Partida Rol por web

La verdad es que es la primera vez que bebes una historia y no sabías que podías esperar. El sabor de lo que pasa a tu garganta es indescriptible, algo como a licor de aniz, pero con muchas diferencias. Hay toques de limón y el aroma que te queda es como el del viento en la campiña inglesa. Es agradable y sueve y no puedes evitar sonreir al degustarlo.

Ogú, que te miraba con mucha atención, le dice luego a Sueño:

- Mí tene tanto mucho sed. Mí kera kuentito pa tomar.

Pero sueño le dice que no es tan simple tomar de los elixires que tiene en ese lugar, que si se porta bien, le dará algo antes de irse.

Por tu parte, la sensación agradable ya a pasado, pero la verdad es que esperabas tener una especie de epifania que te mostrara la famosa historia, y hasta ahora no hay nada de nada.

Esperaba conocer la historia tras tomar aquello o quizás incluso verla con personajes inventados en mi cabeza, pero nada de aquello sucedió y me quedé casi sin respirar, mirando a mi alrededor como si algo fuera a ocurrir, viendo que no era así precisamente, aunque al menos las palabras de Ogú casi me sacan una carcajada.

- Luego te cuento yo uno si quieres. Una madre siempre sabe historias que contar a sus hijos. - Sonreí y luego cambié mi mirada hacia Sueño intentando decirle así que no sabía qué tenía que hacer.

- Me siento igual que antes y desconozco la historia. ¿ He de hacer algo? Yo en realidad sólo quiero saber si puedo ayudar a Jack la historia es lo de menos..

Dejé de sonreir para poner cara de angustia al pensar en él.

Sueño parece muy entretenido con las ocurrencias del cavernícola, pero cuando le preguntas acerca de la historia y la relación con Pendragon, el te mira con sus ojos de estrella y te dice:

- ¿En verdad crees que puedes cambiar el orden natural de las cosas, Wilhenmina Murray? El Rey Dormido ha vivido una vida muy larga y son muy pocos los humanos que tienen realmente la fuerza para soportarlo. Mi hermana me pidio que te diera la historia y ahora estará contigo siempre. Ahora la conoces, pero está en lo profundo de tu mente, en el lugar donde solo reciden los sueños, que es el que te conecta con mi Reino. Y como los sueños vendran a tu memoria conciente cuando lo necesites.

La verdad es que de pronto sientes que todo aquello simplemente era una perdida de tiempo. Pero justo en ese momento, alguien pronuncia tu nombre a tus espaldas y cuando te volteas te encuentras con Jack parado justo frente a ti.

- Él tiene razón, Mina. Tú viaje sigue y ya hiciste lo necesario por mí. Hay mucha gente que debes proteger de este plan maligno. Ahora debes despertar, porque te necesitarán al otro lado.

Entonces sientes como si cayeras libremente y el palacio de Sueño se deshace como si fuera de arena. Cuando abres los ojos estás en la tienda en medio de la selva y aún el sol no sale.

En cuanto escuché las palabras de Sueño, como si lo que le hubiera dicho hubiera sido un ataque, estaba más que dispuesta a dejarlo en su sitio, fuera el hermano de la muerte o quien quiera que le tocase ser, porque si a él no le importaba perder el tiempo para nada, como habíamos hecho, a mí si que me importaba, pues seguro que aquello no ayudaba precisamente en mi descanso y yo, sólo quería ayudar a Jack, tanto como él me había ayudado a mí, pero si no iba a ser posible con que me lo hubieran dicho así de llanamente hubiera bastado, que no era idiota.

Casi se podía ver como me dejaba llevar por las emociones, pues incluso apreté los puños, pero en aquel momento, escuché la voz de Jack y me olvidé absolutamente de todo para darme la vuelta y mirarlo, volviendo a sentir aquella enorme tristeza.

- Siento no poder ayudarte...

No me dio tiempo a decir más, pues abrí los ojos en el campamento en el que ahora sí, comprobé que era el mismo en el que nos habíamos acostado, pero no salí del lugar en el que estaba metida, sino que me eché a llorar intentando que nadie pudiera escucharme.

Estabas ahí, sola con tu pena, cuando escuchas unos apasos atropellados que se diriian a tu tienda. Sin respetar ningún tipo de protocolo, Ogú entra a tu tienda y te dice:

- Mimina, mí tene sueño tanto mucho raro. Mí sueña kon tú y ombre paliducho que...

Entonces se detiene al ver tu cara y te dice preocupado:

- ¿Tene penita, Mimina? Mi ayuda tú pa ke no yore.

En aquel momento lo que menos me apetecía era que nadie viniera a verme, pero ni se me había pasado por la cabeza que alguien pudiera invadir así mi intimidad, quizás porque estaba acostumbrada a unas normas de conducta que lógicamente, sólo seguía yo en aquel lugar.

Me incorporé y me pasé las manos por la cara, dejando de llorar simplemente por orgullo, no porque tuviera ganas de hacerlo.

- Yo... también he tenido ese sueño Ogú...

Intenté calmarme aunque apartaba la mirada del hombre.

- No te preocupes, estoy bien.

No, no estaba bien, pero era lo que había y a partir de ese momento sabía que las cosas irían a peor.

Ogú es cavernícola y no tiene modales, pero no por ello podras engañarlo. Él se rasca la cabeza mientras te mira y dice:

- Espera un pokito. Mí güelve rapidito.

No sabes que tiene en mente, pero al rato vuelve con un monton de flores de distintos colores y tipos. Él las coloca a tu lado y te dice:

- Mamita de Ogú dició ke el olor de flores kita penita. Mamita tanvien kantava, pero Ogu ser desafido.

En lo que se fue me dio tiempo a recuperar un poco la compostura y en el fondo, le agradecía todo su cuidado y preocupación, pero mis ánimos estaban por los suelos y eso hacía que no sintiera demasiadas ganas de tener ninguna compañía.

Me puse a recordar lo que me había dicho Jack, pero yo en aquel lugar me sentía más un estorbo que una ayuda, quizás, todo lo que había sucedido y mis pocos ánimos me hacían pensar así.

Al ver aparecer de nuevo al hombre y ver como dejaba las flores a mi lado tuve que sonreir, aunque fuera de forma un poco triste por el gesto y cogí las flores con ambas manos para luego llevármelas a la nariz.

- Tu madre era una mujer muy lista.

Volví a sonreir agradecida por todo. La procesión tendría que ir por dentro.