Partida Rol por web

Los graffitis son una moda muy habitual en la ciudad de Montreal. Varios edificios abandonas tanto viejos como las recientes. Algunos fueron de Sam cuando era una joven humana y tambien cuando era vampiro pero como siempre habia que cuidar su pedazo de arte ya que si no era el clima eran los otros artistas callejeros.

Por el camino la brujah se encontro con Kupuka a quien habia llamado luego de terminar su caza. El gangrel se encontraba frente a la iglesia del Mesias, al menos eso decia uno de los carteles cercanos al edificio. Porque la iglesia en verdad estaba abandonada y destruida. Su puerta abierta como destrozada. Los ladrillos de esta estaban todos negros y les hacia pensar que alguien la habia quemado.

"Hermana. Al fin llegas..." dijo el gangrel mirandola con seriedad. "Escuchas eso?" pregunto y la misma Sam escuchaba algo a pesar del ruido de algunos autos. Un organo sonaba y parecia provenir de adentro de la iglesia.

Sam se había entretenido parando a recoger sus sprays, volver al refugio de su antigua manada fue doloroso, por eso no se detuvo, se limitó a recoger su mochila con pinturas, la mascarilla para pintar y unos guantes.

No se entretuvo de más y fue al encuentro de Kupuka. Trato de ser discreta en su ir y venir por las calles, pues sabía que podían andar buscando al padre y al policía. Y lo que hubiera matado a sus viejos compañeros podía estar al acecho.

- Que tal? He pasado por un sitio a por pintura, lo siento si he tardado un poquito de más - Dijo Sam desenfadada a modo de saludo. Ante su pregunta miró en la misma dirección que Kupuka curiosa. - ... Si...  ¿Es un órgano? - Preguntó tan extrañada como kupuka

En el refugio no solo encontro la pintura, guantes y malos recuerdos. Tambien habia un mensaje de su ex. Suponias que era algo viejo porque pedia que se encontraran que debia aclararte que habia pasado con èl luego de la tragedia. Con eso venia un numero.

Andaba discreta como podia a pesar de las sustancias en su sangre. De cualquier forma ahi estaba junto a Kupuka.

“No pasa nada.” acepto rapido tu disculpa. “Si, debe ser eso. Viene de adentro, nos fijamos quien esta ahi?” pregunto aunque el gangrel parecia bastante curioso avanzando hacia la entrada del lugar y dispuesto a dar un vistazo.

- ¿Vamos en plan a saco o misión secreta? - Preguntó a Kupuka con entusiasmo ante la idea de un poco de acción. - Sea como sea se van a cagar - Aseguró.

Se acomodó la mochila y miró que tuviera a mano el hacha y la escopeta. Sus ojos brillaron entusiasmada.

- ¿Y bien sacerdote? ¿Cómo lo hacemos?

La pregunta parecio hacerlo pensar por un momento. "Ambas?" pregunto finalmente. "Iremos para adelante total parece abandonado esto y si hay peligro mayor a nosotros iremos mas tranquilos. Al menos eso sugiero."

"Si tenes otro plan dimelo." dijo paciente.

- Me vale, vamos adentro - Dijo Sam - Espero que no salgamos a hostias, si sigo alimentandome a este ritmo voy a acabar llamando la atención.

Al entrar encontraron una iglesia negra, no por pintura sino por las marcas de la quemadura. Era extraño pero aunque suponian que hace tiempo que se habia quedado seguia ese olor a humo a fuego. Aunque adentro habia una oscuridad que no daba muchas pistas de lo que pasaba adentro. La unica luz era la que entraba desde las ventanas y los agujeros del techo, era de las luces de los edificios cercanos.

Casi al fondo en un organo habia una persona tocando, no se le notaba mucho su aspecto escondido en la oscuridad. Pero aun con la presencia de ustedes seguia tocando, tal vez porque no se dio cuenta de su presencia. Sin duda quien tocaba tenia un gran talento, no solo no se equivocaba de teclas sino que habia un ritmo bastante jocoso aunque se notaba que seguian siendo tonadas de iglesia.

Sam miró a Kupuka y le hizo un gesto para que esperara, la verdad es que le gustaba la música y mientras seguía tocando, ellos se podían posicionar para flanquearle mejor.

Se movio sin hacer ruido, cuidando donde pisar, en parte por no interrumpir, en parte por no sobresaltarle(todavía)

Cuando acabara diría:

- Precioso ¿podrías tocar "in a gadda da vida" para mi? - Y lo diría en serio - ¿Como te llamas? - Preguntaría

El tipo no se sobresalto sino que se dio vuelta mostrando un rostro pelado y divertido, al verlos a ambos. "Si, creo que la conosco." dijo y empezo a tocar con un poco de problema al principio pero entonces empezo a salir la melodia que Sam habia pedido. Sin duda habia un gran talento en ese hombre.

"No me acuerdo como me llamo." respondio como si no importara. Entonces mas cerca de este, Sam noto que staba vestido con una camisa verde clara y un pantalon del mismo color. Le parecia que era un uniforme de algo y de pronto no sabia de donde pero le vino a la cabeza de una asilo. Despues de todo tenia la cabeza rapada y en ella parte lastimada como si se habria lastimado o que le habia hecho algo.

- Deberías tener un nombre, uno impresionante como tu habilidad, mozart, por ejemplo. - Dijo Sam sonriente.

Sam disfrutó de la canción, pero era una canción larga de narices, la había escogido a propósito por eso, mientras y no buscó un lugar donde hacer su grafiti y cuando encontró un lugar seco donde la pintura pudiera agarrarse bien, se dirigió allí y con la música de fondo, sabiendo que Kupuka vigilaba, se puso la mascarilla(fruto de la costumbre) y comenzó a pintar.

El tipo siguio tocando el piano sin mostrarse como un tipo agresivo solo estando ahi queriendo hacerlo disfrutar con su habilidad. Kupuka si bien lo vigilaba algo extrañado, tambien observaba el dibujo de Sam.

El dibujo que hizo la brujah era una obra de arte entre los graffitis, habia escogido una buena pared para hacerlo y a pesar de la poco luz del lugar. Los signos religiosos del sabbat quedaban plasmados con una estetica propia de la brujah pero no por eso se volvia en una burla de cualquier tipo.

Cuando el hombre fue terminado de tocar se quedo mirando tu arte. "Muy lindo. Al Padre de aqui no le habria gustado." comento contento por eso.

Sam rió

- Supongo que no - 

Se dio la vuelta mirando al tipo con el spray todavía en la mano y se puso a recoger.

- Esto es un cumplido, me has hecho sentir bien con tu música, mozart, muchas gracias. ¿Eres humano? - Le preguntó tras un cumplido de forma directa mientras a su espalda quedaban los dos grafitis:

"De nada. Me alegra que te guste, seguire tocando en un rato." comento el hombre contento moviendo sus dedos de la mano como ansioso. "No soy humano, soy un paciente." comento aunque notabas su aliento visible por el frio del lugar. "Aunque me escape, no se si sigo siendo paciente." comento mirando de nuevo a su organo pensativo. La conversacion con èl parecia que no dudaria demasiada ansia por tocar mas cosas en el organo.

Mientras notaste que Kupuka te hizo una señal de aprobacion por tus dibujos.

- Dicen que la música cura el alma. - Añadió Sam. - Ya no eres un paciente, tocando así eres un doctor. - Se mantuvo a una distancia de él.

- Me gustaría quedarme toda la noche escuchándote. Antes me pasaba noches enteras despierta solo para escuchar música... - Dijo con añoranza - Pero los días en que disponía de tantísimo tiempo libre han pasado de largo. - Suspiró. - Aprovecha el tiempo que tienes... Un día descubriras que se te ha escapado entre tus dedos como si fuera arena y con él se ha llevado todo lo que te hacía feliz.- Se apoyó contra una pared con un suspiro muy humano mirando el spray que sostenía, recordando la de veces que había ido a hacer grafitis con su hermano.

Ahogó un llanto, sintiendo un nudo en la garganta, gracias a la máscara que no podia percibirse su expresión, ahora mismo, pero su lenguaje corporal dejó entreveer lo alicaida que se sentía de golpe y sus ojos parecieron apagados. Inspiró para recomponerse, como mejor pudo.

- Buenas noches, mozart - Dijo Sam a modo de despedida separandose de la pared cabiz baja.

- ¿Continuamos? - Preguntó Sam a Kupuka, su voz aún sonaba abatida.

"La musica cura el alma..." repite el hombre sonriendo debilmente.

"Suenas muy triste, lo lamento. Ojala encuentres el tiempo para volver a hacer lo que amas. Que tu alma se cure tambien." te deseo el hombre volviendote a mirar por un instante, antes de volver a tocar el organo dejando que una musica algo triste se deje sonar en esa iglesia abandonada. Al parecer ese fue su saludo porque no dijo nada mas a tu persona, dejandolos partir mientras sonaba el organo tras ellos.

"Continuamos..." dijo este cuando salian afuera. Se quedo mirando a los costados de lado a lado un rato. "Si creo que la proxima esta cerca, para el este." señalo en una dirreccion. "Puede que sea un trabajo de toda la noche." le avisa el sacerdote tal vez haciendo calculos en su cabeza sobre la distancias, en especial si iban caminando como parecia querer hacer èl.

"Supongo que seran lugares igual de raros que este. Tal vez igual de destruidos u olvidados. Menos el refugio de la cofradia." comentaba pensativo, vos ya habias visitado un lugar con Aurora que quedaba bastante cerca. Ahi Peltier habia dejado cosas y el lugar no estaba abandonado para nada.

- Ojala... - Dijo muy bajo de la que se marchaba, mirando una ultima vez al organista.

Luego se encaminó a la salida, una vez fuera, tras intercambiar aquellas palabras con Kupuka le dijo.

- Hay uno que no esta abandonado, no se de donde has sacado que solo hay uno en uso.- Dijo Sam - El tal pieltier dejó allí las cosas del cazador, así que extrememos precauciones. Espera problemas en cada sombra y vete armado... - Le miró bien - Bueno, tu no lo necesitas ¿No?

Dijo al Gangrel.

El gangrel la miro y señalo a la iglesia con la mirada y otros edificios derruidos no muy lejos. “Lo saco por donde veo. No he visitado todas las iglesias pero veo que esta ciudad se encuentra abandonada y rota. Desde que llegue me dado esta impresion la ciudad.” comento observando no triste sino con neutralidad. Sin duda era un turista que no se estaba llevando la mejor imagen de montreal.

“Oh, no me acordaba de ese detalle.” comenta tomado un poco por sorpresa “Y si como dices no necesito las armas.” comento con media sonrisa sus manos mutando un poco antes de volverse a la normalidad que era el gangrel.

“Que tal vos? Lista para cualquier problema?” pregunto curioso tal vez yendo mas alla de su pregunta.

Sam le miró un instante tratando de ver a través de su máscara a ver si preguntaba por algo más o no.

- Lista... como siempre... - Le dijo dejando lo claro. - Pero si hay algo que te inquiete pregunta. No te quedes con las ganas...

Kupuka continuaba andando pero pensativo ante las ultimas palabras de ella. "No se como decirtelo. Pero estos problemas temo que seran de una indole mas espiritual...." comento el gangrel tras guardar algo de silencio. "Te veo mas melancolica, no se si me equivoco." dijo pareciendo tomarse mas cuidado de lo acostumbrado con sus palabras.