Partida Rol por web

El mago interrumpió al alguacil.

- No hay nada que temer, al menos por ahora. Aquellas ilusiones eran reales, pero a la misma vez inofensivas. El Señor Oscuro aprovechaba su poder para amedrentar los corazones de estos buenos aventureros, pero el peligro real eran los orcos y sus superiores, como Ukzukk. Las Tres Damas eran proyecciones creadas por el miedo de las profundidades de Mordor. Pero aún así, no podemos subestimar aquellas apariciones y mensajes - el mago se dio unos segundos -. Me temo que mientras más cerca de Mordor estemos, más real será el peligro, pues más nos acercaremos al origen... Por tanto, Minas Tirith tiene el verdadero peligro, y hacia allí nos dirigimos...

Theod dibujó miedo en su rostro. Aendor, preocupación.

El alguacil se levantó del sillón.

- Mañana por la mañana partiréis con la luz del alba. Theod, encárgate de proporcionarles comida y alguna montura si es posible. Es urgente que lleguen cuanto antes para hablar con el Senescal - Aendor alternó la vista en cada uno de los aventureros -. Hacía mucho tiempo que el Señor Oscuro tendía su mano para mandarnos patrullas de orcos y mucho menos para hacernos sufrir con invocaciones y hechizos. Minantir siempre ha sido una ciudad estable y los problemas se han resuelto sin más dilaciones, pero en este caso, la gravedad ha superado los límites; y ha superado mi poder como alguacil. No quise ver qué se cernía sobre estas tierras pensando que podrían ser simples amenazas como las que hemos radicalizado con el tiempo, pero me equivocaba - Aendor miró unos segundos al suelo, pero rápidamente levantó la vista -. El pueblo de Minantir y yo estaremos agradecidos con vuestra causa, eternamente. Gracias.

Una sensación de paz se hizo con los aventureros. Aendor había entrado en razón, había escuchado cada palabra que tenían que decir y ahora aceptado que el peligro no eran ilusiones. Reconoció el mérito de los aventureros y los peligros por los que habían pasado, teniendo éxito y sobreviviendo con vida. 

Poco a poco, entre comentarios entre ellos, fueron volviendo hacia la Cruz Blanca, donde pasarían su última noche, por mucho tiempo; pues el camino hacia Minas Tirith era de varios días y no sabrían cuanto tiempo tendrían que hospedarse allí; o si simplemente, volverían algún día. Pero ahora, eran premoniciones tempranas que nadie sabía.

Las camas eran suaves, las mentes estaban en paz y las heridas se recuperaban. Todo estaba preparado para que los aventureros partieran con todas las bienaventuranzas del pueblo de Minantir.

La luna brillaba en el cielo, asomándose tímida entre las nubes que se movían mecidas por el viento del invierno. Y así, se fueron a descansar.

...

A la mañana siguiente, con las primeras luces y el frío. Los aventureros se encontraban en la puerta de la Cruz Blanca. Haldan y Theod estaban con ellos. El primero repartiendo víveres para el camino; el segundo tenía dos monturas: Flecha y Carmesí.

- Son buenas, las dos; y casi siempre juntas, criadas a la par. No os darán ningún problema - decía el explorador mientras daba unas palmaditas amistosas en los lomos de los animales, que respondían con un relincho simpático -. Mucha suerte, el pueblo de Minantir estará siempre agradecidos, de corazón.

Y después de las despedidas, los aventureros tomaron las monturas y comenzaron a salir del pueblo dirección la capital de Gondor.

TURNO 5 - VÀNIMA

Vànima, sorprendida por la humildad del alguacil, se quedó estupefacta, dándose más cuenta de que no era un mal hombre, si no que podría tener demasiado orgullo, como ella misma. Dulcificó su postura corporal, y realizó unos gestos de cabeza, aceptando las palabras, y pidiendo disculpas con la mirada. Al final, saliendo de la sala, se inclinó y despidió con más paz de la que había entrado. 

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Vànima descansó completamente aquella noche, de cuerpo y mente. La sensación de tranquilidad en Minantir era palpable para la percepción de la elfa, y descansó hasta más tarde de lo que solía hacer. Luego, sencillamente, se levantó, y tomando su equipaje y armas, se dirigió hacia donde el explorador Theod les esperaba. 

- Gracias, amigo, pues así os considero. Al final hemos conseguido liberar de oscuridad esta zona, pero recordad que puede haber núcleos aislados, aunque sin cabeza, podréis con ellos. Vigilad, y nosotros ayudaremos lo que podamos. El Enemigo no se impondrá a los Pueblos Libres, mientras gente como vos y vuestro señor Aendor estéis vigilantes. Que Elbereth os ilumine en vuestro camino. - Dijo, a modo de despedida, dispuesta a caminar a la capital de Gondor. 

TURNO 5 - Brecca

La partida de Minatir, ésta vez un tanto más dulce que la primera dado lo conseguido, le resultó más difícil al Montaraz, ahora que conocía mejor a las buenas gentes. Sin embargo recordarse que parían para cumplir con el deber de defenderlos, a ellos y a todos los que habitaban en las cercanías, daba ligereza a sus pies y ponía una sonrisa en sus labios. La noche anterior había escrito una carta a Jofred, el lider en Ethur, donde le contaba sus aventuras y le pedía que se mantuvieran vigilantes, que las cosas se habían calmado pero el peligro segía presente, y le explicaba que iban a buscar ayuda al regente de Gondor.

Tenían un largo viaje por delante, largas jornadas de caminata en terreno difícil que, afortunadamente, poseía calzadas en su mayor parte y discurría cerca de ríos y arroyos de montaña. Las dos yeguas que les habían cedido ayudarían a acelerar la marcha cuando aquellos de pies más ligeros no los montaran, y también les permitirían extender la exploración previa al acampado.

- Gracias Theod, si vais en dirección a Ethur haced el favor de entregarle esta carta a Jofred, decidle que me hubiera gustado visitarlo pero que el deber me llama en dirección opuesta. - entregó al explorador la carta y lo saludó estrechando sus brazos - Eres un buen hombre, y le das luz a nuestra raza, gracias por ser nuestro amigo a pesar de las dificultades.

- Parece que os tocará montar Maese Dromri - le dijo al enano palmeando su espalda, con una sonrisa - Ya veremos cómo repartimos durante el viaje, pero como lo veo uno de nosotros tendrá que caminar, y eso si las monturas acceden a llevar dos por vez. 

Turno 5 - Ódvarr

Los cambios eran buenos. Y habíamos logrado hacer entrar en razón a muchas personas, eso lo agradecí de corazón. Me despedí de todos, ya no como conocidos, si no como amigos. Nos habían dado un techo, una comida, un descanso, y sobre todo, el compañerismo que necesitábamos en las oscuras noches que se avecinaban. Ahora teníamos un objetivo claro, la capital. Esperaba que el camino fuera seguro, pero, todos los hechos por los que había pasado me habían preparado para otro tipo de cosas. Tenía mucho cuidado y llevaba siempre mi arma conmigo, incluso a dormir. Quería estar preparado para cualquier cosa, y que nada en el camino me sorprendiera.

TURNO 6

Theod escuchó atentamente las palabras de los aventureros con un gesto de amabilidad y agradecimiento.

- Agradecidos estamos nosotros, dama Vànima. Ha sido una suerte poder contra con vuestra ayuda, sin duda, estaremos en deuda eternamente.

Cogió la carta de Brecca y la levantó levemente. 

- Cuenta con ello, montaraz, Jofred se alegrará al tener buenas nuevas tuyas. Gracias a ti, dejaron los ladrones atrás y evitaron una guerra con los orcos. Te abrirán todas las puertas si deseas volver alguna vez - dijo el explorador aceptando el apretón de despedida de Brecca-. Haremos todo lo posible por alejar a las fuerzas del Enemigo, podéis partir tranquilos.

La mañana se presentó fría como una mañana de invierno más. El viento soplaba entre las extensiones de pasto y hierba, tambaleando hojas y árboles. Pero a pesar de que el clima era frío, el corazón de los aventureros se mostraba cálido por un nuevo paso más en una misión que no habían elegido y en la que se habían involucrado por ellos mismos.

Brecca compartía montura con Dromri. El montaraz y el enano iban sobre Flecha. En cambio, Ódvarr cabalgaba con Elanor tras ella sobre Carmesí. Vánima prefirió ir a pie la primera parte del camino. Pero no pasó mucho tiempo desde que partieron de Minantir para que volvieran a estar pares. Flecha y Carmesí relincharon amablemente, pues el olor de un pequeño perro les llamó la atención. A primera vista los aventureros no pudieron verlo, pero poco después se mostró encima de una roca y posó elegante.

TURNO 6 - Brecca

La marcha resultaba amena y ciertamente Vánima estaba demostrando que los elfos tenían bien ganada su reputación de pies ligeros. Iban a buen ritmo y no daba señales de cansarse ni de disminuir la marcha, y lo cierto era que el clima pedía al cuerpo una marcha vigorosa para combatir el frío. Aún así la mañana se presentaba bella, como sólo el invierno puede hacerlo en las montañas y los ríos.

Cuando los caballos redujeron la marcha, Brecca buscó con la vista entre los arbustos cercanos, pensando que habían olido una serpiente tardía, pero lo cierto era que los animales no estaban nerviosos. Por el contrario parecían complacidos, y entonces vió al perro erguido sobre unas piedras. - Vaya, parece que tenemos un visitante, - dijo a sus compañeros mientras desmontaba - ¿Tienes hambre pequeño? - dijo rebuscando en sus bolsillos y sacando los restos de un bocadillo que había estado mordisqueando de tanto en tanto. - ¿Quieres un poco de jamón? - sacó un poco de lo que quedaba de entre los panes y se lo mostró antes de tirarlo al piso un tanto alejado de sus pies, dudaba que se acercara a comer de sus manos.

TURNO 6 - VÀNIMA

El paseo por las hermosas tierras de los hombres y el feliz final del encuentro con el alguacil habían calmado y dejado a la elfa en un estado de apacibilidad. Estaba agradable con todos, y disfrutando de los caminos que recorría a pie, con la ligereza de los pasos de los primeros nacidos. Dejó que sus compañeros disfrutaran de las monturas, mientras ella tenía la libertad de dar unos pasos fuera del camino de cuando en vez, y respirar con paz cerca de algunas agrupaciones de árboles, siempre a paso ligero, encantada con el fresco que llevaba olores de montañas, campos y de los cielos.

Iba con la tranquilidad de que no estaban en ningún tipo de peligro. De hecho encontrarse con aquel can fue para ella una sorpresa, bastante agradable, puesto que mostraba una natural elegancia y unas formas pausadas. La elfa dejó hacer a Brecca, pero inmediatamente tras su intento lo miró con amabilidad, y con las buenas formas de los elfos para con todas las bestias del campo, y le sonrió, diciéndole en todos sus gestos que era bienvenido entre ellos. No le hacían falta palabras, o eso esperaba. 

Turno 6 - Ódvarr

El aventurero aprovechaba el apacible camino para ir medio dormido, puesto que el caballo, bastante inteligente, hacía su trabajo muy bien. Cada cierto tiempo se despertaba cuando se iba desviando del camino, pero el hecho de que una mujer tan hermosa como Vánima estuviera cerca ciertamente lo despertaba y lo hacía volver a concentrarse en el camino. Cuando paso el tiepo y vieron al perro, la verdad es que Ódvarr no le dió tanta importancia, ya que los animales que más le gustaban era los gatos, sobre todo cuando bufaban, por lo que se quedó tranquilo, mirando lo que el resto de sus compañeros hacía.

TURNO 7

El camino se iba haciendo bajo los pies de los aventureros. Explorando nuevas tierras, se abrían ante ellos vastas extensiones de verde y blanco, de piedra y montaña, de nieve y de barro. El viento soplaba frío y las nubes se movían rápida en el cielo azul que poco a poco fue tornándose gris, anunciando lluvias y aguas.

Aquel nuevo amigo se acercó primero al montaraz, moviendo la cola con energía. El manjar en forma de jamón era algo que le había llamado la atención. Lo cogió con cuidado bajo las caricias de Brecca, pero al parecer, llenar el buche no fue suficiente para que el perro se quedara bajo las órdenes del humano. El animal miró a Vánima, la cual caminaba a pie, y siguió su ritmo, mientras la miraba con ojos brillantes y una lengua fuera que le hacía una mueca de sonrisa.

- Vaya - comentó Elessäl con una sonrisa -, parece que no se deja impresionar tan fácilmente, maese Brecca - rió el medioelfo - ¿Qué nombre la va a poner, dama Vánima?

La mañana seguía avanzando. Los aventureros caminaban prestos y reconfortados por el descanso en la posada de Minantir. También, con una nueva moral renovada a pesar de las nuevas. Pocos fueron las paradas antes de llegar a mitad del día, solo para dar un descanso a Flecha y Carmesí y para que bebieran agua.

La luz fue decayendo con el paso de las nubes, pues se posaron delante del sol con el paso del tiempo. Unas pequeñas gotas cayeron sobre los aventureros. Los caballos relincharon. 

De repente, un clamor lejano llamó la atención de los aventureros. Elessäl levantó la palma levemente para indicar silencio. Miró al suelo intentando concentrarse en la lejanía.

- Espadas y escudos, no muy lejos, vamos.

El mago aceleró el paso bajo los pies de una montaña, encontrando un desfiladero que ascendía paralela a la misma y que les permitiría observar desde arriba. Por suerte, era lo suficientemente ancho para que los caballos también pudieran caminar sin problema. No más de unos minutos les llevó subir hasta una meseta que se abría ancha. Desde allí, pudieron observar: caballos y estandartes verdes, cabellos rubios; y orcos y huargos.

TURNO 7 - Brecca

Brecca sonrió ante el comentario de Elessäl - Se vé que no sólo es inteligente, sino que además tiene buen gusto, no lo culpo - dijo guiñándole un ojo a la elfa y volviendo a montar delante del enano. 

Ciertamente el viaje estaba resultando más que agradable, si no fuera por la ominosa misión que los llevaba a hacerlo hasta podría olvidar que las nubes oscuras en el este cargaban algo más que lluvia. Pero más tarde el clima primero, y el fragor de una batalla le hizo recordar al Montaráz que no era un simple paseo el que habían emprendido.

Tras subir la pendiente y llegar a la meseta Brecca pudo observar a la distancia un combate, Rohirrim, jientes de Rohan... ¿Que hacían en Gondor? ¿o habían ellos cruzado a Rohan inadvertidamente, yendo más hacia el norte que al éste?

Como fuera eran orcos a quienes enfrentaban, y Brecca no permanecería ocioso mientras los hombres lucharan contra el oscuro. Sacó su arco y tomó una de las flechas negras del carcaj, poniendola en la cuerda y calculando la distancia al enemigo más cercano.

TURNO 7 - VÀNIMA

La elfa se sonrió cuando el can comió, pero cuando se acercó a ella, le hizo un pequeño gesto, de acogida, con la mano. Sencillo, cariñoso. Una sonrisa. El perro se sentía a gusto con ella, así que ella sencillamente, se dejó estar acompañada. El perro tenía aires élficos, así que se puso a pensar, y con rapidez, se le despertó un recuerdo de canciones y cuentos de la Primera Edad, y le dijo, ante el comentario de Elessäl: 

- Si quieres, te llamaré Huan, como el perro de caza de Oromë. Tienes una hermosura más allá de lo externo. - Luego, miró a Brecca, halagada con el piropo. Su vida solitaria no le había dado mucho pie a recibir elogios por su aspecto, y sus hábitos guerreros le habían dado muchas felicitaciones por sus habilidades. Así que sencillamente, no contestó, pero aceptó el comentario de buena manera. Se dio cuenta de que estar en aquel grupo era bueno para ella, estaban derrumbándose muchos de los muros que se había construído en su orgullo noldor. Continuó caminando, delante, con presteza, para que no se viera esa pequeña, aunque no por ello mala, brecha en su coraza. 

Cuando el mago indicó lo que oía, se dio cuenta ella misma de que algo pasaba, y acompasó el paso a hacerlo con discrección, para no ser detectada. Estaba lejos la refriega, pero nunca había que descuidarse por si había rastreadores. Miró a los contendientes. - Hombres, y orcos. Nuestros hermanos segundos nacidos están combatiendo contra siervos del Señor Oscuro. Quizás sean jinetes de Rohan, aunque miraré con atención. Deberíamos ayudar, si es posible, quizás hacer pinza por el lado contrario a los jinetes. - Expresó la guerrera, con el arco en la mano y la mirada atenta. Hizo un gesto al perro de que tuviera paciencia, que ella daría indicaciones. 

TURNO 7 -ELANOR

Ausente estoy, de alguna manera buscando esa paz mental necesaria para lo que se viene y entre viaje y viaje, siento un peso inmenso por todo lo transitado que de alguna manera debo liberar. Fueron días y noches sin descanso, nervios, angustia y la poca certeza de poder con esto en verdad. Pero con el correr del tiempo, el mismo Ilúvatar nos dio esa ventaja, entonces sí que estamos marcando una diferencia, una que nos permite cumplir con el cometido y eso le da tranquilidad a mi interior. 

No obstante con amigo nuevo y tras un trecho a caballo, llegamos a un punto donde observo los alrededores, buscando posiblemente en el detalle mismo del escenario natural lo idóneo para avanzar. Cada tanto, intercambio miradas con el alto elfo, consciente de que le debía una charla. 

TURNO 8

Los aventureros observaban el encuentro violento a lo lejos. Los caballos levantaban el barro y el rechinar del metal de espadas, mazas, escudos y armaduras rompían la calma del paisaje que se abría ante ellos. No habría más de quince o veinte combatientes de cada bando, pero a pesar de ello, el alboroto era más que evidente.

Pero otro peligro acechaba más cerca que los orcos y huargos que combatían con los jinetes. Vànima giró la vista hacia los riscos donde se encontraban justo cuando en ese momento unos hombres con túnicas negras se abalanzaron sobre ellos, especialmente sobre el montaraz, ajeno a cualquier peligro.

- ¡Creías que esto iba a quedar así, perro montaraz! - aquella voz le sonó familiar a Brecca - ¡Vas a pagar por lo que hiciste!

- ¡Cuidado, cuidado! - gritaron las elfas, las únicas que se dieron cuenta de la emboscada.

De repente, cinco ladrones se encontraban sobre ellos, armas en mano. Ódvarr, Dromri y Elessäl repelieron los primeros ataques, dejando el combate abierto y dispuesto a iniciarse.

- Hiciste que cogieran a mi hermano, ¡y vengo para vengarme! - dijo el que parecía el líder de ellos. Brecca notó cierto parecido con el ladrón que sacó de las cuevas en Ethur.

Te dejo la tabla de acciones para Huan ;) La tirada + PRE, más/menos la acción que quieres realizar tiene que dar 100. Si es así, tienes éxito en la orden.

Si quieres que te traiga algo, tienes que hacer: tirada + 20 PRE -20 acción = mayor 100 para éxito.

TURNO 8 - Brecca

Asalto 1

El montaraz giró la cabeza ante la voz que lo reclamaba, y dejó caer el arco sabiendo que no llegaría a tensarlo para recibir a sus atacantes. Meneó la cabeza al recordar al bandido que había atrapado en la caverna, y no pudo evitar pensar en el retraso que implicaría llevar a los cuatro prisioneros a una población cercana. - Estaba sólo cuando atrapé a tu hermano y maté a su compañero, ¿Cual crees que será tu destino cuando me acompañan cuatro héores? - respondió Brecca, tras haber desenvainado la espada de su padre - Tu hermano tuvo suerte, terminó en Ethur y su pena será hacer trabajo coomunitario, tu serás juzgado por el Senescal de Gondor, si sobrevives, y dudo que tu pena sea tan leve. - lanzó un tajo al hombre que lo increpaba desde la grupa del caballo.

Asalto 1

Ódvarr estaba listo para luchar contra sus enemigos, no sabía quienes eran los que interrumpían su paso, pero ellos estaban impidiendo la defensa y la lucha en contra de aquellos orcos, ante eso, Ódvarr no dudó ni un minuto, y se lanzó contra uno de los enemigos que se veía más despistado. Quería luchar contra estos para así irlos despachando de apoco, para luego enfrentar al luchador más experimentado.

TURNO 8 - VÀNIMA

Asalto 1

La guerrera se dio cuenta del asalto al que eran sometidos, pero prácticamente sin tiempo para poder reaccionar, de modo que aunque tenía el arco en la mano, no le quedó más remedio que dar un rápido paso al lado e intentar luchar cuerpo a cuerpo contra los bandidos. Aceró su mirada, tensó los músculos y dijo, sin alterar la voz: 

-Bandidos, aun estáis a tiempo de volver al bien. Rendir vuestras armas, no os haremos nada. - Luego, miró al perro, y le dijo una indicación breve. - Ataca. Huan, ¡Adelante!- Aunque parecía que no tenía suficiente capacidad como para  hacer que su nuevo amigo la entendiera en ese momento de tensión, por lo que parecía. Así que no pudo hacer más que dar ejemplo ella y continuar con su ataque. Extendió su arma, y preparó un golpe contra el asaltante que estaba más cerca del lider, que increpaba a Brecca y sería para él.