Partida Rol por web

Hilos invisibles

Capítulo 0: Resonancia (Wamai)

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09/04/2016, 20:58
Wes Brooklyn

Las emociones del hombre te embargan en esa extraña comunión entre ambos, acariciando con suavidad algún lugar en tu pecho. Puedes sentirle, del mismo modo que intuyes que él te siente a ti. 

 

Relajo mi posición cuando me dice que espere, y no dudo en empezar a jalar, pero... No es lo que espero. - ¿Qué carajo? - Me pregunto a mi mismo con la boca llena, pero sin sentirme saciado. Esta sensación asquea a uno, y me está jodiendo. Es en ese preciso momento cuando siento algo familiar, y es un negrata a mi lado, sorprendido por el lugar. Lo miro entonces a los ojos y es similar a lo de Morgan. Válgame Dios, que ahora soy yo el puto anfitrión... Dejo la hamburguesa y me giro hacia él, mirándolo con curiosidad.

- ¿Quién eres? - Le pregunto, esperando una respuesta rápida. - ¿Es tu primera vez? - Pregunto, esperando que esto ya vaya a convertirse en una costumbre. Debo avisarla de que Kunta Kinte me ha hecho una visita.

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10/04/2016, 05:23
Wamai Saád ú

Sonrío con la respuesta de Jimiyu, pues sus pensamientos tal vez no estén descaminados. En cuanto al modo de vida que me expone asiento, pero no muy convencido — Hmm... pero con 6 gallinas Jimiyu solo tendría para tratos vecinales, y seguro que irían cayendo una a una en su estomago — le digo mirándome las uñas mientras cruzo una pierna por encima de otra, entonces hago una V con 2 dedos en su dirección — Le harían falta 2 bolsas — Digo, como si esa fuese la solución para comenzar esa nueva vida imposible. E intuyo que podríamos pasarnos lo que quede de luna debatiendo opciones de ensueño, pero el hacer nada dura poco tras la voz de Padre. Tendremos que hablar de recolectar virutas en otro momento. 

Por lo demás, uno cenará agua con sabor a pollo esta noche. Caldo. Estoy en la mesa junto a los míos, y quizá les comente que Wamai comenzará a salir por la ventana, pero a los pocos me noto engullendo algo diferente, otro sabor, otro olor, otro color. Dejo de mascar por un momento, sin tardar en darme cuenta de que no está tan mal... pero ni tan si quiera tengo esa vieja cuchara en la mano.

Vuelve a pasar... — Jimiyu... — Susurro como aquel que está a punto de estornudar, pero en un abrir y cerrar de ojos me veo entre un nuevo golpe de magias. Veo un plato con comida, y al elevar la vista me sitúo bajo el techo de uno de esos lugares en los que nunca entro. La madre tierra, pues... me hace volar cual nube por el viento, y en el tiempo, hasta la extrañada mirada de este macho. Es rubio, como las hembras. Sin apenas saber como, sin apenas saber quién... arremolino unos sentimientos que solo se acercarían a los que mantengo con mi hermano en mi sabana africana. Es extraño.

Miro el plato. Lo miro a él observándome. Soy yo, siempre he sido yo...Wamai — le digo mi nombre palpando dos veces mi pecho — Saád ú — completo tentado de empezar a señalarlo con un meñique — Y no, no... — niego mirando a los lados, pues todavía estoy largando algunos vistazos a lo que me rodea — Wamai probó estas magias hoy... — digo tratando de mirar hacia mis espaldas — Ahora siento que debo estar aquí — me inclino hacia él sobre la mesa — ¿Y tú?¿que tienes en el pelo?¿Quién eres? — ¿Pueden verme? ¿estoy aquí, allí? ... otra vez, los dos uno en el tiempo. Magia.

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11/04/2016, 22:03
Wes Brooklyn

Mantengo la mirada al hombre negro, sin amenaza alguna, pero sí con seguridad y la determinación de entender algo de lo que está pasando. Cuando me dice su nombre casi me hace gracia, sobre todo el modo en el que golpea su pecho. El rey de la selva. Sonrío para mis adentros. Asiento y me presento, llevando una mano a mi pecho también, pero ahorrándome el golpe. - Wes. Wes Brooklyn. - Me siento un poco James Bond presentándome así, aunque es como ha surgido. 

Asiento dando la razón a este tipo cuando dice que las probó hoy. - ¿No me digas? Yo también, hace menos de media hora... - Digo dubitativo y entrecerrando los ojos. A lo mejor resulta que todo esto está coordinado, pero a lo mejor no. - Estás en San Bernardino, California. Los states. - Le explico poco a poco, del mismo modo que Morgan me lo tuvo que explicar a mi en su momento. - ¿De dónde vienes? ¿Con quién te ha pasado? - Empiezo a preguntar, precipitándome y decidido a aprovechar a tope el tiempo que nos quede. 

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12/04/2016, 17:47
Wamai Saád ú

Sonrío largamente al recibir su nombre, Wes. aunque me sorprende la entereza que este macho porta al hablarme, no por la intima postura de estas magias transitorias, si no por las gentes que nos rodean ahora mismo. Él no se oculta ante su gente, lo cual se me antoja extraño. Muy de blancos, Mukuru. 

Media hora — repito por lo bajo volviendo a ojear distintas esquinas, las luces de este local, la hamburguesa... He frecuentado pubs nocturnos con menos "de todo" que este lugar. Y a él otra vez. Uno camina dormido, o cena dormido. ¿Donde?  — San Ber-eso, California... ¿América? Kwa upendo wa Mama Dunia!  — pienso mientras me indica donde estoy — Americano — Un americano, suena hasta mejor que blanco.
Nairobi. Kenia — me palpo el pecho otra vez, con mas calidez — Estoy lejos de casa — No sé a cuanto, pero seguro que bastante. Paso la mano por mi cabeza. — Y sí, sí ¿Wes también sintió más como yo?. Wamai te dice — apoyo los dos brazos — Wamai conoció a la hembra con ojos de mar — respondo — Ruth, y era de Tarmana — El mar.  Elevo un dedo — Después a la gacela con ojos de niebla, Milka, era de Jambúr. Y estaba asustada — Elevo otro dedo, pero también las cejas, con una mirada algo más inquieta. Ahora veo al tercero ante mis ojos. Wes de las californias. — ¿Que te pasa? ¿Wes no descansa bien? — pregunto, tiene cara extraña.

Aparto el plato hacia un lado y en su lugar pongo una mano abierta. Lo miro a los ojos entonces — Dime — Ladeo mi cabeza mostrando como me pellizco la mano, así como Milka hizo en prueba de magias — ¿Tú también lo sientes?  —  le pregunto. Hablemos de suertes.

Notas de juego

Kwa upendo wa Mama Dunia: por el amor de la madre tierra!

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13/04/2016, 22:36
Wes Brooklyn

- Entiendo... - Le digo cuando dice que es de África. La distancia entonces no sería un problema, o al menos eso parece, en estos transportes extraños, o conexiones. Asiento cuando me dice que conoció a una tal Ruth, y anoto ese nombre y Tarmana en mi mente. Luego, cuando habla de Milka abro los ojos como platos, como si me acabara de decir algo más sorprendente que estas conexiones que vivimos. - ¿Lo dices en serio? ¿Milka? - Pregunto sorprendido antes de tan siquiera explicarme. 

- Yo estuve con una chica, Morgan, de Nueva York. - Empiezo explicando a mi amigo negro. - Morgan había oído hablar de Milka, aunque no se habían... - Nos señalo moviendo el dedo del uno al otro. - Ya sabes, como nosotros. Le dijeron que Milka estaba en peligro, un tal Buddy Hort. Ese no te suena, ¿no? - Llevo una mano a mi cabeza, domando el pelo y poniéndolo bian hacia atrás. Todo esto es un cristo... 

Me sorprende de repente, preguntándome si descanso bien. Pienso en lo que he tenido esta noche y hace solo un momento y río cansado, sonriendo luego a Wamai. - Podría decirse que no, la verdad. Días intensos... - Le explico sin saber siquiera si comprendería el estilo de vida de un estadounidense por nuestra diferencia de culturas. Ahora se lleva una mano a su piel y la pelliza, y lo jodido es que yo también lo siento. - Joder... - Me quejo más por la sorpresa que por el dolor del acto. Lo miro atónico unos segundos. ¿Como no voy a sentir que confío en ellos... si compartirmos hasta el dolor? - ¿Como sabías eso, Wamai? ¿Dominas algo esta magia? - Pregunto esperando encontrar a un chamán sabio que pueda resolver todo esto. 

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15/04/2016, 01:42
Wamai Saád ú

Me sorprendo abriendo la boca cuando Wes menciona a la hembrita con ojos de niebla — Si si, Milka. Digo en serio — y afirmo como algo realmente importante mientras levanto levemente el panecillo de la hamburguesa para ver que lleva. Comprendo que hay más presencias viajeras, como yo — Morgan —  repito dejando la hamburguesa en paz, mientras veo como Wes me indica la señal de conexión entre ambos. Y no sé que significan todos estos nombres, algún día preguntaré, pero cuando me dice Buddy elevo las cejas — Ooooh Buddy. Wamai desconoce quien es Buddy... pero Milka habló de Buddy y la habitación vacía – informo mis sabidurías al americano que siente, que sabe, y que también recibe magias extrañas... pero no descansa bien. Días intensosNecesitas col silvestre, Sukuma Wiki. Wes haría bien en recordar — bueno para trabajar.

Tras ver su pequeña reacción al pellizco, sonrío largamente para dar respuesta a sus preguntas — No domino — respondo — Uno sabe de ritos de mi tierra  — Mukuru —Pero no practico magias, y tampoco sé de estas. Me lo enseñó Milka – le digo en cuanto al pellizco.

Entonces paso al mensaje frunciendo los labios. Necesito suerte, Milka necesita suerte, Wes necesita suerte... ¿Morgan y Ruth también necesitan suerte? — Wes atiende a Wamai — le digo — La hembra con ojos de niebla contó que ya la cazaron. Necesita suerte para huír — cazada... esto suena bastante mal en mi cabeza... — En Jambúr, donde los alemanes — digo en donde — Los médicos quieren cortarle el cerebro, dicen que hay un tumor en él — y esto lo digo como quien no sabe a que mbuzis se dedican a hacer los médicos en el primer mundo. Después pongo un dedo en mi sien — Si le cortan a ella, nosotros sentimos. Como el pellizco, pero más fuerte - digo al macho americano.

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18/04/2016, 22:09
Wes Brooklyn

Mi recién presentado compañero está contándome información que yo desconocía. Estuvo ya con Milka, sabe que está en peligro... - ¿Un tumor? - Pregunto extrañado. - Pero... ¿Un tumor de verdad o es una excusa? - Vuelvo a preguntar sonando suspicaz. La verdad sea dicha, no quiero sufrir ese pellizco cerebral a gran escala. - Sí que necesito col. - Señalo la hamburguesa con la cabeza. - Con burger. - Apunto con una sonrisa.

Ahora quiero pedirle ciertas explicaciones y compartir información con él. - Pues con esta chica, Morgan, intentamos contactar con Milka, pero solo pudimos dar con una amiga suya, Dallas. No hubo manera de que nos pusiera directamente en contacto, así que... Por esa parte nos queda esperar. - Me callo un segundo después de la parrafada. - Sin embargo, Morgan dice que va a intentar ir a Alemania a dar con ella. - Le digo confesando el plan de mi primera compañera. 

- Y tú... ¿Qué sabes de esos médicos que la cazaron? ¿Te contó sus verdaderas intenciones o algo? ¿Como ayudarla? - Pregunto con la esperanza de poder ayudar desde mi San Bernardino. 

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20/04/2016, 02:29
Wamai Saád ú

Tumor de excusa — aseguro. Miro hacia la hamburguesa cuando me la señala y vuelvo a sus ojos después. Col. Claros, no sé si de lluvia o de hierba* pero vuelvo a mirar su pelo mientras me habla de Morgan. Recibo otro nombre, Dallas y mi gesto acoge una nueva sonrisa cuando me indica que esta hembra que desconozco tratará de buscar a Milka — Uh. Eso si — levanto el indice señalando con animo — Ir a Alemania, eso funciona — seguro. Doy un leve golpecillo en la mesa, como contento. Blancos. Planes. — Uno no sabe cómo se hacen magias, pero si atravesamos una puerta agarrados de una mano igual se deshacen — añado por encima — Me pasó dos veces — elevo dos dedos.

Cuando me pregunta sobre mis saberes del asunto de los médico pienso echando la vista a un lado. Ahora es cuando uno empieza a deducir que preguntó muchas cosas que no sirven. Miro hacia Wes — Suerte — le digo — Wamai buscará amuletos de la suerte. Todos somos uno. — Igual busco que me hagan alguna pulserita Ngai. Mi tono y gesto deja entender que esto me parece suficiente, pues así lo creo yo. Alzo las palmas hacia el techo. Amani. Paz.

Prosigo poniendo las palmas en la mesa... pues de momento no hay amuleto, hay magia presente — El plan de Milka es esperar a que todos duerman y huir — me rasco la cabeza — Llevaba atuendo de hospital. Mala cara — sigo pensando — Sonreía poco — triste. Engruño mi cara pensando más... hasta que de repente me viene algo a la cabeza quizá útil para encontrar a la hembrita de Jambúr - Geller, doctora Geller! – abro los ojos – Si encuentras a Geller, encuentras a Milka - transmito.

Y por ultimo, le hago una pregunta un poco distinta a Wes — ¿Wes escucha explosiones en el cielo? —pues empiezo a pensar que esto fue locura de uno.

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20/04/2016, 23:22
Wes Brooklyn

Resoplo con rabia cuando dice que sin duda es una excusa. Al menos no tengo un tumor por una tercera persona... Podría ser peor. - Cabrones. - Digo con sequedad y desprecio. Chasqueo la lengua por el modo en el que habla Wamai, tan distinto a nosotros. - Seguro que funcionaba ir, sí... - Cada vez me está dando más rabia no poder ir ahí: esto es gordo e involucra a gente con la que me siento unido. Levanto una ceja ante lo que podría ser algo místico. - ¿Con puerta te refieres a puerta o a puerta? - Cambio el modo en el que digo la segunda, insinuando algo que se diferencia de lo que se entiende por puerta normal. 

Me hace reír por la manera en la que dice que buscará suerte. Con eso se nace, amigo. En lo que sí puede tener razón es en que somos uno, o al menos estamos conectados hasta la médula. - Dame un poco si encuentras. - Le digo con una sonrisa de esas que me salen tan agradables cuando estoy cómodo. Niego con falta de esperanza ante el plan de Milka. - Eso estará jodido. Necesita ayuda. - Solo nosotros podemos dársela. Ahorro esas palabras. - ¿Doctora Geller dices? A lo mejor eso ayuda a Morgan. 

Entonces le hago un gesto con la mano para que espere y cojo el móvil, listo para responder a un mensaje que hace nada me había llegado. Empiezo a escribir.

Vuelvo entonces a ver a Wamai. - Solo estaba informando a Morgan de esto. - Digo mientras guardo el móvil. Me llevo entonces las manos a la cara y apoyo los codos en la mesa, cansado por todo. - ¿Explosiones en el cielo? - Pregunto extrañado. - Eres difícil, Wamai. - Respondo con una sonrisa. - No sé, la verdad. - Confieso. - ¿A qué te refieres? 

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22/04/2016, 02:33
Wamai Saád ú

Expresiones de blancos. Sonrío. Luego meneo un tanto las 2 manos cuando Wes me pregunta sobre la puerta — Sí, eso — y por un momento me giro sentado en busca de la puerta de este establecimiento, alguna entrada, alguna salida... una puerta normal y corriente. Me siento un poco intimidado lejos de mi sabana africana, aunque creo saber que solo el macho de las californias me ve. Vuelvo a mirar la hamburguesa... y luego otra vez a la puerta — Una puerta normal — resumo sentándome bien de nuevo, y mirando a Wes — Si Wes y Wamai abren puertas normales agarrados de una mano, las magias se rompen. Yo regreso — explico, pero luego pregunto — ¿Como te separaste de Morgan? — De mi tono se podría entender que espero que sea tal y como le acabo de decir, o por mi gesto, que estoy casi convencido de ello. Mukuru! Así fue.

Pero cuando Wes de las californias ríe, río un poco con él. Mi suerte será la suya. La luz me confunde ¿que hora es en este mundo?... — Necesita ayuda — repito volviendo al tema de Milka, asintiendo — No quise decirle a la hembrita que su plan sonaba a poner almohada bajo la sabana. Wamai lo hizo una vez — elevo un indice — pero al regresar le esperaba el cinturón. Pero como no piensa regresar le ofrecí animo, le dije que lo fácil es menos difícil, y le prometí que ayudaría: Ahora busco suerte — Y me encuentro con Wes, americano. Mantengo la sonrisa — Habló de una hermana y 3 hijos. Seguro que ayudan a Milka —. 

— Eso, Doctora Geller — le digo por encima, viendo como utiliza un telefono para hablar con Morgan, yo no tengo de eso. Elevo un indice con el codo apoyado en la mesa — Dile que los médicos alemanes quieren llegar hasta su cerebro. Tiene que correr — simulo que me corto la frente con el indice. 

Y por lo que escucho... Wes tampoco sabe de explosiones — Wamai tampoco sabe lo que significan — le digo algo confuso, pero... — ¿Wamai dificil? — elevo las cejas esbozando una gran sonrisa — Nooo, si lo piensas bien... Wamai es muy fácil — complicadas son las religiones.

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23/04/2016, 15:19
Narrador

Es difícil saber qué pasa exactamente cuando pronuncias esas palabras. Tu sonrisa no ha tenido tiempo de borrarse, ni Wes de responder, y de repente estás de vuelta. Ante ti un plato de sopa a medias, y sentados a la mesa tu padre y tu hermano. Jimiyu está contando que ha conocido a «alguien», pero no da más detalles que una sucesión de exageraciones acerca de lo magnífica que es Subira. Su tono es divertido, y tu padre ríe a menudo con sus comentarios. Parece saber que de las palabras del chico a la realidad hay un abismo de diferencia, pero resulta encantador escucharle.

Por la actitud de ambos dirías que no has pasado mucho tiempo ausente. Ellos te observan durante algunos segundos y finalmente es el anciano el que hace un comentario sobre lo ausente que te encontrabas. Si percibe algo de la soledad que rodea tu corazón ahora que estás de vuelta, no lo muestra.

El resto de la noche pasa con normalidad, salvo por la disposición de tu Jimiyu a recoger todas las virutas de madera. Pero aún así acaba como los demás: contigo en la cama mirando al techo, pero esta vez con muchas más cosas que de costumbre en la cabeza.