Partida Rol por web

¿Quien diría que un día terminarías así?

Eras escoltado por los guardias de Ilfly por toda la ciudad, dejando a las personas ver tu rostro una última vez antes de llevar a cabo el juicio. Algunos te consideraban inocente, otros pensabas que tendría que esforzarte por remediar tus actos "extremistas", pero la realidad es que era complicado entender tu comportamiento, mucho más luego del "descubrimiento" de la matriarca.

Fuiste a dar al salón de juicios como el acusado. Tendrías el honor de tener a la matriarca como una de los testigos, y al propio Altavius como fiscal; tu caso era tan particular que en el peor de los casos podrías incluso ser sentenciado a muerte, pero aquel juicio decidiría aquello.

-Aaron Kobla -te menciono Altavius. -. Estás aquí por tu posible relación con seres peligrosos del clan demoníaco. ¿Tienes algo que decir en tu defensa antes de comenzar?

Cada paso retumbaba con un golpe de tambor... era como si todo un mundo pesase sobre sus hombros... sus ojos estaban con ojeras... no podía ser menos... llevaba sin dormir desde que Lethlia había vislumbrado algo en su alma... algo que la asustó... ¿qué era? ¿por qué nadie le decía nada?... Lo dejaron en su celda... y no hacía más que mirar hacia si mismo... tratando de ver lo que había visto aquella mujer, que era el objeto de toda su admiración... y ahora se sentaba entre los testigos... seguramente para desterrarlo... o incluso un destino peor... 

Las cadenas también eran pesadas... y el sonido que hacían según se arrastraban resonaban en la cabeza de Aaron como un grito desgarrado que lo acercaba a la locura... pero por fin llegaron al banco... por fin aquellos estridentes sonidos cesarían... para ser sustituidos por el coro de la sospecha... personas cuchicheando, hablando sobre él... como si ellos lo conociesen de verdad... Buscó con la mirada a su padre adoptivo Cyriack... quizás él le ofrecería algo de consuelo real... también escuchó a gente que creía en su inocencia... lo cual le devolvía algo de esperanza... pero era consciente de que no solo le juzgaban por la ejecución... sino también por aquella ¿cosa? que habitaba dentro de él...

Absorto en sus pensamientos... solo el pequeño golpe propinado por uno de los guardias lo sacó de su ensoñación...

-Aaron Kobla -te menciono Altavius. -. Estás aquí por tu posible relación con seres peligrosos del clan demoníaco. ¿Tienes algo que decir en tu defensa antes de comenzar?

Altavius... uno de sus maestros, y uno de los hombres de Ilfly en los que más confiaba... era su fiscal... Aaron no pudo temblar algo, no por miedo... sino por el abandono que sentía en aquel momento... el gesto que se dibujaba en su cara no era el del guerrero orgulloso y valiente... sino el de la desesperanza e impotencia, puesto que él mismo desearía saber que sucedía dentro de si mismo... pero en realidad apenas sabía nada... Y entonces empezó a articular palabras... de forma algo torpe...

- No...  sé que cometí un crimen... ejecuté a un criminal sin esperar a llevarlo a juicio... pero pretendía llevarse a una de las vuestras a Nekrodum... por lo que me deje llevar por mi sentido de la justicia... pero jamás he tenido ninguna relación con seres del clan demoníaco... - las palabras de Aaron cada vez se aceleraban más... de la desesperanza y tristeza... empezó a surgir una llama... ¿ira? ¿orgullo? ¿decepción? no sabía que sentimiento lo guiaba pero su discurso empezó a alterarse...

- ¿Acaso no fuisteis vosotros los que me acogisteis? Sabéis bien que llevo sirviendo al clan desde que he tenido uso de razón... con una fidelidad que va más allá de la devoción... ¡Sabéis que jamás me relacionaría con nadie del clan demoníaco! Desconozco que fue lo que vio lady Lethlia en mi alma pero sea lo que sea... debe llevar conmigo desde que nací... debéis creerme... todo lo que he hecho hasta hoy, ha sido por el clan... - una lagrima recorrió una de las mejillas de Aaron... el hecho de que alguien siquiera pensase que aquello de lo que lo acusaban fuese cierto lo sumía en la desesperación y decepción...

Después miró a Lethlia... aquella mujer que tanto admiraba... que incluso en lo más profundo de su alma amase... aunque supiese que era una relación imposible... y la miró ansiando algún gesto que le devolviese algo de esperanza... necesitaba esa esperanza... o todo por lo que había luchado y vivido se derrumbaría... quizás para siempre...

Otro día, otro trabajo a llevar a cabo...

En aquel día, te escabullías por el patio de un noble que vivía muy cerca de la frontera; se realizó una investigación y se dio con e resultado de que llevaba a cabo tratos con el clan Nekrodum, por lo que se dio una misión de busca y captura para interrogarle y despojarle de sus pertenencias.

Los cuerpos de sus guardas decoraban el suelo de los pasillos que recorrías, mientras la fuerte respiración de aquel hombre con sobrepeso delataba su posición. Finalmente lo acorralaste en un pequeño cuarto de herramientas, siendo que pudiste ver la mirada de pánico del hombre...

-¡¿Q-Qué es lo que te ofrecieron?! ¡T-Te pagaré el doble si finges no haberme encontrado! ¡N-No! ¡El Triple! -ya te habían advertido que era un desgraciado que no dudaríaen sobornar a cualquiera, incluso a un cazador honrado como tu... -. No puedo ser juzgado... ¡¿Sabes lo que me he esforzado para conseguir todo esto?! ¡¿Las personas que he estafado?! ¡¿Las familias que he arruinado?! ¡Puedo darte todo lo que quieras, solo pídemelo!

Era uno de esos casos donde la ejecución inmediata no sonaba para nada mal, pero incluso las personas asquerosas como él tenían el derecho a ser juzgados por la ley y que se decidiese su destino de manera correcta... ¿Verdad?

-Senca... -tu compañera, que se había encargado de acabar con todos los guardias del otro lado de la mansión, llegó al pequeño almacén. -. Átalo de una vez para irnos... Y cubre su boca: estará todo el viaje intentando amenazarnos o sobornarnos...

Aquella elfa, que normalmente actuaba en solitario, había decidido aquel día cooperar contigo para una misión. Resultaba que incluso la mejor cazadora del clan, Dhijana, necesitaba compañía de vez en cuando... O tal vez fuese la jugosa recompensa por el noble.

Fue un paseo, un paseo bonito y didáctico, siempre me gustaba formar equipo con guerreros hábiles y serios, ver como trabajan me enseñaba mucho más que todos aquellos generales que hablaban de estrategias, entrar en un sitio es más didáctico a que te digan como entrar en un sitio.

Sin embargo, gente como el prisionero me causaban también una enorme intriga, comencé a atarlo mientras escuchaba sus sobornos, el pago solo me hace sobrevivir, la sociedad es lo importante, la paz y sus gentes, y corrompes la sociedad con tus sucios tratos, Le comentaba mientras las cuerdas iban formando nudos en sus brazos y piernas.

Llegó mi compañera, útil y rápida, como se esperaba de la persona a la que Le habían asignado la misión, reconocía que yo había hecho bien mi trabajo, pero ella tenía más experiencia, había sido una buena noche. 

No lo entiendo, ¿para que querría un dinero sucio? , mi padre no podría comprar nada con él, decía mientras movía arrastrando el cuerpo desde la cuerda hasta la puerta, un pequeño ápice de que lo que podía ser, para que lo entendiera, antes de cargarle. ¿Sabes? Le decía al hombre ya en la puerta, mientras Le colocaba para cargarle hasta su destino, si alguien aceptara ese soborno, seguramente sería uno de nosotros el que fuera a por él, dije con una pequeña sonrisa, el único ápice de sentimiento que había exteriorizado en todo el día. Sin esperar una respuesta, Le puse una cuerda en la boca, colocada estratégicamente para que no pudiera morderse la lengua sin tener que romperse todos los dientes contra la cuerda, la gente hacía cosas extrañas para evitar ser judgado.

Seguí caminando, ya con ese cuerpo en el hombro, pesaba, aunque llegaríamos rápido. Deberíamos ir con cautela, podría haber más hombres, y mis movimientos están limitados con esto aquí, dije señalando al gordo que tenía encima del hombro, la velocidad hacía de mí un asesino útil, y la limitación de mis movimientos me hacía parecer que era yo quien llevaba las cuerdas. 

Los presentes escuchaban todas y cada una de tus palabras, con ciertas expresiones que buscaban descifrar cualquier cosa que intentases ocultar. Por un momento tal vez los hiciste sentir culpables, pero cuando tu misteriosa naturaleza agresiva salió a la luz, les demostraste nuevamente porque estabas allí. De entre todos buscaste la mirada de la única persona que podía darte esperanza en aquel momento, pero para tu desgracia la matriarca no se atrevía siquiera a dirigirte la mirada...

-Ciertamente somos conscientes de tu devoción al clan, pero no podemos permitir que andes libres sin un castigo apropiado para que demuestres estar arrepentido -declaró Altavius. -. Ante todos los presentes, nuestra líder y matriarca declarará su experiencia al recorrer lo más profundo de tu ser y encontrarse frente a frente con... Aquello que tantos problemas te causa.

Todos hicieron silencio mientras la elfa caminaba hacia el centro de la sala, donde seria vista y escuchada por todos. La chica se mantuvo unos instantes en silencio antes de declarar la verdad sobre todo aquello.

-Aaron es una buena persona. Su lealtad al clan es indiscutible, y puedo confiar plenamente en que nos protegerá como siempre lo ha hecho. Es cierto: Hay un ser que reside en su interior, o tal vez más allá de lo que se pueda explicar, pero tiene un lazo con Aaron. Por su seguridad, y la mía propia, no pude indagar más que para echar un vistazo: Sea lo que sea que le haya seguido toda su vida, puedo asegurar que no se trata de una amenaza al clan, si no más bien una posibilidad: Con el entrenamiento correcto, se que algún día Aaron será capaz de dominar a esa bestia en su interior y usar esa ira a su favor, a favor del clan -finalmente, Lethlia finalmente te dirigió la mirada por primera vez en todo el juicio. -. Confío en que así sera...

La matriarca volvió a su asiento, y todos se miraban entre si susurrándose sus opiniones al respecto. Altavius no tardó en intervenir para dar la declaración final.

-Aaron Kobla, ¿estas dispuesto hacer lo necesario para dominar el poder en tu interior y usarlo por el bien del clan, y ganarte nuevamente la confianza de los demás?

Aaron vislumbró la reacción de los presentes, y por suerte para él y su cordura muchos de ellos estaban de su parte, o al menos no concebían su asociación con los demonios, lo cual era un consuelo... aunque el hecho de que Lethlia no le devolviese la mirada hacía que en su cabeza hubiese una amalgama de sentimientos encontrados... decepción, esperanza por la reacción del resto de presentes... en su cabeza todo formaba un remolino que hizo que por un breve instante se marease algo... solo las palabras de Altavius lo pudieron arrancar de dicha vorágine...

-Ciertamente somos conscientes de tu devoción al clan, pero no podemos permitir que andes libres sin un castigo apropiado para que demuestres estar arrepentido -declaró Altavius. -. Ante todos los presentes, nuestra líder y matriarca declarará su experiencia al recorrer lo más profundo de tu ser y encontrarse frente a frente con... Aquello que tantos problemas te causa.

¿Arrepentido de sesgar la vida de aquel infraser que se llevó a la niña elfa? A medias... en su ser, quizás por su naturaleza humana, no entendía como los elfos daban tantas segundas oportunidades a sus enemigos, era plenamente consciente de que había roto una ley Ilfly, pero aquella persona no volvería a hacerle daño a nadie...

Acto seguido, la incertidumbre se apoderó de Aaron... Lethlia había evitado mirarlo durante todo el juicio, pero también sabía de su infinita bondad  y comprensión... por lo que tomo aire hasta que los pulmones se le llenaron del todo... después, lo expulsó despacio, hasta que no solo el aire fuese expulsado... si no su ansiedad y nerviosismo... entrecerró los ojos unos instantes, y los volvió a abrir con determinación, esperando las palabras de la matriarca...

-Aaron es una buena persona. Su lealtad al clan es indiscutible, y puedo confiar plenamente en que nos protegerá como siempre lo ha hecho. Es cierto: Hay un ser que reside en su interior, o tal vez más allá de lo que se pueda explicar, pero tiene un lazo con Aaron. Por su seguridad, y la mía propia, no pude indagar más que para echar un vistazo: Sea lo que sea que le haya seguido toda su vida, puedo asegurar que no se trata de una amenaza al clan, si no más bien una posibilidad: Con el entrenamiento correcto, se que algún día Aaron será capaz de dominar a esa bestia en su interior y usar esa ira a su favor, a favor del clan -finalmente, Lethlia finalmente te dirigió la mirada por primera vez en todo el juicio. - Confío en que así sera...

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Aaron, lleno ahora de felicidad y consuelo... Lethlia era una gobernante que sin duda merecía toda su devoción y admiración... sabía ver más allá... y sus palabras no hicieron más que alimentar dicha devoción... Aaron ahora daría todo su ser para defender a Lethlia de "cualquier" amenaza... fuese cual fuese su procedencia... 

Pero debía reconocer que la parte en la que mencionó el entrenamiento lo descolocó totalmente... aunque apenas tuvo tiempo para pensar más antes de que Altavius volviese a hablar...

-Aaron Kobla, ¿estas dispuesto hacer lo necesario para dominar el poder en tu interior y usarlo por el bien del clan, y ganarte nuevamente la confianza de los demás?

El caballero se quedó pensativo y duditativo durante unos instantes... pero luego una ves reorganizados sus pensamientos en su cabeza contestó...

- Por supuesto que estoy dispuesto, y más que nunca... pero debo hacer públicas mis propias dudas también, puesto que esto podría afectar al clan... ¿cómo podré dominar un poder o ser que se encuentra en mi interior si ni siquiera conocemos de su natura? Haré todo lo que esté en mi mano para dominarlo, pero necesitaré ayuda para saber que es lo que reside en mi interior... - sabía que sus palabras podrían ser contraproducentes para él, pero estaba claro que para conseguir dominarlo, necesitaba saber a que se enfrentaba...

Después esperó pacientemente la respuesta de sus superiores, aunque seguramente todo pasaría por tener que volver a indagar en su alma para descubrir que es lo que convive con él...

Como era de esperarse, el noble empezó a forcejear e intentar gritar luego de ser amordazado, pero no resultaba más que una simple molestia de peso para ti.

Tu compañera te acompañó hasta el patio, donde uno de los carruajes del noble esperaban con un par de caballos.

-Nos iremos allí... -comentó la elfa mientras se acercaba para acariciar a los animales y comprobar que eran sumiso a cualquier persona, y no únicamente al jinete. Esperó a que acomodases al noble dentro del carruaje mientras ella se acomodaba tras los caballos, siendo que los dirigiría a la capital mientras tu vigilabas el "paquete". -. Mantén una puerta un poco abierta; mantendré mis ojos abiertos por si es necesario que salgas a defender el carruaje... -después de todo confiaba en que el noble no se lanzaría por el carruaje, o al menos no le daría tiempo estando atado contigo presente.

Empezaron a recorrer las llanuras de aquellas tierras en dirección a la capital. Un viaje calmado y silencioso, donde dejaron atrás varios ríos y bosques. Finalmente, tras un largo recorrido, se detuvieron en la subida a una colina, tras la cual quedaba el camino hacia la capital.

-Senca, hay una niña... -te avisó con cierto tono de confusión y sorpresa, impropio de ella.

Efectivamente, al asomarte te fijaste en una pequeña figura tirada en medio del camino, obstruyendo el paso a la colina. Era una joven niña cubierta por algunos trapos rotos que apenas le cubrían lo propio, dejando ver claramente múltiples golpes y arañazos por todo su cuerpo. De entre estas cicatrices, resaltaban un par grande en su espalda, similares a las que le quedarían a una bestia alada si se le arrancaban las alas.

Pero antes de que pudieses dar tu opinión, la elfa ya se estaba bajando para recoger a la niña y llevarla al carruaje, con la intención de entregartela y que la llevases contigo.

-No podemos dejarla aquí... -a pesar de ser alguien muy inexpresiva y neutral, era innegable que la cazadora se preocupaba mucho por todos, y que no aceptaría dejar a una niña mal herida a medio camino. Su mirada de decisión te lo aseguraba.

Obediente y a buen paso, acomodé al traidor en la carreta, lo sujeté bien y Le até a una esquina del carro, asegurandome de que estaba cerca de la pared, así no se movería mucho, abrí un poco la puerta contraria y miré por rachas a la calle y al prisionero, siguiendo un cierto patrón, que iba cambiando para asegurar que no intentaba nada mientras no le miraba a él.

Al parar el carruaje, miré fuera con algo más de detenimiento, esto no es normal, aunque tampoco iba a dejar a la chica allí, esperé a que la metiera y Le di mi túnica, para que se tapara, asegurándome con la vista que no tenía armas ni nada parecido.

Yo me encargaré de ella, aunque estate atenta, esto es extraño y los traidores no tienen problemas en utilizar a una niña para sus maldades. 

Di un suspiro de consternación, era verdad que tanto mi acompañante como yo eramos manos armadas, incluso crueles, pero eramos el puño de la paz, si ellos no estuvieran nosotros no seríamos necesarios, somos la reacción a la causa. Ellos sólo eran maldad. 

Como te llamas niña, dije haciendo un gesto para que se pusiera en el lado contrario al hombre, aquí había demasiada gente. ¿Como has llegado hasta allí y que te ha pasado? , ponte esto, tendrás frío. 

-Antes que un criminal, eres parte del clan. Recibirás el apoyo que necesites para superar tus retos y renacer como un hombre nuevo. Espero con ansias el día en el que la gente hable de Aaron Kobla, el hombre que superó su naturaleza frenética... -declaró Altavius antes de mirar a los presentes. -. A partir de ahora empezará tu redención. No permitas que nuestra decisión de darte una segunda oportunidad sea en vano...

Así, se te fueron quitadas las esposas y los espectadores empezaron a retirarse: cada quién tenía sus opiniones sobre el caso, pero al menos la mayoría estuvo de acuerdo en el resultado. Era la primera vez que eras llevado a juicio por algo como eso, y es que nunca pensaste que llegarían a dudar de ti por tu naturaleza; ahora más que nunca eras consciente de que debías ser cuidadoso...

Con el juicio terminado, el par de hermanos elfos se acercó a ti mientras Altavius se retiraba; no parecía tener nada que decirte...

-Lamento que hayas tenido que pasar por esto... -se disculpo la matriarca. -. Se que no lo hiciste porque quisieras... Ahora debemos dedicarnos para descubrir que es lo que reside dentro de ti... Se que ya te hemos molestado mucho, pero me gustaría llevarte al palacio una última vez para hacer otro recorrido a tu interior...

Lo último que quería Thalía era molestarte más de lo que ya lo habían hecho por el accidente, pero tampoco quería desaprovechar la oportunidad que se te había dado.

-Seguramente lo superaras, Aaron -comentó el hermano de la matriarca. -. Solo es cuestión de estar decidido a hacerlo, ¿no?

Tu compañera volvió a su lugar para hacer andar al carruaje mientras el noble seguía en el rincón sin atreverse a hacer nada. Por otro lado, tras hablarle y moverla un poco la niña despertó...

Abrió lentamente sus ojos rojizos, apartando su corto cabello rosado para ver mejor donde se encontraba. Al reaccionar, su expresión cambió a una de absoluto temor y pánico, apartándose todo lo que pudo de ti en aquel pequeño espacio.

-¡U-Un demonio! -soltó espantada mientras te veía. Verdaderamente, tu apariencia con el traje y la mascara no era precisamente humana... -. ¡P-Por favor, no me hagas nada...! -la niña se acurrucó en un rincón mientras se cubría con el abrigo que le habías dado, sin siquiera percatarse de que era tuyo.

Podías ver a simple vista que, lo que sea que le hubiese pasado, fue lo suficiente para dejarla en mal estado físico y mental, aunque no estabas seguro si eso tuvo algún efecto en su primera impresión de ti...

-Y-Yo estaba escapando, y... y... C-Caí... -fue lo único que pudo decir con sus ojos cristalinos por las lágrimas que querían salir. -. P-Por favor, n-no me entregue a ellos... S-Son verdaderos d-demonios...

Con una voz agradable, y sin acercarme a la niña, comencé a intentar calmará, es solo una máscara, nosotros no somos demonios, de hecho somos los que intentamos que pequeñas como tú no tengan peligros, ¿ves?, este hombre es malo, y nosotros Le llevamos a la justicia atado, no hacemos daño a nadie.

Cuando lleguemos a nuestro destino te enseñaré mi cara si quieres, no puedo dejar que este hombre malo la vea, decía con un tono cercano, para que viera que aunque no lo era extrictamebte hablando, parecía humano. 

Cuéntame pequeña, ¿que es lo que te ha pasado para tener tanto miedo? , ahora estás a salvo así que no te preocupes, y, ¿donde está tu familia? 

Busqué en la bolsa de viaje algo que se pudiera comer, y se lo ofrecí, no tengo mucha comida, pesa y nos dificulta encontrar a los malos, pero puedes comerte esto, estarás hambrienta si has estado corriendo, ¿te has hecho alguna herida?, dije mientras la enseñaba también una venda, para que supiera que lo único que intentaba era curarla si se había hecho algo. 

-Antes que un criminal, eres parte del clan. Recibirás el apoyo que necesites para superar tus retos y renacer como un hombre nuevo. Espero con ansias el día en el que la gente hable de Aaron Kobla, el hombre que superó su naturaleza frenética... -declaró Altavius antes de mirar a los presentes. -. A partir de ahora empezará tu redención. No permitas que nuestra decisión de darte una segunda oportunidad sea en vano...

El caballero escuchó con atención las palabras de Altavius, que o no conocía la respuesta a la pregunta de Aaron, o la había evadido... pero aquel no era el momento para insistir sobre ello... así que con solemnidad alzó la cabeza, cogió aire y pronunció un juramento...

- Juro por mi vida y por la salvaguarda del clan, que haré todo lo que este en mis manos para dominar este poder y usarlo para el bien de nuestras tierras... - dijo Aaron de forma breve, puesto que no le gustaban las florituras ni adornos en los juramentos...

Cuando las esposas fueron retiradas, Aaron movió las manos con cierta pesadez... todavía tenía en las muñecas las macas de aquellas pesadas argollas...

Luego, los presentes empezaron a retirarse, y parecía que todos o casi todos estaban contentos con el desenlace del juicio... lo cual congratulaba a Aaron, se había hecho justicia, aunque todavía había algo dentro de él que consideraba inaceptable todo este juicio, casi podía escuchar una voz interna parecida a la suya... "¿cómo se atreven a juzgarme? Yo soy la Justicia, estos pecadores conocerán el castigo..." pero en esta ocasión... consiguió acallar aquella voz, ímpetu, o ser... y continuó siendo él mismo...

Solo la llegada de Lethlia y Belmoth lo devolvió a la realidad...

-Lamento que hayas tenido que pasar por esto... -se disculpo la matriarca. -. Se que no lo hiciste porque quisieras... Ahora debemos dedicarnos para descubrir que es lo que reside dentro de ti... Se que ya te hemos molestado mucho, pero me gustaría llevarte al palacio una última vez para hacer otro recorrido a tu interior...

Aaron rápidamente hincó una de sus rodillas al suelo... - Por supuesto Lady Lethlia... de hecho si no hubieseis sido vos quien lo hubiese sugerido, habría sido yo quien acudiese a vos... cuanto antes descubramos que reside en mi interior, antes podré ponerme en marcha y dominarlo... - el discurso de Lethlia no había hecho más que reforzar la fe del caballero en ella, que en estos momentos no se atrevió a mirarla directamente a los ojos... pues todavía sentía algo de vergüenza por sus actos y su forma de hablar en el juicio...

-Seguramente lo superaras, Aaron -comentó el hermano de la matriarca. -. Solo es cuestión de estar decidido a hacerlo, ¿no?

- Supongo que así es, Lord Belmoth... pero debo preguntaros algo... - en esta ocasión Aaron si alzó la cabeza para mirar a los dos hermanos... - ...¿existe algún caso similar al mio que haya sucedido anteriormente? En todos los años que llevo aquí nunca había oído ni leído sobre algo igual... - toda información era poca... puesto que no sabían nada sobre lo que residía en su alma...

Aunque había una cosa que si tenía clara... si dejaba a sus anchas a aquel ser... no tardaría mucho en tomar las riendas de su alma...

Aunque desconfiaba totalmente de ti, poco a poco fue calmándose al ver que no tenías intenciones malvadas contra ella... Aún así, se mantenía arrinconada, sin dirigirte la mirada por temor.

-N-No lo se... E-Estaba huyendo de algo... C-Caí y... D-Desperté aquí... -a pesar de que se escuchaba con mucho nerviosismo y temor, también sonaba muy honesta.

Entonces, cuando le ofreciste comida, no pudo evitar echarle un ojo a lo que le mostraste. Dudó durante unos instantes, pero finalmente terminó aceptando y tomó lo que le diste, empezando a comer lentamente.

Preguntar sobre su estado era un tanto... Insensible, después de todo eran obvios los golpes que llevaba por todo el cuerpo. Aún así, ella se lo tomó con calma, y te dio la espalda para mostrarte aquellas cicatrices que tenía; eran similares a la que quedarían si se le quitaban a una persona-ave sus alas, y parecían ser las que más le interesaban a la niña...

El noble ya se había rendido en cuanto a forcejear; parecía que se dejaría llevar sin poner más problemas.

Luego de haber comido y haber sido tratada, la niña continuó en el rincón, pero al menos ahora te miraba de vez en cuando...

Así llegaron tranquilamente a la capital. La elfa recorrería un poco las calles con el carruaje antes de detenerse frente a la casa de los cazadores, dejando allí el carruaje antes de bajarse.

-Yo puedo entregar al noble, o llevar a la niña para que sea tratada... Como quieras... -fuese cual fuese tu decisión, recibirías luego tu paga por la misión bien ejecutada.

Ver tu voluntad e interés en comenzar cuanto antes con tu "recuperación" era algo que le agradaba profundamente a la matriarca, quién a pesar de estar sonriendo ya más calmada por el resultado del juicio, no pudo evitar enseñar algo de preocupación y duda en su expresión cuando preguntaste sobre algún caso parecido al tuyo... Belmont, por otro lado, intentaba enseñarse serio sobre el asunto, sin mostrar sentimiento alguno al respecto...

-La razón de que no haya información de un caso como el tuyo es porque nunca antes ha habido uno... -explicó el hermano elfo. -. Trataremos con lo desconocido, y es por eso que debemos confiar en que todo saldrá bien... Pues sin seguridad es lo único que nos queda: la confianza...

Ya te hacías la idea de que eras un caso único en Ilfly; aún así, era raro ver a la matriarca así por algo como eso...

-Vamos, no nos preocupemos más por algo como eso -intentó cambiar de tema el espadachín. -. Todo saldrá bien, como debe de ser.

Así, te invitaron a andar de vuelta al lugar donde llevarían a cabo el reconocimiento de aquel ser que residía en tu interior...

He allí en el palacio real, los propios hermanos te escoltaron a los aposentos de la princesa: después de todo, ahora seria terrible pensar siquiera meterte en una celda. Estaba claro que ambos querían que te sintieses cómodo con el proceso que llevarían a cabo...

Así pues, prepararon la sala para el ritual que realizaría la matriarca para explorar tu alma: bastaba con cerrar puertas y cortinas, abrir un poco de espacio, y dejar nada más que velas para iluminar a tu alrededor en forma de circulo; tal vez alguien con mucha imaginación podría comparar aquello con un rito para invocar demonios o algo por el estilo, pero sabías que las intenciones de Lethía eran puras...

-Muy bien... Comencemos...

La matriarca se colocó delante de ti y empezó a recitar un hechizo. Lo único que tenías que hacer era relajarte y dejarte llevar... Pero algo dentro de ti te hacía fijarte muy bien en los alrededores, y es que además de los tres allí presentes, sentías la mirada de un 4°...

Varios pasos detrás de Lethía, oculta en la oscuridad, una pequeña figura abrió su par de ojos para mirarles fijamente. En cualquier otra situación hubieses saltado a defender a la matriarca, pero fue el propio Belmont quién te detuvo al posar su mano en tu hombro.

-Es un mal momento... -dijo Belmont a aquella pequeña silueta, la cual al ser descubierta decidió salir de las sombras.

Era una persona pequeña, similar a un niño, de cabello largo y ropa muy holgada cual túnica; utilizaba una capucha negra como su túnica y una mascara blanca que cubría únicamente alrededor de sus ojos, cual antifaz.

-Jester me envió a entregarles esto... -aquel niño, o niña, le entregó a Belmont una carta con un sello muy peculiar que nunca antes habías llegado a ver. -. Ustedes sabrán que hacer...

Y tal como apareció entre las sombras, el mensajero se esfumó: nunca lo habías oído entrar, ni tampoco salir... Simplemente vino a entregar lo que le dieron, y se fue tal cual...

-Lamento esa interrupción... -suspiró Belmont. -. Verás, Aaron, hay cierta organización esparcida por todos los clanes que ayuda a quién más le convenga; obviamente, nosotros somos a quienes tienen más lealtad, y por eso nos ayudan dándonos información y cosas desde lo más profundo de los otros clanes. En fin: ¿Estas listo para comenzar?

Pero la matriarca no se veía muy convencida, tal vez un poco preocupada por los acontecimientos recientes.

-Aaron... Si no quieres... Podemos esperar a mañana...

La vi comer con una sonrisa, añadiendo mirar a la chica al patrón: reo, chica, exterior, cambiando el orden y el tiempo, por suerte el gordo traidor se había callado, eso daba tranquilidad al viaje.

Al llegar al destino, mi compañera me dio dos opciones, si no te importa, me gustaría llevar a la chica, me intriga lo que la ha pasado, preguntaré si alguien sabe algo y cuando esté más tranquila y la hayan curado la preguntaré si sabe donde fue atacada.

Suspiré, aunque con una sonrisa, no podemos dejar que la noche sea peligrosa para nuestra gente, si lo permitimos, ¿para qué servimos?, ¿para atrapar gordos inútiles?. 

Ha sido un placer ser tu ayudante, no dudes en avisarme si necesitas hacer otra expedición, hablaba con respeto, seriamente, una noche contigo me ha ayudado más que una semana entrenando, con respeto a los dioses a los que dedico mi entrenamiento. 

Miré a la niña, y me agaché, iremos a dar parte de que hemos llegado, y después a que te curen esas heridas, ¿quieres?, quizá mis palabras y mi personalidad no eran lo más empático, aunque por otro lado, me esforzaba en imitar lo que veía, y esos gestos eran los que la gente hacía con los niños. 

¿Que ha pasado?

¿Por qué estoy encadenada?

¡Soltadme!

¡...!

Pensamientos fugases volaban por tu cabeza mientras recuperabas la consciencia. El sol brillante pasaba entre las hojas de los arboles llegando a darte directamente al rostro, causando que terminases despertando a la orilla de aquel río que atravesaba el bosque. Por unos instantes no entendiste nada, pero entonces, al ver tu reflejo en el agua, el recuerdo de como caías por un barranco tras intentar huir de aquel caballero rubio de armadura celeste te hizo darte cuenta de que ahora estabas lejos de casa, muy lejos...

No tenías la menor idea de cuantas horas habías pasado siendo llevada por la corriente, ni siquiera sabías en donde podías estar, pero al menos tenías la certeza de que tus captores no te habían seguido el rastro, o al menos eso deseabas...

A través de los altos arboles podías sentir una brisa fresca que llegaba desde el sur. Por la forma en la que el río caía por el camino, podías deducir que te encontrabas en algún lugar alto... ¿Como habrías llegado hasta allí? Fuese cual fuese el caso, tirarse al río y dejarse llevar no sonaba mal, pero... ¿A donde te llevaría? ¿Que tanto podría sobrevivir una sirena como tu en un lugar desconocido como ese? ¿Como te habías metido en aquel problema...?

-La razón de que no haya información de un caso como el tuyo es porque nunca antes ha habido uno... -explicó el hermano elfo. -. Trataremos con lo desconocido, y es por eso que debemos confiar en que todo saldrá bien... Pues sin seguridad es lo único que nos queda: la confianza...

Aquello no era un gran consuelo para el caballero, pero la intención de la matriarca y su hermano era buena, lo cual lo reconfortaba algo, aunque el hecho de que Lethía volviese a enfrentarse a aquello que moraba en su alma lo torturaba en parte... ¿y si la hacía daño? ¿o la atrapaba en su mundo? unas gotas de sudor frío caían por la frente y mejilla de Aaron al pensarlo...

Después no tardaron mucho en llegar a los aposentos de Lethía... lo cual sorprendió al caballero, no se imaginaba que el ritual tendría lugar en sus aposentos privados... luego observó como preparaban todo... casi parecía un círculo de invocación... quizás la idea sería hacer manifestar a aquel ser, en vez de tener que indagar dentro de su alma... pronto lo descubriría...

-Muy bien... Comencemos...

Aaron trató de cerrar los ojos, pero la natura del hechizo era tal, que lo único que podía hacer era observar todo con detenimiento, hasta que su mirada dio con una figura sombría que parecía acercarse a Lethía, tras lo cual el caballero se levantó raudo agarrando con fuerza el mango de su alabarda... solo la mano de Belmont que notó sobre su hombro lo detuvo... 

Escuchó la breve conversación... parecía un ¿espía? que traía información para Lethía... a pesar de los años que llevaba a su servicio, supuso que había todavía muchas cosas que le eran ajenas y desconocidas...

-Lamento esa interrupción... -suspiró Belmont. -. Verás, Aaron, hay cierta organización esparcida por todos los clanes que ayuda a quién más le convenga; obviamente, nosotros somos a quienes tienen más lealtad, y por eso nos ayudan dándonos información y cosas desde lo más profundo de los otros clanes. En fin: ¿Estas listo para comenzar?

- ¿A quienes más les convenga? ¿Y pueden entrar así en los aposentos de lady Lethía? ¿Qué sucederá el día que el pueblo Ilfly no sea el que más les interese? - aquellas palabras de Belmont, no lo tranquilizaron... para nada... el hecho de imaginar que unos extraños podían entrar y salir a su antojo de un lugar tan sagrado como los aposentos de la matriarca lo llenaban de inquietud... 

-Aaron... Si no quieres... Podemos esperar a mañana...

- Lady Lethía... yo estoy más que dispuesto... mi estado físico o anímico no es nada al lado de la necesidad de conocer lo que mora en mi interior... más si sois vos las que os encontráis indispuesta... eso lo cambiaría todo... ya sabéis que lo que más deseo es vuestra seguridad y bienestar, por lo que acataré aquello que consideréis oportuno... - dijo solemnemente el caballero... que en el fondo quería que el ritual se llevase a cabo cuanto antes... pero quizás las noticias que traía el mensajero no eran buenas y Lethía necesitase un tiempo para pensar...

Volví poco a poco en mí. La cabeza me daba vueltas. Todo el cuerpo me dolía, como si una estampida me hubiera pasado por encima. Sentía cómo la luz y el calor del sol me golpeaban directamente en el rostro.

Abrí los ojos lentamente para encontrarme en una localización inusual: árboles por todas partes, un río… ¿Cómo había acabado allí? Observé mi propio reflejo en el agua y entonces lo recordé: cómo aquellos hombres habían irrumpido en mi casa, se habían llevado a mi papá y a mí me habían encadenado y subido a un carro. Estaba aterrorizada, sin saber qué era lo que pretendían hacer conmigo. Pero mi oportunidad de escapar se presentó cuando vi que estábamos pasando por un puente sobre un río. Me armé de valor y usé todas mis fuerzas para saltar del carruaje y caer al agua. La caída fue tremenda, y quedé inconsciente al instante, pero había valido la pena si con eso había podido eludir a mis captores.

No tenía ni idea de cuánto tiempo había estado inconsciente. Traté de moverme, y me di cuenta de que aún seguía encadenada. Los grilletes me unían los brazos, cuello y cola. Todo intento de liberarme sólo servía para que las cadenas se clavaran dolorosamente en mi piel.

¿Dónde estaba mi papá? ¿Adónde se lo habían llevado? Y yo… ¿qué podía hacer? Yo sola no podía librarme de las cadenas. Podía esperar a que apareciera alguien que me rescatara, pero ¿cómo sabría si no tenía malas intenciones? ¿Y si me encontraban mis captores?

La otra opción era arrastrarme de nuevo al agua y dejar que me llevara la corriente. Pero estando atada no podía nadar, así que podía ser peligroso. ¿Y si caía por alguna catarata?

Por el momento, opté por pedir ayuda. —¿Hay alguien? ¡Ayuda! ¡Socorro! —grité. Con suerte aparecería alguien dispuesto a liberarme. Si no, no tendría más remedio que lanzarme al agua y dejar que me arrastrase la corriente.

Dhijana prefirió ahorrarse las palabras: se conformaba con saber que estabas satisfecho de haber trabajado con ella, una oportunidad que no se presentaba siempre. Por lo cual, la elfa se despidió con un vago gesto de mano mientras con la otra arrastraba al noble hacia el interior de la casa de cazadores.

La niña volvió a mirarte con sus grandes ojos, un poco menos asustada que cuando la encontraste. Poco a poco podías ver que se iba acostumbrando y te iba tomando confianza, pero aún se podía notar algo nerviosa. Tal como tenías planeado, la llevarías a la enfermería más cercana, donde seria atendida de la manera correcta con el equipo adecuado y algo de magia de recuperación.

-Cof... Cof...

Tras unos quince minutos de haber llegado, pudiste volver a reunirte con la niña en la sala de recuperación, donde la chiquilla esperaba sobre una cama tal como lo hacía el resto de pacientes que necesitaban reposar antes de irse.

-Ya me siento mejor... -te dijo un tanto apenada, más ya no asustada. -. G-Gracias, señor... -la niña se quedo en silencio durante unos segundos. Con todo lo sucedido, al final nunca se habían presentado. -. S-Soy... Alice...

Al verte reunido con Alice, el enfermero que se encargó de tratarla se acercó a ti.

-Se recuperara pronto, solo necesita descansar. Debo decir que es la primera vez que veo a alguien con esa... Anatomía: por un momento pensé que era una mitad-bestia al que le habían arrancado las alas, pero la manera en la que fluye su mana es muy inusual para un animal. Le hice unas pequeñas pruebas para ver si mostraba sus instintos, pero no parece tener relación con ningún animal que conozca... -por un momento te imaginaste al enfermero acercando su mano llena de granos a la niña, como si fuese un pájaro, pero luego pensaste que seguramente tendría métodos más "profesionales" para comprobar esas cosas. -. ¿Donde la encontraste? Cuando la vi entrar pensé que tardaría mucho en recuperarse, pero solo mírala: esta como nueva... -a excepción de algunos vendajes y una expresión de cansancio, era cierto que todos los golpes y marcas habían desaparecido. -. ¿Tendrá algún tipo de magia que activa inconscientemente?

-¡Cof... Cof...!

Al fondo, en una esquina de la habitación, había otro paciente que no parecía tener la misma suerte que Alice en la recuperación. Varios enfermeros intentaban sanarle, pero su tos y estado no parecían mejorar en lo absoluto, y esto lo sabías con certeza pues lo habías escuchado toser desde que pisaste el lugar. Habían algunos que simplemente tenían debilidad a las enfermedades...

El elfo no se esperaba una reacción diferente de tu parte, después de todo sabía los peligros de tener aquellos aliados infiltrados, sin saber verdaderamente cuando estaban ayudando a un clan en específico...

-El gremio de ladrones tiene... influencia, en los tres clanes. Mantienen el balance entre los tres territorios para que puedan avanzar, intentando también evitar que la guerra empeore. Si les permitimos ir y venir como les plazca es porque el poder del líder del gremio escapa de nuestras manos... No digo que no podamos contra el gremio, son simples ladrones, pero tienen el poder suficiente para quitarnos más de lo que ganaríamos si les enfrentamos... -confesó Belmont un tanto apenado por aquella cruda verdad. -. En todo caso, llevamos años con sus servicios, y no ha pasado nada malo. No tienes nada de que preocuparte -añadió antes de ponerse a leer la carta.

Al ver nuevamente tu dedicación, Lethía mostró una dulce y cálida sonrisa, la cual fue cambiada por una de confusión al ver la expresión de su hermano: Belmont, quién normalmente era alguien tranquilo y sereno, se mostraba preocupado y a la vez sorprendido por lo que sea que hubiese en la carta.

-¿Pasa algo, Belmont? -le preguntó la matriarca.

-Se trata de la "hija" de Harold... Fue capturada junto a su padre para ser ejecutados por el uso de magia... Parece que pudo escapar, y ha llegado a nuestro territorio. Se encuentra en alguna parte del bosque del norte... -el guardaespaldas recuperó una expresión más neutral mientras se fijaba en ti. -. Aaron, se que quieres iniciar cuanto antes, pero necesito que vayas en su busqueda. El noble en cuestión era un Ex-Ilfly que fue al territorio Betestal para conseguirnos información: llevamos años sin saber de él, pero ahora que fue capturado... Lo menos que podemos hacer es buscar a su hija y ver que esté bien... A lo mejo ella sabrá algo que nos pueda servir; de no ser así, al menos habremos cumplido nuestro último favor a Harold...

Al escucha a su hermano, Lethía se preocupó por el hecho de que un viejo amigo suyo estuviese capturado, y que además su hija se encontrase perdida en alguna parte. Inmediatamente fijó su atención en ti.

-Por favor, Aaron. Tienes que rescatarla... Harold siempre será del clan Ilfly, y le debemos mucho por lo que hizo cuando yo era pequeña... Luego de que rescates a su hija, iniciaremos inmediatamente el ritual para investigar al ser en tu interior. Por favor... -obviamente, no te lo decía como una orden, si no como una petición.