Barry clavo su mirada en Puckerface.
-¿Podriamos echar un vistazo a los registros?, si no es mucho inconveniente claro.- Dijo el mercenario frotandose las manos metaforicamente ya que si tenia suerte podria encontrar informacion que le sirviera.
Los registros no son públicos, no queremos espantar a nuestros clientes más infames ni dar a conocer la naturaleza de los tratos. Sin embargo podemos llegar a un acuerdo. Si me das nombres y descripción te puedo indicar cuando fue su ultimo trato y con quien. Pero…
Las cicatrices de su rostro hacen que su sonrisa tome un semblante forzado.
Tendrás que hacer un trato conmigo. Hace poco que una banda de renegados esta atacando a las caravanas de recuperación. Mis intereses necesitan escolta… y en breve la compañía de recuperación Bronx necesitara recoger material en la Periferia. En caso de que aceptes se te pagara la estancia de una semana en Los Habitáculos, comida en El Martillo durante la semana en la que trabajes y se te proveerá del material necesario para desempeñar tu función.
A cambio te daré los datos de los clientes que solicites…
El semblante de Puckerface se ensombrece
Recuerde las leyes señor Barry, un vez realizado el trato no hay vuelta atrás. Las leyes de aquí son inamovibles…
-¿Como podria rechazar un trabajo tan bueno?, comida, alojamiento, y material gratis, suena demasiado bueno para ser real y todo, solo dime cuando, dame armas y empecemos.- Respondio Barry con una sonrisa impecable mesandose la barba.
Acompáñeme señor Barry vamos a hacer el papeleo.
El gigante hace una señal dándole paso a Barry dentro de una habitación. Seguidamente se gira y le dice a Han.
Señor Han la posibilidad de negocio para con este joven es extensible a usted, si lo desea…
¿Un trabajo como mercenario?-pregunté.-Supongo que no me hará daño escuchar los detalles- respondí encogiéndome de hombros, antes de seguirlos.
Puckerface os hace pasar a una sala amplia con una mesa circular con cuatro sillas en el centro de la misma. La habitación tiene dos grandes ventanas al fondo de la misma, y grandes estanterías que llegan prácticamente al techo. Parece una pequeña biblioteca adaptada para ser usada como oficina.
Tomad asiento…
Dice señalando la mesa central. Seguidamente se mueve hacia una estantería y coge un gran libro de aspecto antiguo cuyo lomo pone “Mercenarios”.
Vuelve a la mesa, pone el libro sobre ella y lo abre…
Veamos
Dice pasando las hojas
Aquí… bien señores es un contrato genérico por el cual se prestan a servir como escolta y protección del servicio de recuperación de la ciudad de Vandalheim durante una semana, durante la cual la ciudad les proporcionara alojamiento, comida, y equipo adecuado para desempeñar la función.
El equipo designado es un vehículo rápido de escolta, armas automáticas y algo de protección…
Se queda mirando a Han con cara extrañada…
A demás de un favor del primator que puede ser solicitado en cualquier momento durante el servicio como mercenario…
Perdón por la mirada… pero creo que no tendremos ningún tipo de protección para ti, dada tu forma poco común…
Solo falta añadir que el favor del señor Barry es recibir información de sus amigos…
Hace un movimiento con sus manos indicando unas comillas imaginarias en la palabra amigos.
Perdidos, l cual se sacara de los registros de la ciudad de Vandalheim.
Hace una pausa
Y usted señor Han, ¿Cuál es su requerimiento por el trabajo que va a realizar?
Me encogí de hombros ante la pregunta.
- No se, ¿Que podeís ofrecer?- respondí.
Con su desagradable sonrisa el primator responde directamente.
Principalmente algo de información y dinero. Y si se te da bien puede que incluso un hogar en Vandalheim
- Supongo que si, si necesitais gente- respondí, un tanto indeferente.
-Bueno pues decidido, a firmar se ha dicho.- Dijo Barry levantandose poco despues de sentarse, dando una palmada en la espalda a Han.
-Enhorabuena por ser un mercenario, que te diviertas, recuerda, ni niños ni mujeres.- Le dijo marcando mas la ultima parte de su frase para luego leer con cuidado el contrato en caso de que se la estuvieran jugando.
Continuamos en la Escena: Sobre Ruedas