias, uno con un catalejo y otro tras un arma automática de un tamaño intimidatorio.

Desde el exterior se aprecian grandes vehículos que entran y salen tranquilamente del pueblucho. Las edificaciones se agolpan a los lados de la carretera principal, el único camino que parece lo suficientemente ancho como para dejar circular dos o tres vehiculos de gran tonelaje y que lleva a la entrada. De entre los edificios sobresale uno de mayor tamaño en medio del camino.

El edificio en cuestión desentona del resto del asentamiento, podría pasar por una pequeña planta de procesamiento y la mayoría de los transportes estacionan a su alrededor.

Barry se rasco el cuello al ver aquel lugar, no le daba buena espina, sobretodo si ese lugar era un sitio para hacer negocios, seguro que estaría lleno de problemas o gente buscando problemas, pero de todas maneras avanzo dispuesto a entrar en la ciudad, estando atento por si el guardia le pedía detenerse o algo por el estilo.

-Bueno, aunque no creo que sea el mejor sitio, algo es algo, seguro que encuentro trabajo y a lo mejor con suerte encuentro algo de información, seguro que este sitio esta lleno de mercenarios, a lo mejor alguno conoce a los que busco.- Pensaba Barry mientras caminaba hacia el asentamiento.

A su paso un hombre grande y musculoso alza los brazos en son de paz y se dirige en dirección a Barry.
Su cabeza desprovista de todo vello, con tatuajes y su característico rostro lleno de cicatrices muestra un rictus serio y una mueca forzada similar a una sonrisa.

Bienvenido a la ciudad donde lo único importante es saber vender tus talentos. Vandalheim es la ciudad libre donde no importa tu pasado o raza, solo tu presente.

Soy el primator¹ de la ciudad, mi nombre es Puckerface.

Extiende su gran mano de forma amigable.

Como ejecutor de las leyes has de ser consciente de las tres leyes de nuestra gloriosa ciudad antes de entrar en ella.

Primera, tratar a los habitantes cómo quisieras ser tratado.

Segunda, los tratos realizados y conformes por ambas partes, deben ser cumplidos.

Tercera, cualquier disputa será resuelta en el agujero.

Romper alguna de estas leyes será castigada con el exilio.

¿Estás de acuerdo con las condiciones?

Barry se quedo mirando al enorme hombre que tenia delante, era bastante cómico si se veía desde tercera persona, un gigante junto a casi un enano, el joven mercenario le estrecho la mano antes de responder.

-Estoy de acuerdo, soy Barry, mercenario, ¿que es el agujero?, ya que conoces a todos los que han entrado o pasado por aquí me preguntaba si conocías a ciertos mercenarios.- Pronució Barry mientras empezaba a describirle a los mercenarios que buscaba pero sin decir el motivo.