Partida Rol por web

Durante un rato, Demina busca por la casa los dispositivos de vigilancia, haciéndose ayudar por John. Entre los dos encuentran micros y cámaras en miniatura en casi todas las habitaciones de la casa. Tras recogerlos y guardárselos Demian se dirige a la salida y allí ambos hombres se despiden con la intención de verse al día siguiente en ese lugar llamado ACME. Demian desaparece igual que vino, con una sonrisa.

Michelle sigue a la pareja por la casa como aquel que observa a alguien haciendo malabarismos con las cenizas de su abuelo. Se siente incómoda, en cierto modo vulnerada y trata de adelantarse cuando van a mover algo pesado o frágil preocupada del destrozo que puedan ocasionar. Lo peor no es lo que hacen sino imaginar que un extraño antes ya lo hizo. No le gusta, no le gusta nada pues sabe que se trata de la misma gente que atacó a John, de la misma gente que la mató, de la gente que pagará caro acercarse lo más mínimo a ellos.

Terminado el recorrido y tras la despedida John y ella quedan en silencio en la casa. Silencio para ambos.

- Lo siento, tengo que hacerlo - dice ella finalmente.

Le besa la mejilla y atraviesa la puerta de salida. Dentro de la estancia el hombre siente un breve escalofrío, se gira como si esperase encontrarla con los ojos, como si fuese posible. La temperatura muy despacio se va restaurando y él sabe que ella ya no está. Por un momento se sorprende de ser capaz de intuir ya aquellas cosas.

- Demian - dice ella caminando a su lado mientras bajan las escaleras - Reconozco que has llamado mi atención. Supongo que no te molestará que te siga. Entiéndelo, ni que tú no te dedicases a espiar a la gente sin su permiso.

Llegados a la calle, instintivamente mira a izquierda y derecha antes de cruzarla esperando que no hubiese coches para hacerle un gesto a su desapercibido acompañante para que pudiese seguir adelante.

- Es cierto que John no sabe dónde se ha metido y espero que no se meta pero... ¿lo sabes tú? Deberías ver lo que he visto en la fundación. Uhmmmm... ciertamente deberías verlo. Pero no te enviaría allí sin garantías de que salieses. ¿Por qué tuviste que venir a casa? Sólo espero que sepas lo que haces... aunque no estoy segura de ello. Una cosa está clara, si estás contra Holden estás de mi lado.

Demian se vuelve por dodne vino, fumando un cigarrillo mientras se dirige a un coche aparcado en las cercanías de la casa de Michelle. Entra en el coche y ella con él. Como una pareja de novios, recorren Nueva York hasta un barrio levantado con ladrillos rojos. Numerosas banderas arcoiris salpican una fachada u otra y son el emblema de más de una librería.

Demian no habla consigo mismo durante el trayecto. Michelle hubiera jurado que lo haría. Se detiene el coche en la calle Christopher y el detective aparca y entra en un edificio antiguo. La puerta de su apartamento, en la tercera planta, no tiene cristal esmerilado: otra apuesta consigo mismo perdida. El lugar no es más que una oficina desordenada, un baño y una recepción. Demian apenas pierde tiempo en quitarse los zapatos y dejar su pistola en una silla junto al armario. Abre este mueble y de dentro saca una cama plegable. Apenas dos minutos después de entrar allí, ya está tumbado y preparándose para dormir.

El camino de vuelta muestra a Michelle un Manhattan inusualmente frío y detenido en el tiempo. La gente ha preferido quedarse en casa y sólo las parejas más trasnochadoras desafían el asfalto húmedo.

El regreso a casa es como meterse poco a poco en unas sábanas calientes después de pasear al perro bajo la lluvia. Volver al calor de las ascuas, volver a John. Michelle sabe que él está en casa antes de siquiera estar cerca. Ha dejado sólo una luz encendida y se ha acostado en el sillón, frente al televisor, tapado por la colcha de la cama. El mando está a punto de caérsele de la mano mientras lucha entre seguir viendo la tele o dormirse.

Sentada en una silla vieja de la que cuelga una chaqueta sucia, Michelle vigila el sueño del detective. Hay algo especial en ver a la gente dormir. Una máscara de músculos en tensión que se desmorona para mostrar la fragilidad de la existencia. Demian no parece tan peligroso, así, dormido.

La fragilidad de la existencia, y una línea entre la vida y la muerte tan confusa como la cacofonía del espacio-tiempo que ella eXPERIMENTA. pORQUE aHORA está sentada en Manhathan, frente a John que duerme. Y no es capaz de entender cómo ha llegado hasta allí.

Hay algo especial en ver a la gente dormir. Una máscara de músculos en tensión que se desmorona para mostrar la fragilidad de la existencia. John no parece menos de lo que es, así, dormido.

La cacofonía del espacio-tiempo y su recién adquirida comprensión del negocio. Todo es absolutamente relativo al punto de vista. La visión está en el ojo y no en lo visto. Y el espacio-tiempo lejos de fluir hacia el infinito, se comba sobre si mismo a modo de enmarañada cinta de Moebius de la que es imposible escapar.

En el centro de la estancia, como si se tratase del centro de Manhathan, como si se tratase del centro del mundo...

eN EL CENTRO NO ESTÁN QUIENES DEBERÍAN ESTAR. dE HECHO, NO HAY NADIE. nI aPRIL, NI jESS, NI cLOTO NI áTROPOS. LA MADRE, AFERRADA A SU MUÑECA DE TRAPO, VE COMO OTRA ILUSIÓN MÁS DE COHERENCIA, DE ORDEN, DE TRÍADA SE DESVANECE.

¿dÓNDE SE PUEDE IR EN ESTE MUNDO QUE NO SIGNIFIQUE ALGO, QUE NO TENGA UNA INTENCIÓN? dESDE LA VENTANA SE SIGUE VIENDO EL MISMO MUNDO CONFUSO Y NINGUNA LUZ CONOCIDA EN NINGUNA DE LAS CARAS QUE VAGABUNDEAN.

aHÍ. iNCLUSO ESTE MUNDO DEJA QUE LO MOLDEES CON IMPRESIONES. uN ESPEJO SUCIO, CASI NEGRO QUE NO ESTÁ EN LA COPIA MUNDANA DEL APARTAMENTO DE JOHN. y UN REFLEJO EN ÉL QUE NO SE HA IDO, LA IMAGEN DE UN MOMENTO RECIENTE QUE QUEDÓ ALLÍ IMPRESA, QUIZÁ PARA mICHELLE.

eN LA IMAGEN aPRIL GRITA, SE RETUERCE PARA INTENTAR EVITAR QUE UNA MANO DE HIERRO CUYA PROPIETARIA NO VEMOS SE LA LLEVE DE ALLÍ A RASTRAS. eS UNA MANO VIEJA, DE VENAS PROTUBERANTES, FEMENINA, COL LA PIEL DEL COLOR DEL ÓXIDO. aFERRA CON TANTA FUERZA LA MUÑECA DE aPRIL QUE PARECE QUE FUESE A PARTIRLA, AUNQUE mICHELLE SEPA... CREA QUE NO ES POSIBLE.

sU HIJO CAE SIN PESO SOBRE LA OXIDADA BAÑERA EN EL CENTRO DEL SALÓN. cAE COMO EL MUÑECO DE TRAPO QUE ES Y SE DERRAMA EN LA AUSENCIA COMO HICIERA EN VIDA.

lA IMÁGEN DE aPRIL Y EL SIGNIFICADO QUE EVOCA.

- ¿aPRIL?... ¿aPRIL?... ¿jESS?

eLLA GRITA LOS NOMBRES Y EL ECO DE LAS PAREDES SE DESMIGAJA EN CIENTOS DE SUSURROS MUERTOS. uNA RESPIRACIÓN AGITADA IRREAL COMO SU VIDA Y LA MIRADA EN LAS PAREDES.

cONCÉNTRATE, mICHELLE, MA BELLE. cOMO YA LO HICIERA UNA VEZ VOLVERÁ A HACERLO, PERO ESTA VEZ SU RASTRO ERA MENOS CLARO. sÓLO TIENE QUE CENTRARSE, SÓLO TIENE QUE ASUMIR AQUELLA REALIDAD, SÓLO TIENE DAR CON ELLA. jIRONES DEL ALMA INOCENTE DE AQUELLA CHICA QUE SE DESGAJAN DE LA SUYA PROPIA.

¿dÓNDE ESTÁS? ¿dÓNDE HAS IDO? nO DEJARÁ QUE SE PIERDA. nO AHORA QUE SABE LO QUE IMPORTA.

eL RASTRO ES DÉBIL, COMO SI HUBIERA SIDO BORRADO. sALE DEL APARTAMENTO Y SE DIRIGE A LA CALLE, COMO mICHELLE ESPERABA. dESDE ALLÍ, SE DIRIGE HACIA EL CENTRO DE LA CIUDAD, ATRAVESANDO LAS CORRIENTES DE ALMAS QUE AVANZAN Y CASI PERDIÉNDOSE EN EL CAMINO.

- jESS... nO... ¿pOR QUÉ?

uN SUSURRO ENTRE DIENTES Y ELLA SE AGACHA PARA TOCAR EL SUELO, EL SUELO QUE LA ACOGIÓ HACÍA DÍAS, HACÍA MESES, HACÍA... SIEMPRE. cIERRA LOS OJOS. dESPACIO ALZA LA CABEZA Y LOS ABRE LENTAMENTE. cADA VEZ QUE ENTIENDE ALGO ES PARA DEJAR DE ENTENDER SIETE COSAS QUE DABA POR SUPUESTAS. qUIEN QUIERA QUE BORRÓ EL RASTRO NO DEBIÓ SUBESTIMARLA.

lOS PASOS SE INICIAN TITUBEANTES EN LA DIRECCIÓN DE SU OBJETIVO PERO PRONTO ARRANCA LA CARRERA HASTA QUE LA FÍSICA APRENDIDA EN SU CEREBRO SE DESAPRENDE Y ENTENDIENDO EL CAMINO NO COMPRENDE SIETE VECES LA VIOLENCIA DE SU RASTRO.

aL DESDIBUJARSE LA CIUDAD A SU ALREDEDOR, mICHELLE PIERDE TOTALMENTE LA NOCIÓN DEL TIEMPO. sU MOVIMIENTO ES APARENTEMENTE RÁPIDO, PERO LA RUTA SEGUIDA POR LAS DESAPARECIDAS ES TAN ENREVESADA COMO SERÍA POSIBLE, SIN DUDA EN UN INTENTO DE DESPISTARLA. hASTA QUE DESCUBRE QUE LA PISTA NO ESTABA ALLÍ PARA NO SER ENCONTRADA, SINO PARA SERLO. sE SIENTE CAER DE REPENTE CUANDO LA SENDA DE ESENCIA QUE SEGUÍA PARECE RETORCERSE HASTA ADQUIRIR UN ASPECTO DISTINTO, MEMBRANOSO, REJIDO, RADIAL. uNA TELARAÑA. nI cLOTO NI áTROPOS: ESTA VEZ, aRACNE. sU ESENCIA QUEDA ATRAPADA Y CONFUNDIDA A LA VEZ. tIENE LA SENSACIÓN DE HABER SIDO ATRAPADA TAMBIÉN CON LA MENTE. iNMEDIATAMENTE, TIENE LA SENSACIÓN, QUE CREÍA IMPOSIBLE, DE CAER INCONSCIENTE.

pARA CUANDO LA LUZ GRISÁCEA DEL nUEVA yORK PLUTÓNICO REGRESA A SUS OJOS, SIGUE ATRAPADA ALLÍ. aLREDEDOR ESTÁN LOS EDIFICIOS ALTOS Y OSCUROS. cUELGA DE UNA TELARAÑA BRILLANTE DE ESENCIA QUE ALGUIEN DEJÓ ALLÍ PARA ELLA. mÁS ALLÁ EL RASTRO SIGUE, PERO IGNORA CUÁNTO TIEMPO HA PERDIDO. aHORA ES UN RASTRO MUCHO, MUCHO MÁS DÉBIL. cOMIENZA A HACER ESFUERZOS PARA LIBERARSE.

cUANDO ERA NIÑA ERA DE LAS QUE ECHABAN A ANDAR CUANDO VEÍA PERDIDA LA CARRERA. sUSPENDIDA ENTRE PEGAJOSA ESENCIA CONTEMPLABA SU ALREDEDOR SIN HACER EL MÁS MÍNIMO ADEMÁN DE LIBERARSE. tODAVÍA PASA UN TIEMPO HASTA QUE ES CONSCIENTE DE DÓNDE SE ENCUENTRA Y DE LAS REPERCUSIONES QUE AQUELLO TIENE. mUEVE UNA MANO Y TOMA UNA HEBRA CONTIGUA. lA SIENTE ENTRE SUS DEDOS Y LA DESMENUZA HASTA EL PUNTO DE SENTIR DIFICULTAD EN DESPEGAR UNOS DE OTROS. aBAJO UN RASTRO QUE SE DIFUMINA POCO A POCO. lO VE ESCAPARSE. eS HORA DE PONERSE EN PIE Y SEGUIR CORRIENDO, NO HA ACABADO LA CARRERA. sE ZAFA DESPACIO, SABE QUE SI TRATA DE APRESURARSE NO HARÁ SINO ENREDARSE MÁS.

dESCOLGADA REEMPRENDE SU CAMINO, CAUTA COMO EL ANIMAL QUE YA HA SIDO HERIDO POR EL HOMBRE. sE MIRA LA MANO PEGAJOSA Y SIENTE COMO A MEDIDA QUE SE ALEJA AQUELLA ESENCIA SE DISIPA.

- ¿pOR QUÉ...?

lIBERARSE LE LLEVA OTRA AGONÍA DE TIEMPO INDETERMINADO. fUERA EL UNIVERSO PODRÍA ESTAR DANDO SALTOS MORTALES Y ELLA NO LO SABRÍA. oTRA LECCIÓN MÁS QUE APRENDER SOBRE ESTE MUNDO, OJALÁ DE LAS POCAS QUE LE QUEDASEN PENDIENTES.

eL RASTRO TIENE YA POCO SABOR Y AL PRINCIPIO mICHELLE PUEDE HACER MUY POCO MÁS QUE ADIVINAR SU DIRECCIÓN POR LOS TROZOS QUE QUEDAN. aFORTUNADAMENTE aPRIL ESTABA ASUSTADA Y ESO HA DEJADO NUMEROSAS PISTAS. pOR EL CAMINO, mICHELLE JUEGA CON ALGUNOS TROZOS DE LA TELARAÑA QUE HAN QUEDADO EN SUS DEDOS. tIENE UN TACTO INCONFUNDIBLE, EL DE jESS. tIENE UN OLOR INCONFUNDIBLE, EL PERFUME DE SEÑORA MAYOR QUE ACOMPAÑABA A jESS.

eN UN MOMENTO DADO, LA PISTA DESAPARECE, JUSTO CUANDO SE ESTABA VOLVIENDO MÁS FUERTE. sIMPLEMENTE, NO ESTÁ, TERMINA AHÍ Y... ¿dÓNDE ESTÁS, mICHELLE? mIRA A SU ALREDEDOR Y SE DA CUENTA DE LA POCOA ATENCIÓN PRESTADA DURANTE EL CAMINO: ESTÁ OTRA VEZ EN EL PUERTO. fRENTE A ELLA HAY UN EDIFICIO NUEVO, LO CUAL ES RARO. SÓLO LOS EDIFICIOS VIEJOS TIENEN ENERGÍA SUFICIENTE PARA REPRESENTARSE EN EL mUNDO cREPUSCULAR. pERO ESTE ES UN EDIFICIO QUE mICHELLE RECONOCE PORQUE YA HA ESTADO AQUÍ ANTES. eL EDIFICIO DE LA fUNDACIÓN aBALDON AL QUE SALIÓ TRAS REGISTRAR AQUELLOS SUBTERRÁNEOS LLENOS DE HORRORES.

sIN EMBARGO, LA PISTA NO ENTRA EN EL EDIFICIO, DESAPARECE SIN MÁS UNOS METROS ANTES DE ÉL.

- aHORA SÉ POR QUÉ, jESS. - dICE MIRANDO A SU ALREDEDOR CON LA EXPRESIÓN DE QUIEN SE LE LLENA LA BOCA DE SABOR AMARGO.

mALDITA SEA. sE ESFUMARON. cOMO EN UN TRUCO DE MAGIA. nADA POR AQUÍ... ¿Nada por acá?

El puerto casi parece de aquellos lugares cuya realidad no constituye necesariamente un alivio para los sentidos viniendo de su reflejo en la penumbra. Una atmósfera plomiza y olores a mojado y a pescado. Fundación Abaldon. Ella observa desde fuera.

- Había otra forma de hacerlo Jess. No voy a permitir que se la lleve. No voy a permitir que se lleve a nadie más.