-Bien, yo quiero acercarme a ver a Ruth ahora. ¿Por qué no te ocupas tú del Hospital mañana? Yo esperaré en casa, quizá tenga más de una reunión. O eso espero...
¿Están todos los heridos en el mismo hospital, y éste es el de Ruth? Si no lo sé, lo averiguo. Realmente voy a ver a Ruth, pero si puedo, ampliaré el "círculo de visitas".
:)
Suspira, lanzándote una breve mirada de arriba abajo. -Sí, será lo mejor. Una noche complicada. Hablamos mañana, caro.-
Su espectacular figura se marcha sonriente. Tú arrancas y te dirijes al hospital donde hiciste ingresar a Ruth, de los mejores de la ciudad según el ranking, pero el mejor para alguien como tú, que busca médicos que hagan pocas preguntas y den muchas respuestas.
Te informas: Ruth va a estar bien. Ha perdido un 30% de audición de un oído y un 10% del otro, escuchará pitidos un año entero y necesitará rehabilitación para su zurda. Por lo demás, puede darse por muy satisfecha. A pesar del horario te permiten subir a su habitación. No está dormida; de hecho, está mirando las noticias, en las que aparece la mansión de la logia. No se ven invitados, pero sí a la policía entrando y saliendo. La locutora informa de un asalto a mano armada por una banda de traficantes chinos en busca de dinero fácil. Según la cadena, el asalto fue repelido por los guardaespaldas de los invitados, no sin antes saldarse el asunto con una docena de muertos y varios ingresados por la acción de un explosivo, así como por gases de efecto alucinógeno. Según los medios, en la banda había al menos cinco personas de raza blanca, al menos una de las cuales trabajaba desde dentro. Dos de ellas han sido detenidas y de hecho son los únicos supervivientes de los asaltantes, ya que los orientales murieron todos por efecto de los disparos.
Es curioso. No se menciona nada del secuestro de Abaldon.
No, este es un hospital muy exclusivo, les habrán llevado a hospitales menos privados en primer lugar, excepto a quienes pudiesen hablar. Otros serán trasladados a otros sitios y es posible que mañana acabe alguno aquí.
Me acerco a ella como un buque antiguo y seguro, mirando sus ojos aún prendidos en las imágenes del televisor.
-Estoy bien, antes de que preguntes. Y tú también, tampoco yo no voy a preguntar, salta a la vista. Pero, ¿qué tal estas horas...? ¿cómo las has pasado?
Echo alguna mirada sesgada hacia el presentador del noticiero, que sigue hablando de lo sucedido en la casa desde un punto de vista bastante... bizarro. Por si escucho algo que me interese, especialmente alguna mención de Abaldon, del que no dicen ni una palabra, o del Dr.Wilson.
-Lo siento. Me acaban de dar los tranquilizantes para la mano. Duele mucho. Parece que alguien la ha tomado contigo o con la gente con la que te estás cruzando. Son dos advertencias serias. ¿Has pensado en cogerte unas vacaciones?- aun sincera, Ruth se mueve entre las dos aguas de siempre: vuestra relación laboral y ese algo más que le permites entrever a veces, mitad flirteo, mitad amistad.
El locutor continúa dando algunas piceladas más al caso pero sin pasar de mencionar los importantes personajes que estaban en la fiesta, no dando nombre. Ley del silencio. Hay que tener mucha fuerza para provocar esto. Si Abaldon no ha sido, ¿quién? ¿Alguien en su nombre? Desde luego, un secuestro mandaría la acciones de Abaldon Industries al abismo.
-Cuando lo haga, vendrás conmigo. El aire de un lugar que conozco, un sitio del que creo que ahora mismo sólo unas diez personas más en el mundo saben dónde está, le irá a tu mano y a nuestros espíritus, como un bálsamo.
Me acerco más a ella, me siento en el borde de su cama, y le planto un beso en su otra mano, cerca de la muñeca.
-Bien, señorita, me voy ahora. Parece que mañana será un día complicado, o eso espero. Y necesito un breve sueño, si es que no recibo visitas durante él.
Me levanto tras eso, y ya sin más rodeos me dirijo a casa. Un baño, una pipa, y la cama. Y dar las instrucciones pertinentes, porque si llegan visitas, quiero atenderlas de inmediato...