Mi búsqueda ha sido infructuosa. Me preguntaba si podía serte útil.
Se debe de notar algo de inquietud en mi voz, supongo.
Como has dicho antes si alguioen quería ir contigo y yo ya no tengo nada que hacer por aquí...
Por favor, que me diga que sí. Es la primera vez en la vida que no tolero estar sola.
Deduces, por su tono de voz, que es una llamada de auxilio. No es que la mujer se encuentre en peligro, por lo menos si así fuera lo habría dicho, pero quizá haya recibido alguna noticia o haya deducido algo que la hace estar insegura en soledad.
Tirada oculta
Motivo: Psicología de Arnau
Dificultad: 16
Tirada base: [8], 4, 4
Resultado: 16, Éxito
- Pues yo tampoco tuve mucha suerte, aunque tengo alguna idea que me gustaria compartir. Oye, queda poco para la hora de encuentro en el garito de Negro, pero si quieres nos vemos antes y compartimos lo poco que tengamos. A lo mejor sacamos algo aprovechable entre los dos. Te parece bien?
Me parece excelente. ¿acudimos ya al punto de encuentro y así no tenemos que desplazarnos o tienes especial interés en algún otro lugar?
- Tu mandas. Si quieres comentarme algo antes de reunirnos con los demas podemos quedar en algun lugar cercano, en la casa de alguno de los dos, o te paso a buscar. Tampoco seria muy estricto con el horario. Seguro que no seremos ni los primeros ni los ultimos en llegar.
Si no tienes papeles que mostrarme preferiría quedar en la puerta del local y dar un paseo por los alrededores. Tengo una necesidad imperiosa de estar en movimiento. Además me siento más srgura así.
- OK, pues quedamos asi. Voy tirando hacia el local. Te espero por allí delante.
Pago mi consumición y me dirijo a mi moto para llegar lo antes posible al lugar indicado.
Una llamada interesante. Que debe estar pasando por la cabeza de Joan? Sigo sin fiarme, pero la curiosidad me puede. Me haré el loco, a ver que pasa.
En mi mente pasa fugzamente la posibilidad que le resulte tremendamente atractivo. Me miro al espejo. Veo aquel chaval con poca gracia que no se comia un rosco cuando era niño. Es el mismo, pero caducado, con los pulmones alquitrandaos, alcohol en vena y mirada triste. Idea eliminada. "No me seas capullo Arnau", me digo a mi mismo.
Bien, voy para allá.
Asumo que se llegar al local. Director, tu mandas cuando llego, trafico, parquing, etc.
Viene de la escena "Un asunto Freudiano"
18 de Agosto de 2005 - Alrededor de las ocho. Comienza a oscurecer.
Al dejar a los demás y sumergirte tú sólo en las calles de Cunia al volante de tu coche, una extraña sensación de relajación te envuelve. Como si se embotaran un poco los sentidos. Es increíble todo lo que ha pasado en poco menos de un par de días, pero ha pasado realmente. La oscuridad de Cunia, de la cual conocías poco, es realmente densa y voraz. Y ahora parece que os ronda, como un depredador. Es como si el destino se empeñara en haceros caer al agujero más profundo.
Con todo, tenéis un hilo del que tirar. No parece muy prometedor: una psicoanalista a la que visitó Zafra unos meses antes de morir. Pero una cosa está clara, que la relación que tenía Zafra con la universidad parecía que sólo tenía explicación por el interés que tuvo en visitar a una psicoanalista, así que habrá que ver qué se saca de todo esto, por poco que sea.
Luego están los temas de Don Víctor y el decano. Monzón y sus "chicos". Molina y los Amador... los otros casos de Zafra de los que aun no sabéis casi nada... demasiadas cosas para un único cigarro. Aplastas la cajetilla vacía y la lanzas por la ventana.
Es hora de cambiar de coche, pero primero vas derechito al garaje del Chiclé.
El garaje de chiclé no esta lejos, en el centro de Cúnia, pero no es un sitio de facil acceso. Se encuentra en la zona vieja de la ciudad, la primera expansión urbanística que sufrió, hace ya un par de centenares de años, para dar cobijo a los trabajadores que subian en número gracias a la proliferante industria pesquera. Son calles estrechas, de un solo sentido y de facilidad para perderse. Esta claro que el coche seria visible por los vecinos, muchos en la calle a estas horas, y otros sentados en los ridiculos balcones fisgoneando a cualquiera que pasase o hablando a voces con los vecinos.
A estas alturas, el riesgo ya me importaba poco. Habia paseado el coche por toda la ciudad. Que un par de viejos se fijara en un coche venido de la guerra no iba a cambiar mucho la situacion, sobretodo porque en ese barrio habia ya algunos que se habian tuneado esa peculiar característica en el chasis.
Circulé a ritmo tranquilo, ni lento ni demasiado rapido, sin llamar demasiado la atención, hasta llegar a el garaje de Chiclé. Aunque es de ser buen educado no meter el coche directamente en un taller (es increible la cantidad de gilipollas que lo hacen y bajan de el pidiendo a gritos al jefe, como si estuvieran de parto, cuando seguramente se trata de un problema de chiclés, precisamente ...), yo metí el BMW sin miramientos. No estaba yo como para ponerle cara bonita a Chiclé. Ni el, por lo que observé, tampoco para ponermela a mi.
Bajé del coche sin perder su mirada de viejo cascarrabias. Sabia que se le avecinaba trabajo del duro. Era un vago de cojones, pero joder, tremendamente bueno en lo suyo. Si no fuera por lo perro que era, hubiera podido hacer carrera en el mundo profesional. Como uno que yo se...
- Hola Chiclé. Que te parece esta preciosidad? Le he hecho un par de rasguños, y juraria que me susurraba por el conducto de ventilación que queria venir a tu clinica. Diria que sabe que aqui podra ser atendido como es debido y en un absoluto contexto de privacidad e intimidad.