-Alaaaaaa, ¿ya hemos terminado?- miró a su alrededor sin entender demasiado bien lo que había sucedido, viendo cómo todos llegaban de nuevo a escena. ¡Sabía que no desaparecerían para siempre. -¡Grabriel, me sigues debiendo golosinas!- le señaló con dedo acusatorio antes de lanzarse a por la fuente de chocolate que tan bien estaba dispuesta de nuevo.
-¡Wooooooooo! ¡¡Y he ganado sin querer!! Yuhuuuuuu ni siquiera sé cómo lo he conseguido... Pero ¡YUHUUUU!- sin duda se trataba de una niña desafortunada con buena suerte.