A pesar de que tus habitaciones estaban en un principio bajo tierra y te llegaba la luz natural gracias a una ingeniosa combinación de láminas de cuarzo y espejos... como me ha gustado tu descripción a partir de ahora tus habitaciones están por encima del nivel del suelo. :P
Llamo a la puerta y espero a que me permitan pasar. Una vez recibo el permiso, entro.
-Señorita Clums -saludo-. Buenos días, espero que esté todo de su gusto y que la cama haya sido todo lo confortable que pudiera desear.
Carraspeo levemente, colocándome bien el paño blanco sobre el antebrazo izquierdo.
-Tengo órdenes del señor para llevarla hasta las caballerizas. Allí, según tengo entendido, le está esperando su acompañante hasta... el lugar al que se dirige -no me gusta mencionar esos sitios-. ¿Necesitará algo más aparte de lo que ya lleva en su equipaje?
Ya llevaba lista un buen rato, a fin de cuentas, era de ese tipo de personas a las que les gustaba aprobechar el día lo máximo posible y cuando una estaba acostumbrada a la naturaleza, siempre era de agradecer el poder gozar de ella desde bien temprano.
Me costaba tener paciencia estando encerrada, pero era lo que debía hacer y en aquella ocasión, mi obligación pudo más que mis deseos.
- Buenos días. - Sonreía sabiendo de que por fin podría hacer algo, al menos, eso presentí en cuanto sentí cómo llamaban a la puerta. - Ummm creo que traigo todas las hierbas que necesito para cualquier viaje y si veo que necesito alguna siempre la puedo buscar. No utilizo ningún arma que no sea mi bastón - señalé a una pared para mostrarlo. - Creo que no es necesario nada que no sea algo de comida para el camino... con algo de pan y fruta me bastará.
Sabía cómo hacer que un conejo acabara en mi estómago sin necesidad de correr detrás de él. La empatía con los animales era lo suficiente poderosa para ello.
Lo siento, pero ese suele ser mi problema con las partidas que van un poco lentas y es que se me olvidan algunos detalles, pero trataré de releer antes de responder. xDD
-Me he tomado la libertad, señorita -digo, con aplomo-, de prepararle un pequeño refrigerio para el camino: fruta fresca, una hogaza de pan recién hecho y dos odres de agua. También le he empaquetado unos sobres del té favorito del señor. Podrá prepararse la infusión de las 5 de la tarde sin problemas en el pote que lleva en su equipaje.
Inclino la cabeza educadamente y me retiro.
Le he metido prisa al jugador.
Esta noche (a lo sumo mañana) estará lista la siguiente escena. :P