Partida Rol por web

West Hill, 11:49 (hotel Night Marriot)

Al dejar de sujetar la puerta de la planta 31 ésta se cerró automáticamente. Por poco no te habían dejado frito, durmiendo, allí mismo... De momento la buena noticia es que estaban usando armamento no-letal, pero no sabías hasta cuándo. Si los seguritas eran antiguos mercenarios, con la idea de ganar dinero sin esforzarse demasiado, la cosa se pondría fea; pues la sed de sangre no desaparecía, simplemente se agazapaba en el interior de cada uno esperando su momento, y tú podías ser la chispa que prendiera la mecha.

Lo tenías claro, ibas a evitar un enfrentamiento. Subiste a la planta 32 por las escaleras y pulsaste el botón del ascensor cuando un ruido ensordecedor sonó en todos lados: era la alarma de incendios. Se había activado, o la habían activado, pero la cuestión es que de las habitaciones comenzaron a salir personas mirando a todos lados. Unos estaban en ropa interior, otros no, pero todos miraban a todos hasta que comenzaron a salir de su pequeño y caro refugio hacia las escaleras de incendios.

Los que pasaban por el lado tuya, y tú mismo, se fijaron que había bajado del techo una pantalla donde ponía: ¡Ascensores bloqueados! ¡Utilicen las escaleras de Emergencia!

¿Qué pasaría a los que estaban dentro? Aquella era una pregunta que no tenías tiempo de responder. La verdadera pregunta era... ¿qué ibas a hacer ahora?

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"Ese fue Frost" el pensamiento surgió automáticamente en la cabeza de Brian que tras pensarlo un momento decidió aprovechar la confusión - Aquí, por las escaleras, aquí - las palabras surgieron rápidas y seguras. Había sido policía, sabía dirigir a las masas

Spetock dejó pasar a los primeros huespedes mientras insistía - Con cuidado, pero no se detengan, vamos, vamos, hay más gente atrás - la intención era clara, salvo que los seguratas fueran unos desalmados deberían dejar pasar a los clientes. Solo era cuestión de conseguir una fuerza lo suficientemente cohesionada como para que fuera imposible detenerlos - No suelten a los niños, los más pequeños alzados - firmemente, demostrando sus antecedentes, Brian encauzó a la gente hacia la escalera - Siempre hacia abajo, vamos, vamos, sin detenerse -

Frost se sonrió. La gente era tan... predecible. Bueno seguiría con ellos la charada. Se unió al grupo más grande de gente que encontrase y los seguiría como un corderito al matadero. Trató de confundirse con los demás tratando de no resaltar demasiado entre los yupies aunque probablemente los muy cagones no verían más allá de sus putas narices. De todos modos permaneció alerta por si alguno de los cabrones de seguridad sacaba el hocico.

Se planteó que hacer una vez fuera. Bueno, decidió que eso quedaba para cuando estuviese fuera del puto hotel.

West Hill, 11: 55 (hotel Night Marriot)

Seguir al rebaño no fue difícil, pues todos tenían un único sentido: hacia abajo. La sirena de emergencia sonaba estridente, molesta, pero cumplía perfectamente su función. Como comprobaste el afluyente de personas aumentó poco a poco, pero era lo suficiente como para que pudieras camuflarte entre ellos, de momento…

Mientras bajabas, al principio sin problemas ya que apenas había nadie, te diste cuenta de la gente a tu alrededor. Una cantidad iba colocándose la ropa, como si les hubiera pillado en mal momento. Había mujeres con toallas enrolladas a la cabeza, pero aún así se respiraba el olor a dinero. Era gracioso ver como todos ellos, al final, salían por el mismo sitio al ver peligrar su vida.

Unas plantas más a bajo viste una figura familiar cuando te asomaste a la barandilla. Se trataba de Spetock y estaba como a cinco plantas de distancia.

West Hill, 11: 55 (hotel Night Marriot)

La sirena de emergencia sonaba estridente, molesta, pero cumplía perfectamente su función. En aquel momento eras uno más de la masa en movimiento que se apuraba por bajar. A tu alrededor el aspecto de las personas era variopinto, pero se notaba que había dinero: buenas ropas, buenos perfumes (aunque ahora estaba mezclado con sudor a miedo), joyas caras… Unos estaban vestidos, otros en albornoz o incluso había los que se preocupaban en arreglar su ropa mientras bajaban (tal vez estuvieran temerosos de que notaran que antes no la llevaban puesta). Lo cierto es que todo aquello no tenía más importancia que servirte de escudo y salida de escape.

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Ahi te caigas por la escalera cabrón...

Por un momento Frost pensó en adelantarse y empujarlo escaleras abajo pero aquello solo llamaría la atención, mejor seguir bajando sin perderlo de vista, así eran dos pajaros a tiro y con un poco de suerte desplumarían al primero. De todos modos ya le alcanzaría a la salida del hotel así que continuó al paso de la multitud sin levantar demasiado la cabeza.

West Hill, 11:56 (hotel Night Marriot)

Ibas ojeando a tu compañero cuando, de repente, una voz imperiosa te llamó la atención:

- ¡Alto! ¡Deténgase!

Una pareja de guardias un par de pisos por encima de donde estabas intentaban darte el alto. Al principio los clientes a tu alrededor estaban confundidos, pero pronto parecieron atar cabos e intentaban alejarse de ti.

- ¡Deténgase!

Obviamente no esperaban que te tratases de un mercenario experimentado, pues lo más lógico hubiera sido acercarse sin levantar sospecha. Sobre esas cosas poco sabía la gente corriente, excepto alejarse y comenzar a ponerse histéricos con tu presencia.

West Hill, 11:56 (hotel Night Marriot)

Todo iba bastante bien, sin problemas a la hora de bajar. Hasta el momento no te habías topado con ningún guardia, pero puede que aquello fuera a cambiar. Las voces de dos hombres, varias plantas arriba, te llamó la atención:

- ¡Alto! ¡Deténgase!

Los latidos de tu corazón aumentaron, ¿te habían descubierto? Una rápida ojeada te hizo parar un instante, no se referían a ti. Era otra la persona que estaba siendo advertida, que por el revuelo a su alrededor era como unas seis o siete plantas más arriba.

Al darse cuenta que no era e, el objeto de las llamadas, Brian volvió a tomar con fuerza su pistola de dardos y la mantuvo tras la notebook que llevaba colgada del cuello. Desde un par de pisos atrás no había insistido con sus gritos de organización, tampoco le interesaba ser el centro de atención de ninguna cámara.

Sin embargo sus ojos revisaban su entorno, no solo atento a la presencia de algún guardia, sino a que ningún inocente fuera derribado por la masa que descendía a su alrededor. Sabía que debía llegar hasta el garage y retirar su auto, solo esperaba conseguirlo sin interrupciones... y que Frost consiguiera hacerlo también

Hora de correr...

Frost desenfundó lo más rapido que le permitieron sus reflejos adormecidos y realizó un disparo al aire con la pistola de gran calibre que empuñaba.

Todo el mundo escaleras arriba o le vuelo la PUTA CABEZA!!

Veamos lo rápido que me alcanzais con los borregos atropellandoos y haciendo de escudo.

Frost empezó a correr en dirección contraria, escaleras abajo ya sin preocuparse se camuflarse entre la gente. Demasiado improvisado y sin un plan de huida. De nuevo la idea apareció en su mente ¿Solo dos personas? O eran ellos dos material desechable o el sector operativo de la compañía había emperorado demasiado.

West Hill, 11:56 (hotel Night Marriot)

El estridente sonido de la alarma de incendio tuvo, por un momento, un duro competidor: el corto pero inconfundible disparo de un arma pesada. Inmediatamente, una voz familiar, quiso encaminar la situación a su favor.

- … vuelo la PUTA CABEZA! –lograste escuchar.

Como respuesta lógica la gente de esa zona, los que estaban alrededor de Frost, gritaron y salieron en estampida, pero sólo en una dirección: hacia arriba. De todas formas, inevitablemente, los que estaban por debajo de él querían salir de allí antes de que “aquel loco con un arma” les disparase; eso significaba, claro está, bajar escaleras a bajo hacia ti.

¿Qué podías hacer? Por una parte seguir descendiendo era lógico, por otra podías esperar a Frost ya que había decidido usar a la gente para detener a los guardias que le habían interceptado escaleras arriba.

West Hill, 11:56 (hotel Night Marriot)

La gente reaccionó tal y como esperaste, pocos de aquellos clientes estaban dispuestos a enfrentarte estando armados, y menos si con ellos iban gente a los que querías. ¿Quién en su sano juicio iba a saltar sobre un loco chiflado que había sacado un arma, disparado y amenazado a todos mientras sonaba la alarma antiincendios? La verdad es que Night City estaba repleta de perturbados, y tú, para ellos, eras uno más.

Los que estaban a tu alrededor subieron escaleras arriba, interrumpiendo así la marcha de los guardias. Por otro lado, los que estaban más abajo se mantenían pegados a la pared, inmovilizados, esperando a que tú pasaras. No había tiempo para ocuparse de ellos, a menos que te pusieras a malgastar munición disparando al aire. Era más sencillo aprovechar aquellos segundos y bajar a toda mecha, pero… ¿y si daban el aviso a otros guardias? De momento los que te perseguían no hacían más que apartar a la gente, evitando a toda costa poner en riesgo la vida de los clientes.

Tal vez las órdenes de sus superiores, o abogados de la empresa, era tan simple como evitar demandas al hotel por poner la vida de sus clientes en peligro. Fuera lo que fuese mientras antes estuvieras lejos de allí mejor, eso sí… ¿te encontrarías con la Policía Corporativa en el exterior?

- Esa voz la conozco - murmuró el ex-policía - Y ese método no me extraña - completó sin darse cuenta que los presentes podían escucharlo

Por un momento analizó la posibilidad de continuar huyendo "Seguramente es lo que haría ese loco" se planteó mientras continuaba descendiendo hasta el próximo piso, para poder dejar pasar a la gente y no estar tan apretujado entre ellos - Sigan, sigan - continuó aleccionándolos mientras acomodaba la notebook para que no lo molestara en sus próximas acciones. Mientras los asustados clientes pasaban frente a su posición, Brian enfundó su pistola de dardos a su espalda y con un ágil movimiento sacó una de sus colts de la sobaquera, la que llevaba balas normales, y buscó las lámparas que iluminaban el lugar.

Con calma, mientras esperaba que su compañero lo alcanzara, comenzó a disparar con cuidado, apuntando a las lámparas y buscando que la iluminación no fuera la mejor para sus seguidores.