liv sonríe, escoge un caramelo y se lo mete en la boca, golosamente como una niña pequeña. escucha las palabras del dragon y se estira, altuva.
- eh eh, un momento. yo no soy inocente, a ver ue dice usted. tengo 19 años, no soy una niña.
se queda pensativa.
- ¿?y sarcástico por que? le parece mal caerme bien?
Sacude la cabeza.
-No, no, señorita. No me refiero a eso... aunque es curioso que me diga que con 19 años no es usted una niña -sonríe aviesamene, ahora sí-. ¿No se supone que los enanos no alcanza la mayoría de edad hasta pasada la treintena o incluso más? ¿O es que ya empieza a considerar que usted no es un enano sino, como muestran todas las evidencias, una humana?
Ríe, tomando su copa y celebrando la finta con leve sorbo de coñac.
- oh, maldita sea, patrón !!! -liv se ríe-. tiene usted suerte de que no tenga un cojín a mano, poque se ha ganado un almohadazo en toda la cara! sabe perfectamen te que mi fisiologia es huymana. a los trinta ya habre qumado la mitad de mi vida... hay lujos que no puedo permitirme, copmo esperar tes decadas para dejar de ser inocente.
- oh, maldita sea, patrón !!! -liv se ríe-. tiene usted suerte de que no tenga un cojín a mano, poque se ha ganado un almohadazo en toda la cara! sabe perfectamen te que mi fisiologia es huymana. a los trinta ya habre qumado la mitad de mi vida... hay lujos que no puedo permitirme, copmo esperar tes decadas para dejar de ser inocente.
-Tranquila, señorita. Como bien dijo usted antes... ser un enano es una cuestión mental... o algo así, ¿no? -ríe levemente-. Es adecuado que deje usted de ser inocente a su edad. Así que aprenda una lección -se pone serio-: el lenguaje está para que la gente NO diga a otra gente lo que quiere decirle en realidad. Y eso es común a todas las especies, tanto terrestres como alienígenas.
- tuercas, es usted más retorcido que una broca... por eso no me interesa para nada los circulos de sociedad en los que se mueven las damas. el metal es franco, y aunque los anillos de diamantes sean preciosos yo no estoy hecha para ese teatro de dobles sentidos.
-Como usted diga, señorita -dice el dragón, encogiéndose elocuentemente de hombros-. Si de verdad cree que que lugar para lo simple en la naturaleza, no ya sólo en la sociedad, espero que cuando descubra que no es así no esté demasiado alta... por el golpe, me refiero.
Liv le devuelve el encogimiento de hombros.
Qué presuntuoso. Siempre cree saberlo todo.
- Como diga, patrón - responde, conciliadora-. Papá me ha enviado a ver mundo para aprender, así que supongo que eso será lo que haga.
Asiente.
-Buen consejo. Si lo desea, tengo una biblioteca bastante apañada -sonríe brevemente-. Sería un placer que hiciera uso de ella.
- Mmm... que tampoco me ha mandado aquí a aprenderlo todo... -liv extiende las manos ante ella, en un gesto de calma.
Podemos dar por finalizada esta escena, queridos Liv y DG, pues los otros jugadores por fin han terminado sus respectivas.
Dejaré esta escena abierta un par de días (por si acaso), pero luego la cerraré.
¡Nos vemos en la Escena III!