- Lo asaltaron cuando salió a orar al santuario, tengo entendido. Pero no estaba en el santuario propiamente dicho; ese lugar ya lo examinamos antes de que encontrasen el cuerpo...
- Entonces no queda mas que aguardar a Suzue, a menos que quieras acompañarme a recorrer la mayor parte de la casa - Miro a Daidoji - Si quieres ir con ella, adelante, yo vere de revisar un poco mas todo esto aunque sea en mi mente - dijo tratando de recordar los acontecimientos pasados y la informacion que se habia entregado incluso a los Sensei.
- No creo que podamos sacar nada más en claro de esto, así que será mejor dejar que Suzue hable con otros sirvientes. No queda mucho para que empiece la siguiente prueba y me gustaría asistir, aunque no vaya a participar.
La cara de la chica demostró que no quería que la acompañaran, la presencia de dos samurais podría intimidar a los sirvientes, el mismo escorpión lo había visto. Todo el mundo les temía a los de su estirpe, incluso ella les temía, por eso no demostró abiertamente su descontento, pero apenas su amo le dijo que iría a la prueba, ella suspiró aliviada.
- yo los buscaré, apenas pueda sacar algo en limpio... por favor... ir con cuidado - aún sentía que algo podría suceder, y no sería bueno. La joven se despidió de ellos con una parsimoniosa reverencia, y se retiró por el pasillo, rumbo al corazón de la vida plebeya en toda mansión. La cocina.
Ha llegado la tarde ya y la cocina es lógicamente un hervidero de criados, preparando o despachando bandejitas para los comensales y la guardia. Hoy no se ha almorzado, por lo que los tentempiés y él te caliente son sin duda reclamados...
Tu presencia no llama la atención allí después de que estuvieras tanto los otros días, y saben de parte de quien vienes. Recibes algunos saludos rápidos. Todos parecen muy ocupados ahora, así que tendrás que ir al grano para atraer la atención...
Suzue se retira, dejando a los dos hombres solos en el pasillo, frente a la puerta del difunto Iuchi.
La habitacion esta oscura, habiendo sido vaciada por completo tras el asesinato. Sin duda habra alguna limpieza y purificacion antes que pueda volver a ser ocupada.
Lo unico que sigue alli es un apretado paquete, con las pertenencias del shugenja. resulta curioso que Togo o Chomei sama no lo reclamaran, pero tambien es posible tengan otros planes.
¿Que hacer con las pertenencias del shugenja? ¿Tendrían derecho a llevárselas, o tal vez los jueces tenían pensado entregárselas a algún familiar? Fuera como fuera, allí ya no tenían nada más que hacer.
- Voy a regresar al terreno de las pruebas para ver la última. ¿Vos que vais a hacer?.
Como siempre, mucha gente, la joven buscó el fregadero y pidió ayudar a las sirvientas a lavar los cuencos de comida y las tazas, mientras veía con quién conversar, identificar a los presentes, que no conocía lo suficiente como para saber sus funciones.
- ay...- casi cae una taza y ella la sujeta -... mi amo me mandó a hacer algo, y... y no sé como preguntarlo - se puso roja la jovencita, mirando a los sirvientes, mostrándose inocente y torpe, para no demostrar que era una amenaza para nadie.
- Participare de esta ultima prueba tambien - Aseguro el Escorpion - Pero aun queda un tiempo para despejar la mente - Dijo mientras caminaba hacia el lugar de la prueba despejando aquellos pensamientos que aun tenia. Queria ver si en esta prueba podia dar mas que en las demas, posiblemente lo lograria o seguiria con la suerte quebrada.
Pues nada, yo vuelvo para ver la última prueba
-Pues hablando.- gruñe con prisa uno de los que estan revolviendo una olla donde algo que huele bien hierve a fuego lento+ Date prisa muchacha, ¿que quieren y quien?
-Eso... Eres la sirvienta de Daidoji-san, ¿no? Estuviste aqui ayer creo. Dilo ya.- Te apresura otra, una mujer, al levantar la vista de las verduras que corta para mirarte.
Tirada oculta
Motivo: mm
Dificultad: 0
Tirada (2): 8, 6
Guardados (2): 8, 6
Total: 14, Éxito
podemos seguir aca mientras se resuelve la prueba...
Luego de despejarse, todos escuchan el llamado de los sirvientes, quienes discretamente junto a sus bandejas de bocadillos, avisan a los participantes dispersos por el castillo.
Ya va a comenzar la ultima prueba. La resolucion final.
había conseguido captar su atención, afortunadamente, y claro, su idea era continuar con esa careta de niña media tonta, para que no la vieran como una amenaza. Suzue, inclina su cabeza.
- lo.. lo siento - exclama con una voz entrecortada - mi amo desea saber algo sobre las habitaciones, ¿siempre estuvieron las personas designadas a los mismos lugares? - pregunta encogiéndose de hombros, y sin revelar las razones de esa pregunta, sólo si se lo preguntan, deberá ver que decir.
Los sirvientes se miran entre si, algo perplejos por una pregunta que no tiene nada que ver con sus funciones cotidianas. Tras una rapida pausa, la misma mujer que te reconociera responde.
-Mmm... Creo que si chica pero... vamos. Quien sabe. Esas cosas las armaron los carpinteros del pueblo justo antes del torneo. Solo ellos y los señores Suzume se fijaron en ese asunto. ¿A que viene la pregunta?
Tirada oculta
Motivo: mmm
Dificultad: 0
Tirada (2): 8, 6
Guardados (2): 8, 6
Total: 14, Éxito
Suzue apenas tuvo una repuesta, una nueva pista que podía llevarla a cualquier lado, la joven se encogió de hombros, pensando en que responder - mis señores... solo soy su sirviente, él no me da razones de sus decisiones, no soy nadie para exigirlas , ruego que me disculpen por quitarles tiempo - inclina su cabeza la joven, saliendo de la cocina, rumbo a la prueba, ahí debería hablar con su mano para poder decidir que se haria, aunque pensó en buscar al más joven de los Suzume, aunque no estaba segura si ellos seguían aún en la casona.
otra vez lo mismo, mando los mensajes y se pierden desde mi casa -.-
continuamos en la otra escena.