Partida Rol por web

La dasharii gruñó otra vez con malestar. Silbó para que el líder canino regresara.

—Seguro que ha escapado hacia el fuerte. Volvamos y ayudemos a arreglar el poblado —bramó resignada, antes de agacharse y acariciar el lomo de Dentada—. Vosotros merecéis una buena recompensa en forma de carne.

—Luego podremos hacernos con monturas y retornar a ese fuerte. Esta vez no pienso dejar nada más que ceniza.

Los aldeanos se apartan, dejándoos que controléis el fuego, ya que parece ser que tenéis un mayor control que ellos.

Con los hechizos de Lya y con la magia de Eladamri conseguís terminar con el fuego restante del poblado. Jadeando os miráis y chocáis las manos en el aire por el trabajo realizado, lo único que quedaban eran minúsculas brasas, hasta un niño que supiese algo acerca del fuego podría controlarla.

A vuestro alrededor apenas hay aldeanos, la mayoría se ha ido cerca de los cuerpos inertes; los hombres lagartos por su parte parecen estar buscando y tomando posiciones en el poblado, en los tejados, en las copas de los árboles... Es totalmente visible que están mirando en la dirección que el grupo partió siguiendo el rastro, vigilando el horizonte.

Kes se acerca a vosotros.

Nosotros... Pueblo... Ayudar...

Suspira y se dirige a Eladamri hablando rápidamente en dracónido:

Nosotros defenderemos el poblado. Hemos llegado tarde, fue mi culpa, no los encontré tan rápido. Salid a por él y que pague por lo que ha hecho. Volved con vida, me salvasteis a mi y a uno de los mejores guerreros de la tribu, estamos en deuda con vosotros, con todos vosotros.

Vuelve a mirar a Lya, y se dirige a los dos en común

Gracias

-Volvamos, sí. Hay que apagar esos fuegos y ayudar con los heridos. Aún me queda mucha magia. Has hecho un buen trabajo, Hrönn. Te felicito.

- Gracias a vosotros. – replicó Lya a Kes con una rápida despedida. No quería perder tiempo antes de ponerse a seguir el rastro de sus compañeros.

Corrió hacia los aldeanos, especialmente hacia Berta que parecía tener más mano con ellos.

- ¿Hay monturas en la aldea? ¿Caballos? Deberíamos llegar lo antes posible al fuerte Orkfoll para que ese malnacido de Pharan no tenga oportunidad de traer refuerzos a través de un portal.

Buscó con la mirada al gnomo constructor de portales.

- Necesitaremos tu ayuda si queremos bloquear el portal que traiga refuerzos. – le dijo sin expresar lo que iba implícito, que le estaba pidiendo que les acompañara a la boca del lobo en el fuerte.

Klex revoloteó por encima de los árboles y volvió al poco. Se posó sobre una graznando fuertemente para atraer la atención de los humanoides. Negó enérgicamente con la cabeza.

Viendo que probablemente no le entenderían bajó hasta el suelo y con las alas sacudió tierra hacia un mismo punto mientras graznaba. Era obvio que quería comunicarles algo.

—¡Ahh! Sobran, amigo. Todos hemos luchado bien —respondió al clérigo mientras le apretaba el hombro en señal de camaradería.

—Pero creo que deberemos compenetrarnos mejor, de seguir trabajando juntos. De no hacerlo, es posible que tengamos mayores problemas contra un enemigo mas peligroso y... ¿Qué le pasa al pájaro de Lya? Parece que trata de indicarnos algo. ¿Cómo dijo que se llamaba? ¿Quieres que vayamos en esa dirección?

Asiento ante lo dicho por Kes y luego busco a Berta con la mirada, al tiempo de que le pido algo de paciencia a Lya con la mano. - No tardo voy a explicarle todo a Berta y partimos.

Rápidamente me acerco a Berta y le explico que los hombres lagarto se quedaran en el pueblo para defender el mismo en caso los bandidos decidan volver. - Por favor Berta, ayúdame con esto, bríndales todas las facilidades que necesiten, Lya y yo iremos a reunirnos con nuestros compañeros para dar cuenta del portal de Pharan en el fuerte, necesitamos un par de caballos para alcanzar a nuestros compañeros.

Cuando terminemos allí volveremos, que la gente del pueblo aproveche el tiempo para descansar y de ser posible bríndenle algo de comer y beber a nuestros aliados, algunos de ellos hablan común con cierta dificultad. - digo mientras me acerco a ella con tranquilidad.

Tras la respuesta de Berta, me reúno de nuevo con Lya y Kes para coordinar con ambos y ponernos en marcha.

Kes, aquella mujer con la que acabo de hablar se llama Bertha, cualquier cosa que necesiten tu y tu gente dícelo a ella, ella no habla draconiano así que debes usar la lengua común, lamento mucho las molestias y gracias a ti y a la tribu por acudir conforme lo prometieron, tengo una deuda de gratitud con ustedes y la pagaré con mucho gusto si la situación así lo requiere. - DRACONIANO

Tras intercambiar unas palabras en draconiano con Kes me giro hacia Lya. - Estoy listo, partamos de inmediato, coincido contigo en que ese portal debe ser destruido de una vez por todas.

Nornas asintió, lacónico, como siempre, sus ojos reducidos a meras rendijas entre las cicatrices de su rostro.

-Sí, tienes razón. Echemos un vistazo.

Berta asiente y desaparece, vuelve con una pareja de los que estaban en las barricadas con vosotros, la mujer es la que toma las riendas de la conversación

Somos los dueños del establo, tenemos unos 7 caballos bastante rápidos y listos, os los llevaremos al vado, las bestias no tendrán problema.

El hombre añade con una voz un tanto temblorosa

Pero... Traedlos sanos y salvos, por favor, es nuestro... sustento

Ambos os asienten y perdiéndose de nuevo marchan hacia el suroeste

Berta abraza a Eladamri, aún tiene algunos rasgos de mujer-rata, como un brazo un poco más largo, y uno de sus ojos aún mantiene ese tono amarillento.

Les daremos de comer y de beber... Pero ¿qué comen unos lagartos tan grandes? 

Pregunta con cierto nerviosismo y con un tono irónico, no todos los días se tenía la oportunidad de servir alimento a un hombre-lagarto.

Oh, les diré a vuestros compañeros cuando vengan que vayan al fuerte*

El gnomo asiente a Lya.

Iré con vosotros, hoy vamos a cerrar ambos. Aunque antes he de ir a por algún que otro material, no sé si podré recuperar mis cosas, os veré con los caballos.

El gnomo le hace señas a Berta, y la chica os deja para marcharse con él

Necesito que me traigas un bastón alguien que talle vaya, piedras y me lleves con...

No conseguís escuchar lo que dice, van a paso bastante rápido.

Lya esperó a que Eladamri concluyera sus acciones antes de partir. Se notaba su nerviosismo por la preocupación de que Pharan les sacara demasiada ventaja y pudiera traer refuerzos por el portal, pero si podían disponer de caballos para seguirle hasta el fuerte Orkfoll ganarían mucho tiempo respecto a si lo hacían a pie.

Cuando aquella mujer les ofreció 7 caballos (¡siete!) no podía creérselo. Pensaba que tendrían suerte si tenían suficientes para cabalgar juntos dos personas por caballo, pero aquello era magnífico.

- Muchas gracias. Los mantendremos lejos de los problemas. – le prometió aunque no estaba segura de poder cumplir su promesa, pero haría todo lo posible por cumplirla, de lo contrario estaba dispuesta a compensarles con su recompensa del gremio… o quizás incluso el gremio se haría cargo de compensarles por los caballos… esperaba que no llegara a ser necesario.

- Ni idea de que comen. – le respondió a Berta ya subida a un caballo y cogiendo las riendas de otros dos caballos para guiarlos – Pregúntales a ellos – le dijo con una sonrisa.

En cuanto el gnomo y Eladamri estuvieron preparados, espoleó al caballo para que saliera en dirección al bosque. En el cielo veía a Klex quien bajó a su encuentro y se puso al frente para guiarlos.

El cuervo blanco agitó las plumas otra vez y pareció negar con la cabeza antes de emprender el vuelo.

Al poco rato volvisteis a verlo aparecer volando bajo, guiando a Eladamri, Lya y el gnomo constructor de portales que cabalgaban sobre sus respectivos caballos y traían por las riendas cuatro caballos más.

- En el pueblo nos han prestado estos caballos, pero tenemos que cuidarlos. Son el sustento de una de las familias. – les explicó Lya cuando llegó hasta ellos.

- ¿Vamos al fuerte Orkfoll? Cuanto más tardemos, más refuerzos podrá traer Pharan por el portal… - parecía realmente preocupada por la posibilidad, ya que no sabía cuantos refuerzos podría realmente traer.

—¡Por todos los dioses! Parece como si nos hubiesen escuchado —bramó la sorprendida norteña, antes de dudar de si el cuervo había tenido algo que ver.

—Bien hecho, camaradas. ¿Se pudo sofocar el fuego? ¿Los aldeanos bien? —preguntó a los recién llegados.

—Tu pájaro no sabe hacerse entender —dijo a Lya con tono jocoso—. Si no te importa, en otro momento más sosegado acordaré con él algunas consignas.

Mientras los otros se ponían al día con los últimos hallazgos del rastreo, Hrönn tomó las riendas de un caballo. Le acarició el hocico mientras lo tranquilizaba con susurros, y de un ágil saltó se encaramó sobre su lomo. Luego se acercó a la hechicera, pasándole la mano por la cadera para pararse junto a ella.

—Lya, ¿La osa...? —preguntó entre susurros, con voz preocupada.

Listos para partir, se percató de que la jauría seguía por allí. Dispersos, los perros llegaban y se iban, olisqueando de un sitio para otro. El único que se mantenía quiero era Destripador, que se hallaba con porte orgulloso al lado del rastro que había encontrado.

La dasharii se acercó con el caballo hasta el perro y con un silbido y la palabra de mando pidió a los demás que se acercaran.

—Buenos chicos, bien hecho. Ahora toca volver —dijo sonriente, con la mirada puesta en el líder.

Destripador viró la cabeza ligeramente, moviendo la cola al principio, como animado. Después permaneció quieto, respondiendo con un único ladrido de insatisfacción sobre la orden emitida.

—Volved al pueblo, Dest. Busca a Berta, ella os abrirá el patio y podréis descansar tranquilos —dijo la mujer, algo mosqueada ahora, al tiempo que señalaba con la mano en dirección al pueblo.

El perro respondió otra vez con un par de ladridos, se viró hacia el rastro y mirando a la mujer de lado, quedó a la espera de reanudar la marcha.

—Berta. Ber-ta. Busca a la ni-ña ra-ta, Dest, la conoces. Vuelve al... Oh, maldita seas, testarudo animal. Si estuviéramos en otra situación te daría una buena reprimenda. ¡Bah! Haz lo que quieras.

La malhumorada bárbara azuzó al equino y emprendió la marcha hacia el fuerte, dejando a los cánidos detrás.

Myroc os mira a todos.

Tenemos que ir para romper los portales; os puedo explicar cómo cerrar el que lleva a Amphail, es un portal sencillo, hasta un niño podría hacerlo, jé

Intenta tomar control del caballo pero se nota que es bastante grande e incómodo para él debido al tamaño de la bestia

El segundo es el problemático, puedo destruir la conexión y destruirlo allí mismo sin problema. Pero siempre lo podrán reactivar desde el otro lado _{Siempre y cuando sepan cómo hacerlo} 

Dice por lo bajo con tono dudoso. Se queda pensativo

Aunque eso sí ¿sabemos dónde está...? ¿Vosotros visteis algo raro?

- Sí, sí, apagamos el incendio. Nos costó un rato, pero la magia de los dos fue muy útil – le contestó contenta, añadiendo con un guiño – Ya sabes, brujería.

Miró a Klex cuando lo mencionó y se río al poco.

- Dice que hacía el gesto de echar tierra en el fuego para deciros que lo habíamos apagado y que le parece bien acordar algunas señales para ayudarte a entenderle. – riéndose alegremente.

Le sonrió pícaramente al notar su brazo.

- La osa está bien. Se recuperará. – le dijo dulcemente – Ha sobrevivido. – dándole un pico rápido antes de que se alejara a su caballo.

Vio como los perros se marchaban.

- Vaya, nos habrían sido de ayuda. Creo. – se encogió de hombros – Tendremos que apañarnos nosotros solos.

Miró extrañada al gnomo.

- Ah, creía que el otro portal estaba en Amphail, en el caserío de esos nobles… si el otro portal está en el fuerte Orkfoll quizás esté detrás de un muro ilusorio que vimos. Si no, tocará recorrer con más cuidado lo que queda del fuerte. Imagino que tendremos que ver sobre la marcha si lo destruimos desde aquí o si tendremos que cruzar para asegurarnos de que esa cosa no vuelva a molestar a esta gente.

- Lo que queda claro es que no podemos destruir ningún portal sin que se haga desde los dos extremos, por tanto deberíamos ir al fuerte, atravesar el primer portal, encontrar el segundo, atravesarlo para destruir el otro lado pero de forma que podamos volver, destruir la parte de Amphail del segundo portal, destruir el portal que lleva al fuerte pero que también podamos volver y solo entonces destruir el portal del fuerte.

- Solo me preocupa el poder regresar por los portales que hemos de destruir, por lo demás, todo claro.

Habían sobrevivido y vencido en el ataque al poblado, pero la amenaza aún distaba mucho de haber superado.

- Hay que asegurar el fuerte antes de ir a Amphail.

Tocaba descansar un poco y organizarse para empezar todo el trabajo pendiente.

- Ya, el problema está en que hay que destruir los portales desde los dos lados y salvo que alguien sepa algún hechizo para teletransportarnos de vuelta creo que a quien destruya el portal al otro lado le tocará regresar por sus propios medios… - le explicó Lya a Alatia.

- Estoy de acuerdo contigo en que lo primero sea asegurar el fuerte. – le asintió.