Partida Rol por web

Relatos de una hoguera (El Señor de los Anillos d100)

EPÍLOGO

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18/04/2022, 21:19
Narrador de relatos

Poco a poco los aventureros fueron recobrando el aliento y las pulsaciones eran pausadas en sus corazones. Muchas sensaciones se dibujaban en sus almas pero las positivas eran más reconfortantes. Había acabado, la batalla se había decantado por el Bien y ahora había que volver a darle a aquella ciudad la vida y el aspecto que habían tenido siempre.

Ayudaron en lo que pudieron a todos los soldados mientras los heridos recibían atención curativa. Brecca en un momento, quiso ayudar a su compañero elfa, pero su magia [1] no era lo suficientemente poderosa como para conseguir lo que quería. Aún así, la maga se lo agradeció, por el esfuerzo que había hecho.

Notas de juego

[1] El hechizo de Regeneración no consiste en eso, si en detener hemorragias y poder recuperar PV poco a poco. Elanor no puede recuperar la mano :(

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20/04/2022, 00:25
Narrador de relatos

Minas Tirith, cinco días después.


La mañana se levantó fría en la sombra pero calurosa bajo el abrazo del sol, que se alzaba orgulloso y alegre, como si sonriera. Cinco días de duro trabajo habían pasado para dar descanso a todos los hombres valientes que habían fallecido en la batalla de Osgiliath a mano del ejército de orcos comandado por las Tres Damas y enviado por Sauron.

Ahora, Osgiliath, volvía a recuperar aquel aspecto típico de las ciudades antiguas pero con un ritmo de vida alto a base de mercados y puestos. Las fuerzas de Gondor seguía vigilando las fronteras, pero en el fondo sabían que pasarían años hasta que un nuevo movimiento enemigo se dejara ver por aquellas tierras.

Los aventureros habían recuperado fuerzas aunque las cicatrices de la batalla todavía estaban recientes. Bajo las ropas, los vendajes se abrazaban a los cuerpos pero en el fondo, los corazones estaban rebosantes de alegría. Dromri tenía media cabeza vendada y un parche en el ojo pero la sonrisa intacta; Elanor, llevaba un vestido de mangas largas y anchas que disimulaban; si ella quería, la pérdida de su mano. Habían pasado las últimas noches en Minas Tirith bajo los cuidados de los sanadores de Denethor y la supervisión de Faendor, ya en mejor estado del que había abandonado la batalla.

Aquella noche, todos los generales y soldados estaban invitados a un banquete en los salones de la gran Torre Blanca. 

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21/04/2022, 17:24
Denethor II

Todo el salón principal estaba alborotado con mesas largas y grandes cantidades de comida y bebida. Las jarras iban y venían con espumosa cerveza, rico hidromiel y vino de última cosecha. Los presentes llevaban sus mejores galas y varios músicos tocaban melodías que amenizaban la velada.

En el fondo del salón, sobre un altillo que quedaba por encima de la sala, Denethor se sentaba entre Faendor y Derewen. Gleomund también estaba cerca. Además, varios consejeros del Senescal también lo acompañaban, uno de ellos, muy familiar: Aendor, el alguacil de Minantir. El Senescal, levantó su copa y tras unos instantes donde varios soldados se dieron cuenta que Denethor quería hablar, pidieron silencio.

— Hoy, después de cinco días tras la evitar el ataque enemigo, nos encontramos aquí celebrando uno de los días más importantes de la historia de Gondor, de Minas Tirith. La ciudad de Osgiliath, uno de los bastiones estandarte, ha resistido una vez más el embiste del enemigo con ayuda de hombres, elfos y enanos; representantes de las razas que habitan y conviven en la Tierra Media y que, desinteresadamente, han su vida por el bienestar de las razas que son parte del bien.

El Senescal pausó unos segundos.

— Hoy, el pueblo de Gondor, en nombre del Senescal, Denethor II; agradece públicamente el honor y la valentía de aquel grupo de aventureros que vinieron para eliminar a las Tres Damas.

El chirrido de sillas correrse al levantarse se hizo en la sala, desde Faendor, hasta el último de los presentes de rango más bajo. La sala entera estaba de pie, mirando dirección a los aventureros.

Denethor, finalizó.

— Es un orgullo para mí, brindar este caluroso y sincero aplauso a Brecca, el montaraz; Ódvarr, el comerciante con corazón de guerrero; Dromri, el valiente enano; Vánima, la elfa guerra y Elanor y Elessäl, dos grandes hechiceros.

El sonido de los aplausos fue ensordecedor. El reconocimiento se alargó un rato largo mientras toda la sala miraba a los aventureros. Faendor, Derewen y Gleomund sonreían, orgullosos de ellos. Incluso Denethor... incluso Aendor.

— El Senescal les invita a ofrecerles unas palabras al pueblo de Gondor — e hizo un gesto invitando a los aventureros al altillo.

Todo la sala se puso de pie para hacer un pasillo por donde los aventureros subirían uno a uno.

Notas de juego

¡Vuestro turno, aventureros!

A parte de rolear como han ido estos días, impresiones... ¡Lo que queráis! Pues unas palabritas desde el escenario xD ¡Ánimo! Estoy deseando leeros.

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22/04/2022, 11:35
Elanor

ELANOR

Muy difícil había sido el camino desde que abandonó la tranquilidad de los bosques y sus prácticas de magia con tal de embarcarse en una aventura que casi le costaría la vida. Elanor no estaba arrepentida de ello, no cuando puso su fe y magia en el claro objetivo para erradicar la oscuridad. Pero fueron tiempos duros para ella, demasiado. 

Allí en medio de una decisión importante que marcó un precedente en su vida, conoció a su hermana querida y a un puñado de amigos por los cuales daría la vida por ellos. Fueron tiempos duros, de largos viajes, pocos descansos y el ánimo en la joven maga había fluctuado más de lo que pudo sostener. Pero entre tanto ruido de acero, hechizos y muertes, pudo ver un poco de luz. 

Esa luz justamente era Elessal que de repente apareció en su vida para darle una oportunidad al amor. Él tenía su historia y bajo la luz de la luna se la confesó, como así también aclararon su situación y ya una vez se dió aquel paso, el beso surgió en el campo de batalla. Si, esa batalla final que casi le costó la vida a ambos mientras sus amigos lucharon con valor e hicieron un gran trabajo. 

Ella pensó que moriría allí tras haber perdido su mano, pero no, al parecer Iluvatar tenía planes para todos aquellos que quisieron hacer justicia. Finalmente cuando todo quedó en el eco silencioso de la calma, la joven estuvo bajo los cuidados de los sanadores y su amado Elessal. Sentía un profundo dolor por la perdida de su mano, fue un proceso oscuro personal el tener que aceptarse así y el miedo a que su amado no la quiera debido al infortunio. 

Pero todo aquello desapareció desde el momento en que se mantuvo a su lado y alimentó el autoestima de una maga que lo había dado todo por sus amigos, por la paz en estas tierras. Y así es como de a poco, con el correr de los días, fue hallándose así misma gracias a la ayuda de su hermana, Elessal y sus amigos, no fue fácil, aún así lo fue logrando. 

Ya tras un proceso de estabilidad, tocó reunirse seguramente para festejar y Elanor se vistió con un atuendo muy bonito, femenino que con delicadeza cubrió desde su manga la falta de su mano. Su larga cabellera oscura descansó ondulante suelta sobre la espalda, decorada con algunas flores a modo de detalle y muy pegado a ella se encontraba el medio elfo, que también lucía elegante. 

De la mano, cruzó aquel pasillo de personas junto a él, sonrió algo avergonzada por el homenaje cuando ella creyó que pese a todo, había ganado más de lo que esperó. Su corazón no estaría más solo, al contrario, se llenó de amor, amistad y hermandad. Podía sentirse más que dichosa. 

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22/04/2022, 13:13
Dromri

Dromri estuvo los cinco días recuperándose de las heridas, y se dedicó al placer de los hobbits, es decir a comer beber y descansar. No había dormido en una cama desde hacía tiempo, y ahora se pasaba horas y horas durmiendo y se levantaba solo para visitar a los sanadores para que limpiaran sus heridas y para beber y dormir. La pérdida de su ojo lo había hecho algo más taciturno, ya de por sí si un enano es feo con un ojo menos lo era todavía más. No obstante, se corrió el rumor que perdió el ojo en el combate contra el gran monstruo, y la gente lo alababa por donde pasaba como si no fuera un enano. Ese actuar de la gente lo ayudó a sobreponerse.

Después Denethor le invitó a cada uno a pronunciar algunas palabras sobre el púlpito, Dromri salió ante multitud de gente al estrado y habló: - Noble gente me siento agradecido por estar en esta compañía que ha luchado por Gondor, y que entre todos hemos logrado sobrevivir porque hemos luchado codo con codo. Todos ellos merecen un palco de honor, y si no llega a ser por ellos hoy no estaría aquí. Estaría ya muerto por el terrible ser que había pisado la tierra media, y ahora yace muerto y los orcos vencidos por el valor de esta compañía. Cabe destacar la ayuda de los Rohirrim que han sido una pieza indispensable en la victoria, sin ellos no hubieramos podido dedicarnos a luchar contra la gran bestia cuando el campo de batalla estaba sembrado de orcos. Por ello y por el apoyo de los gondorianos que han sabido luchar como héroes de su tierra pido al señor Denethor II un poni para poder unirme a las filas de los Rohirrim, si ellos aceptan y poder guardar la tierra media desde mi montura. Si así ve el señor de Gondor que puedo cumplir y llevarlo a buen fin. Muchas gracias. Se despidió el enano con una gran reverencia para después dejar paso a sus camaradas, y contaran sus anécdotas.

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26/04/2022, 07:51
Ódvarr

Ódvarr vestía un traje elegante de color madera, se le veía mucho más delgado, por todo el tiempo y las comidas que había tenido a lo largo del viaje, así también como un gesto mucho más serio en su cara de lo que había sido al comienzo de este. La guerra, la muerte y las pérdidas cambiaban a las personas, las volvían oscuras, les hacían tener pesadillas durante las noches, pero, siempre para tranquilizar aquellos pensamientos, podía recordar todo lo que había hecho, a todos aquellos a quienes había ayudado y protegido, y todo lo bueno que había hecho al detener el avance orco en Osgoliath. Ahora al fin podía descansar. Aún le faltaba dinero para cuidar a su madre, pero sabía bien que lo haría en el camino. Miró allí a todos los presentes, y así como el enano, el decidió dar su propuesta;

-Yo también he tenido una idea, y he querido compartirla en este lugar, y sobre todo, pedirle su apoyo, Senescal, pues es algo que no podré hacer sin ustedes. Me gustaría formar una sociedad mercenaria mercantil, que se dedique a entrenar personas, aventureros, y su trabajo sea cuidar caravanas de comercio, así como pueblos u otros lugares donde haga falta, y que, en tiempos de necesidad, estos se encarguen de reunirse y apoyar a los ejércitos de la luz en la batalla de las sombras. Esto, para que siempre, las personas comunes, los comerciantes, todos aquellos que no son soldados profesionales, pero si que saben luchar, pero han elegido otra vida, puedan volver a hacerlo con todas las de la ley, contando con entrenamiento, equipo necesario para las tareas, y por, sobre todo, un gran corazón que ofrecer en pos del bienestar general.

Dijo, Ódvarr, mientras miraba a todos los presentes. Ciertamente le preocupaba que su proposición fuese muy osada, pero tenía que pedirlo, puesto que el creía que podía transformar a esta sociedad en algo muy importante para la tierra media.

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26/04/2022, 13:21
Brecca Mordecai

Había pasado los cinco días recuperándose de sus heridas y recorriendo las calles de Minas Tirith, hablando con el herrero y otros comerciantes, jugando a los dados con Robin, y empapándose del sentimiento de alivio que se respiraba en general.

Las vestimentas de Brecca eran de buena calidad pero austeras, casi un uniforme confeccionado en distintos tonos de verde que bien podía servirle para camuflarse en el bosque. Llevaba al cinto ambas espadas, la de su padre a la izquierda y la que había dado muerte al licántropo a la derecha. 

Quizá las ropas le hubieran servido para camuflarse en el bosque, pero poco hacían por disimular su presencia en un salón con nobles engalanados y militares condecorados. Poco le interesaba ser el foco de atención, pero cuando Denethor II les pidió que hablaran, y tanto Dromri cómo Odvarr lo hicieron, suspiró, dejó la copa que había estado bebiendo en una bandeja, y se acercó al atril con una semisonrisa.

Recorrió la sala con la mirada, no veía a gente del pueblo llano en el salón, aunque sabía que ellos estaban festejando en las tabernas y las calles de la ciudad. - Nobles señores, agradezco los honores que nos son concedidos, pero no debemos olvidar el sacrificio de los hombres y mujeres de Gondor y Rohan que dieron sus vidas para frenar el avance de los Orcos en Osgiliath. Sin esos Jinetes, sin esos Soldados, nosotros no hubiéramos podido dar muerte a Las Tres Damas. - su mirada recorrió los rostros de los presentes, y se centró en los líderes de Gondor - Hemos salido airosos, pero debemos prepararnos y mantener los ojos alertas, debemos asegurarnos de que Mordor se queda en Mordor. Tanto si me lo permitís, como si no, pienso cruzar el Anduin para espiar los movimientos del oscuro. Entrenaré a un grupo de exploradores que recorra las orillas del gran río, desde las colinas de Emyn Arnen hasta las murallas de Minas Morgul. Reportaremos los movimientos del enemigo, batiremos sus líneas de suministros y sembraremos el caos en cualquier campamento que quieran establecer de éste lado de las Montañas de la Sombra. Todo hombre libre que desee acompañarme será entrenado con rigurosidad, pero debe saber que su vida penderá de un hilo cada día que pase en tierras oscuras.

Había algo en su voz que hablaba directamente al corazón de los hombres, por primera vez desde que llegara a Minas Tirith dejó que la estirpe de los Dünedain del Norte corriera libre. La sangre de los Reyes de Minas Tirith corría por sus venas, y si bien él no era el Rey su voz era reconocida por los muros como la de uno de sus capitanes. Sus palabras no caerían en saco roto, quizá algunos se sintieran ofendidos, pero sabía que el fuego se encendería en más de un corazón y sus demandas se verían satisfechas.

Notas de juego

Supongo que siendo Faramir un niño aún no se ha formado el grupo de exploradores del que forma parte, seamos la semilla. :P

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29/04/2022, 12:28
Narrador de relatos

Todos los presentes escuchaban con atención las palabras de los aventureros. Uno a uno fueron subiendo al altillo para dar gracias, sugerir cambios y hacer peticiones. El Senescal, agradecido, asentía ante las palabras de cada uno de ellos. Las palabras eran aplaudidas con energía, pues los allí presentes las sentían sinceras e ilusionantes. Los corazones estaban rebosantes de esperanza y los aventureros aunaban en proyectos que abrirían puertas de tiempos mejores.

Las palabras fueron emocionantes, duras, realistas y de ilusión por los nuevos tiempos. Un gran aplauso acompañados de vítores se hizo en aquel salón. Todos de pie, gondorianos y rohirrim, generales y guardias; todos, agradecían la voluntad y el sacrificio que habían demostrado aquellas valerosas razas, cada uno de un lugar distinto de la Tierra Media.

Tras los discursos, la velada siguió entre banquetes y bebidas exquisitas, merecidas por todo el largo viaje que habían recorrido los aventureros. Elessäl daba cariño a Elanor, mientras que Dromri bebía codo con codo con su amigo y compañero Gleomund, con quien había entablado una gran amistad. Brecca y Ódvarr disfrutaban, más tranquilamente, del descanso junto a Vánima.

Cuando la noche avanzó, se retiraron a descansar en una las habitaciones de los invitados de la misma torre del Senescal.

A la mañana siguiente, los sirvientes los recibieron con tinajas de agua caliente para un baño reconfortante y un desayuno como nunca habían probado. No habían madrugado, pues la noche anterior había sido larga y la celebración vehemente.

— Buenos días, señores, damas; el Senescal quiere verles en la sala principal — comentó un sirviente de forma agradable y sonriente.

Los aventureros se dirigieron hacia la sala donde anoche habían disfrutado de la fiesta. Ahora, el aspecto era el de siempre, una sala amplia flanqueada con grandes columnas de piedra y una alfombra que se dirigía directamente al trono del Senescal.

Denethor se encontraba allí, junto con Faendor. Los dos estaban posados de pie conversando en el mismo altillo donde los habían dejado. Tenían ropas militares pero con un corte más elegante que bélico. Faendor sonrió al verlos.

— Buenos días, espero que hayan descansado. Les estábamos esperando — dijo el terrateniente, para sorpresa de los aventureros — seguidme, por favor.

Los aventureros fueron tras los pasos de Faendor y del Senescal, que se dirigían hacia la puerta principal, la cual daba a la plaza del Árbol Blanco. Cuando las puertas se abrieron, los aventureros pudieron ver una plaza abarrotada de gente, hombres, mujeres… habitantes de Minas Tirith y también de muchas partes de Gondor. El clamor se hizo ensordecedor. Los niños saludaban con energía llamando la atención de aquellos aventureros que habían salvado su ciudad; Robin, incluido. Agradecidos, los ciudadanos aclamaban con humildad y energía.

Algunos soldados trajeron los caballos de Denethor y Faendor, pero también los de los aventureros.

— Vamos, debemos de agradecer a más gente todo lo que aquí ha sucedido — dijo el terrateniente mientras espoleaba su caballo.

Todos los presentes en la plaza, comenzaron a descender en masa por las calles de Minas Tirith. Los puestos estaban cerrados pues todos los ciudadanos se congregaban en aquella marcha. Los aventureros, se veían rodeados montados a caballo de todos los habitantes que les daban la mano y los tocaban, dando las gracias.

Cuando llegaron a las puertas de Minas Tirith, unos soldados abrieron las mismas, dejando paso a los Campos de Pelennor. Faendor y el Senescal rodearon la muralla a mano derecha y cuando los aventureros llegaron a su posición, vieron que habían dado descanso a todos los soldados, tanto gondorianos como rohirrim, en un cementerio que habían construido en honor a los caídos en la batalla de Osgiliath.

Todos los presentes guardaron silencio, entre llantos y plegarias de viudas y huérfanos. Pero aun así, la tristeza no aguardaba los corazones de los presentes. Aquel momento alejaba a la pena para dejar paso a un recuerdo forjado por todos los que ahora descansaban y por los que tenían que estar agradecidos, ya que, gracias a ellos, la ciudad se mantenía en pie y los ejércitos de orcos de Mordor, junto con las Tres damas, habían desaparecido.

Aquella noche, el Árbol Blanco brillaba como nunca lo había hecho cientos de años atrás. Se decía que sus raíces se alimentaban de las nobles almas de los allí enterrados y que esa, era su forma de rendirles homenaje.

TRES DÍAS DESPUÉS

Gleomund sostenía un pergamino desenrollado mientras recitaba unas palabras.

— Y así, por orden de Theoden, rey de Rohan, señor de la Marca; declaro a Dromri, hijo de Glodin, como escudero y jinete de la ciudad de los Mearas…¡desde su poni! — La plaza estalló de júbilo.

Los aventureros se encontraban en un escenario que habían construido al lado del Árbol Blanco, junto a Faendor, Denethor, Gleomund y Derewen. Unos rohirrim subieron al escenario a un poni con un flequillo largo hasta casi el morro que le tapaba los ojos. Dromri aplaudió con energía al verlo, ilusionado. Los rohirrim ayudaron al enano a subir a la bestia no sin antes tener algunos problemas con su equilibrio y su destreza, lo cual desató algunas risas. Finalmente, Dromri montó el poni y con una mano en las riendas y otra en alto, saludó a los presentes, que rompieron a aplaudir.

Faendor tomó otro pergamino preparado en una pequeña mesa cercana y lo abrió con las dos manos.

— El Senescal de Gondor, Denethor II, nombra a Ódvarr el guerrero, como señor de la Orden Comerciante del Árbol Blanco, la cual tiene por destino la protección de los caminos, el bienestar de los comerciantes y la creación de milicias.

Otro estallido de alegría entre los presentes. El guerrero, sorprendido, se acercó a Faendor, quién colocó una insignia de broche en la solapa de sus ropajes.

Por último, Faendor cogió otro diploma.

— El Senescal de Gondor, Denethor II, nombra a Brecca Mordecai, como señor de los exploradores de Minas Tirith y montaraz de Gondor, la cual tiene por destino la protección y vigilancia de las tierras de Gondor.

Los asistentes aplaudieron entusiasmados, pues la alegría de tener en sus filas al que había asestado el golpe final a las Tres Damas era una gran noticia.

Vánima aplaudía a sus compañeros. Dentro de sí misma, se sorprendía al ver cómo aquel viaje le había cambiado al personalidad en algunos aspectos. Su orgullo no era tan evidente, tan tosco. Había sabido encontrar aquella paz que todo guerrero tenía que descubrir para llegar a su plena facultad mental. Y ahora, la guerrera elfa, se sentía en paz.

Y en ese momento de júbilo, Elessäl dijo algo al oído de Denethor, que asintió con media sonrisa. El Senescal levantó la mano pidiendo silencio y poco a poco los asistentes obedecieron.

El medioelfo se acercó a Elanor, sonriente. Tenía su pelo ondulado y suelto, como llevaba a acostumbrar, y su túnica roja característica.

— Dama Elanor, ni en todos los años que he vivido ni en todos los años que seguiré en esta Tierra, podré estarle agradecido de lo que ha hecho por mí. Me salvó, sin saberlo, sin quererlo; con una mirada, con un gesto, con una palabra…  Me dio la fuerza para seguir hacia adelante, hacia una oscuridad que solo tenía luz cuando sus ojos se cruzaban con los míos en las noches lluviosas y frías de las vastas tierras que hemos recorrido. Supo estar a mi lado cuando estaba perdido, y me guio con su dulce silencio cargado de comprensión y calor. Y aunque mi ser no será infinito en esta vida, estaría encantado que caminase conmigo hasta que el Destino que Ilúvatar y los Valar tienen preparado para mí — el mago hizo una pausa — ¿Querría pasar el resto de mis días conmigo? — dijo mirando a Elanor con dulzura mientras le cogía la mano y se la colocaba en su pecho cariñosamente.

El ruido de los aplausos y las lágrimas de emoción hicieron el instante memorable.

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29/04/2022, 12:38
Dromri

El enano no cabía de júbilo al ver como su sueño se hacía realidad. Un poni de color marrón con los ojos tapados para no sentir miedo ante la muchedumbre que los aclamaba. Hizo que el enano se acercara y ayudado por su compañero Rohirrim montara sobre su poni. Tomó las riendas con suavidad y acarició al poni. Después con una mano sobre las riendas, y otra en alto en señal de victoria escuchó como lo nombraban escudero y jinete. Un altísimo honor para los Rohirrim y más para un enano. Un hecho que se narraria en épocas futuras. Estaba seguro que recibiría la mejor instrucción de tan diestros guerreros hasta convertir a su poni y a él en uno solo. Lo llamó ojotuerto debido al estado actual de su amo. Para que así se vincularan en uno. Desde su montura escuchó a los demás como eran alabados, y se les distinguía y otorgaba aquello que habían pedido. El enano fue conducido por Gleomund que lo guiaba para que se fuera acostumbrando a ir sobre ojotuerto. El enano aplaudía y acariciaba a su montura. Después cogió la rienda con las dos manos agradeciendo a los presentes el regalo. Hasta llegar donde estaba el Senescal, desmontó, y se inclinó en actitud de respeto y de gratitud. Gleomund le guío entonces hacia afuera, ya que tenia un gran viaje hacia Edoras, e iría sobre su montura un hecho que se narraria en épocas futuras.

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29/04/2022, 12:59
Narrador de relatos

Notas de juego

En base al post de Dromri, decir que no os vais todavía pues yo tengo postear aún, si no que me refería a si tras un par de días (el tiempo que pasa hasta mi post), ya decidís iros o quedaros. De todas formas, Dromri no es necesario que edites. 

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02/05/2022, 12:46
Brecca Mordecai

En la plaza del Árbol Blanco, durante la ceremonia que se realizó tres días después del sepelio por los caídos en Osgiliath, Brecca vestía unas prendas a las que le faltaban unos pocos adornos para considerarse un uniforme, y no fue hasta que Faendor hizo su nombramiento que comprendió el motivo del regalo que había recibido esa mañana. "Señor de los Exploradores de Minas Tirith" una sonrisa irónica se dibujó en sus labios al comprender que había mordido una presa más grande de lo que pretendía, pero sabía que contaba con los recursos de la ciudad para cumplir con lo que se pedía.

Se había alegrado cuando Dromri recibió la distinción de parte de los Rohirrim, y acompañó las risas de todos con una amplia sonrisa cuando el Enano logró equilibrarse en su montura. Independientemente de cómo se desempeñara, su buen amigo tenía asegurado su lugar en las canciones de Rohan, una distinción de la que pocos del pueblo de la piedra podían presumir. El nombramiento de Odvarr le pareció más que adecuado, se habían conocido en el camino mientras un bandido intentaba hacerse con su carga, y parte de ella se había perdido. Otro cantar hubiera tenido ese vino si un cuerpo de guerreros hubiera estado custodiando los caminos, y esa milicia también sería una excelente noticia para Jofred y su gente.

Claro que lo que lo hizo estallar en vitores fué la declaración de Elessal a Elanor, ese casamiento le daría realmente un broche de felicidad a todos los contratiempos que habían atravesado para llegar allí. Al menos dos de ellos tendrían un final realmente feliz, o mejor dicho un nuevo comienzo, porque era conocida la longevidad de los elfos y su progenie. 


Tres días más tarde Brecca seguía en Minas Tirith, su intención inicial había sido la de partir sin demora a Emyn Arnen para establecer una base de operaciones, pero una cosa u otra lo había retenido en la ciudad... y todo indicaba que pasaría al menos una semana hasta que pudiera partir. 

Lo primero que había hecho tras el nombramiento fue buscar a dos personas e invitarlos a formar parte de su grupo, Vanima era una excelente guerrera y su habilidad con el arco sería esencial en lo que sería, en definitiva, una guerra de guerrillas. Robin no era un guerrero, pero su habilidad para el subterfugio y los juegos de manos serían definitivamente necesarios para infiltrarse en territorio enemigo. La oferta fue hecha tanto si preferían ir al frente como si preferían entrenar gente en sus especialidades, y les dijo que se tomaran el tiempo que quisieran para responder y que una negativa no lo ofendería.

Su segunda acción, y aquella de la que se arrepentiría por semanas, fue colgar en el tablero de anuncios en la taberna un panfleto para solicitar voluntarios para el cuerpo que comenzaba a formarse. Brecca no estaba preparado para el río de gente que se acercó a su mesa en una sola tarde, y la fila de interesados era tan grande que al día siguiente pidió a Faendor que le prestara un par de escribas que tomaran los nombres y profesiones, y un explorador veterano que lo ayudara a separar la paja del trigo. A su puerta tocaron desde campesinos hasta soldados retirados, niños y ancianos, hombres y mujeres de toda clase social y cada uno tenía la ilusión de combatir a su lado.

Pronto se le hizo evidente que lo que él había previsto como un grupo de una veintena de exploradores batiendo los caminos tras las líneas enemigas terminaría siendo un pequeño ejército, y no menos de ello se necesitaría para proteger las fronteras de Gondor. Sin embargo, el grupo inicial debía ser pequeño y necesitaba que el núcleo fuera firme, formado por veteranos capaces de mantenerse en el terreno y operar en pequeñas unidades. La criba era lenta, y ninguna solicitud rechazada inicialmente era descartada, el futuro no estaba escrito y los héroes surgían de los lugares más inesperados.

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03/05/2022, 02:25
Elanor

Aquellos días habían sido muy duros para Elanor, pero no lo fueron tanto desde el momento en el que Elessal la acompañó. No solo desde la dulzura que el medio elfo era capaz de ofrecer sino a través de un sentimiento compartido muy puro, único e ideal. Luego de tanta odisea, tras haber perdido una mano, se sintió muy mal y fueron momento de oscuridad en su interior hasta que poco a poco la magia del amor surtió su efecto y con ello, se abrieron muchísimas posibilidades. 

La maga había florecido a través de ello y pudo dar un paso hacia delante en su vida, cuando ya no estaría más sola en este mundo. Por esa razón allí reunida junto a su hermana, sus compañeros y el amor de su vida, se sintió honrada por estar rodeada de tanta gente que había colaborado en una misión tan dura y cruel. Se acordó de cada persona caída en el campo de batalla y agradeció la entereza de todos los presentes por estar siempre ahí, haciendo frente a las adversidades. 

Lo que jamás se imaginó es que luego de tan bonito homenaje, fue Elessal quien tomó la palabra y sus ojos se llenaron de lágrimas por la emoción misma al escucharlo. Aquella propuesta había llegado a su corazón y se sintió muy dichosa, inmensamente feliz. Sin dudar se acercó a él con una sonrisa impregnada de sentimientos y lo aceptó en su corazón desde otro lugar, el amor estaba entre los dos. 

—Toda una vida amor mío, toda una vida y las que nos toque por delante—dijo contenta—. Te veo Elessal, te acepto y te respeto, no hay nada sin ti. Eres mi todo. 

Ella desde esa posición acercó su rostro y buscó sellar la promesa con un dulce beso en sus labios. No había mejor final que darse una oportunidad para ser feliz y ahora mismo, ellos lo serían. Claro que sí. 

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06/05/2022, 02:48
Ódvarr

Ódvarr sintió como aquél fue uno de los días más felices de su vida al ser nombrado Señor de la Orden Comerciante del Árbol Blanco, pues le permitiría hacer muchas cosas. La primera, iba a ser empezar a realizar tratados con los gremios de comerciantes más importantes. Buscar soldados jubilados que que hicieran clases a aldeanos, y formar milicias para poder hacer las guardias correspondientes a todas las caravanas con las que hiciera negocios. Su primera gran misión era buscar un lugar en Minas Tirith donde pudiese crear un lugar para su orden, y así, empezar el resto de los pasos que necesitaba para salir adelante. Aunque, una cosa no menor había sido el compromiso de Elanor con Elessâl, y eso, le hizo pensar y acercarse durante los siguientes días que estuviese en aquellas Minas a Derewen, la mujer más valiente y hermosa que había conocido en sus viajes. Solo el tiempo diría que pasaría con ellos dos, pero una cosa sería clara. Gracias a su nuevo puesto, pediría ayuda a un médico de Minas Tirith que le hiciera el tratamiento necesario a su madre para que ella pudiese vivir, y la traería hasta esta ciudad, para que se pudiese recuperar en mejores condiciones.

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06/05/2022, 19:08
Narrador de relatos

Los días pasaron en Minas Tirith y la tranquilidad se hizo con cada rincón de la capital de Gondor. Aunque fue poco el tiempo que pasó desde que los aventureros llegaron a la ciudad, sus acciones valerosas hicieron que se ganaran un hueco en el corazón de los ciudadanos. Al final de todo, sus vidas habían sido salvadas en gran parte por ellos.

Brecca había reunido un grupo variopinto de exploradores. Aunque no todos tenían las mismas habilidades, sabía que con un poco de trabajo podrían llegar a ser hombres y mujeres de bien, pues la motivación que tenían para seguir a líder era más que suficiente. Vanima se quedó con él, al menos, por ahora; hasta que su corazón le dijera lo contrario y viajara a donde sintiera que fuera necesario. Ódvarr aceptó el puesto con buen gusto pero no sin antes pensar en su madre, lo que le había hecho partir de su hogar antes de que se cruzara con Brecca en los caminos y se embarcaran entre gran viaje. Dromri, caballo poni de Rohan, partiría al día siguiente del enlace de Elessäl y Elanor, celebrado esa misma noche. La ceremonia arrancó muchas lágrimas, pero de felicidad. La elfa desprendía luz con su gran vestido.

Todos bailaron y celebraron la llegada del amor y el destino que habían elegido. El Bien había ganado, una vez más, a la Sombra y a los ejército de Mordor. Eran tiempos para celebrar y respirar Paz y tranquilidad.

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06/05/2022, 19:21
Narrador de relatos

A la mañana siguiente, los aventureros se reunieron en las mismas puertas de Minas Tirith, a los pies de los Campos de Pelennor. Dromri partiría con Gleomund hacia Rohan, mientras que Derewen permanecería un tiempo más para acompañar a Ódvarr, con el que había entablado una relación más que especial en los últimos días.

Brecca, Vánima, Elessäl y Elanor, permanecerían algún tiempo más en la capital de Gondor. Llegado el momento, y tras recordar momentos divertidos del enlace de los magos elfo, se despidieron. Se fundieron en largos abrazos con palabras de cariño, respeto y buenos deseos. Después de todo, habían pasado por muchos momentos duros y habían salido victoriosos. Y lo más importante, con vida; dispuestos a contar leyendas y batallas que permanecerían por el tiempo.

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06/05/2022, 19:30
Orennor

En aquel momento, un carro se acercó por el camino. Un hombre de mediana edad con aspecto amable conversaba con un muchacho y dos niñas pequeñas. El chico iba delante, al lado del hombre; las niñas, detrás. Los aventureros pudieron escuchar la conversación que tenían.

— ¡Papá! — dijeron a la vez mientras se incorporaban, asomando la cabeza por detrás del carro — ¿Y cómo terminó el relato?

El hombre sonrió mientras miraba al muchacho, que hizo lo mismo.

— Hijas mías, los aventureros descansaron hasta que sus corazones le marcaron sus destinos. Después de tanto tiempo viajando y luchando contra la sombra, merecían un gran descanso. ¿Verdad, Dreon? — le preguntó al muchacho. Este asintió.

— ¡Orennor, Dreon! — gritó un guardia gondoriano desde la puerta cerca de donde se encontraban los aventureros mientras saludaba con la mano — ¡Qué alegría verte!

El hombre le devolvió el saludo desde el carro. Una sonrisa se dibujó en su cara. Los aventureros pudieron observar que era un hombre de buen corazón.

El carro pasó al lado de ellos. El chico los miró sonrientes mientras que el tal Orennor alzó la cabeza educadamente a modo de saludo. 

En cambio, las niñas se miraron entre ellas para después volver a mirar a los aventureros varias veces. Sus ojos se abrieron y se taparon la boca para aguantar un grito.

— ¡Papá, papá! — les dijeron a Orennor mientras el carro se perdía tras las murallas de Minas Tirith.

FIN

Notas de juego

Gracias a todos y a todas, de corazón :)