Mientras volvíais hacia el poblado Alatia abrió su "Casita de Hadas", Alvina comenzó a preguntar por un olor familiar y reconfortante, unas risas parecidas a las del pequeño hada surgieron desde la misma
¡Alvina, Alatia, venid! ¡Tenemos aquí todas las cosas de las hadas! ¡Miel de abejas, dulces de chocolate! ¡Entrad entrad!
Alvina podía sentir como era un lugar que al mismo tiempo que la llamaba, la ofrecía una total seguridad.
Y justo antes de volver al poblado Kes, el hombre lagarto, se acercó a vosotros
Espera, nosotros no ir allí, nosotros salir, pero antes regalo.
Se pasó la mano por encima de su hombro y se reveló ante vuestros ojos un tatuaje con un resplandeciente tono azulado
Nosotros marcar a vosotros como amigos de nuestra raza.
Se vuelve a pasar la mano por encima del tatuaje y este desapareció sin dejar marca alguna.
Es nuestro regalo por su ayuda ¿Quererlo?
La casa de las hadas es un lugar de refugio para Alvina, esconde su presencia totalmente, y Alvina podrá crear allí el ambiente que quiera
La marca que os ofrece Kes es un tatuaje que se puede mostrar y ocultar a voluntad, pero solamente para el que quiera ;)
Pierde cuidado Lucien, con gusto viajaré al norte para ayudar a resolver ese misterio, aunque hay algo que me gustaría pedirte, hay unas personas en Garedoth que son víctimas de una maldición y me gustaría saber si el gremio puede proveerles la asistencia de un clérigo capaz de removerla. - respondo accediendo a integrarme al gremio de aventureros dispuesto a aportar todo lo que este a mi alcance para cumplir los objetivos del gremio.
Tras terminar nuestros asuntos en la fortaleza, donde me lleve hasta el último libro en que encontré en el cuarto de Pharan así como cualquier otra cosa que pudiera emplear para el arte, lo mismo con las cosas que traía encima, ya fuera su libro de conjuros de viaje, incluso su foco arcano, nos dirigimos de regreso al pueblo con paso relajado.
Kes, seá todo un honor para mi portar ese tatuaje. - digo con una sonrisa mientras extiendo mi antebrazo por el lado interno para que Kes pueda aplicarme el tatuaje.
Con ese tatuaje y mi dominio del dracónico, sabía que se me iban a abrir muchas puertas a futuro y claro que pensaba sacarle el mayor provecho posible, en especial teniendo en cuenta mi actual afiliación al gremio, la misma que me garantizaba muchas aventuras en el corto plazo.
Tras despedirnos de los lizardmen me acerco a Lya y le sonrío. - Si alguien me hubiera dicho que iba a hacerme amigo de una dama de sociedad hace un par de días, me hubiera reído y mucho, pero en verdad Lya, has roto mucho mis esquemas.
Espero disculpes mi rudeza inicial pero es que he tenido algunos inconvenientes con gente de noble cuna y eso me predispone a mostrarme un poco hosco al inicio. ¿Me disculpas? - pregunto con amabilidad.
La espada y la bolsa de Alatia le habían llamado la atención, pero no creía que fuese el momento de preguntarle por ellas. Cuando reveló la utilidad de la bolsa no pude evitar enarcar ambas cejas sorprendida. Sonrió. Alvina se lo pasaría magníficamente allí dentro.
El llamado de Kess le sorprendió también, así como su ofrecimiento. Era un regalo que sin duda debía tener un gran valor para su pueblo.
- Será un honor Kess – dijo Lya desabrochándose la camisa un poco para bajarla y dejar al descubierto su hombro.
La disculpa de Eladamri le cogió también totalmente desprevenida, incapaz de contener la carcajada sincera que se le escapó.
- ¡Jajajajajaja! – hasta una lagrimilla parecía saltársele – Disculpa, Eladamri. No te ofendas, es que no me lo esperaba. – le estaba costando calmar la risa – Ni soy dama de sociedad, ni de noble cuna. El hábito no hace al monje – le dijo con un guiño de ojo – Pero si quieres, te aceptaré esta noche una jarra de cerveza como disculpa jajaja.
El ronroneo de la hechicera la puso a volar pensando en la noche que llegaba. Todavía quedaban cosas pendientes, y algunas de ellas tenían pinta de que podían ser muy placenteras.
Hrönn respondió con otra sincera sonrisa a la afirmación de la elfa. Es posible que no hubieran empezado bien, pero finalmente se habían podido coordinar para cumplir la meta que tenían, y la norteña estaba muy agradecida a todos por ello.
—¡Todo un honor, Kes! —contestó al lacértido, tras lo cual se señaló una marca en el muslo—. ¿Quieres tú que te haga uno de los nuestros? No es mágica ni lleva pintura incrustada. Los hacemos tallando la piel con una buena hoja, y con fuego.
La mujer pudo ver como una gota de sudor le recorría el escamoso rostro mientras Kes negaba con lo que parecía ser una sonrisa nerviosa. ¿Era eso acaso posible? Hrönn se encogió de hombros, y mientras esperaba su turno para recibir el tatuaje, siguió ofreciendo sus marcas a otro compañero.
Claro que querer
Kes dedicó lo que parecía ser una sonrísa
Trae
Uno a uno iba tomando los brazos, y un frío metálico os recorrió el cuerpo, dejándoos marcados.
Ver, ¿así?
Pasó la mano por encima, descubriendo la marca, y la volvió a lanzar hacia abajo, ocultando la marca
Ahora yo querer uno de los vuestros
Le dijo a Hrönn mientras al hombre lagarto grande se acercaba
Y él también
El camino de vuelta a Garedoth fue tranquilo y apacible, no hacía nada de calor, y la casi omnipresencia del río hacía que el camino casi se andase solo.
Cerca del poblado parecía que habían puesto unas guirnaldas a modo de celebración, y habían montado algo en la plaza del centro, parecía que le habían dado un nuevo uso a las barricadas
Un último post antes de lanzarnos al epílogo, recordad poner lo que queráis, pero no entréis en el poblado aún, para eso ya tendremos el epílogo ;)
El próximo post será más o menos el 07/04
El cansancio se notaba en Lya que regresó más callada de lo que solía ser. Andaba cerca de Hrönn y cuando alguien le hablaba contestaba con una sonrisa cansada. Esperaba que la cerveza le ayudase a llevarse el cansancio que había acumulado con el asalto, así como los recuerdos de aquella criatura a la que había tenido que dar paz. Maldito fuera mil veces Pharan por haberle hecho aquello a aquellas almas.
—¿Ah, que sí? Muy bien. Dadme unos minutos para desinfectar el material y poner a punto los utensilios —respondió a los lagartos, arrugando la nariz y sin tener claro que la hubieran entendido le pidió a Nornas que la acompañara—. Os va a doler un poco, pero sois tipos duros, ¿eh? ¡Ja ja ja! Si viajáis al norte, a las montañas de Jade, y os encontráis en problemas... Bueno, por desgracia no quedan muchas, pero las comunidades de allí sabrán comprender estas marcas.
Lo siguiente pudo herir algunas sensibilidades. El olor a carne de reptil quemada, sangre y gemidos de dolor inundaron el patio principal del fuerte. Y una vez empezado el ritual, la norteña no permitió que ninguno de los que había aceptado se escaqueara.
—Tenéis suerte de que esté aquí mi compañero —comentó la mujer al finalizar el trabajo—. En mi aldea tenemos remedios menos efectivos para calmar la picazón.
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Sin otra cosa que hacer, la norteña se dejó guiar hasta la aldea. Al notar el cansancio de la hechicera, Hrönn se ofreció a cargar sus pertenencias, y la del resto si hacía falta. Tenía ganas de llegar, festejar y descansar. Aunque conforme se acercaban al pueblo mas se decantaba por tirarse en el camastro directamente.
Alatia se sorprendió por la casita de hadas, era algo que haría muy feliz a su compañera. Sonrió y en su interior agradeció a su señora el presente. Alvina tendría amigas allí dentro, una familia. Sus ojos se perdieron en la lejanía mientras intentaba recordar a su propia familia... hacía ya tanto tiempo que apenas le quedaban recuerdos ¿Qué habría sido de ellos? Ella escapó, dejándolos atrás, no podía volver pero le hubiera gustado tanto verlos...
Ensimismada caminaba ajena a todo a su alrededor, de hecho ni sabía ni donde estaba ni cuánto quedaba para llegar al poblado.
Pasamos al epílogo chicxs!
Tengo mensajes en la Forja de héroes, así que iré para allá, que he estado postergando el echarle un ojo porque andaba un poco liado, disculpad