- El Padrino -
Tienes el contacto de un abogado de primera. Te consta que ese tío sería capaz de sacar de la cárcel a cualquiera, pero aunque te debe una, no le caes especialmente bien.
Podrías reclamar la deuda que tiene contigo para que saque a un compañero de La Prisión, pero estás bastante convencido de que si no vas personalmente a "convencerle" no conseguirías que mueva ni un dedo, de modo que no puedes llamarle para que te saque a ti mismo en caso de que te encarcelen.
Si es que ya lo decía "La Mamma": Nunca te fíes de un abogado.
¿Que haces tú aquí? Ya te he dicho miles de veces que no me gusta que vengas a mi oficina durante el día. No quiero que me relacionen con calaña como tú.
Mick Haller, el mejor abogado defensor de Chicago. Y también un auténtico capullo.
Habías acudido a su oficina a preparar el terreno para cobrarte el favor que te debe.
Sabías que se avecinaban tiempos interesantes y eso significaría que con toda seguridad ibas a necesitar a este capullo.
No te gustaba perder esta baza, la deuda de un abogado importante es algo poderoso, pero se avecinaba el momento.
Todo empezó cuando te representó en un juicio y te libró del trullo. Era una acusación de homicidio en un asunto sucio de tu primera etapa en la Familia.
Ibais a vaciar el ático de un político y tú te encargabas de abrir el acceso al piso. Pero algo salio mal. El piso debía estar vacío y, en su lugar, estaba el político muerto en su cama. Asesinado. Te asustaste y huiste del lugar pero al ponerte nervioso dejaste tus huellas. La policía las encontró y te volviste el principal sospechoso.
La cosa pintaba mal, pero Haller encontró al verdadero asesino, sembró la duda razonable en el jurado y consiguió librarte de cargos acusando, de paso, al verdadero culpable.
Entonces el verdadero asesino se la juró a Haller y quiso vengarse de él persiguiendo a su mujer e hijos. Tú y unos compañeros de la Familia le esperasteis en la puerta de la casa de Haller y librasteis a su familia de una buena... Desde entonces Haller está en deuda, pero no por eso empezaste a caerle bien.
Poco entiende del honor de la familia. En fin, parece que se acerca el momento de requerir su ayuda.
Tendrás que estar atento a los movimientos en prisión para liberar a algún compañero antes de que los trasladen a máxima seguridad (como ya hicieron con los jefes de las familias).
¿Y bien? No esperes que te invite a un whiskey... ve al grano ¿qué haces aquí? ¿que quieres de mi?
-Vamos, Mick ya sabes para que estoy aquí, pero por el momento vamos a enfriar las cosas, saca un par de vasos.
Entiendo que puedo sacar de la carcel a uno. ¿Solo una vez en la partida verdad? Y puede ser a uno de cualquier dia o solo al que acusan al momento.
El abogado resopla.
...Toma un vaso, pero por pura cortesía Vicenzy. Ve al grano ¿quieres?
Te dice mientras te ofrece un vaso
Una vez por partida a un encerrado cualquier día.
Cerradura cogió el vaso y lo miro desde abajo antes de beber su contenido de un trago.
-Escúchame Mick. Supongo que a estas alturas estas al tanto de lo que sucede en la familia. -Volvió a mirar el vaso vació. -Son malos días y no tengo claro que vaya a estar libre el tiempo suficiente para cobrarte la deuda como es debido. Así que... creo que es tu día de suerte. Si eres amable y servicial, este acuerdo que tenemos entre los dos terminara antes de lo previsto. ¿Capisci?
- Tú dirás... - Deja la frase a medias y abre parcialmente los brazos con las palmas hacia arriba, a la espera de que Cerradura le indique lo que desea.
-Saca de la trena a Berto Montesco. -Tan directo como siempre. -Es un buen hombre y lo han encarcelado antes de tiempo, es leal a la familia y lo necesitamos.
Se levanto de su asiento y se acerco a Mick, inclinándose ligeramente, para tocarle el hombro. -Has esto por nosotros y habrás saldado tu deuda y cuanto antes mejor.
Muy bien, Bonny. Ya no te debo nada.
Dijo Mick sirviéndose un vaso de licor con tres piedras de hielo.
Ahora sal de mi oficina y no vuelvas por aquí. Nuestra deuda ha sido saldada.
Berto está en libertad y tú has perdido tu baza del abogado.
Confiemos en que haya merecido la pena
-Bien hecho Mick. -LE hablo como quien hablara con un perro. -Estamos en paz. -Confirmo mientras caminaba a su lado y recogía el vaso que el propio abogado se había servido, bebiendoselo de un trago.
-Pero recuerda que si tienes algún otro problema en el futuro, la familia siempre estará allí para ti, trabajas bien, nos gustas y seria una pena no poder volver a hacer negocios. -Afirmo mientras se marchaba de su despacho.