Estoy muy liado con eso de los exámenes, así que mejor así ^^
Por el ruido en el interior, se nota que la fiesta acaba formalmente de empezar, pero aún hay tiempo para que llegue un rezagado. Un cochazo espeluznantemente caro pero a su vez práctico, europeo, crees, acaba de hacer su aparición. De él se baja un hombre con cierto aire anticuado, británico, cuyo traje a medida hace justicia a un rostro no bello, pero con carácter.
Rodea el coche para abrirle la puerta a una rubia espectacular, de rasgos también europeos, alemana, holandesa o algo así. La curva de su espalda, realzada por el corte de su vestido, la hace parecer una puta diosa. Altiva, ni siquiera mira a los conserjes de la entrada cuando pasa a su lado, disfrutando más bien de la conversación en susurros que mantiene con el otro hombre.
Ahora que caes.. esa cara, la de él, la has visto en alguna parte. Te levantas y sin perder ojo, rebuscas en un par de papeleras. Claro, coño. Ahí está, en el periódico. Es ese tal John Williams, el hombre del atentado. Joder, el mismísimo jefe de la casa Zafon's de la que robaste aquella joya.
¡Ahí vamos por fin!
Pues llegas en unas semanas bastante liadas. Es más, aún tengo pendiente responderte el privado. A ver si consigo estabilizar un poco el asunto.
Antes de constestar: ¿A qué día estamos? Porque según el periodico ese tío sufrió un atentado el día 15 (aunque no le paso nada grave). Si está por pasar ni me acerco ;-)
:D Estamos a día 15 por la noche, así que tranquilo.. el atentado fue el día 14.
Greg se apresuró a comunicar a su "superior" la llegada de tan peculiar invitado a la fiesta. Era muy posible que Grinberg estuviese enterado de la mayor parte de la lista pero él no tenía ni la más remota idea; y tener dentro a alguien al que el día anterior habían intentado matar no era muy tranquilizador. Y menos cuando era posible que le conociese por las imágenes de las cámaras de seguridad.
- Esto es una mierda- se dijo mientras cabeceaba.
Grinberg te confirma que se esperaba a ese tipo en la fiesta. -De hecho- te dice -podríamos tener que calzarle un plomo en toda la cara si se pone chulo con nuestro hombre. Rivales comerciales y eso, creo.-
En el interior, la fiesta ha comenzado su suave alboroto de conversaciones, sin duda intrascendentes, cuando el coche con los chinos-o-lo-que-sean arranca y empieza a moverse. Pasa delante del edificio y, lentamente, gira en la esquina para dirigirse hacia la parte posterior, la que vigila el calvo de blanco.
De tan absorto como estaba en sus cosas, Greg casi pegó un salto cuando vio moverse el coche de la banda de los dragoncitos. Inicialmente había confiado que sólo estuviesen allí por costumbre, tal vez fuese su territorio y estuviesen de guardia, pero era preferible no arriesgarse.
- Los de la banda aquella van hacia ti- dijo a través del walk-man antes de levantarse, estirarse hasta que le crujieron los hombros y acercarse con paso lento hacia la zona que patrullaba Grimberg. Pero después de apenas unos metros pareció arrepentirse y dio la vuelta. No era asunto suyo.
-Vale, ya los veo. Parece que están haciendo una ronda. No creo que se vayan a estar quietos, espera problemas.- te dice Grinberg por el comunicador mientras vas volviendo a tu puesto.
Ay, cojones, ¿y ahora qué? El puesto de vigilancia que tan celosamente estabas guardando está ocupado. Los tipos no miran en tu dirección ni parecen haberse dado cuenta de que te han quitado el puesto; simplemente, parecen vigilar la casa desde la misma dirección que tú. Son dos. Uno es un grandullón con pinta de inspector de hacienda al que le quedase grande el traje, guarda un buen montón de músculos bajo la camisa y le da vueltas al llavero de un coche, nervioso. El otro es un tipo delgado y tranquilo que fuma sin cesar y parece estar hablando solo, en murmullos.
Greg ya empezaba a tenerlo claro. Al contrario de lo que se desprendía de las películas no todos los mafiosos vivían bien, sólo los que no daban palo al agua. Así había sido siempre con todo, así era y así seguiría siendo. -Padre, dime otra vez ¿por qué me he metido en esto? - 1000 dólares, hijo, 1000 pavos contantes y sonantes. - Ah sí, eso... Internamente no podía evitar reírse de su situación.
Después de asegurarse de que no se le notaba la pistola, y mientras se imaginaba a sí mismo en una película de los años 20 con pistolas, metralletas, elegantes gabardinas y una señorita de generosos senos, había empezado a caminar hacia el coche de los dos tipos.
- Eh... Eh... ¿Tenéis, eh..., un cigarro?- no le importó que el coche estuviese en movimiento o que a partir de entonces se descubriera ante ellos. Simplemente puso su mejor cara de yonkie.
El delgaducho, sin mirarte, asiente. Gesto al cual reacciona el grandullón sacando su propio tabaco y ofreciéndotelo. También te pasa un mechero.
-Quédatelo.- dice el delgado, aún sin mirarte, concentrado en chupar su propio cigarro y en observar la casa, mientras el grandullón te observa a ti.
- Gracias tronco- respondió Greg tomándolo con rapidez antes de que tuviese tiempo a arrepentirse. Se lo guardó en el pantalón y, sin llegar a sacarse la mano del bolsillo anduvo a traspiés hasta que unos pasos más allá se apoyó en el saliente de una seto.
Desde allí podría mantenerlos vigilados mientras fumaba e incluso podría acercarse a pedir algo más si tenía que interrumpirles o curiosear. Aunque no parecían muy espabilados tendría que tener cuidado.
Apenas un par de minutos después de colocarte en tu posición, descubres algo más. A una calle de distancia, detrás de una esquina, ves por un momento una cabeza asomarse. Parece de hecho estar vigilando a los mismos tipos a los que vigilas tú. ¿Es que esta fiesta ha concentrado a toda la morralla de la ciudad? Increíble. El caso es que la vigilante se trata de una mujer indigente (o eso aparenta) con una horrible marca roja en la mitad de la cara, como una quemadura o un eccema realmente espantoso. Sólo se asoma un segundo lo suficiente para que la veas, luego desaparece.
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+6)
Motivo: Advertir
Dificultad: 14+
Resultado: 9(+6)=15 (Exito)
Tratando de disimular lo mejor posible (lo cual nunca se le había dado bien) Greg se alejó un poco y mientras trataba de encenderse un cigarrillo empezó a hablar con su manga en voz baja:
- Hay una tía vigilando. Tiene media cara quemada. ¿Es de los nuestros?
-Mierda. ¿La cara quemada, dices? No la conozco en persona, pero la descripción coincide con alguien que mencionó Jim. Parece que tuvieron un.. encuentro. Es peligrosa. Muy peligrosa, me dijo. No la pierdas de vista, pero no te enfrentes a ella, al mnos no tú solo. Vamos a ver qué hace, pero podemos contar con que es hostil. Voy a informar a ver qué me dicen.-
¿Me estás esperando? Porque yo te estoy esperando.. XD Básicamente, quería saber si haces algo en especial mientars esperas la respuesta de Grinberg o no.
- De acuerdo- respondió Greg secamente, aunque sin hacer mucho caso a las palabras de Grimberg. La mujer no parecía peligrosa, así que no le dio más importancia y siguió fumando mientras esperaba.
No, estoy de prácticas sin tiempo libre.