Partida Rol por web

Me abalanzo sobre mi presa quizás crea es fácil atacarnos desde la oscuridad pero mis ojos me dan la ventaja. Si se pensaba que nos tendia una trampa no sabía lo equivocado que estaba

Salvas la distancia tan rápido que el otro tipo no puede reaccionar. Pese a encontrarse a la defensiva las garras de Martin consigue salvar sus defensas en un potente ataque que desgarra tela, carne y músculo. Con el pecho completamente destrozado, el brazo derecho inerte golpeando contra su costado y parte de la garganta y la mandíbula rajados. Retrocede mirando en todas direcciones con horror en sus ojos, dispuesto a huir. Niega con la cabeza y alza la mano izquierda intentando en vano apelar a la compasión de su verdugo.

Mientras, Ibrahín se acerca por detrás dispuesto a unirse al combate (si es que le queda algo).

No lo mates aún sácale la información. Yo me llevaré la maleta. Lo he dejado a huevo para ti alguien le ha enviado a seguirte. 

Nos veremos pronto digo y me voy con la maleta

Apretaba el arpón con fuerza mientras miraba al tipo tendido en la calle poniéndolo todo perdido de sangre. Crucé la vista con Martin y asentí. Lancé rápidamente un vistazo a la maleta -sigue ahí- y miré cómo iba hasta ella y se la llevaba.

Cogí al tipo de las solapas de sus prendas destrozadas y teñidas de rojo -Ahora tú y yo vamos a tener una charla en privado. ¿Alguna vez has sentido tu sangre hervir desde dentro?- tenía una idea en mente para hacerle hablar. No estaba en condiciones de caminar así que lo llevé al barco. No podía hacer un interrogatorio allí en medio de la calle ante miradas indiscretas. Además, antes debía asegurar el lugar.

Coges la maleta y te marchas. A lo lejos, puedes ver cómo Ibrahín mete (no con buenos modos) al herido en su barco de vela. Minutos después sale, quita las amarras y lo empuja alejándose del muelle.

Con la maleta roja en tu poder, continúas tu camino.

-Joder, joder joder joder- Pierdo el equilibrio cuando Ibrahín me empuja hacia el interior y caigo al suelo -¡Ah! Uuuuf- él entra dejando el arpón sobre la mesa. -¿Esto estaba en el plan?- le pregunto con la mirada al techo sintiendo oleadas de dolor que irradian de la herida -¿Disparar el arpón estaba en el plan?- repetí mirando mi propia herida. Ambos cruzamos la vista y sonreímos.

-No sé si estoy en condiciones de seguir- aclaro recordando todo lo que tenemos que hacer. Él me mira -Voy a darte sangre y atender tus heridas. Si todo sale bien no volveremos a encontrarnos con nadie en Londres. Pero antes alejaré el barco del muelle- añado y salgo para quitar amarras y mover la embarcación.

Ibrahín saca el teléfono de su bolsillo y lo mira mudando la expresión de su rostro. -Es Linn. El viejo ha salido de su madriguera- comenta -Está en el pub con Linn y la Gangrel-

En ese momento le entra otro mensaje de Krampus indicando que todo estaba a salvo, y que si los anarquistas querían rematar la faena aquel era el momento oportuno. -Mierda-

-¿Vas a ir?- pregunta Kavi y el tremere entiende el doble sentido de la pregunta. Dejar a Linn (una aliada), significaría que, llegado el momento, podría prescindir también de él y mermaría la confianza mutua. No podía permitirlo.

-Tenemos que terminar el plan, pero no puedo dejarla. Tengo que ayudarla...- Miro al vampiro, con el pecho abierto -...y no puedo dejarte así. Pero le enviaré a ayuda-

No sabía muy bien que quería con la maleta imaginaba que guardarla ya que dijo tenía que llevarsela lejos. Pero esconderlo aquí era lo contrario en algún momento contactaría con el suponía.

Me acerqué al coche metí la maleta en la parte del copiloto y la abrí a mi lado que llevaría en aquella maleta?

Extremando las precauciones entras en tu vehículo portando aquello que tienen a tantos nerviosos. Descorres la cremallera con su peculiar sonido y en el interior encuentras tres cilindros de aluminio. Tubos como los que usan los artistas para enrollar sus cuadros pero mucho más cortos. Del tamaño de una botella. Están dispuestos en paralelo a los extremos cortos de la maleta sobre gomaespuma negra que alivia cualquier golpe. Bajo esta gomaespuma hay una caja, también de aluminio, del tamaño de un libro grande. No tan grande como un incunable pero sí más grande que un A4.

Extrañado, vuelves a mirar en todas direcciones antes de coger uno de los cilindros. Es de muy buena manufactura y la tapa es de rosca. Podrías abrirlo allí mismo y ver su interior.

La caja tiene dos cierres metálicos que saltan accionando dos botones. También es fácil de abrir... demasiado fácil, quizá.

Todo era muy fácil. Se supone aquel tipo quería irse a otro país con todo esto, que era algo muy importante para el. 

No me cuadraba nada,pero era mejor saber que había dentro. Así que abrí los cilindros y la caja a ver qué había en todo aquello.

Luego volvería a un lugar seguro donde pasar el día de paso contactaría con Iván a ver qué había pasado

Tu minucioso registro desvela varios pergaminos antiguos redactados en escritura cuneiforme que no entiendes. Puedes ver que son muy viejos, dignos de estar en un museo o algo así. En algunas zonas los símbolos casi no se ven y la textura del pergamino es seca y quebradiza.

En la caja hay trozos rotos de una tablilla de cerámica. El que quiera entender qué pone deberá componer el puzle de los pedazos. Su color rojizo y su olor a arena y antigüedad te hacen pensar que, quizá, sea más antigua que los pergaminos.

Una vez le has echado el ojo a todo, vuelves a guardar cada cosa en su lugar, enciendes el motor que emite un ronroneo agradable y te alejas del puerto mientras llamas a Iván.

Aquello era extraño parecía que necesitaba descifrar las cosas antes de poder saber que pasaba.

Necesitaba ayuda para comprender no solo lo que ponía si no el contexto y que significaba todo aquello.