Partida Rol por web

Supongo que todo este maldito asunto comenzó con el vaje a China. Mi padre volvió con esa mirada extraña, hablando de cómo los padres pintaban rayas narajas en los sobreros de los niños para darles el poder del tigre y hacerles inmunes. Dijo que quería darme rayas de tigre, la baraka y que sabía cómo hacerlo. Por eso se obsesionó tanto con el colgante Huang y nos hizo intentar de todo para conseguirlo, incluso negociar con esa mafia china.

Por supuesto, estaba también el asunto de los experimentos de la Fundación Abaldon. Yo en ese tema no me metía en absoluto, porque no me interesa, pero quizá secuestrar vagabundos para experimentar era demasiado. Y luego se nos fue la mano con Sturbridge, eso hizo que el caso importase de verdad a alguien. Nolo sé, eso se me escapaba, aunque ahora tengo que desmantelar la Fundación a toda prisa.

Creo que Jim la ha cagado, sí. Jim se suponía que debía ser quien proporcionase vagabundos, pero luego se obsesionó con buscar gente especial, que pudiera darle no sé qué esencia de algo. Está como una cabra y es muy peligroso. mi padre dijo una vez que se desharía de é si descubriese la manera de hacerlo, como si creyera que un disparo no iba a ser suficiente. Qué demonios, hablaba de él como si cien disparos no fueran suficientes. Y Jim creo que quería a mi viejo muerto, lo intuyo, pero sólo después de haberlo utilizado. ¿Para qué? Creo que sólo para eso, conseguir víctimas. Es un psicópata.

El problema definitivamente son los subalternos. Si la gente hubiera hecho lo que debía, si los chinos esos hubieran robado el colgante de las pelotas que vete a saber dónde está ahora, habríamos hechouna falsificación de puta madre y lo habríamos devuelto. El tal Williams no se habría dedicado a husmear y a buscar nada menos que al testigo aquel que se nos escapó en una de las capturas. Y si los empleados hiciesen bien su trabajo, habría volado por los aires. Pero no, claro, panda de putos chapuceros.

Oh, sí, yo hablaba de Jim. Pero es que como él se dedicaba a mirar por sus cosas, hubo que contratar a otra gente para que raptase mendigos y yo le recomendé a mi padre a mis amigos, los que me ayudaron con el asuntilo de Michelle, Michelle la bocazas. Ah y luego me ayudaron a asustar a ese idiota que decía escuchar al fantasma de Michelle. Aunque claro, luego la cagaron con la bomba para Williams.

Jim hasta cierto punto se redimió cuando apareció con e colgante Huang intacto. Al parecer lo había robado un irlandés, un tipo ratero que trabajaba de temporal en la casa de subastas. Todo había acabado bien, entonces, ¿no? No.

Al final todo se ha ido a la mierda por la ambición de papá. Ey, yo le entiendo, para ser alguien importante, además de dinero necesitas posición. Pero, ¿líder de ese grupo de chalados? ¿Qué mierda llevaba la bebida? Lo que vimos... ese tipo de la universidad transformándose en un demonio y matando gente... no me extraña que la alucinación hiciese a la gente correr como locos y matarse unos a otros, sin duda por eso hubo tantos muertos en aquella fiesta. Gracias a dios, salí con vida. Pero mi viejo, a mi viejo se lo llevaron aquellos tipos, Jim dijo que se encargaría, que no me preocupase, que rescataría a papá. ¿Y qué noticias me trae? Que papá ha palmado, así de claro me lo dice, que no ha podido hacer nada al respecto y que tampoco tiene el colgante, que se lo han quedado los mismos locos que raptaron a papá. Murmura no sé qué de una vieja enemiga y se larga. Me dice que renuncia, que se buscará la vida por otro lado. Valiente imbécil. Para empezar, él se encargaba de vigilar la fiesta, ¿no?

En fin, ¿qué hago ahora con todo esto, con esta empresa que apenas sé manejar, con todos esos laboratorios secretos que están saliendo de debajo de las piedras y con ese aparato, ese extrañísimo aparato que hay en los bajos del rascacielos y que según papá era una puerta a no sé dónde? Todo esto es una locura...

La voz no llega de ninguna parte. Debo estar dormido... Sí, estoy dormido, pero mi mente ha surcado el espacio, el tiempo, y se ha dado de bruces con la verdad. Las verdades. Ah, bien, es hora de comprender, aunque luego no recuerde nada. O quizá sí... ¿qué más da...?

Vaya, Holden. Así que tú, niñato consentido eres la clave del asunto, juguete en manos del lobo de tu padre, inútil herramienta de filo romo. Y yo, casi que estuve a punto, ¿eh? A punto de morir, a punto de entender, a punto de dar con ello. Y a punto de nada. Maldita sea. ¡Jajaja! ¡La mafia china! ¿A quién se le ocurre? Por un artilugio mágico... y despertó... ¿quién coño era, o es, ese profesor? ¿un demonio...? ¿Una Puerta...? Una máquina, a otra dimensión... Bueno, tiene sentido. Pero todo se mezcló, ¿eh? Vaya. Hacía más de un siglo que no sabía de algo así. Quizá no tanto, mi vida se ensortija como una jodida serpiente, y no, no me hago viejo...

Casi matasteis a Ruth, pobre chiquilla. No, no me habrías matado, no así. Pero esas revelaciones... me gustaría hablar con tu padre, Holden. Que él me dijera qué hay de esa puerta, cómo pudo construirla. Qué hay de esa Fundación, de esos expreimentos. ¿De verdad le dísteis a Jim tanto poder...? Bueno, no lo necesitaba, eso está claro, a ver quién fue manipulado por quién... pero sí, sí. ¿Qué puedes decirme, ahora que estás muerto, Michael., cuál es tu versión..?

Ser el rey en el tablero de ajedrez es emocionante. Todos los peones están ahí para conquistar y matar en tu nombre. Los alfiles te protegen. Los caballos se internan en el territorio enemigo para matar por tí, las torres trituran al enemigo. Y supongo que Jim podría ser considerado como una reina: letal, imparable, capaz de todo. Sí, es una vida emocionante. Levanté un imperio comercial, jugué con tecnología que otros sólo sueñan, abrí una puerta al mismísimo Más Allá y cacé dragones. Aspiré al trono de la ciencia y al de la mística al mismo tiempo. Pero el dinero no era mío, el conocimeinto era prestado y la magia no nacía de mí sino de préstamos de la tecnología de Tinglado. Ellos son los verdaderos jugadores del tablero, al menos de mi lado del tablero. Yo sólo ví las fichs del enemigo, pero nunca el rostro del jugador.

Mis objetivos eran sencillos: debía acumular poder económico y ultraterreno, debía fagocitar a los demasiado poderosos y eliminar a las piezas pequeñas. Y mientras todo esto pasaba, tenía que proteger a mi hijo, ese descarriado rodeado de malas influencias y encoñado de la rubita que casi lo hecha perder todo haciendo preguntas incómodas. ¿Cómo no iba a intentar darle una protección mucho más que natural? El Tinglado te da acceso a información y contactos importantes, como esa secta china que me habló del colgante Huang y que después falló para recuperarlo.

Todo se vino abajo en esa fiesta, claro. Cuando mi rival demostró ser algo más duro de lo que pensábamos y aquellos locos me secuestraron, me torturaron y luego cuando apareció Jim prefirieron matarme antes de entregarme. Así que aquí estoy, muerto, sin colgante, sin noticias de mi hijo, esperando sentado en la Antesala, sin decidirme acerca de qué camino seguir. Para colmo de males, algunos viejos conocidos están aquí, incordiándome. Jess riéndose de mí, Sturbridge torturándome con sus gritos, Mordecai demostrando que Jim tenía razón sobre lo loco que estaba. A veces tengo ganas de mandarlo todo a la mierda y pasar al otro lado de la luz, pero, joder, da tanto miedo. Dicen que nadie ha vuelto...

Una hoja del relato. Pero me faltan otras, hay demasiadas lagunas. Tu oponente. Sí, claro. ¿Y qué tiene que decir él...? ¿Dónde estás, profesor...?, y, aún más intrigante, ¿qué demonios eres...?

Ah, el doctor Terrence Wilson. ¿Quién soy? Para el mundo normal, un profesor de historia respetable de una universidad respetable, de suave acento británico y vida tranquila que pasa su tiempo en una bonita casa de campo a las afueras de la universidad. Nadie le conectaría a él o a esa casa con la docena de suicidos y desapariciones sucedidas en la universidad.

Pero oh, sí, la realidad está lejos de ser lo que aparenta, pues el seeñor Wilson ha tenido muchas otras personalidades, todas infames, antes de esta. Durante siglos ha trabajado en Alemania como cazador de brujas, torturador y hasta oficial nazi, todas profesiones terribles, pero necesarias para que evolucione la sociedad. La caída del régimen hitleriano le llevó a huir a América y empezar a trabajar desde ese momento con ayuda, formando una secta, el Culto del Dolor. Secta que necesita ser ampliada con recursos económicos de los que él no dispon, por lo que ha decidido usar la eficacia de su poder mágico para desmantelar la secta de Sturbridge y acoger en el seno de la prpia a esas almas descarriadas llenas de dólares.

Así es Terrence Wilson. Así soy yo.

Querido, queridas, si no hay maś dudas, servidor cerraría esta partida, pondría unos merecidos positivos y a otra cosa mariposa.

Como quieras, para mi a sido un placer jugar con todos vosotros.

Me he despistado al no haber novedades por ahora.

:(

Por mi parte, o por la de Polidori, me siento satisfecha con el panorama descrito. Naturalmente tengo (tenemos) más preguntas, pero, ¿quién no? y además, ¿cuándo dejaríamos de tenerlas? En el fondo prefiero que queden cabos sin atar, es más lógico, más real. Como la vida misma, solo que una vida extraña. Polidori ha vivido tanto, que este capítulo es para él distinto de lo que es para mi, en cuanto a perspectiva. A que no lo llegue a abarcar por completo, a que no lo haya podido descifrar hasta el más mínimo rincón. Es un trozo pequeño de su camino, de su rio vital. Y se metió en ese meandro por Ruth, que, siendo pragmáticos, es sólo una parte de su trama personal. Hay más, y más imperecederas, como Sieglind, o los fantasmas y la partida de póquer a la que quizá acuda de nuevo, ni que sea de mirón. Y ayudará a algunos, y herirá a otros, según su propio código.

Ahora mismo, le veo tranquilo, saboreando la experiencia.

Imagino a Polidori pensativo, cómodamente sentado en un sillón de lujosa piel en el club de los Inmortales, fumándose su pipa de opio, con una copa de coñac francés, añejo, en la mano. Meditando lo ocurrido, las respuestas, los motivos. Sus motivos, también. Sonreirá, socarrón, irónico.

Finalmente se levantará cuando entre Sieglind. Ella, su figura perfecta de diosa germánica recortada en la luz que ha dejado entrar la puerta al abrirse. Polidori sentirá una punzada de deseo, algo imprecisa. Carnal, claro, pero también espiritual, intelectual. Siempre ávido, ese es su lema.

Y, desde luego, satisfará su deseo, si la diosa consiente.

En fin, eso es todo.

Un abrazo a los tres, querida, queridos. Un placer.

En efecto, nos está pasando a todos. Gran fina, Dama, muchas gracias. Cierro la partida.