TURNO 5 - Brecca
El viaje hasta Minatir había sido corto y ameno, Brecca le contó a Óldvarr que debía entregar una carta en el cuartel y éste accedió a pasar primero por el mismo, después de todo debían entregar al bandido. A un tiempo Brecca se ofreció a acompañarlo a dar explicaciones por el barril, la mercancía estaba perdida pero por lo menos debía evitar que le echaran la culpa o lo acusaran de robar.
Cuando llegaron Brecca observó el poblado con admiración, era uno de los grandes e importantes en la zona, y seguramente habría una buena posada donde descansar y beber buena cerveza. Un par de pregntas les indicaron el camino a seguir y antes de que se dieran cuenta estaban frente al cuartel y Brecca golpeaba la puerta.
El montaraz observó al hombre por un momento hasta que fue evidente que no sería él quien se presentaría, y tras una discreta sonrisa sacó de su chaleco el sobre entregado a su cuidado. - Buenas tardes, mi nombre es Brecca y traigo una nota de Jofred, el señor de Urth. Ayer por la noche capturaron a un bandido que les había robado y espera que vayáis a buscarlo para que sea dictada sentencia, también hay un bandido en la carreta, intentó asaltar a Óldvarr - dijo señalando al guerrero - y se las arregló para romper el barril de vino que traía en la carreta. - miró al hombre a los ojos - Desde ya que estoy dispuesto a responder las preguntas del caso.
TURNO 5 – Ódvarr
Llegar a Minantir de nuevo me trajo buenos recuerdos. La opción de una buena posada, sabrosa comida, hermosas mujeres y vinos de muchas partes distintas, las ciudades comerciales eran lo mejor. A medida que entraban por el pueblo iba buscando alguna cara conocida, e iba saludando igualmente si alguien le saludaba. Observé como Brecca hablaba con el alguacil, con el cuál nunca había tenido contacto, y una vez me nombró, bajé con el prisionero y mostré el tonel destruido;
-Me tomó por sorpresa a mitad del camino, de no ser por él, me habría degollado. Una vez que lo logramos detener lo atamos y lo trajimos con usted. El tonel era de buen vino y lo traía de muy lejos para comerciar. -Dije, mientras le mostaba los restos del tonel roto por el ladrón al alguacil.
TURNO 6
Aquel hombre volvió a mirar al montaraz cuando le tendió un pergamino sobre la palma de la mano. Tras unos segundos observando el papel enrollado con una pequeña guita, dejó la espada que limpiaba apoyada en el marco de la puerta y cogió el pergamino de mala gana.
- Jofred... - susurró alargando las palabras mientras deshacía el nudo, acompañando el movimiento con un suspiro -. No va a dejar de intentarlo nunca... - el aguacil, comenzó a leer el contenido, inclinando la cabeza ligeramente hacia un lado.
El sonido del viento y de varios animales de granja se escuchaban a lo lejos, mientras el hombre leía el mensaje. Ódvarr, que apenas había descansado la noche anterior, estiraba el cuello de un lado a otro, intentando relajarse. Brecca, por su parte, miraba a aquel señor esperando una respuesta.
- No hay preguntas, señor... Brecca - dijo mientras enrollaba el pergamino y lo lanzaba a una mesa cercana en el interior del cuartel -. La próxima vez, no hace falta que hagan prisioneros. Lo que menos necesitamos es traer más asaltantes a nuestros pueblos, después somos nosotros quienes tenemos que vérnoslas con ellos cuando acuden a sus rescates en mitad de la noche. ¡Joald, Hesrob! - gritó dirección el interior del cuartel. Dos hombres aparecieron con una misma indumentaria de cuero -. Encargaros de él - ordenó señalando al ladrón del carro de Ódvar con mala gana.
- Sí, señor Aendor - contestaron los dos guardias mientras bajaban al asaltante ayudado por el guerrero.
- La gestión de las guardias y las patrullas - comentó al montaraz - están asignadas desde el gobierno del Senescal de Gondor. No hay indicios de asaltos continuos ni masivos en la zona de Ethur... por mucho que Jofred insista.
Aendor no tenía intención de dar más explicaciones a, lo que a sus ojos, eran dos forasteros.
- Siento lo de tu mercancía - le dijo al guerrero - y agradezco su intención - se refirió a Brecca -, pero es nuestro cometido.
El alguacil asintió levemente con la cabeza a modo de despedida mientras volvía a coger la espada con la que había salido a recibir al guerrero y al montaraz y entró en el cuartel.
TURNO 6 – Ódvarr
Miré con mucho curiosidad las expresiones del hombre que allí se encontraba. No se porque siempre los alguaciles y miembros de la guardia de lugares así tenían la apariencia de realmente no interesarles en nada lo que allí pasaba, y pensar que les pagaban aún así sus sueldos...podían estar disconformes con ellos, pero bueno, ¿Nadie los mandó a trabajar allí, o sí? Y bueno, que decír de la decisión de "no prisioneros", me sorprendía mucho, pero bueno...quizás tuviera que hacerle algo de caso la próxma vez, pero ahora, era problema de ellos. Observé como entró, en silencio, mientras miraba al montaraz, que parecía haber perdido su propósito. Dandome algo de lástima le dije;
-Ven Brecca. Acompáñame a entregar esta mercancía, luego podemos pasar a la taberna a comer y beber algo, a ver si con eso ambos subimos un poco el mal rato que hemos pasado de camino aquí. -Dije, invitándolo. Si me seguía, me volvería a subir al carro e iniciaría el trayecto a entregar las mercancías que aún me quedaban intactas.
TURNO 7
Ódvarr y Brecca vieron como Aendor se marchaba, dejándoles una sensación de vacío y un resquicio de coraje. La actitud del alguacil, fría e impasible, no tenía nada que ver con la de los dos hombres, siempre dando lo mejor de ellos mismos para el Bien y la Paz de los Pueblos Libres.
Las palabras del guerrero convencieron al montaraz, que tras seguir mirando la puerta unos segundos, cedió para acompañarle. Sin duda, la versión del montaraz podría hacer que los gastos del barril roto se reducieran si el mercader era comprensivo. Los dos hombres volvieron a montar en el carro y tras un par de palmaditas en el cuello de Oldo, el burro giró para seguir el camino dirección el punto de entrega.
Varios minutos tardaron los dos hombres en dar con una pequeña casa con un cartel colgado del tejado, por encima de la puerta. Un carro parecido al de Ódvarr se tallaba en el mismo. El guerrero y el montaraz bajaron del carro. Tras tocar la puerta, un señor delgado y bastante alto salió de la misma, su expresión se alegró.
- Usted debe de ser el señor Ódvarr, ¿me equivoco? - una sonrisa se apoderó de su rostro cuando vio al burro, que rebuznó mientras movía las orejas y la cabeza - ¡Oldo, bestia entrañable! - el hombre, le dio unas palmadas en el cuello -. Me alegro de volver a verte.
Tras el recibimiento a Oldo, el hombre se dirigió a Ódvarr, que se quedó extrañado por su porte y su aspecto de guerrero.
- Mi nombre es Hester - tendió la mano al guerrero -, un placer. Y bien, ¿todo por aquí, no es así?
El gesto del hombre se torció al rodear el carro. Frunciendo el ceño, miró al guerrero.
Ódvarr, puedes tirar 3d100 + Presencia + 10 (Dificultad "Fácil") por la aportación de la versión de Brecca ;) La dificultad es 76 o más.
Brecca, he omitido tu post porque en ese momento poco más ibas a conseguir, no obstante, os volveréis a ver ;)
¡Penúltimo post de esta escena! Queda resolver el malentendido con Hester y daremos por finalizado el trato.
TURNO 7 – Ódvarr
Fue curiosa la reacción de Hester con Oldo, de hecho, no pudo evitar sacarme una sonrisa. Las mascotas eran para el hombre como una familia, y cuando uno pasaba tanto tiempo en compañía de estas, no podía evitar hacer un vínculo con ellas. "Debo dejar de hablar en las noches con Oldo" pensé para mis adentos. Cuando el delgado hombre se presentó, estire mi mano y estreché la del con confianza, y respondí;
-Mucho gusto, mi nombre es Ódvarr, y quién me acompaña, Brecca. He venido de bastante lejos, con el pedido que me encargaron. Tuve un par de problemas con lobos en el camino y finalmente con un malechor, que rompió un tonel de buen vino, pero ya lo entregamos a la justicia del alguacil Aendor. Lamento la pérdida de parte de la mercancía, pero en esta época, los caminos no son para nada seguros. -Lamenté, al ver su cara cambiar, explicándole lo que había sucedido.
Motivo: Presencia
Tirada: 3d100
Resultado: 93(+15)=108, 90(+15)=105, 37(+15)=52 (Suma: 265)
TURNO 7 – Brecca
Brecca se quedó mirando la espalda del guardia mientras se alejaba, aún intentaba digerir las palabras del hombre y su implicación. No era tan grave la sugerencia de matar a los bandidos en lugar de apresarlos, podía entender ese tipo de cinismo de parte de quienes deben lidiar con las consecuencias del arresto. Lo peor era saber que nada harían por Jofred y su gente sin evidencias de actividad criminal peligrosa, lo que era lo mismo que decir que no moverían un dedo a menos que hubiera sangre que cobrarse, y mucha.
Se quedó con las ganas de decirle un par de cosas y volvió al carro casi por inercia, asintió ante la oferta de Óldvarr y se prometió que no se iría de allí sin hablar con Aendor. Se entretuvo ensayando en silencio lo que le diría, y cuando la carreta se detuvo la sorpresa casi lo tira del pescante.
Bajó del carro y asistió en silencio al reencuentro del hombre y su bestia de carga, lo que hizo que aforase una sonrisa a sus labios. Y cuando llegó el momento de dar explicaciones esperó a que Óldvarr explicase lo sucedido, asintiendo en los momentos adecuados del relato. - De no ser por Óldvarr ese bandido se hubiera llevado todo, incluyendo a Oldo, y teniendo en cuenta que su reacción ver que no tenía éxito fue romper el barril no quiero imaginar lo que hubiera sido del noble Oldo en sus manos. - quizá si le recordaba que su compañero había salvado lo más importante ayudaría a que el castigo por perder el barril no fuera tan severo.
No pasa nada, me dormí en el posteo, mis disculpas. Igual no iba a aportar demasiado, no me iba a poner a discutir con Aendor.
TURNO 8
Las palabras de Ódvarr y Brecca eran ciertas, pues sus rostros expresaban sinceridad. Hester miró al suelo, pensativo. Después dio un paso para volver a acercarse al animal. Sonrió triste, como sintiendo pena por el animal.
Ódvarr (Influencia): 108, casi éxito (Vuelve a intentarlo con +20) / 105 (2ª tirada+PRE) + 20 = 125, éxito.
- Los caminos tienen estas impertinencias. Por eso se contratan viajeros que puedan manejar armas, pues nosotros somos más de cuentas y los caminos durante tantos días se nos hacen peligrosos. Os agradezco que hayáis defendido a Oldo - dijo mientras le acariciaba el cuello y lo miraba con ternura -. No sé cuantos años ha viajado con nosotros. Hemos tenido suerte de que siempre ha salido ileso.
Hester volvió al lateral del carro para examinar los demás barriles. El guerrero, aun sabiendo la naturaleza de los hechos y su buena intención en su misión, tragó saliva al ver como Hester se encargaba de la mercancía. La mala experiencia le hacía pensar que cualquier otro barril podría haber sufrido algún daño y lo había pasado por alto. Brecca lo miró durante un segundo y después volvió a mirar al comerciante, expectante.
- Es una pena que tan buen vino haya sido desperdiciado - lamentó mientras movía la cabeza a un lado y otro de los demás barriles -. Cubriremos el gasto con una parte del depósito de seguros. Son gajes del oficio. Dadme un segundo.
El comerciante entró dentro del local y al minuto salió con otro hombre de parecida complexión, quizás podrían ser hermanos. El nuevo integrante saludó con un gesto con la cabeza y se subió al carro.
- Aquí tiene, señor Ódvarr - y Hester entregó una bolsa con monedas al guerrero -. Si alguna vez está interesado en otra entrega, pásese por aquí, seguro que Oldo se alegra de verle. Gracias a los dos - y el comerciante se adentró en el local.
Ódvarr se acercó al burro y se despidió cariñosamente de él. Había aprendido mucho de aquel animal.
No hay pega ni pero que ponerte, Brecca, no hay problema :)
Ódvarr, experiencia por éxito de maniobra. Brecca también gana experiencia por ayudar en la versión.
¡Bien, equipo! Tema cerrado, postead en el siguiente capítulo.
¡Enhorabuena por tan buena Introducción!
En el apartado "Notas" de tu pj, añade 5 monedas de oro. ¡Buen trabajo, guerrero! ;)