Partida Rol por web

Después de la sesión de arrumacos, caricias y juegos, ambas acabaron cediendo al cansancio acumulado de todo un día de caminar por el bosque, rescatar prisioneros y escapar de un fuerte.

A mitad de la noche Hrönn pudo notar como Lya no dejaba de moverse en sueños, parecía como si siguiera huyendo, o más bien combatiendo contra enemigos en sueños. Con algunos empujones delicados la dejó a un lado del lecho para poder seguir durmiendo a una distancia más o menos segura de sus posibles patadas.

Después de eso pudo dormir hasta la tarde… Cuando abrió los ojos se sorprendió al ver sobre el hombro de Lya, de pie, un cuervo totalmente blanco devolviéndole la mirada impasible.

Lya abrió los ojos también.

- Buenos días, guapa. - sonrió a Hrönn.

Notaste como de un tímido gesto Berta te miraba y a la vez miraba hacia arriba, tal vez para pasar unos últimos instantes contigo antes de que todo estallase. Fue algo muy sutil, imperceptible para los demás, pero que para ti, conociéndola, no podía llegar a pasar desapercibido.

«¿Pesadillas?», pensó la refugiada que sería lo que acosaba a la bella hechicera durante la noche. Pesadillas, esas inmisericordes compañeras de cama que solían atormentar sus descansos, y de las cuales siempre trataba de evadirse mediante el alcohol y otras sustancias, y también mediante la insustancial compañía, generalmente de hombres.

Sin embargo esta noche la dasharii no había tenido pesadillas. ¿Sería por el tremendo cansancio? ¿El peso del deber y el deseo de estar fresca para la batalla? ¿Sería por las seis o siete jarras de cerveza, que en situaciones normales compondrían los entremeses de una buena festolina? ¿O serían las muestras de afecto y el dulce perfume de su inesperada compañera?

En cualquier caso, lo cierto es que había dormido bien y eso era de celebrar. Se sentía renovada y mientras se despertaba con esos pensamientos se percató del ave que se encontraba encima de la hechicera.

Un tradicional gruñido emergió de sus adentros cuando Lya la saludó. Hrönn miró los vivaces ojos azules de la morena con el ceño fruncido por unos segundos, comprendiendo que ella seguía ahí. Y es que sólo en las noches de mayor ebriedad había permitido, o tal vez mejor decir que no había podido evitar, que sus acompañantes durmieran con ella hasta el final. Lo normal es que salieran a patadas después de haber terminado la juerga.

La bárbara rió por dentro, e inusualmente cohibida respondió.

–B-buenas... tardes. ¿Has descansado bien? ¿De dónde ha salido ese pájaro?

Lya miró de soslayo hacia arriba siguiendo la mirada de Hrönn cuando le preguntó por el ave. Parecía que no se había percatado del hecho de que tenía un cuervo de un par de kilos encima. Sí, además de blanco era un cuervo grande, un cuervo majestuoso. Al llegar su mirada a él sonrió y el cuervo levantó el vuelo para posarse en la silla mientras Lya se incorporaba para sentarse en el lecho, momento en que volvió a volar para apoyarse en su hombro.

- Brujería – le contestó a la bárbara con una sonrisa antes de reírse – Disculpa la broma, pero es literal. Es un regalo de un amigo que conocí anoche. Es un espíritu materializado. – le explicó.

Sin más movimiento el cuervo volvió  a volar lejos para posarse encima de una silla.

- ¿Quieres bajar a comer algo? – le dijo acercándose sinuosa – Aún tenemos algo de tiempo hasta la noche y debo aprovecharlo para cargarme, pero podemos comer algo juntas antes.

«¡Brujería!», resonó en su mente, sorprendida. Mientras la hechicera se reía ella observaba al cuervo con cierto recelo.

«Un amigo que la visitó anoche. ¿El mismo del que intentaba defenderse?», pensó.

No por haber visto ya en numerosas ocasiones a sus compañeros hacer cosas que ella no comprendía, dejaba de sorprenderle este tipo de cosas. Y tampoco sentía que fuera ese el momento de hacer preguntas de ese estilo, pues suponía que tal conversación le terminaría por dar dolor de cabeza.

–N-no, no tengo tiempo. Debo encontrarme con esos chuchos, y hacerles entender lo que deben hacer –dijo con brusquedad, aún algo dubitativa.

La norteña comenzó a vestirse y tras unos segundos se fijó en que Lya seguía observándola desde la cama. Con gesto ahora decidido y una renovada sonrisa Hrönn se acercó hasta ella y le olisqueó la cara.

–No sé a qué te refieres con cargarte, pero yo me voy a quedar como un volcán de caliente hasta que todo esto finalice. Y después... te, voy, a, comer, gatita –murmuró sensualmente, antes de darle un mordisquillo en el cuello –. Así que... Ten mucho cuidado.

Antes de que la pizpireta hechicera pudiera responder, la norteña salió como un relámpago de la habitación en dirección al patio donde los canes descansaban.

Tras escuchar a Lya y a Nornas medito brevemente sus propuestas y opto por proponer una solución intermedia.

Ambos tienen razón, en lugar de simplemente encadenarlos, creo que lo mejor es ofrecerles una vendetta, pero no en campo abierto, una carnada apetecible y dejar que los bandidos entren.

Una vez allí, se cierra la puerta a cal y canto y aquellos licántropos que deseen luchar, podrán dar cuenta de sus antiguos carceleros como lo estimen conveniente. - digo mientras me pongo en pie y me dispongo a marcharme a descansar.

Piénsenlo y si les parece a ambos, pongánlo en marcha, los carpinteros gustosos ayudarán a reforzar las ventanas del edificio escogido. - dicho esto me retiro a descansar.

Mientras camino hacia la escalera le dedico una sonrisa a Berta y le guiño un ojo para que suba a mi habitación.

Una vez allí, la abrazo y la beso. - Todo va salir bien, si resistimos hasta que los hombres lagarto lleguen, lograremos derrotar a esos villanos sin problemas, además, con las sorpresas que les preparé a esos sujetos, vamos a causar verdaderos estragos en sus filas. - digo con absoluta seguridad mientras tomo a Berta de la mano y la invito a sentarse a mi lado en la cama.

Sabía perfectamente que este podría ser nuestro último momento juntos, pero no iba a permitir que me viera dudar, tenía que confiar en nuestra fuerza y con ello en el buen resultado de la batalla.

Sin importar cuál fuera el resultado de la batalla, ella y yo deberíamos separarnos por un tiempo, pues si ganábamos, tendría que viajar con el enano a cambio de poder encontrar un medio para romper su maldición, así que haría de este momento, uno realmente inolvidable para ambos.

Pero antes, deseaba escuchar cuales eran sus espectativas sobre esta noche.

Iba a contestarle algo gracioso e ingenioso… pero desapareció antes de tener oportunidad de abrir la boca, así que me lo guardé para mí refunfuñando un poco antes de terminar de vestirme y salir a desayunar… comer… cenar… lo que fuese. Tenía hambre.

Lya negó con la cabeza.

- No controlan sus poderes como para que puedan confiar en usarlos bien aun dentro de un edificio. Yo llevaré collares para ponérselos en el cuello usando la mano mágica si es necesario que los controlemos en la batalla porque se desboquen. Si Alatia y tú conocéis ese truco podríais llevar también algún collar para usarlos así de ser necesario.  

Ella no se quiere soltar mucho de tu abrazo, está claro que se sienta segura estando entre tus brazos.

Yo... Esta noche lucharé Ela... Como una humana normal y corriente sé que no tengo ninguna oportunidad, pero con la... Maldición que me legó mi madre...

Sus ojos se vuelven del mismo intenso amarillo que cuando se transformaba o se llenaba de ira. Ella estaba totalmente tranquila y controlada, no surgía ningún vello extra de su cuerpo, y no había ningún cambio aparente

Puedo luchar como uno más de vosotros

Notas cierta pasión dentro de ella, no sabes si antes tuvo que haber luchado o no, pero desde luego, no parecía que fuese a achantarse.

Tú sabes más de las peleas, yo solamente lo he leído en libros y soñado de manera despierta ¿qué he de hacer?

Te pregunta con mucho interés, pese a tu cansancio, te está transmitiendo una gran fuerza, y te estás viendo influido por ella

Lo primero que debes hacer es conocer tus propios límites, de ese modo puedes saber que tan lejos puedes llegar en la batalla.

Luego, debes estudiar el terreno para poder sacarle el máximo provecho posible, si consigues marcar el ritmo de la pelea, mira el puente y el vado del río, eran nuestros puntos flacos, pero ahora son verdaderas trampas mortales. - digo con calma mientras le explico lo básico de la estrategia.

Yo aprendí a luchar desde muy joven, la experiencia a mi me ha enseñado a combinar la magia con el acero, voy a enseñarte un conjuro que puede ayudarte a salvar tu vida. - agrego mientras echo mano de mi libro de conjuros y le enseño a Berta como conjurar escudo, para luego conjurar armadura de mago sobre ella.

Úsalo sólo si no puedes esquivar el ataque, esto reforzará tu armadura por unos segundos, con algo de suerte desviará el ataque, cuando derrotemos a los bandidos te enseñaré un poco más de magia.

Ahora recuerda que en un combate vale más un ataque bien dado en el punto preciso que mil de ellos que golpeen sólo la armadura de tu rival, así que, sin importar que tan grave sea la situación, mantén sienpre la calma y aprovecha cualquier error de tu rival para dañarlo lo más que puedas.

Yo voy a estar en el puente principal con la primera línea de defensa y no pienso dejarlos pasar, así que pierde cuidado, esos truhanes no la tendrán fácil esta noche mi amor. - añado para luego besarla nuevamente y atraerla hacia mi, para dejarnos llevar por la pasión.

Al despertar me preparo para la batalla y conjuro Vida Falsa sobre mi a nivel 2 y aprovecho el descanso corto previo a la batalla para recuperar un espacio de conjuros de nivel 2.

Entonces tenemos que poder contra ellos. Seguro que intentarán marchar por esas rutas, no creo que sean muy listos

Intenta reírse un poco

Me mantendré cerca de ti entonces Eladamri, si tengo que huir... ¿Huyo? Nadie en los libros huyen, todos se quedan hasta su último aliento... ¿Verdad?

Pese a los nervios, se deja llevar por la pasión y la emoción del momento, disfrutando, tal vez, del último día juntos