Partida Rol por web

El combate se estaba volviendo interminable, el combate, no estaba siendo algo fácil para los marines... el combate, no era justo, no era igualado... ni representaba un desafío por su dificultad. Los veteranos del Imperio, Marines espaciales preparados para hacer frente a los peores enemigos de la humanidad se había dado de bruces con un enemigo muy superior.

Numaios recibía los envites de dos escoltas necrones... ambos trataron de fintar, atacando al unísono, superando a Numaios en número... el marine, fuerte como un toro logró no ser engañado por uno de los necrones, pero el otro, aprovechando ese breve segundo de distracción de numaios entró en la guardia del Serpiente consiguiendo herirle mientras él mismo evitaba otro ataque más...

Asteron, por otro lado, recién levantado pero muy herido se volvía a enfrentar a sus enemigos... uno de los ogdobeckh se abalanzó sobre el lanzando varios ataques a la vez. El ángel sangriento se defendió bien de los primeros ataques, pero en un momento dado, sin resuello, su enemigo logró golpearle con su hacha sobrepasando sus defensas y blindaje... más sangre marine derramada.

Pero Castor fue el que se llevó la peor parte. El ogdobeckh al que hacía frente apoyando a su Líder también se lanzó contra él atacando sin piedad, con los mismos movimientos mecánicos que sus hermanos... el hacha cortaba el aire, rozaba la hombrera de castor, lo hacía retroceder mientras el necron se imponía severamente, un paso, dos... el hacha se encontró con la de Castor, un instante para ver sus esmeraldinos ojos sin alma alguna y el ogdo empujó a castor con todo su cuerpo provocando una horrible obertura en su guardia que el necron aprovechó sin duda alguna... el hacha atravesó la armadura con facilidad y hendió la carne del marine...
Castor, ya herido ahora sangraba profusamente, su armadura disparaba todas las contramedidas sanitarias que tenía a su disposición, coagulantes, calmantes y sellado automático de la armadura, pero nada fue suficiente... el templario negro hincó la rodilla en el suelo para luego iniciar su caída sobre el suelo.

Harto del líder necro decide intentar deshacerse de su escolta, un golpe directo hacia ella. El golpe contenía en su interior una potente carga psíquica que pocos seres podría evitar -arrr -en combate Asteron era parco en palabras..

Zahariel al ver a Castor caer fue consciente de su situación, si no hacían algo rápido todos ellos perderían sus vidas frente a esta fuerza Xeno superior, sobretodo mientras se mantuviesen en su nave y con 

Fue entonces cuando preparando las granadas, el Emperador se le apareció en una visión, una visión llena de gloria, y entonces tuvo claro que debía hacer.

Zahariel echo un vistazo al resto de compañeros...

- Ha sido un placer Hermanos, que el Emperador os depare un gran futuro lleno de gloria...

Fue entonces cuando se echó a correr hacia el Líder Necrón, empujándole con todas sus fuerzas hacia fuera de la plataforma.

-  Ahora veremos si realmente eramos tan poca cosa maldito Xeno. ¡POR EL EMPERADOR!

Zahariel al ver a Castor caer fue consciente de su situación, si no hacían algo rápido todos ellos perderían sus vidas frente a esta fuerza Xeno superior, sobretodo mientras se mantuviesen en su nave y con

Fue entonces cuando preparando las granadas, el Emperador se le apareció en una visión, una visión llena de gloria, y entonces tuvo claro que debía hacer.

Zahariel echo un vistazo al resto de compañeros...

- Ha sido un placer Hermanos, que el Emperador os depare un gran futuro lleno de gloria...

Fue entonces cuando se echó a correr hacia el Líder Necrón, empujándole con todas sus fuerzas hacia fuera de la plataforma.

-  Ahora veremos si realmente eramos tan poca cosa maldito Xeno. ¡POR EL EMPERADOR!

Zahariel concentró toda su fuerza en sus puños y temiendo que no sería suficiente para hacer saltar el escudo de tan temible enemigo, la luz del Emperador le baño, y sintió como sus fuerzas se renovaban, permitiéndole atravesarlo, y así poder agarrar a su enemigo.

Nadie, salvo el mismísimo Zahariel sabía que pasaba por su mente, nadie salvo él… El salamandra había iniciado una carrera hacía su destino, el Emperador se le apareció en aquel momento, o eso quiso creer él, pero fuere como fuere, algo divino, algo dorado, algo cálido tocó al marine espacial y aquello decidió su final…

Zahariel inició una alocada carrera directa hacía el líder necron, retándole mientras la hacía a la vez que se oía un pitido muy característico…

Bip… bip… bip…

Solo vosotros sabía que significaba aquello. Como si el tiempo se hubiera detenido brevemente, como si todo fuera a cámara lenta, las pesadas botas del marine marcaban el ritmo, izquierda, derecha, izquierda… amplías zancadas que levantaban retos de metal y chispas cuando empezó a girar el cuerpo. Mandíbula tensada, dientes apretados rechinando y cada fibra muscular de su cuerpo dada de si al máximo. La armadura segregaba adrenalina más la que el propio cuerpo del marine sintetizaba en el acto… la vista se le empezó a nublar por tal chorro de estimulantes que su torrente sanguíneo soportaba a duras penas… pero aún con todo, siguió corriendo.

El Líder necron se giró con altanería, moviendo su capa al compás de su giro y observó con fijeza a Zahariel -¡Aléjate! – gritó con aquella insidiosa voz como adivinando que iba a pasar al ver que el cinturón de granadas del salamandra estaba totalmente activo con las luces rojas titilando…
Pero de poco sirvió aquella advertencia.

El choque fue brutal, carne contra metal, las armaduras chirriaron por el impacto, Zahariel gritó reuniendo toda su fuerza y con aquel grito un destelló dorado, pequeño, corto e intenso los envolvió… saltaron chispas, el chirrido del roce fue inconmensurable, pero la fuerza del marine se impuso… varios músculos se le desgarraron a Zahariel por la intensidad del esfuerzo, los bíceps estallaron y empezaron a sangrar dentro de su armadura, pero el marine ignoró toda seña de dolor

-¡PROTEGEDME! – bramó el necron viéndose superado por la fuerza del marine de la deathwatch que empezó a empujarle y arrastrarle… un metro, dos, tres, cuatro… todo pasaba demasiado deprisa como para reaccionar, nadie pudo hacer nada… en cuanto estuvo alejado, todo estalló.

La deflagración fue intensa, como el reactor de una nave haciéndose trizas… y ya solo quedaba humo.

No tardó mucho tiempo en disiparse la humareda… no tardó mucho tiempo hasta que el grupo pudo ver los efectos de la detonación…
Se había formado un pequeño cráter en el lugar de la detonación, Zahariel, que no daba señales de vida estaba tendido sobre el suelo… estaba partido por la mitad, el torso reventado y los brazo se le habían desintegrado en su totalidad… vuestro hermano, había muerto…

Pero… el líder… no…

Levantándose ennegrecido por completo, con el intenso color verde de sus ojos brillando con fuerza… le faltaba un brazo, y se levantaba como un juguete roto, le daban espasmos a cada milímetro que se movía y caía alguna que otra pieza… la boca la tenía desencajada y se apoyaba en el báculo necrontyr para levantarse. La pesadilla no tenía fin, y a pesar de que un mar de escarabajos lo envolvió para ayudarle en la resurrección, no pudieron reparar su destrozado cuerpo.
Dio un paso hacia delante, vacilante, temerario y retador, la muerte en si misma, un enemigo que parecía imposible de matar os señaló con el báculo…

 -¡NO! ¡PODEÍS! ¡DERROTARME! – gritó con furia, su voz ya no parecía tan fría sino más bien todo lo contrario, el odio lo rodeaba, el odio lo mantenía en pie

Laocastus apenas pudo observar incrédulo cómo su hermano de armas y capítulo se abalanzaba sobre el líder Necrón, arrastrándolo varios metros antes de ser absorbido por una detonación ardiente. Uno de los indicadores de su yelmo, que monitorizaba el estatus de la escuadra, se apagó.

No así el condenado líder necrón.

Laocastus vió el hueco. Los escudos del condenado Xenos no deberían haber sobrevivido a la explosión. Busco el tiro limpio, al centro de masa del Líder Necrón. Y el cañón recitó una letanía de odio.

-Por Nocturne.

Jaden estiro el brazo como si intentase detener a Zahariel de su carga suicida. Pero no sirvio de mucho. Solo pudo quedarse quieto y ver como Zahariel estallaba con el lider necron. Al ver como esa aberracion salio de esa explosion vivo y su hermano no se movia algo se quebro dentro de el.

-¡MALDITA ABERRACION MECANICA! !DESAPARECERAS DE ESTE MUNDO SIN LLEVARTE A NADIE MAS! -se tomo unos momentos para apuntar al maldito engendro pero en vez de disparar esperó, sobrecalento un poco los disparos para que fuesen mas peligrosos.

     Una vez mas, el frío metal alienígena mordió el cuerpo de Numaios. A la vez que su sangre brotaba, su armadura se esforzó al máximo para intentar sanarlo, liberando toda clase de drogas y bálsamos curativos en su torrente. Mientras intentaba mantener la consciencia por pura voluntad, algo terrible ocurrió.

     El tiempo pareció detenerse mientras la escena se desarrollaba ante los ojos de Numaios. Como a cámara lenta, Zahariel arrolló al líder necron y lo alejó usando pura fuerza astartes, mientras eran envueltos por una terrible deflagración provocada por sus granadas. Los auspex del casco del serpiente de hierro escanearon en vano el humo cargado de estática intentando discernir cual había sido el resultado, pero la runa de control de Zahariel se había apagado y eso no presagiaba nada bueno. Cuando la bruma se disipó, aquella aberración mecánica estaba sobre el cuerpo destrozado de su hermano de batalla.

     Una furia incontrolable creció dentro de cuerpo de Numaios mientras unos sentimientos demasiado humanos pugnaban por salir. Como en Ganahedarak un hermano había muerto y se habían visto superados por unos enemigos que los desafiaban. No. Él se había visto superado. Si él hubiese conseguido mantener a aquel ser a raya, Zahariel aun seguiría vivo. Zahariel había tenido que sacrificar su vida porque él no había estado a la altura. Toda aquella maraña de sentimientos alcanzó su masa crítica en un terrible y desgarrador grito que emergió del potenciado vox de su casco con fuerza explosiva. - ¡¡¡¡ZAHARIEL, NOOOOOO!!!! La potencia del grito fue tal que los autosentidos de los cascos de Asteron y Castor se regularon para proteger sus oídos como si una granada hubiese explotado junto a ellos. El cuerpo del serpiente de hierro exudaba ahora un aura de amenaza palpable. Su cólera hizo que apretase los dientes para contener el dolor que sentía y centrarse una vez mas en la batalla.

Hermanos luchando por hermanos, hermanos luchando por la humanidad… ese es el trabajo de los Marines Espaciales, proteger a la humanidad de los terrores de la galaxia… bolter sagrados escupiendo su carga de muerte… cañones de fusión descargando esa energía digna del núcleo de una estrella, rifles de plasma creando esas volutas de energía incandescente. Armaduras, honor, coraje, fuerza…  así son los marines.

El combate seguía, y el líder necron era objeto de la ira vengativa de los hermanos Jaden y Loacastus, ambos dispararon sin duda alguna sobre aquel poderoso enemigo que se alzó una segunda vez. Las armas dispararon, y el Lider necron sufrió más impactos… un cañonazo de fusión, tres impactos de rifle de plasma… una parte del torso fue borrada mientras el plasma, de un color azul intenso quemaba el metal que tenía por carne… aún así, siguió avanzando hacía vosotros, paso tras paso, dado con extrema lentitud con sus ojos verdosos brillando sin descanso.
Todos sorprendidos veíais eso mientras Asteron, centrado en su combate personal consiguió destrozar al necron, incluso después de que este bloqueara su ataque con su hacha pero no logró evitar esa explosión de energía psíquica canalizada en la espada que lo atravesó matándolo en el acto.

El líder necron dio un último paso y se quedó quieto, parecía que su cuerpo lo había abandonado por fin. Hincó la rodilla en el suelo, pero sus ojos seguían llenos de vida… la otra rodilla, y al final, cayó sin más ceremonia, aquel poderoso enemigo, en apariencia había muerto, y con él el combate acabó.

La infantería se teleportó y desapareció… los Ogdobeckh que estaban con vida también, pero en vuestro corazones algo pintaba mal.

Haydn llegó corriendo con el resto de guardias, tres de ellos cargaban a tres camaradas caídos y Numaios recogió al caído Castor que seguía con vida. El grupo de imperiales se reunió en torno al cadáver de Zahariel… su cuerpo destrozado yacía tendido en la superficie de la nave necrona que nunca dejo de caer sobre el planeta.

Reunidos, esperando con paciencia a los transportes que se acercaban para evacuarlos y sacarlos de ahí… hasta que un temblor asoló la nave… la reentrada se estaba produciendo, aunque aquello no era lo único.
Más enemigos surgieron de la nada, otra vez esa tecnología de teleportación en acción… ante vosotros se levantaban monolitos, destructores necrones, y criaturas aracnoides metálicas… todo su apoyo pesado había sido desplegado para mataros, todo listo, armas cargadas y el fin... a la vista…

El grupo hizo un circulo con los cuerpos en el centro, guardias con sus rifles infierno listos, Haydn con la pistola de plasma desenfundada y vosotros con vuestras armas…
Todos los corazones latían, vuestra ira asomaba y el miedo desaparecía… un leve asentimiento de Haydn fue suficiente, los marines y la guardia dispararon, granadas volaron, rayos incandescentes… bombas de fusión lanzadas y todo en un ominoso silencio de muerte.

Los pesados vehículos necrones resistieron como pudieron, alguno voló por los aires, pero sus armas os apuntaron, el zumbido de energía cargándose asoló el lugar y un potente rayo impactó en el rodeado grupo… Numaios voló junto con Jaden, varios guardias se quedaron incrustados en el suelo echando humo y seguramente muertos, era un combate todavía peor, no estabais preparados. Los ojos de la muerte os miraba a los ojos, los ojos del líder necron os miraba…

Otra carga letal del monolito y no lo contaríais…

¡UNA EXPLOSIÓN! ¡Y OTRA!

¡Varios destructores fueron vaporizados, alguna araña también!

-Escuadrón Aquila y Pandinus, iniciad segunda pasada – esa voz, esa dulce voz de un amigo, de un amigo con apoyo pesado…

-Cañonera Thunderhawk entrando en la zona-

Los ánimos inflados, los transportes acercándose con las portillas abiertas y los marines junto a la guardia siendo evacuados mientras las aeronaves limpiaban el lugar o los artilleros de los transportes abrían fuego con sus armas… la misión había llegado a su fin, pero esta vez no hubo alegría… solo es amarga sensación por haber perdido a un hermano.

En silencio, los transportes se alejaron y salieron al espacio dirigiéndose hacia la flota… la batalla había acabado también…

Sentados en la Thunderhawk observando el cadáver de Zahariel el bibliotecario de los Desgarradores de carne hinco su rodilla frente al cadáver y puso su mano en el único pedazo de armadura que quedaba -Fuiste un hermano con el cual estoy orgullo de haber podido combatir -sus pensamientos siguieron durante un rato antes de volver a sentarse junto al resto de sus compañeros, una amarga victoria mas para sus compañeros y para él mismo.

Con Castor inconsciente, Laocastus se negaba a perder la semilla genética de su hermano de armas y capítulo. Apartó el cañón de fusión al costado. Con firmeza pero con cuidado, intentando evitar que las entrañas de Zahariel se desparramasen más, Laocastus cargó con la mitad superior de Zahariel, y con su bólter tormenta. Cuando Castor recuperase la consciencia, se encargaría de que las glándulas progenoides regresasen a Nocturne.

     Numaios permaneció callado durante todo el trayecto. En su cara se podía ver reflejado el cansancio del combate y la sensación de haber fallado a Zahariel. Apenas se fijó en sus propias heridas. Ya habría tiempo de preocuparse de eso mas tarde. Ahora lo único que importaba era que un hermano de batalla había caído, y elevó una silenciosa plegaria al Emperador para que guiase su alma a su presencia.

Al tecnomarine le asaltaban repetidamente imagenes de Zahariel explotando con el lider necron. Sabia que esa imagen le seguiria durante bastante tiempo igual que le siguio la imagen de Benahia. Durante todo el trayecto se mantuvo en silencio y con la mirada gacha. Los puños a los lados y apretados. Su mente era un caos donde diversas ideas luchaban por formarse.

-Descansa en paz hermano, tu mision ha sido cumplida con exito. Y tranquilo, sreas vengado-

Una cosa era segura, los necrones acababan de ganarse un enemigo jurado y mortal.

Haydn dejó la otra mitad de Zahariel al lado del resto del cuerpo. El capellán iba cabizbajo, en silencio... unicamente pudo dar una palmada en la hombrera de Loacastus y luego se quitó el casco. Su mirada era triste, se sentía mal, pero la guerra seguía para todos.

Estuvo apunto de abrir la boca para decir algo pero prefirió dejar el discurso para el funeral... Sin más y con el traqueteo de la nave, se dirigió a la portilla de observación más cercana y se quedó mirando a través de ella

Lukas, a otro lado de la cañonera quitaba las chapas identificativas de los tres caídos y observaba como el médico suturaba a un herido. El oficial de la guardia estaba tan abatido como los marines... nunca se había sentido tan unido a los marines como en aquel momento, compartiendo la amargura de los caídos...

Tampoco decían nada, lo único que se oía era el crujir de la nave y poco más...

En su mente solo una idea -Malditos xenos mecanicos -apretó su puño.

Pero no era la primera vez que perdía a un hermano si vida había estado plagada de perdidas de grandes hermanos, pero la mejor forma de honrarlos era el extermino del xeno.

La inyecciones de estimulantes por fin hicieron efecto en el maltrecho cuerpo del apotecario, sus ojos se abrieron de par en par solo para confirmar lo que ya sabía. Su estado no era bueno, los necrones habían causado daños masivos en su cuerpo y solo los sagrados implantes de los marines espaciales habian salvado su vida.

Una luz roja no dejaba de parpadear, era el soporte vital del hermano Zahariel. De pronto sus ojos enfocaron correctamente y vieron el cuerpo de su hermano de armas en el suelo. Al tiempo sus oídos fueron conscientes de todos los sonidos de la nave... del silencio de sus hermanos.

- ¡Zahariel! ¡No! - Su mente parecía incapaz de asimilar que uno de sus hermanos pudiese haber caído - ¿Qué ha pasado?

Sin esperar respuesta Castor se soltó del arnés que le ataba al asiento y comenzó a examinar el cuerpo de Zahariel. No había nada que hacer, una enorme explosión había acabado con la vida de su hermano, uno de los ángeles de la muerte del Emperador.

- Hermano Laocastus, por favor, - se dirigió al salamandra de la unidad - necesito tu ayuda, he de recuperar la sagrada semilla genética del Hermano Zahariel, con ella perdurará su recuerdo en su capítulo.

Sin más, comenzó la operación para extraer las glándulas progenoides de la caja torácica de Zahariel lamentando haber perdido a tan valiente compañero de armas y recordando otro momento similar.,,