Partida Rol por web

Viendo la envergadura que alcanzaba el tipo, la norteña se lamentó no haberlo dejado sin sentido en el primer momento.

Recordando ahora lo que había escuchado sobre esos seres, pensó que quizás ya era tarde para que su arma hiciera efecto en él. Así pues se acopló l aguja a la espalda al tiempo que tomaba el escudo, y finalmente desenfundó la daga del viejo Nager.

Mirando a sus compañeros esperó una indicación para abalanzarse sobre el nuevo y peludo Mike.

Ves como Nornas se ha colgado al amuleto y les grita a los demás algo que no llegas a entender, estabas más concentrado corriendo hacia allá. Viste como Hrönn desenfundó la daga de plata de Nager, esperando algún tipo de señal, pero lista para pelear.

Mike, el Hombre Lobo, estaba creciendo por momentos, tomando una forma inhumana

Veis como se sigue transformando en un hombre lobo. Con el colgante aún y con Nornas gritándoos lo que su dios le ha dicho os preparáis para no inevitable.

¡¡¿¿Qué palabras son esas??!! Grita el enano asiendo su palo con fuerza

–¡Truenos! ¡Si no te controlas tú, debilucho llorón, te voy a controlar yo! –bramó la mujer con un tono rasposo que bien podría parecer el de una fiera salvaje –. Apártese, señor enano.

Viendo que no eran capaces de activar el medallón, la dasharii accionó el plan B. Zurrar al convertido lupino hasta noquearlo o hasta que dejara de respirar. Ahora era cuestión de vida o muerte. No permitiría que el maldito humano transmitiera su desdicha a otra persona.

Con un sonoro grito Hrönn se abalanzó sobre la ahora vellosa espalda de Mike, con el objetivo de clavar la antigua daga en su hombro.

Las palabras terminaron de resonar y encajaron en la mente de Nornas:

En el centro:

"Lobo"

A la izquierda:

"Calma"

A la derecha:

"Despierta"

Eran palabras en élfico, pero las entendías como si fuese el idioma común.

La palabra "lobo' era meramente identificativa, no servía para nada.

La palabra "Calma" era para calmar las emociones del usuario, es decir, mantenerlo como a un humanoide. 

Y por último, la palabra "despierta" era para desbocar a su usuario y transformarlo en aquello que esas emociones desataban.

La situación era crítica y ahora el grupo tenía que lidiar con un licántropo descontrolado, por lo que sin perder tiempo, eche mano de mi látigo y me dispuse a rodearlo para poder atacarlo por la espalda. Tal vez, sólo tal vez podría intentar dormirlo, pero en esta situación, no sabía si mi conjuro tendría la suficiente fuerza para acabar con él, tal vez si le atizábamos un poco primero.

Mientras intento alcanzar una posición ventajosa sobre el licántropo, mis botas terminan pisando una rama seca haciéndola crujir bajo mi peso de una manera bastante sonora.

¡Venga no le deís cuartel! - grito desde la espesura mientras preparo mi ataque.

Nornas, sin ceder al pánico dijo en voz alta, en élfico:

-"Calma"!

Y el clérigo de Gond esperó a ver si la palabra mágica funcionaba.

La daga entró y salió con un rápido movimiento del hombre lobo, quien aulló con dolor. Parecía que terminaba su transformación, pero a las palabras de Nornas el medallón brilló con luz propia, y sus ojos negros comenzaron a perder color, el cuerpo comenzó a hacerse más pequeño y más humano; Mike cayó al suelo, y se arrastró, alejándose un poco de vosotros.

Lo siento... Toma aliento. Lo siento... Toma aliento. Mi esposa puede esperar, tenéis razón, lo siento, yo no... Toma aliento. Puedo controlarlo solo

Aunque estaba totalmente tranquilo, a diferencia de como estaba segundos antes, los canes comenzaron a rodearle enseñándole los dientes; Dest os miró, en especial a Hrönn esperando alguna orden.

–¡Y una mierda, Mike!

La rabiosa pelirroja colocó la daga en el cuello del hombre lobo y le torció un brazo hacia atrás con fuerza, forzándolo a caer de rodillas. Con una mirada indicó al líder canino que se apartaran, y luego aguardó a la respuesta de su compañero sacerdote, que parecía haber podido controlar las energías del collar.

–No sabes controlarte. No tienes valor para ello. 

Si decidieran mantenerlo con vida, Hrönn utilizaría su cuerda para atarlo firmemente.

–Y tú... ¿Qué haces aquí? ¿Dónde está la muchacha? –preguntó al elfo.

-Una vez he comprendido como funciona el artefacto ya no hay peligro por llevarlo con nosotros, Hrönn. Ni hablar de dejárselo a los perros. Átalo y ya veremos qué hacemos con él.

Buenas noches, Lya decidió quedarse en el  fuerte desoyendo mis consejos, su disfraz fue descubierto y luego de que eliminé a otro guardia, pues cambió su disfraz y pese a que intenté convencerla de retirarnos, ella se negó en rotundo a ello.

Así que luego de discutirlo, brevemente acordamos en que yo me retiraba mientras ella causaba más caos entre las filas enemigas para luego retirarse. - respondo con seriedad.

La dasharii escuchó con cierto pesar las noticias del elfo. Le había caído bien la pija hechicera, y ahora sólo esperaba que sus arriesgadas acciones no la llevaran a una de las oscuras celdas del fuerte, o algo peor.

–Entiendo... Sigamos pues. Venga, Mike –dijo al tiempo que lo levantaba con algo de rudeza–. Has tenido suerte. Ésta hosca norteña va a centrar su atención en tí durante la noche. Pórtate bien y vivirás para ver el alba.

Con un par de gestos Hrönn pidió a los canes que volvieran a sus posiciones de vigilancia. Durante el camino mantendría silencio o, si se daba la oportunidad, preguntaría al enano sobre su lugar de origen.

Comenzáis a avanzar, esta vez con un mucho más calmado Mike junto con vosotros, pero maniatado, no opuso resistencia alguna, parecía que con el medallón se sentía mucho más seguro y tranquilo, en algún que otro momento os preguntó de nuevo acerca de su esposa, aunque esta vez con mucha más tranquilidad.

El enano os sigue el ritmo, y parece que, al menos como os ha informado, no sabe luchar, parece que sabe orientarse bastante bien y leer las señales del camino, y desde luego, os da cierta conversación bastante interesante.

La verdad es que no me presenté, yo me llamo Valten Rockseeker, provengo del salvaje norte, y estaba bajando hacia el encuentro de mi primo Gundren, me escribió diciéndome que había encontrado una antigua mina cerca de Phandalin, una ciudad reconstruida que está cerca de Neverwinter. Pero estos malnacidos me capturaron, y aquí estoy.*

Mientras vais avanzando el enano os va tomando más confianza.

Una vez que terminemos aquí, podéis venir conmigo, sois fuertes e inteligentes, y seguro que a mi primo le gustáis.

Continuáis la marcha sin ninguna incidencia real más que los perros correteando o ladrando hacia algún que otro punto en la oscuridad. Aunque la mayor parte de vosotros estáis entrenados para este esfuerzo y más, hay un punto en el que la marcha comienza a ser más dura, notáis vuestros huesos cansados, y las primeras luces del alba comienza a dar sobre vuestra espalda, lleváis toda la noche marchando por la espesura del bosque, debe de quedar muy poco para llegar a Garedoth si no os habéis equivocado en el rumbo...

–Bueno, no se preocupe maese Rockseeker, ahora está a salvo. Lo que no tengo claro es que esto que tenemos entre manos tenga una rápida solución.

«Como les gusta a estos enanos usar el común del norte para traducir sus apellidos y apodos. Rockseeker, ¡Ha!»–pensó divertida.

La dasharii charló un rato con Valten sobre sus orígenes en el norte. Si el enano no era de la comunidad que habita en las Jade es posible que los nombres que diera a los lugares que Hrönn conoce fueran distintos. En cualquier caso, las ganas de hablar y el humor de la pelirroja fueron menguando conforme alcanzaban su destino debido al cansancio. Durante el trayecto, se mantuvo atenta a las posibles advertencias de los perros y, como había prometido, no le quitó ojo al bueno de Mike.

Todo este tiempo Alatia había estado observando el incidente desde una distancia prudencial y con los conjuros de ataque preparados. Por suerte Hrönn había podido controlar tanto al hombre-bestia como a la jauría que les acompañaba, evitando un derramamiento de sangre innecesario. La muchacha se relajó de la tensión acumulada, era mucho mejor no tener que mostrar sus poderes, era mejor pasar desapercibida.

- Lya no está sola y no es la única que está causando caos entre las filas enemigas. Alvina también está intentando retrasar al máximo que descubran que hemos huido, de momento lo está haciendo muy bien.

La cara de Alatia era de preocupación por su compañera.

Pues bien Valten, yo iré aunque no creo que un mestizo drow sea del agrado de tu parentela, pero igual creo poder ayudar, pero a cambio necesitaré cierto favor del que ya te hablaré en privado. - le respondo al enano con serenidad.

El resto del viaje hasta el pueblo permanezco en silencia concentrándome en recuperar mis fuerzas y prepararme para el enfrentamiento contra los bandidos, el cual no tardaría en llegar, pues los miserables eran plenamente conscientes de nuestra presencia en el pueblo.

De pronto Alatia sonrió, algo que era verdaderamente excepcional.

- Están bien, Lya y Alvina están bien y no regresan solas.

Se notaba muy aliviada, relajándose y concentrandose en silencio en el camino que tenía delante, quizás pensando en cómo defender al pueblo de lo que les vendría encima en muy poco tiempo.

Por fin, Nornas sonrió al escuchar aquello.
-Parece que entonces las cosas no nos han salido tan mal. Es pronto para echar las campanas al vuelo pero me siento más tranquilo sabiendo que están de camino y con vida.

Cuando quieras

Le dice el enano sonríendo al elfo

Mi primo no hará feos a ninguna mano que se preste a ayudar. Y menos con lo que creemos que podríamos haber encontrado

Las noticias de que los demás estaban también en camino os crecieron y os animaron a seguir, parecía que aquella huida del Fuerte Orkfoll había salido a las mil maravillas.

Vuestros pasos, aunque cansados, avanzaban ligeros y animados, la noche iba terminando y el sol salía por vuestra espalda; oíais el lejano murmullo del lejano río... Estabais a punto de llegar