Partida Rol por web

El sol resplandeciente salia nuevamente para cubrir con su luz al territorio Betestal. Los rayos solares atravesaban los finos cristales de los ventanales de aquel castillo, el cual era recorrido a todas horas por los cabaleros que allí hacían guardia.

Tu, como cualquier otro día, te habías levantado temprano para prepararte para trabajar. He allí, en la sala del trono,Espacioso, brillante, totalmente solitario a excepción de aquel individuo que ya te esperaba allí. Era el lugar donde la familia real pasaba la mayor parte de su día, entre aquellos pilares con decoraciones doradas y sobre aquella alfombra con el símbolo Betestal. Nada más entrar, todos podían encontrarse con los tres tronos ubicados al fondo; uno para el rey, uno para la reina, y uno para el heredero. Ya llevabas mucho tiempo visitando esa sala y cualquier otra del castillo, pero siempre que esas puertas se abrían ante ti no podías evitar sentir que se te cortaba levemente la respiración a causa de la emoción.

Observaste  entre la luz a aquella figura parada frente a los tronos, acariciando el libro que colgaba de su cinturón. Aquella persona te dedico una sonrisa mientras te adaptabas a la intensa luz que entraba por las ventanas laterales, siendo que finalmente pudiste identificar a tu mentor, Frey, un sabio consejero de la familia real que te instruía para ser el siguiente cuando él ya no pudiese cumplir con su trabajo.

-Ya pensaba que te habías dormido. La familia real debe estar por llegar. Tenemos muchas cosas que hacer hoy: sera un día movido debido al festival de espadas que se celebrará en la ciudad. Ya he hablado con los reyes, y parece que el Príncipe Elric V y Sir Elric IV asistirán, este último como participante. Mientras yo me quedo con los reyes, tu podrías acompañar a ambos, ¿no te parece una excelente idea? Así podrás hacer algo más que revisar libros todo el día, te tengo envidia -era un excelente consejero que se tomaba su trabajo enserio, pero en el fondo era alguien tranquilo y confiado, un poco vago, pero que siempre cumplía.

Era otro maravilloso y fabuloso día en la capital, los pájaros piaban, el cielo estaba despejado y sin una sola nube, el sol brillaba con intensidad y todo el castillo parecía estar iluminado por aquella aura mágica y maravillosa. Aquellos rayos de luz hacían que todo lo que tocara pareciera sacado de un libro de fantasía y así se levantó aquella mañana Ethan.

El día anterior tuvo que hacer bastantes tareas…muchas a decir verdad, era trabajo atrasado desde hacía días, todo por investigar y curiosear aquellos pesados tomos y libros que se encontraban en la biblioteca, ¡pero no podía evitarlo!, era un chico muy curioso, le gustaba más estudiar y aprender que pasarse el rato embutido en una armadura y hablando sobre heroicidades de caballería. Ya tenía mucho de aquello en casa, ¿Por qué iba a necesitarlo en la propia capital?

Fuere como fuere, se pasó la noche anterior hasta tarde terminando sus tareas porque prefería pasar el rato perdiendo tiempo con libros. Su padre ya le odiaba por eso, bueno, y por no tener barba, ni ser alto, ni fuerte, ni todo lo que tenía que tener un Von Karstein por las venas.

Mientras se quedaba pasmado viendo aquel maravilloso espectáculo y apacible día, no pudo evitar recordar la vez que su padre se preguntó si Ethan era hijo suyo…bueno, Ethan no estaba muy seguro, le faltaba mucho de Von Karstein y le sobraba de…algo, pero no importaba, ahora se encontraba en la capital, rodeado de lo que quería y no necesitaba nada más.

Rápidamente se desperezó sabiendo que tenía tareas y se vistió como de costumbre, su túnica, botas, pantalones…incluso su camisa bajo la túnica y bajó corriendo a ver a su tutor, pero no sin antes detenerse por las cocinas y comerse un bollo con mucha mantequilla…sus preferidos.

Fue cuando bajó y entró a la sala del trono que se encontró con otra maravillosa escena que le dejó absorto, era un lugar mágico…capaz de quitar el aliento a cualquiera. El ya había visto la sala del trono unas cuantas veces y aún así, no podía evitar quedarse pasmado siempre que la veía.

Pero ahí estaba Frey, esperándole impacientemente y el muchachito no pudo evitar apurar el paso bajo los ventanales y pisar aquella lustrosa e inmaculada alfombra para encontrarse cara a cara con su mentor.

Como era de esperar, Frey sospechaba que se había dormido y para colmo la familia real estaba al caer. Se acercaba el festival y ambos tendrían mucho trabajo…Frey el que más, pero como siempre, delegaría algo en su joven aprendiz. Aquel día los dos príncipes, Elric y Sir Elric iban a ir a un festival de espadas. Ethan conocía a ambos príncipes, pero siempre que pronunciaban sus nombres no podía evitar pensar que era un autentico lio llamar a sus dos hijos de esa forma.

“¿Cómo les habrían llamado de pequeños?, ¡Quinto ven aquí!, ¡Cuarto deja de hacer eso!...¿sería de esa forma?...que familia más rara…yo a mi hijo nunca le llamaría Elric, aunque claro, no se si algún día tendré hijo o no, a lo mejor si me crece la barba y…” Ya empezaba a estar absorto en sus pensamientos mientras Frey seguía hablando, pero logró enterarse de algunas cosas.

Entre esas cosas, tendría que acompañar a los príncipes y así no tener que revisar los libros todo el día. El muchachito hizo una leve mueca y miró a su tutor con confianza.-Me gusta más pasar el rato revisando libros, cuentan muchas historias y la historia es un tema bastante apasionado…¿sabía que en el reino hubieron al menos veinte rebeliones bajo un mismo rey?, tuvo que ser un tiempo muy difícil, pero creo que pasaron muchas cosas interesantes, ¿usted cree que hay registros de quien construyó esta sala del trono?, ¿sería la misma persona que diseñó el palacio?, ¿o lo hicieron un poco a lo loco?, a veces me lo pregunto…-Ya estaba divagando, esta vez no en pensamientos. Pero no podía evitarlo, era un chico la mar de curioso.

-Pero si, tiene razón, puede ser algo envidiable ir a ver como el príncipe Elric V y el príncipe Elric IV, pero tampoco me molestaría quedarme revisando libros, señor.-sentenció con una tranquila y amigable sonrisa.-Pero si usted cree que sería lo más indicado, no tendré problema, además, siempre podría escribir sobre como va el festival de espadas, ¡a lo mejor podría incluso publicarlo más adelante, como si fuera un historiador!, ¡¿no sería genial?!

El sol salía nuevamente sobre aquellas tierras para dar paso a la luz del día, la cual pasaba a través de las ventanas de aquella gran catedral donde cientos de seguidores se juntaban a diario para lleva a cabo sus rezos. Mientras la Santa Sacerdotisa llevaba a cabo el encuentro en el piso inferior de la catedral, tu observabas el horizonte desde el balcón en el piso más alto, la habitación de la Sacerdotisa.

-¿Hace buen día? -te preguntó una voz detrás de ti. Al voltearte, fuiste recibido con una cálida sonrisa por aquel pequeño elfo. -. La Santa Sacerdotisa pronto terminará la reunión de la mañana. Me dijo que te recordase estar listo para participar en el festival de espadas que se llevará a cabo en la ciudad. Representarás a los seguidores de El Coloso, y parece que los príncipes estarán presentes... ¿No te sientes nervioso? -alguien como él si que lo estaría, pero tu, por otro lado... -. En fin. Recuerda cerrar la puerta del balcón cuando salgas, o entrarán pájaros... -solo de imaginarse como estaría la habitación repleta de esos animales alados el elfo sentía escalofríos. -. Oh: y yo podría acompañarte al festival si quieres. Kayn no volverá de su misión de escolta hasta más tarde.

Sentía el viento en mi cabello y sonreía ante un nuevo día, hoy no sería como cualquier otro ya que era el día del festival de espadas en el cuál iba a participar y nada menos que representando a la Santa sede del Coloso.

En todos estos años que pasé aquí, siendo adoptado por la vieja Santa Sacerdotisa y criado junto a la nueva me había vuelto una persona con bastante fe en el Coloso pero que no había sido bautizado por obvias razones, razones que claramente solo conocía Flora, Nefin y Kayn.

Al escuchar la voz del pequeñín voltee y le sonreí despeinándolo con la mano.

-Hace un día hermoso y la verdad es que en lugar de estar nervioso me encuentro listo y emocionado, personas de todas partes vendrán y la verdad es que el poder conocer todo tipo de estilos de combate y gente me emociona- cerré la ventana ya que dejarla abierta para que entren los pájaros no serviría de nada si Nefin no estaría aquí, aunque con su último comentario lo abracé por encima del hombro mientras lo miraba de cerca y me rascaba con la otra mano la nariz - claro que si! De hecho si estas cerca siempre podrás usar un hechizo si ves que me esta yendo mal, no?- pregunté acercándo más mi mirada hacía él para presionarlo, aunque claramente era una broma ya que eso sería trampa.

No se esperaba otra reacción de ti cuando te menciono lo de acompañar a los príncipes al festival, después de todo sabía lo apasionado que eras por la lectura y el servicio como consejero, pero él sabía que había más en ese trabajo que libros y firmas.

-¿Sabes qué? Durante nuestro tiempo libre, veamos quién consigue ante los registros sobre la construcción del castillo -entonces, como si fueses un niño pequeño, te dio un par de palmadas sobre la cabeza. -. Pero también suena bien eso de publicar una historia... ¡Espero ser el primero en leerla! -añadió antes de soltar una carcajada, la cual se vio cortada con el sonido de las puertas al abrirse.

Rápidamente, Frey recuperó la compostura y miró fijamente al grupo de caballeros que entraban a la sala, los cuales se posicionaron de espaldas a cada ventana de la sala mientras sujetaban sus lanzas hacia arriba, apoyando la otra punta en el suelo. Esta fue la preparación dada a la sala antes de que sus majestades se dispusiesen a entrar, andando hasta sus tronos donde tomarían asiento: El rey en el medio, la reina a su derecha, y el heredero a su izquierda; Elric IV era uno de los dos caballeros de alto rango que estaban situados a los lados de la escalera, estando él al lado de su madre.

-Sus majestades... -Frey hizo una reverencia propia hacia los reyes, incorporándose luego de que tu hicieses lo mismo para dar comienzo al recibimiento. -. El carruaje esta listo para llevar a los príncipes al festival. Ethan ha aceptado ir con ellos como acompañante y como consejero que es. Entonces nosotros, rey y reina de nuestro clan, podremos tratar los asuntos de la frontera con Nekrodum y los planes de la iglesia para los eventos de este mes.

-Von Karstein... -te llamó el príncipe Elric V, con su costumbre de llamar a la gente por su apellido. -. ¿Conoces a los participantes del festival? ¿Cuales son las posibilidades de que mi hermano salga victorioso en el festival? -dicho con aquella mirada suya, parecía una prueba para escuchar que tu punto de vista; obviamente, él no se interesaba en comentarios de alabanza absoluta, pero los reyes tenían otra forma de pensar, y era algo que habías aprendido durante tu tiempo como consejero.

Frey era como el padre que nunca había tenido. Era amable, gracioso, compartían gustos parecidos…¡incluso le animaba a escribir!, ¿Por qué no podía ser así Lord Von Karstein?...su padre era un hombre que se guiaba por las tradiciones de la familia…”Fuerza, gran altura, valentía, enormes barbas, lealtad y gran interés en todo lo que tenga que ver con la guerra.” ¿No podía ser un poco como el señor Volca?, el si que resultaba interesante y gracioso…

Fuera como fuera, Ethan no tardó en sonreír mientras el hombre le daba un par de palmadas en la cabeza.-¡Me aseguraré de que sea así señor!, primero encontraré los registros y luego le dejaré leer mi crónica sobre el festival.-Sonrío ilusionado, como un niño al que acababan de regalar su primera espada. Pero entonces se abrió la puerta de la sala del trono y comenzaron a entrar caballeros, los cuales escoltaban a la familia real. Aquella también era una visión un tanto temible, ver desfilar a la realeza mientras desfilaban armoniosamente en dirección a los tronos.

Como de costumbre siempre seguían el mismo orden, el rey en el sillón de en medio, la reina y su hijo a los lados.  Al principio Ethan siempre se encontraba sonriendo en su presencia…hasta que cayó en la cuenta que aquello podía ser tomado como una burla o una afrenta a la casa real y decidió no sonreír más en presencia de ellos, o al menos controlarse.

Rápidamente Ethan hizo una reverencia junto a su tutor, escuchando la información que tenía que darles, el tema de los carruajes, a donde iría el, incluso asuntos más serios, como los de la frontera y más tranquilos, como los de la iglesia y sus eventos del mes.

Parecía que iba a ser un día movidito para el consejero real…por suerte Ethan se lo pasaría…bueno, no se divertiría demasiado, pero al menos podría escribir.

Mientras estaba absorto en sus pensamientos, Elric V le llamó.-¡Si, majestad!.-Rápidamente se posicionó junto a Frey para escuchar la petición de el heredero al trono.

Su majestad preguntaba por los participantes del festival y las posibilidades de que su hermano pudiera salir victorioso.

-Hmmm…en realidad su hermano tiene todas las papeletas para ganas, primero, es uno de los mejores espadachines de su clan, podría decirse que tiene tanta habilidad como su tatarabuelo…si hubiera que hacer alguna comparación claro.-Luego se aclaró la garganta.

-Segundo, acudirán varias personas de todas partes del reino, incluido caballeros de alto nivel capaces de vencer a cualquiera, pero aún así yo pienso humildemente que puede vencerlos con bastante soltura, solo tiene que tener el objetivo de ganar en mente. Su hermano es un buen caballero y un gran espadachín, todo indica que usted se alzará con la victoria, además, la diosa fortuna seguro que le sonríe.

La verdad es que estaba un tanto intranquilo...le acababan de decir hoy mismo que tenía que hacerse cargo de acompañarles, ¿cómo iba a saber lo de los participantes o si su hermano ganaría?, supuso que sería el, a fin de cuentas, es bastante bueno con la espada y la gente habla mucho de el...la suerte decidiría al ganador y todo apuntaba a Elric IV no había otra.

Además, tampoco podía soltarle "Hay estudios de que al ser de la casa real, la mayoría de gente no osaría golpearle, a fin de cuentas no quieren meterse en un buen lío por dañar o herir a un miembro de la familia real, así que se puede asumir que su alteza llegará a las finales sin siquiera despeinarse" así como quien no quiere la cosa, aquello le ganaría mala reputación, o lo mirarían mal, o lo ejecutarían o algo peor...había de tener cuidado con aquel tipo de asuntos y temas. Pero era la pura verdad, por sentido común, la plebe o los caballeros de menor rango que participaran en aquel festival, jamás pelearían como se espera de ellos, ¿qué reputación ganarían dañando a un principe?, mejor dejarse caer y pisotear un poco, así terminarían con el honor y el cuello intactos.

A diferencia de lo que haría cualquier otro, tu al menos explicabas tus motivos para pensar de aquella forma. Aún así, no causaste ninguna reacción en el príncipe que simplemente se acomodo en su trono, apoyando el codo en uno de los reposa brazos.

-Muy bien. Pueden retirarse al festival -indico el rey antes de hacer un gesto con su mano a modo de que se retirasen.

Así, algunos caballeros se prepararon para escoltar al príncipe Elric V, entre ellos su hermano. Les acompañaste hasta la salida del castillo, donde efectivamente esperaba el carruaje real rodeado por los caballos donde irían los caballeros. Todos aquellos procedimientos ya eran costumbre para ti, después de todo no era la primera vez que te tocaba viajar con alguien de la familia real. A partir de allí, acompañaste a los príncipes en el interior del carruaje real hasta la plaza de la ciudad donde se llevaría a cabo el festival.

De camino podías ver a las personas que se acercaban levemente al carruaje para saludar a los príncipes. Elric IV se concentraba más en ver a su hermano, el cual apenas y agitaba la mano cerca de la ventana para que las personas se sintiesen saludadas.

Finalmente, tras un breve viaje, llegaron a su destino.

-Me lo suponía... Alguien como tu no se podía negar a ponerse a prueba con otros guerreros -suspiró pesadamente antes de que le abrazases e hicieses aquel comentario, el cual a pesar de ser una broma hizo sobresaltar al pequeño elfo. -. ¡A-A mi no me metas en tus cosas!

Tras separarse, avanzó rápidamente a la puerta.

-¡Vamos! -y así, un tanto indignado, te acompañó hasta el piso inferior de aquella catedral; habían muchas escaleras, muchas, pero con el tiempo te habías acostumbrado y resultaba cosa de simplemente querer llegar al fondo. Una vez abajo, saliendo por donde no estaban los seguidores, se encontraba un carruaje blanco con un par de caballos de armaduras doradas. -. El carruaje no tiene la bendición de El Coloso, para que te sientas cómodo de camino... -te avisó antes de subir al interior del transporte, tomando asiento a la espera de que hicieses lo mismo.

-¿Ese enano rubio nos representara? -preguntó uno de los conductores fuera del carruaje.

-Vaya novato que eres... Deberías estar alegre de que sea él: la iglesia tiene la victoria en bandeja de plata -respondió el otro, con más tiempo y experiencia como servidor, aunque seguía siendo un simple conductor.

Así, pusieron marcha a la plaza donde se llevaría a cabo el festival, y tras un pequeño viaje llegaron a su destino...

Todos se reunieron temprano en aquella plaza con el fin de encontrar lugar en el pequeño coliseo que habían armado para el evento. De manera general se podían ver a muchos participantes, de distintas razas y estilos de combate, pero la verdad es que al final solo habría un ganador.

La multitud observó como la escolta real venía trayendo consigo el carruaje con los príncipes, uno de los cuales iría con su consejero y otros caballeros hasta sus asientos apartados, cerca de otros nobles de distintas ciudades. Sir Elric IV, por otro lado, se metería entre los participantes. Además, también se pudo ver llegar uno de los carruajes blancos de la orden de la sacerdotisa: de su interior no salieron más que un par de enanos seguidores de El Coloso, uno con más fama que el otro. Uno de ellos se uniría a los participantes, mientras que el elfo oscuro haría compañía a los nobles.

Finalmente, tras una larga y ansiada espera, el festival dio comienzo. Aquel encargado de la participación llamó a los primeros dos competidores, y así el acto principal dio comienzo.

A un lado, un temible caballero negro, portador de dos espadones y una bufanda tan manchada de rojo que no se veía su color original. Del otro lado, un niño rubio con una daga. Ambos en el interior del pequeño campo de combate que se había armado, pero que les daba bastante espacio para pelear; además, todo el suelo que se rompiese de la plaza se podría reparar luego.

-Hmph... -aquel caballero no parecía intimidado en lo más mínimo por su rival, aunque era difícil saberlo por aquel casco que llevaba. -. Niño... Esta es tu última oportunidad de retirarte antes de que salgas herido... -por más que fuese honrado, parecía dispuesto a llevarse por delante todo a todo lo que se interpusiese en su camino a la victoria.

Sonreí ante las palabras de mi amigo y dejé de molestarlo un rato, ingnoré lo que dijo el primer guardia y le sonreí al segundo y  mientras íbamos en el carruaje agradecí la cortesía y fui viendo el paisaje todo el camino.

-La verdad es que todo parece indicar que será un gran día- dije mientras avanzábamos.

Al llegar al lugar del festival bajé del carruaje y caminé con las manos detrás de la nuca observando a todos los presentes pero sin impresionarme demasiado, después de todo las cosas estaban tal como se podría esperar.

Al ir con los participantes saludé a Sir Elric IV con la mano para luego entrar en la arena cuándo me llamaron.

El enemigo se veía grande y...nada más, solo grande, además de eso su prepotencia me hizo pensar que realmente no podía ser tan fuerte, aunque por algo estaba en este torneo.

-Agradezco tu consideración, pero vamos a hablar o a pelear?-

Tras decir eso me lancé contra él a gran velocidad dando un saltito para estar más a la altura del pecho y lancé un corte horizontal.

Desde luego había mucha gente esa mañana, todo el mundo estaba de celebración, habían un montón de razas y participantes, además de los príncipes, claro. Ethan seguía obedientemente al heredero y a su hermano con un libro en una mano y una pluma en la otra, mientras andaba iba tomando apuntes de todo lo que ocurría, las razas que estaban asistiendo, los invitados, incluso de aquellos carruajes blancos de la orden, ¡o incluso el elfo oscuro que acompañaba a los nobles!.

Desde luego no tenía ganas de venir, pero estaba resultando divertido y todo a decir verdad. Fuera como fuera, después de acomodarse con el príncipe y u escolta, empezaron los combates, primero había un caballero negro que pelearía contra un niño rubio, parecía que iba a ser un combate de leyenda.

Ethan alzaba levemente la mirada de su libro de vez en cuando, para tomar más apuntes y hacer minuciosas y largas descripciones de los combatientes. Lamentablemente no sabía el nombre de ellos, ¿o acaso no había prestado atención cuando los nombraron?, no pasaba nada, más adelante preguntaría y solucionado.

Aunque en su momento el espectáculo parecía "apagado", los espectadores se alzaron de la emoción cuando dio inicio con un rápido ataque de Liones a su rival. Por desgracia para este, aquella armadura no se interpuso en el bloqueo del caballero, quién detuvo el corte con el brazal derecho que formaba parte de su vestimenta.

-He... -así, tomando impulso con su otra mano, lanzaría un corte ascendente de su espadón izquierdo al rubio que tenía ahora delante. -. ¡Aprende tu lugar!

Mientras tanto, los nobles murmuraban entre ellos y platicaban sobre cosas que el resto de los presentes no escucharían.

Durante el espectáculo, los nobles hablaban entre ellos sin importarles tu presencia o la del mandamiento.

-Si, si... He escuchado mucho del niño rubio de la orden. Escuche que era capaz de enfrentarse a los enemigos más poderosos... -comentó uno al noble a su lado.

-Así en persona no parece la gran cosa... Me pregunto si los rumores son ciertos o son solo eso, rumores.

Entonces, el príncipe V te llamó con un gesto de mano, pidiéndote que te acercases lo suficiente para susurrarte algo.

-Karstein, antes del combate final de mi hermano, porque se que llegará a la final, quiero que le des esto de tu parte -de sus ropas sacó un pequeño frasco de cristal con un liquido purpura claro en su interior, un tanto espeso. -. Quiero ver a mi hermano en un combate a su nivel, y esto se encargará de ello cuando lo beba. Solo antes del combate final, ¿entendiste? -obviamente, no te lo pedía como un favor, si no como una orden. Su hermano en esos momentos se encontraba allí mismo, pero muy ocupado viendo el combate como para prestar atención a lo que el heredero planeaba para él.

Al ver venir aquel espadazo ascendente di un salto para el costado para luego lanzarme hacía su tobillo izquierdo y lanzar un corte contra el mismo buscando así hacer que se doble o ralentizarlo.

Tal vez el ataque del rubio no fuese el más potente, pero fue eficiente al ser el primero del combate en acertar, obligando al caballero a arrodillarse momentáneamente. Aún así, eso no le impidió girar uno de sus espadones a gran velocidad antes de lanzar un golpe con la parte plana de este hacia su objetivo: no buscaba cortarlo ni matarlo, pero si darle un buen golpe que le dejase claro que iba enserio.

Había logrado cortar un poco el tobillo del caballero, pero ahora venía la represalia, al ver el espadón girar y venir hacía mi, me tiré hacía atrás pero dejando los pies aferrados al suelo* para luego levantarme y aprovechando el impulso cargar hacía adelante con una estocada al torso, buscando la parte blanda de la armadura.

Mientras Ethan observaba el espectáculo, pudo escuchar a los nobles hablar sobre el muchacho rubio, por lo visto parecía ser alguien famoso entre esas personas, pero por otra parte, el príncipe, no dudó en llamarle con la mano para que se acercara, ¿alguna confidencia?, ¿el secreto para conseguir una lustrosa barba?.

El joven no tenía ni un solo pelo en su cara, era algo así como un bebé…un bebé un poco más alto y fuerte, pero tenía la piel lisa y suave, por dios, ¡Quería una barba para impresionar a todo el mundo!, así que obedientemente se acercó y el príncipe le susurró que antes de el combate, tenía que darle a su hermano un frasco de cristal con un liquido purpura en su interior.

Por lo visto aquello se encargaría de hacer que el príncipe fuera más poderoso en su combate, ¿pero ya sería eso posible?, el chico arrugó levemente la nariz un segundo antes de asentir con la cabeza. No le gustaban demasiado las trampas y algo le decía que aquello tampoco gustaría al príncipe, pero una orden era una orden… no quería acabar colgado por los pulgares en la mazmorra.

-Si alteza, como usted mande señor.-Murmuró mientras agarraba el frasco con una especie de reverencia y observaba durante unos segundos el color y la forma del susodicho. Una vez lo hizo, guardó el frasco en uno de los bolsillos de su abrigo y volvió a su asiento, donde abrió su cuaderno y comenzó a dibujar lo que acababa de ver, ¿sería alguna pócima secreta para darle fuerza sobrehumana?  

Nuevamente el caballero bajo la guardia, recibiendo de lleno aquella estocada que perforo su armadura levemente, lo suficiente para causar daños al otro lado con la daga. Dispuesto a aprovechar nuevamente la cercanía de su contrincante, esta vez no atacaría con sus espadones, si no con su fuerte cabeza cubierta por el casco.

-¡Deja de jugar conmigo! -

El público presente pudo ver entonces que aquel niño no era un niño cualquiera, pues por como iban las cosas parecía que tenía aquel combate en la palma de su mano...

Al ver venir el cabezazo de aquel gigante solo di un pequeño salto para el costado, lo suficiente como para esquivar el ataque y elevarme lo justo.

-De acuerdo!- respondí tomando la cabeza del caballero para entonces aprovechar su postura y estrellarsela contra la arena.

Liones hizo otra demostración de su fuerza y agilidad al estampar el casco del caballero contra el suelo, siendo que al intentar levantarse este no fue capaz de hacerlo, cayendo tendido sobre la arena a los pies de su oponente.

-¡El combate ha terminado! ¡Liones Fallen es el ganador! -anunció el presentador antes de que todo el público gritase de emoción; tal vez no fuese el combate más largo y destructivo, pero si se pudo notar los frenético y veloz. Si aquella era la primera ronda, todos estaban ansiosos de ver como serian las finales...

Y tras varios combates, finalmente se avecinaba el momento que todos esperaban. Los finalistas, Liones Fallen y Sir Elric IV, se estaban preparando para el último combate del festival, siendo que solo uno se alzaría con la victoria...