Poco a poco los aventureros se fueron alejando, cada uno a sus quehaceres. Dromri acompañó a Gleomund a los establos; Elanor y Elessäl se perdieron entre la multitud de la ciudad y Brecca fue en busca de un herrero para poder reparar la espada de su padre.
Ódvarr y Vánima fueron los últimos en decidir qué harían antes de descansar. Sabían dónde estaba la posada, "El Escudo Roto", así que podrían indagar sobre cualquier tema, pasear por la ciudad o ir directamente para reponer fuerzas a la posada.
ESCENA ADICIONAL - VÀNIMA TURNO 1
- Odvarr, compañero, ¿queréis acompañarme a buscar dónde entrenan los guerreros de aquí? En muchas ocasiones, hombres así pueden enseñar cosas, y otras veces, muchos de sus comentarios son buenos para nosotros, los visitantes. - La elfa tomó la postura de esperar unos breves instantes por Odvarr, y luego, en cualquier caso, ir a buscar a los guerreros. Quería ver, por si misma, a los descendientes de aquellos con los que luchara en la Ultima Alianza, y ver qué ocurría con ellos, si habían avanzado y la raza de los Hombres seguía creciendo, pese a la oscuridad de lso tiempos y la ausencia de Rey.
ESCENA ADICIONAL - ÓDVARR TURNO 1
-Será un placer, Vánima. -Dijo, mirándola con una sonrisa, puesto que su interés era de lo más curioso, por lo que le preguntó directamente- ¿Qué te atrae de lo que vez? Me sorprende mucho la habilidad vuestra y de Elanor, demostraís y poseéis capacidades que un hombre jamás soñaría con tener. Lo que más me sorprende, es como sois capaces de adaptarse a los liderazgos sin problemas. Sobre todo, como sois guerreras siendo mujeres, ya que en la sociedad humana, son las menos. ¿Es así también en los elfos, o todos ustedes son criados como guerreros? -Pregunté, mirándola, mientras avanzabamos hasta los puestos de entrenamiento.
La luz del atardecer comenzó a teñir de naranja todo el paisaje. El sol, que se perdía entre las montañas, poco a poco comenzó a esconderse para dar paso a la oscuridad. La visón era preciosa. La ciudad era imponente y colosal. Vànima y Ódvarr caminaban entre los aldeanos que iban de un lado para otro con cestas llenas de verduras y frutas, carros. Dejaron atrás puestos donde los tenderos negociaban y anunciaban sus mercancías.
Tras un rato sin encontrar un sitio concreto, los aventureros conversaban entre ellos. Pero si querían llegar a un sitio concreto tendrían que buscar con más detenimiento.
No es necesario poner encabezado en esta escena, aventureros ;)
Podéis continuar hablando entre vosotros pero sí Vánima quiere encontrar algo parecido tiene que tirar Percepción. Ódvarr también puede ayudarla.
Motivo: Percepción
Tirada: 3d100
Resultado: 63(+15)=78, 28(+15)=43, 50(+15)=65 (Suma: 186)
Dejo hecha la tirada de percepción
Con cierta sorpresa ante aquellas preguntas de Odvarr, Vánima se sonrió. La verdad, no se reconocía, puesto que estaba mucho menos hosca que de costumbre, más sociable y desde luego más risueña que desde hacía siglos. Y aquella ciudad la había devuelto a la razón de la lucha. No a la de vencer al Señor Oscuro, no. A la de conseguir que la belleza volviera y perviviera, aunque fuera humana y diferente.
- ¡Oh no, Odvarr! No todos somos guerreros en el pueblo de los Primeros Nacidos. Quizás muchos de los Noldor, mi estirpe, pero no todos. Otros se inclinan ante el placer de la artesanía, otros ante las palabras hiladas entre las notas de los instrumentos como si fueran hermosos tejidos. No somos tan diferentes a vuestro pueblo, amigo mío. Pero quizás la larga vida que tenemos haga que podamos dedicarnos más a esa inclinación, mientras que en vuestras mujeres puede que no exista ese tiempo, pero como habéis visto en este último ccombate, las mujeres de lso Segundos Nacidos son igual de diestras en las armas. - Hizo una extraña y delicada pausa - Pero vosotros tenéis un don que hasta los Señores del Oeste envidian, aunque el Enemigo lo haya oscurecido. Y eso os hace especiales. Y eso hace tan especial esto que veo. Los Eldar vemos las cosas con un prisma diferente, y creemos a veces que sois apenas un suspiro, pero cuando vemos el fuego que habita en vosotros y las obras que de él vienen, aunque queden inconclusas, vemos más allá de nosotros mismos. Por eso me asombra. Tan semejantes como hermanos parecemos, pero tan diferentes a la par.
Mientras hablaba, seguía observando todo aunque con menor atención, sin tanto cuidado, embelesada con lo que contaba y a la par con intención de encontrar el lugar de entrenamiento de aquellos hombres, semejantes lejanos de aquellos con los que combatiera en la Última Alianza.
Motivo: Percepción
Tirada: 1d100
Resultado: 4(+45)=49 [4]
Los dos guerreros caminaron por la ciudad, conversando tranquilamente. Sentían la tranquilidad de tener unas horas libres y eso les hizo que también se dejaran llevar por las palabras como fue el caso de Vánima. Esto hizo que no se ubicaran los suficientemente bien para poder encontrar alguna zona de entrenamiento. El bullicio de la gente solo les permitía ver puestos donde los tenderos vendían distintos productos: legumbres, frutas, verduras, telas y demás obsequios.
De repente, una voz les llamó la atención.
- Vosotros también habéis venido con Brecca, ¿no es así?
Un muchacho de unos quince con una camisa de lino y un chaleco interrumpió la conversación.
- Vaya... - contemplando a Vanima - ¿sabes hacer magia? - preguntó mientras la examinaba, aunque su aspecto de guerrera contestó por ella.
Después se giró hacia Ódvarr.
- ¿Tú no puedes hacer magia, verdad? Creo que no - dijo algo decepcionado, pero se recuperó pronto.
El muchacho hizo una reverencia.
- Mi nombre es Robin, aunque por aquí me llaman "Uñasganzúa". Tiene su explicación, como es lógico.
Robin sacó su mano derecha. Las uñas más cortas medían dos centímetros, la más larga, unos cuatro.
- Voy dirección la posada, el "Escudo Roto" tengo entendido que ustedes descansan allí esta noche, me lo ha comentado maese Brecca. ¿Qué van a hacer?
Escuché con mucha atención sus palabras. La verdad nunca en mi vida había visto elfos más allá de historias, y cuando las ví no me puse a pensar en la lógica de la vida de ellos. Sonreí ante sus palabras, y le respondí;
-La verdad me has sorprendido. Por que seamos tan diferentes en nuestra vida, y físicamente, no somos tan diferentes. Me alegro de haberte conocido, conjunto al resto de los compañeros en nuestra aventura. -
Dije, tras lo cuál, en nuestra búsqueda, me vi sorprendido por Uñasganzúa. Le sonreí con humildad al niño y le dije;
-Mucho gusto, jovencito. Efectivamente hemos venido con Brecca. ¿Te podría pedir que nos guíes hasta donde se entrenan los guerreros en esta ciudad? Queremos conocer el lugar, y por lo visto, eres un joven muy listo. -Dije con una sonrisa, esperando que nos ayudara.
- A veces, buen compañero y amigo, son las sombras del Enemigo las que han puesto entre nosotros, estirpes hermanas, unas diferencias que no existen. En realidad, somos muy parecidos. - Suspiró al decirlo. Era casi una liberación en realidad entenderlo del todo, sabiendo que en su juventus si se había sentido diferente... y superior.
Con la aparición del muchacho, se sonrió. - No, estimado muchacho, no hacemos más magia por ser elfos. No yo al menos. Soy una simple guerrera, y la "magia" que tengo es más relacionada con mis habilidades entrenadas y con mi buena vista y entendimiento del mundo, y a ser Noldo, no por maga. Esa es mi compañera, que no está aquí presente. Como dice Odvarr, si nos puedes llevar a dónde están los guerreros sería un placer conocer ese luegar. Indícanos así mismo dónde dormiremos, si tienes esa amabilidad con estos viajeros cansados.
El muchacho escuchaba a Vanima y Ödvarr con atención.
- Creo que ya se ha hecho tarde para visitar, cualquier lugar. La posada es el único sitio donde pueden ir. Se alojan en "El Escudo Roto", puede ser? ¡Está bien! Yo me dirijo hacia allí, nos veremos.
Y se escabulló entre la gente con gran habilidad. Los dos compañeros se miraron las bolsas con monedas, pero todo estaba bien. No se fiaban de ese pequeño ladronzuelo.
Siento entrometerme en vuestro rol y llevaros hacia la posada, pero este minicapítulo era para jugarlo antes de esto. De todas formas, no era algo especial, así que seguimos en el Capítulo 4 :)