Partida Rol por web

Su ofrecimiento me sorprende ya que no nos conoce de nada y cualquier persona normal habria intentado acortar nuestra estancia en su casa, pero no parece tener malas intenciones incluso parece que le preocupa la salud de Willy, por lo que despues de reflexionar unos segundos miro a Willy haciendo un pequeño gesto afirmativo que espero ella no haya llegado a ver ,y espero a que este conteste a la muchacha ,fijandome muy bien en la reaccion de ella al saber que hemos aceptado su ofrecimiento.

Tras mirar a Sonia y ver un signo de asentimiento en ella, Willy reponde -Me parece bien. Y lo de las pruebas, claro, mientras no haya que atarme ni encerrarme...-

Un risilla nerviosa certifica tanto que era una broma como que sigue teniendo miedo.

-No, Willy, claro que no... Yo te trataré mucho mejor. -responde con tono casi paternalista- Hecho, entonces -añade Madalina con una sonrisa- hoy podéis quedaros aquí y mañana intentaré hacerte las pruebas, Willy. Si necesitáis cualquier otra cosa, quizá pueda ayudaros aunque no prometo nada.

Con algunas dudas aún zumbándole en el oído piensa en si habrá suficiente comida para todos, en bajar a comprar al súper. No, mejor no, ya se apañará. Luego tendrá que llenar las lagunas que quedan pero seguro que ellos prefieren comer algo. Piensa en Lily, en que tiene que contarle todo lo que ha sucedido, y en la cantinela de buena samaritana y que tiene que follar más. Con un suspiro, empieza a recoger todo el material y observa a los dos huéspedes en silencio sin saber muy bien cómo continuar la conversción.

Miro como ella parece estar haciendo sus planes en la cabeza, no parece que tenga segundas intenciones por lo que me relajo en el asiento disfrutando de las comodidades que este sitio ofrece, se esta caliente y comodo y hasta el suelo parece lo suficientemente calentito como para dormir en el comodamente- Willy hoy dormimos calientes y creo que seguros aquí, por primera vez en mucho tiempo creo que voi a dormir a pierna suelta- y una sonrisa se dibuja en mi maltrecha cara.

-Desde luego, debemos darle las gracias, señorita Rusu.- dice Willy asintiendo a lo que le dice Sonia.

Madalina se dirije al teléfono y hace un par de llamadas, con cierto carácter técnico y médico. Los dos indigentes tan sólo captan de todo esto que le han dado cita para mañana a las diez, aprovechando que es domingo y habrá poca gente en el hospital.

Tras estas llamadas, coje algo de comida precocinada, la cocina en el microondas, le añade un par de trucos caseros con especias y se las sirve a sus invitados.

Intento que no se note la desesperación que siento cuando veo la comida ,! está caliente , y es lo mas rico que he olido desde que recuerdo!.Cojo con cuidado el cubierto y con un movimiento estudiado me llevo la comida a la boca donde la paladeo con gusto- gracias, señorita - digo , con una mirada de agradecimiento- esta muy bueno- y mirando a Willy- !chico, pues si que hemos tenido suerte, cama y comida caliente y encima quiere ayudarte a curarte!- y metiendome otra cucharada en la boca enrojezco y me callo dandome cuenta de que puede que no esté bien hablar mientras se cena.

-Es un placer. Bueno, de todos modos mañana iremos al médico para que le echen un vistazo a Willy y nos levantaremos pronto. Tenemos que estar allí a las diez. Madalina parece disfrutar sabiendo que ellos dormirán caliente y con el estómago lleno, aunque siempre tiene una mirada de cierta melancolía que ni ella parece saber de dónde viene. Mientras coloca alguna cosa más en la mesa y ve que sus invitados se relajan decide, no sin esfuerzo, dirigirse a Sonia directamente. -Di..disculpa, Sonia, pero... quisiera preguntarte algo. ¿Cómo, bueno, cómo te sucedió eso? Me refier al aspecto de tu piel. Con gran embarazo y mayor torpeza, consigue terminar la frase y comenzar otra, apresurada. -No tienes por qué contestarme, claro, entiendo que no quieras. Terminado esto, agarra a su gato, que pasaba por ahí entre aburrido y cuiriso, y se lo coloca sobre su regazo tratando de distraerse de si su pregunta ha sonado brusca o violenta.

Agacho la cabeza intentando que se vea lo menos posible mi cara- es, es de nacimiento- digo en un susurro casi inaudible- siempre he sido así- digo levantandome y mirando por la ventana me giro para darla la espalda.