Se me ha ido un pelín la mano - piensa Arnau- . Esta claro des de un buen principio que Eduardo no esta dentro de mi circulo de confianza. Dado el SMS que recibí pensé que la cosa iba a mejorar, pero su indiferencia al verme me ha demostrado una vez mas su prepotencia entorpedecedora. Supongo que eso junto con la subida al burro del que paga, me ha hecho saltar.
Será cuestión de evitarlo en un futuro. De momento, procuraré no darle la espalda e ir siempre detrás de el. Sigo sospechando de el, aunque ahora tengo mas curiosidad en observar si interpreta un papel, en cuyo caso seria un excelente actor, o es que realmente es asi de capullo, en cuyo caso seria un buen periodista en Cunia.
Y respecto a Conrad, ..., no lo se todavia. Ese caracter tan reservado a veces me hace saltar alguna alarma de baja sonoridad. Ademas esta el tema que me salvo la vida, aunque soy plenamente consciente que se la jugo sabiendo que si fallaba tampoco se perdia gran cosa. Seguiré haciendome su mayor fan de momento.
Os citáis en el opulento barrio de Saboya. Eduardo os da la dirección y cada cual regresa a su vehículo para encaminarse al lugar propuesto por el periodista.
Con Arnau no tardais en separaros, luego Conrad y Eduardo regresan al puerto, donde tienen los coches.
Sí queréis hacer algo antes de montaros en los coches, o compartir automóvil o cualquier otra cosa, ahora es momento de explicarlo. De lo contrario entenderé qué cada cual va en su propio carro.
Está noche, salvo fuerza mayor, os abriré la escena del restaurante en Saboya.