Partida Rol por web

Candyland, era un lugar duro, muy duro. Era muy importante para ti formar parte de la comunidad de Piltower, pero esos yordles elitistas solo aceptaban a sus hijitos malcriados. Criticaban tu artesanía, pero sabías que era la mejor en aquel lado del río. Girabas el torno y aquel jarrón ya estaba terminado, perfectamente simétrico casi sin las marcas de las manos y con un cuello fino, ahora tocaba una gran tinaja.

Saliste del torno para ir al depósito de arcilla junto al que tenías tu casa, ibas sucia hasta las orejas y empezaste a recoger fango en aquel canasto de mimbre, enfangada, el olor a trabajo era el mejor, allí estabas enterrada hasta los tobillos recogiendo la propia tierra, pero había algo diferente, te habías hundido más de lo habitual, pero ahora que intentabas salir, estabas aún más hundida que al comienzo de tu recolección. Poco a poco te hundías sin que nadie corriera a socorrerte, un hada rió al verte en problemas y poco a poco desapareciste, tu última bocanada de aire pareció tener sabor a rancio y tus ojos no escocían al abrirse bajo la tierra, aunque no sentías nada, de repente volviste a emerger.

Surgiste como se sale de una caída en el fango, y ya no estabas en el mismo lugar. La hierba era corta y verde y apenas veías a más de dos palmos entre aquella espesa niebla. Te topaste con un muro de ladrillo más tosco que la artesanía yordle pero bien colocado, eran unas ruinas. Caminaste en dos círculos, no veías a más de un metro, estaba lleno de ruinas, calles a medio adoquinar, y paredes derruídas, además.... aquello parecía gigantesco.

Aurora intentaba arañar infructuosamente la arcilla. Maldita fuera el momento que no llevaba una cuerda con ella. Hasta que finalmente y de una forma sorprendente salió a la superficie.

El ambiente estaba enrarecido, pocas veces había ocurrido en Candyland que hubiera nieva, de hecho, solamente lo había llegado a escuchar de otros Yordles. Olfateó el aire, escuchó alrededor. ¿Dónde estaba? Una pared de ladrillo le dejó orientarse. ¿Qué era aquello? Trató de escudriñar el material, la artesanía, saber cuán antiguo era por el estilo... ¿Estaba con base de lascivia? ¿Era arcilla sola? Lo lamió, lo olfateó y cogió una piedra para tratar de discernir la dureza. ¿El tamaño de aquellos edificios? ¿La utilidad? Algo podría averiguar.

Luego escuchó alrededor suyo, era algo frustante no ver el cielo pero más frustante saber que habia una ciudad ¡Y estaba en éste estado! ¿Éstas eran las ruinas de una antigua Piltower? Pues aquí se necesitaba mucha mano de obra... entonces ya llegarían más Yordles... y ella sería la consejera primera. ¡Santa Dulcinea!

Comenzó a mirar las plantas que había en sus pies ¿Hierba verde? ¿Estaba en mal estado? La recogió y la olió y la mordisqueó. No lo parecía... ¿Por qué no era rosa? Escudriñó alrededor. Necesitaba saber donde había más arcilla para reconstruir aquello... pero también necesitaba herramientas. Se puso a caminar siguiendo los edificios para buscar plantas que le sirvieran para hacer cuerda, rocas y ramas para hacer herramientas.

El ladrillo estaba hecho de piedra. Era absurdo, tenía la misma consistencia que el ladrillo de arcilla pero era más difícil de transportar, al menos dos yordles por ladrillo. El estilo no podía revelar nada que Aurora supiera, pero el desgaste de la huella de donde hubieron unas vigas de madera no era difícil pensar que esto llevaba más de ochocientos años aquí. Podían ser las ruinas de una antigua civilización yordle, pero requerirás de más tiempo para encontrar algo más.

Por lo pronto encontraste arbustos y árboles verdes y enanos creciendo entre las casas. La propia piedra desgajada te servía más que perfectamente para tus herramientas. Un arbusto semejante al escalofrío, pero de un sabor horrible, te sirvió para comenzar a trenzar cuerda, aunque hacer todo aquello te llevaría todo el día