Partida Rol por web

¿Quieres brevedad? Seré breve: Si desvelo mis cartas rápido es porque la información es la única herramienta para conseguir que el bien gane la batalla. Yo puedo obtener información y la que obtengo la comparto. Mañana demostraré que soy de fiar, y si no, seguiré pidiendo que me matéis para que lo comprobéis vosotros mismos. Si antes de mi muerte he desvelado más información, más cosas que sabréis ciertas y os ayudarán a que el Bien gane.

Además: Mi muerte no importa. Soy Todo, existiré mientras uno de vosotros exista. ¿Suficientemente breve?

- Redundante más bien. 

Redundante, pero te explica lo que pedías: por qué hablar.

-Metal, veo que me utilizas mis palabras. Mi poder, como realidad, es limitado. Solo sé que muerte no está en el lado del bien. Y que mañana, si nadie me protege esta noche, el mal terminará con mi vida. 

La realidad es benévola con quien intenta mentir. Sabe que tarde o temprano se desvelaran las mentiras y se sabrá si Metal está o no en el lado del bien. Hoy por hoy, no lo sé. 

-En breve caerá la noche y sucumbiremos de nuevo al imperio del mal. Eso sí, si muerte desaparece, todos tendremos una posibilidad más de sobrevivir y fortalezer  al Bien. 

Comprendo.

Fueron las únicas palabras de Ciencia tras las intervenciones de Todo, Cuerpo y Realidad. El brillo de sus líneas indicaba que ya había una decisión tomada y que sólo restaba aguardar a la resolución de aquello. Sin embargo, su curiosidad seguía ahí, constante, amenazando con saltar a lo más mínimo que se le escapase.

La muerte se acercaba a si mismo, por muy rimbombante que sonora. -Si habéis tomado esa decisión que así sea. Si la Muerte debe estar al otro lado que así se haga. No seré yo quien siga repitiendo mi inocencia, el inocente solo lo demuestra una vez. Insistir es desesperar, se que aun podre ser de ayuda al otro lado. A pesar de que no pueda volver. -No miro a nadie, después de todo El más allá no tiene ojos.

-Pero espero que mañana no os equivoquéis de nuevo. -Dicho esto, al fondo de su abismo una nebulosa silueta se dibujo con la mano alzada. ¿Seria posible que la propia muerte tuviera alguien esperando al otro lado?

Fantasía estuvo un rato escuchando sin llegar a intervenir.  En algunas ocasiones porque poco podía aportar, en otras porque prefería escuchar y estudiar la situación y en otras simplemente porque le parecía imposible. Había mucha información que asimilar y muchas piezas que encajar. Sus tonalidades cambiaban a cada poco tiempo, pero siempre eran intensas.

No sé si muchos de vosotros sois valientes, muy tontos, mentirosos compulsivos o uno teatreros del copón, pero jugáis a juegos muy peligrosos y arriesgados.  Miró a todos los avatares, sin dirigir su atención a ninguno en especial. Deberíais tener presente que os escuchan tanto los buenos como los malos. Sólo era una advertencia para los buenos bocazas. Tampoco sé en qué os basáis mucho de vosotros para tener ciertas certezas “que si este no morirá” “que si este resucitará” “que si este es inocente” “que si este es culpable” “que si blablabla” sinceramente, no creo que ninguno de nosotros esté en tal posesión de la verdad como para afirmar nada con esa rotundidad, tampoco creo que se pueda confiar en nadie y yo de momento no lo voy a hacer.  Ahora mismo lo único que tengo claro es que no tengo nada claro. Fantasía empezó a reír con cierta amargura. Con tantas afirmaciones y tantas declaraciones, muchas de ellas vacías y sin sentido ninguno, ya no sé a quién mirar o qué pensar, ni siquiera soy capaz de recordarlo o asimilarlo todo.  Se movió por todos los avatares. Las guerras se ganan una a una y poco a poco, pero con este caos es imposible sacar nada en claro. Propongo centrarnos un poquito más.  

Los supuestos seguidores del Bien habían tomado una decisión. Seis de los avatares presentes señalaron como seguidor del Mal a Muerte y así fue como juntos decidieron ajusticiarlo.

Tiempo fue el primero en paralizar a Muerte para que se congelase el tiempo y no fuese capaz de actuar. Ciencia cuchicheó junto a Cuerpo y juntos empezaron a materializar pequeñas creaciones que poco a poco iban cobrando forma. Realidad les dio la forma que necesitaban y los convirtió en unos seres humanos muy parecidos al planeta que debían proteger. Y esos miles de seres se abalanzaron contra el avatar de la Muerte convirtiéndolo precisamente en lo que era. Aún así, Muerte no tenía ninguna intención de dejarse vencer por seres humanos creados recientemente, y dando pequeñas bocanadas de aire lograba resistir el ataque. Así que, Agua, que parecía estar de acuerdo con el ataque, rodeó al avatar para evitar que siguiera existiendo y terminó ahogándolo.

Habían logrado quitar de en medio al avatar de la Muerte, un avatar del que muchos decían que debía ser malvado, pero que quizá solo fuese tan neutral como todos los presentes. La Muerte era la causa de la Vida, algo por lo que todos debían pasar y una mera causa de la propia existencia. Que fuera un seguidor del mal o no, era algo que no sabrían hasta que toda esa locura no se hubiese terminado.