Partida Rol por web

Con la sorpresa en sus ojos y los huevos en la garganta, Fette sólo tuvo tiempo a decir una palabra antes de intentar salir de esa trampa mientras veía horrorizado su final bien cerca:

—¡Rayossssss!—se oyó entre unos dientes bien apretados.

El techo de la estancia se abrió y todos nos quedamos sorprendidos con la maquinaria que había allí. Desde luego, el que había diseñado estas tumbas no había escatimado en gastos. 

- No sé si con tanta trampa les ha quedado mucho dinero para tesoros, la verdad. - Fue lo que me vino a la cabeza al ver aquello. 

Claro que luego me di cuenta de que Fette iba a tener un pequeño problema para salir de allí, así que me colgué en hacha rápidamente y traté de agarrar aquello por donde pudiera para darle algo de tiempo a salir de allí. 

Al agarrar las vigas de madera mis músculos se tensaron y enseñé los dientes debido al esfuerzo, lo que mostraba un aspecto más feroz ya que mis colmillos aún se acentuaban más. 

Pasmosamente, cuando Fette ya prácticamente recordaba su primer banquete como colofón del repaso de toda su vida, desfilando ante sus ojos, al verse ya masticado por aquella bestia de engranajes y cuchillas, el mediano se las apañó para arrastrarse poco decorosamente de debajo de la trampa mientras Lagakh daba muestra de su portentosa musculatura, deteniendo el soporte de aquellos artilugios del mal sobre su cabeza y logrando destrozarlo aprovechando el mal estado de algunos de los componentes de la trampa, que llovió en todas direcciones, pero convertida en una colección de tornillos, tuercas y filos casi inofensivos.

AL otro lado del pasillo los aventureros pudieron ver unos aterradores ojos rasgados, rojizos, acechándolos expectantes, peor una vez que se libraron de la trampa, la luz iluminó a un triste goblin albino que salió a la carrera aprovechando un hueco entre unas piedras a ras de suelo. 

-Oh, por los diosses sserpiente!! (​​​ no confundir con los reyes, esos son otros ), Lagahk, ¡¡Eressss brutal!! El despliegue de bien proporcionada musculatura verdosa de la semiorca le había dejado la cola torcida de la emoción.  Casi casi me había enamorado y todo.

-¡Un encuentro! -señalo al triste goblin sarnoso que nos sale al paso. No había que desaprovechar estas escasas ocasiones en las que los mazmorristas superaban tres a uno a un adversario.  Como decía la Guía Salter "La moral en una mazmorra es tan importante como unos huevos fritos con patatas"

—¡Cago'n su maldita calavera!—maldijo Fette—Gracias Lagakh... Debe ser la tercera o cuarta vez que me salvas esta semana—dijo sonriendo.

Luego miró al penoso goblin albino huir y pensó en lo inteligente de su reacción. Aunque más inteligente le parecía seguir buscando tesoros ¡Evidentemente!

—Adoradores de una corona de trapo... ¡JA! Sigamos en busca de algo dorado y reconfortante. Mis manos echan de menos el tacto metálico del oro jejeje

Mi única intención al hacer aquello era darle un poco de tiempo al mediano para salir de ahí debajo, pero cuando me di cuenta de que aquella cosa empezaba a romperse si hacía fuerza... pues no tuve ni que pensarlo e hice un poco más de fuerza aún. 

- ¡SÍ! ¡MEJOR HUYE COMO UNA PUTA RATA PORQUE COMO TE COJA TE VOY A HACER LO MISMO QUE A ESTA MÁQUINA! - Eché en su dirección unos trozos de madera que se me habían quedado en las manos. 

Claro que entonces miré a mis compañeros y me tomé como un halago aquello de bruta, que era lo que había entendido que me llamaba. 

- Sí, lo sé. - Dije sonriendo divertida. 

Aquello había sido lo segundo más divertido de aquella tumba, lo primero, ensartar a uno de aquellos primeros goblins... 

Fete me dio las gracias y yo me encogí de hombros. 

- Si tuviera que buscar yo las trampas ya habría muerto. Así que me parece un cambio justo lo de ayudarte. 

AL continuar caminando por el pasillo, tras dejar atrás aquella pila de madera, cadenas y ruedas dentadas rotas en el suelo, el grupo llegó a una pequeña antecámara en la que cascotes de relieves y adornos con motivos geométricos, desprendidos de las paredes, eran la decoración principal. Aquel cuarto olía a tela podre y de la sala contigua llegaba el sonido de un tintineo de cadenas.

El ruido al fondo llamó la atención a Fette, pero a saber... lo mismo era algo ondeando o una cadena movida por una simple ráfaga de aire. Así que el mediano se puso a rebuscar en la habitación en la que estaban. Ante todo, había que ir paso a paso, que luego venían las sorpresas por la espalda.

Había guardado el hacha para ayudar a Fette con aquella trampa y aún no la había vuelto a sacar, pero aquel sonido que parecía provenir de unas cadenas me hizo ponerme alerta, así que de nuevo decidí sacar a pasear a mi mejor amiga de nuevo. 

- ¿Habéis oído eso? 

Esta vez no iba a pecar de ingenua y a la primera que pudiera mataría a lo que estuviera atado, aunque nos implorara que lo soltáramos. Estaba claro que en aquel lugar no había nada bueno y al final, hasta el más tonto del pueblo espabila después de un tiempo. 

De todas maneras, volví a guardas las distancias con Fette, que seguro que estaba buscando cualquier cosa que no fuera normal ahí dentro. 

-Lo ssstamoss haciendo genial, chicossss. Me giro hacia Zoex, mucho más callado de lo normal, lo cual debía significar que íbamos por el buen camino.  O que un limo zombificador había tomado control de sus funciones vitales, aunque no tenía cara de eso.  

-Mass cadenass, como antesss de la sssucubo.  Y como la sssucubo.  Qué manía con encadenar a criaturass.  

Pongo una piedra en la honda y desenvaino mi cimitarra.

-Te seguimosss, Butlerss, tu mandasss.

Fette vio que, como en trampas anteriores, había unos adoquín que sobresalía más que le resto, el tema era si volvía a activar la trampa, como hiciera con la anterior, o si optaba por tirarse unos minutos manipulando aquello para desmontar el mecanismo con sus picas.

—Bien, activaré la trampa otra vez y ent... jajajaja—para Fette parecía que el chiste se contaba solo, pese a alguna lógica mirada asesina.

—Perdón, perdón... Quería ver vuestra reacción nada más... Ay, ¡que me meo de la risa!—dijo apartándose con urgencia un poco y orinando en la pared. "Fette estuvo aqu... Vaya, se cortó el chorrillo".

—Ya está. La desactivaré.

Fette, entre chistes, se puso manos a la obra, con su kit de picas y herramientas pequeñas para poder fijar el detonador de la trampa. Mientras lo hacía, dedujo que lo que allí había eravel típico mecanismo que abriría el suelo, en mitad de la estancia bajo sus pies, enviándolos, posiblemente, a un bien dispuesto lecho de lanzas, picas y puñales que les habría dejado más agujereados que a un colador.

La tarea le llevo unos quince minutos, tras los cuales escucharon voces viniendo de la sala contigua, la misma de la que provenía el sonido de cadenas que habían escuchado antes. De pronto un guerrero desconocido irrumpió en el umbral de la estancia, tornándose en piedra tan pronto como fue visto por los aventureros. Del otro cuarto llegaron gritos de queja y un nombre pronunciado por varias voces con tristeza 'RODERICK NOOOOOO'.

A los pocos segundos, el tal Roderick, si es que ese era el nombre de aquel guerrero petrificado, quedó pulverizado por un inesperado impacto, proveniente del interior de la sala. Algo de Roderick llegó a los pulmones de los aventureros. Un chirrido animal de triunfo resonó en la mazmorra.

Una vez que este desapareció del umbral, Fette, Skarlkja, Lagakh y Zoex pudieron ver que la sala contigua era una de las más grandes que habían visto en la tumba hasta ahora, tanto que ocho grandes pilares ocupaban lugares preferentes en la misma. Aparentemente, los amigos de Roderick, otros aventureros, se escondían tras dichas columnas de algún peligro...

Jahk jakh — rio al ver a Fette escribir en la pared.  Entendía totalmente a las medianas y su fijación romántica con los gnomos, mucho mejor dotados.  Pero mis importantes, para nada banales pensamientos, se interrumpen con irrupción de un guerrero al que petrifican de inmediato 

—Cocatrizs o bassiliisssco, en piedra ssi no dass un brinco.  Me acuerdo, me viene a la cabeza, de la vieja canción infantil que se cantaba en los pozos de cría reptiliano.  Sonrío ssibilina.

—Trazemosss un plan que usse a essos aventureros como cebo.

Yo había creído realmente que Fette iba a volver a activar la trampa así que ya había empezado a guardar mi hacha para tener las manos libres. Claro que cuando dijo que era broma, gruñí y volví a sacar de nuevo el hacha. 

El mediano tardó la vida entera en desactivar aquello y yo ya no sabía si vigilar o echarme una cabezadita. De no ser por el sonido de las cadenas de antes, posiblemente me hubiera puesto a roncar en una esquina. 

Por suerte, no me había puesto a dormir y pude observar la escena. 

- ¡Me cago en la...! - Sí, lo primero que me solía salir normalmente era un gruñido, lo siguiente, un juramento. - ¡Hostia puta qué hay ahí?! 

Claro, una cosa era escuchar historia y otra, ver cómo un tipo se convertía en piedra delante nuestro. 

- Esto empiezan a ser algo serio ¿eh? - Claro que entonces tuve una idea, lo que tampoco quería decir que fuera a ser buena. - ¿Cómo te convierten en piedra? Quiero decir, tengo un grimorio que puede hacer que el bicho ese crea que soy su coleguilla, pero si me va a intentar achuchar y es muy grande igual me lo pienso. No quiero morir sodomizada por un basilisco o lo que sea eso. 

Sí, mis pensamientos no tenían muchos filtros, al igual que mi boca para soltar lo que pensaba. 

—Me cago en la... ¿no tenemos algún escudo? Yo como mucho puedo agrandarlo, pero no creo que sea una buena idea. A no ser que...—Fette se quedó mirando a sus compañeras, y volvió a hablarlas con un susurro.

—Le tiramos un piedrolo bien duro al bicho ¡y lo hago gigante con mi grimorio antes de impactarle! Así lo aplastamos jajaja. A esos pobres les mandaría de vuelta. Quizás quieran salvar a una doncella en apuros—dijo imitando con sus gestos a la súcubo que dejaron atrás.

—Zoexs, dame tu grimorio, esse de ahí.  Señalo el que asoma por una abertura de su mochila, uno púrpura adornado con caras de petrificados horror.  —Ess el de Ordenar. Podemoss ussarlo contra la criatura, una orden de trss palabrass como 'Cierra los ojosss'.  Lo único que debemos hacer que sse gire hacia otro lado y cassualmente llevo unasss campanillasss.  La piel escamosa evita que me sonroje, las uso para uno número muy particular de danza del vientre, que una tiene sus hobbies aparte de mazmorrear.

—Me acerco ssigilossa, lanzo lass campanillasss y Zoexx recita lsss órdenesss.  Luego sssalimos todoss de ahí.  O matamosss a la criatura por sssorpresa, ya veremossss.

- Si con razón te admiro tanto, serpentina mía.- Le guiñó un ojo, satisfecho, el elfo, mientras rebuscaba en su mochila hasta dar con su único grimorio, el elfo no era mucho de leer. - Espero que nunca lo uses conmigo... O tal vez si.

—¡Pero qué lista eres!—exclamó Fette gesticulando eufóricamente—Me parece un gran plan. ¿Lo ponemos en marcha?