El muchacho ve el haz de luz rojiza entre sus ojos y por un instante da la impresión de que va a morir de puro terror, pero no se mueve más, aparte de los incontrolables temblores que le agitan y trata visiblemente de contener.
El tipo de las herramientas no se inmuta, y permanece como estaba. Solo puede deberse a que ha tratado antes con los de tu clase.
- Le tengo encañonado, ¿bastaría con uno? ¿No necesitamos tres, sí?
Notas tensión en el ambiente, percibes ansiedad o quizás sea anhelo; Sabes que aunque la mente de G-26749 esté temblando por la perspectiva de apretar el gatillo su pulso es firme, y no lo hará sin orden expresa de G-26247.
Al percibirle, miras fugazmente hacia lo que debiera ser su posición, y tras la esquina de la columna de circuitos que se extiende ante ti y tus tres prisioneros ves a un hombre fornido acechándote armado con una pistola. Parece que el psicótico de 26749 te ha evitado sacrificar a tus dos rehenes para encargarte del hombre de la esquina.
Una aclaración: 26749 tiene encañonado al tercer hombre, el de la pistola, no? En cuanto eso quede claro posteo. Es que ayer salí y estoy pelín espeso xD
Efectivamente, estás cubierto. G-26.749 parece controlar al recién llegado.
Tu psicótico compañero parece mantener la situación controlada con el intruso, mientras que los dos que tienes a buen recaudo se muestran sumisos ante el inminente peligro que representan tus armas y la reputación de tu grupo de élite.
Entonces el tercer miembro de vuestro equipo aparece sin camuflaje con el mango de un cuchillo asomando entre sus costillas mientras sujeta a un beligerante rehén con un brazo retorcido a la espalda y el otro aparentemente dislocado. Pese a tener una pistola apuntando a la nuca y hallarse prácticamente inmovilizado el hombre no ceja en su empeño de forcejear y liberarse, lanzando ocasionales y bien dirigidos golpes con las piernas en un intento de desequilibrar a G 23.247 que este evita con habilidad para propinarle en recompensa un brutal golpe en la espalda con la culata de la pistola o retorcerle el brazo que tiene trabado.
- Este es el último. Debe ser el lider del grupo.
Se detiene a observar la situación mientras G 26.749 y tú misma desactiváis los campos de camuflaje para recuperar energía. El fantasma psicótico en un veloz movimiento retrae el brazo que sujeta el cañón del rifle y proyecta el de que sostiene el gatillo propinando un formidable culatazo en el rostro a su cautivo, de forma que este cae atontado al suelo escupiendo sangre. Aprovechando la situación, guarda su rifle y sacando la pistola emplea la misma llave que 26.247 para levantarle y mantenerle preso.
- Regresemos.- Es la sucinta orden que da vuestro lider mientras emprendéis el camino de vuelta para entregar al coronel a vuestros recién capturadores infiltradores.
Mira a sus dos presos dejando que el miedo cerval que impone la presencia no ya de un fantasma, sino de tres, se cebe en ellos.
- No hagáis ninguna tontería. - Antes de obligarlos a alzarse, guarda por un momento la pistola y con la mano libre, sin separar el cuchillo del cuello del técnico veterano, le requisa la pistola. Acto seguido saca la suya y encañona de nuevo al joven. - En pie. Moveos. - Remarca sus palabras empujando a los dos detenidos, uno con la pistola y otro con el cuchillo en el cuello. - Antes de nada pensad una cosa... Con uno de vosotros sería suficiente... No nos provoquéis. Aquí nadie puede oir vuestros gritos. - Termina susurrando de forma suave, dulce y sedosa. Al fin y al cabo es una mujer y siempre tiene un toque distintivo, por muy fantasma que sea.
Cuando la situación se normaliza y los detenidos parecen lo bastante sumisos y abatidos, lanza una significativa mirada al cuchillo hundido en el costado de G 23.247.
Vaya, no me di cuenta que habia un post de estos días que no estuve, perdona.
El prisionero de G-26.749 por fin le da ocasión de ensañarse. Hace un intento muy hábil de liberarse retorciendo el brazo y desequilibrando a tu compañero, pero este mueve el pie para recuperar el equilibrio y aprieta el brazo de su presa aún más fuerte retorciendolo crontra su espalda. Al instante notas su satisfacción al propinarle un doloroso golpe en las costillas, que el colono aguanta sin un quejido.
- No esperaba menos. Puedes continuar si quieres, será mucho más interesante.- grazna G-26.749 en su peculiar tono jocoso de ultratumba.
- Basta.
G-26.247 llama su atención con esa única palabra. Ambos le miran, tu compañero acatando la llamada al orden y el reo ve por primera vez el puñal clavado en su costado hasta la empuñadura, y vuelve a mirarle al rostro eenmascarado. Notas su sorpresa.
Cuando G-26.247 ve que le mire, sabes que es exactamente lo que quería, y, aprovechando que ya tiene su atención, la pistola con que apunta a la nuca de Coogar cambia de objetivo, efectuando un único disparo para volver a su posición tras la cabeza de Harry. El muchacho al que custodias cae a plomo con un agujero enorme en su rostro destrozado.
- Adelante.- Dice como si nada hubiera pasado.
- Os avisé. El siempre es mas directo. Yo prefiero prestar atención a los detalles pequeños... A los pequeños y ensangrentados detalles. - Dice con la voz fría y sedosa. Después aparta un poco con la pierna el cadaver del fallecido colono y empuja al que sigue vivo para que camine sin detenerse. Ya se había perdido mucho tiempo, luego habría tiempo para, si era necesario, ver que se podía hacer por la herida de su compañero. Aunque no es algo que le gustase demasiado hacer con otros fantasmas, sobretodo desde que... No, no podía siquiera dejar a su mente susurrar ciertos sucesos. No mientras ellos estuviesen mas cerca.
Para reprenderse apretó el cuchillo un poco mas contra la base del cráneo del técnico preso.
Con paso rápido, formáis una comitiva en hilera. Váis lo bastante separados como para ver a aquellos que se cruzan a vuestro lado apresurarse para alejarse cuanto antes lo más posible de vosotros. Tres asesinos confederados con sus presas. Apenas os miran, disimulando su temor a duras penas.
El hombre del pelo largo se retuerce e intenta liberarse cada poco tiempo, pero los golpes empiezan a hacer mella en él. Una de las veces, vuestro lider le golpea tan fuerte que pasa más de un minuto inconsciente en el suelo hasta que lo vuelve a levantar sin ceremonias, dejando salpicaduras de sangre en las placas de chapa del suelo. No vuelve a resistirse más, caminando como atontado durante un rato.
Pasamos a la siguiente escena: Con la soga el cuello.