Partida Rol por web

Intentando olvidar la mezcla de enfado y frustración que te ha supuesto la jugarreta de Pablo, la moto te despeja las ideas y crees que quizá sea mejor, pues los asuntos familiares son asuntos familiares y, mal que te pese, no eres de la familia a pesar de haberte sentido parte de ella en más de una ocasión.

También es cierto que últimamente no tenías el mismo contacto con todos ellos que cuando trabajabas para Zafra, pero tú aun los sientes como gente muy cercana. Por lo menos son familia de Zafra, que para ti ha sido y será alguien que te ha marcado en tu vida. Alguien por quien estás dispuesta a ir más allá de lo razonable.

Pensando en todo esto, llegas al lugar acordado.

Estoy rozando la histeria. Por una vez me gustaría ser de esas personas que se toman un cigarrillo y se relajan.
De alguna manera tengo miego de que Sento forme parte del complot. Ya no sé qué pensar ni de quién desconfiar.
Inspiro hondo, bajo las manos como quitándome de encima un chubasquero de tensión y me dirijo con decisión a la puerta para tomar una coca-cola.
Luego lo pienso mejor. Me apoyo en la fachada y me como la galleta que me queda con deleite, saboreando cada pepita de chocolate con placer. Me paso la lengua por los labios, me pongo crema de cacao y entro.
de cacao y entro.

Al entrar, te recibe un local casi vacío.

Tras la barra está el camarero rellenando las cámaras con botellas de cerveza. En una mesa, hay dos tipos charlando animadamente con un par de pintas de cervezas a medio tomar entre ambos. Por lo demás, el lugar está desierto. Teniendo en cuenta las horas que son, no es de esperar encontrar un pub irlandés lleno.

Por lo que parece, Sento aun no ha llegado.

Al entrar, ni el camarero, que está de espaldas a la puerta, ni los que están hablando, que están en una mesa alejada, parecen haberse percatado de tu presencia.

Me acerco al camarero Podría ponerme una cocacola light, por favor? Gracias. Me Siento en el sitio mejor iluminado que encuentro y busco un periódico con todas las esperanzas del mundo de conseguir entretenerme hasta que llegue Sento.

¡Oh, Dios mío, Sento! ¡¡Llega de una vez!! No puedo esperar más. Todos mis métodos para combatir el estrés fracasan estrepitosamente y me da la sensación de que se me va a salir el corazón por la boca. Todo lo que ha pasado hoy supera con creces cualquier estrés que haya pasado. El intento de homicidio, el acoso por parte de Armero que ha hundido mi única oportunidad de mínimo relax y de poner las ides en orden...
Esto hace mucho que se nos escapó de las manos, pero no podemos dejarlo así. No abandonaré a Ramón. ¡Ni hablar!

Cuando ya no sabías si permanecer más en aquel lugar o salir a la calle, para apaciguar tus nervios caminando arriba y abajo por la acera, entra la familiar cara de Sento por la puerta.

El policía parpadea un par de veces mientras sus ojos se acostumbran a la tenue iluminación del local. Se acerca a la barra y saluda con familiaridad al camarero, le pide "lo de siempre" y se acerca a tu mesa.

- Hola Joan. - Te saluda mientras se sienta frente a ti. - Ha sido un día largo. ¿Cómo estás?

Su gesto es severo. Nunca ha sido un hombre dado a grandes sonrisas pero, de una forma casi imperceptible, su seriedad ha adquirido un grado de profundidad superior a la acostumbrada.

Estoy... Nerviosa, Sento, nerviosa. En ningún momnto pensé que Sento se huibera suicidado, la verdad, pero tampoco que intentarían matarme. Desde que hablé contigo no he hecho nada más que esperar a que volviéramos a habalr tranquilamente y me dijeras si sabes qué está pasando.

Inspiro hondo para intentar hablar más despacio. Trago salivay me derramo como un jarrón roto.
Me da miedo coger la moto por si ese desalmado me arrolla con su coche a un descuido
Trago salivadde nuevo y noto como me caen las lagrimas por los carrillos.

- Tranquilízate, Joan - La voz del experimentado policía suena conciliadora y, de alguna forma, te reconforta. - Cuéntame qué sucedió. ¿De qué desalmado hablas?

Su mirada parece limpia y sincera. De alguna forma te sientes una tonta por haber dudado antes de él. De si podría estar compinchado de alguna forma con aquellos salvajes. Con los hombres de Monzón.

No quiero parecerte hosca Digo algo más serena Pero preferiría que tú me habalaras primero de lo que sabes porque lo que yo puedo ofrecer no es muy útil, pero en fin... Suspiro. Estoy agoada y estresada y sólo deseo algo de claridad que espero éñ pueda ofrecerme.

Yo recuerdo que entraron 2 tipos a la oficina de Ramón forzando la puerta y con toda probabilidad armados, que cuando la cosa se ponía fea y Armero y yo nos escapamos por el balcón llegó Arnau, que se oyeron tiros (lo siento pero no recuerdo cuántos ni sé distinguirlos) y que vi salir a un tipo flaco de pelo castaño largo ondulado en una coleta y de aspecto descuidado y le hice fotos. Luego ese mismo hombre apareció con un Citroën Saxo azul plateado e intentó atropellarnos con el coche subiéndose a la acera y llevándose por delante la moto de Negro en el proceso.

- Arnau, negro, Armero... Supongo que son los tipos con los que estabas esta mañana en el Campus Médico.

Te mira inquisitivamente antes de contar él su parte.

- Escuché el aviso del tiroteo en la oficina de zafra, así que decidí acudir por mi cuenta. Cuando llegaba con el coche vi a uno de aquellos tipos que decías marchandose del lugar. Creo que era conrad, si recuerdo bien los nombres cuando se presentaron. Al llegar ali todas las unidades, nos encontramos dos fiambres en la oficina de Zafra. Un tal Juan Ravuelta, con un tiro en la cara, y un tal Tomás nosequé, al que le habían abierta la cabeza con un objeto contundente. además estaba la moto de un chaval tirada ppr el suelo y signos de un accidente, pero ni rastro del coche. Ppr lo que ha dicho la científica de los restos de pintura de coche en la pared de la fachada dw enfrentw, sería un azul metalizado. Ahora estaban comprobando los fabricantes de la pintura para sacar el modelo, pero por lo que me dices, era un citroen saxo.

En estas el camarero le trae a sento lo que le ha pedido.

Pues esos restos de pintura y la moto accidentada son consecuencia de un intento de homicido que me gustaría denunciar, si este asunto llega a resolverse, pero nunca antes. Espero que lo de la marca os sirva de ayuda para localizarlo antes porque al parece fue el único agresor que salió vivo de allí.

la policía ya no piensa en suicidio, ¿no?

Te mira gravemente y se revuelve en su asiento, para acabar diciéndote en un susurro:

- A la policía no le ha dado la gana de relacionar una cosa con otra. Te voy a hablar claro. Cunia es una ciudad con muchos casos, muchos de ellos complicados y con derivaciones políticas. Esto de Ramón, tiene demasiada pinta de suicidio como para que alguien se moleste en intentar desvelar lo contrario. Es un suicidio creíble, así que no rascarán más el asunto si no es que acaba por aparecer alguna prueba contundente para reabrir el caso, pero en cuanto reciban el informe de la autopsia, lo cerrarán.

Te mira con firmeza

- Por lo demás, podrían concluir que lo de la oficina ha sido un asalto oportunista, quizá un enfrentamiento entre bandas ocupas o algo así. Pero esto no lo cerrarán tan rápido. Hay dos fiambres, que no se han suicidado, precisamente, así que esto no se lo pueden tomar a la ligera. Necesitarán un culpable.

Sale de mi boca un murmullo casi inaudible, algo histérico ¿Y piensan en nosotros? El terror se refleja en mi mirada. ¿Cuál crees que sería la actitud más segura? ¿Crees que debería hacer mi denuncia por intento de homicidio? ¿Sabe alguien además de ti mismo que yo estuve allí? Porque mis huellas están desde siempre en ese lugar y no me comprometen nada.
Pero vuelvo a centrarme y ponerme seria. ¿Una prueba como qué?

- Están investigando quién puede haber sido. Ha tomado las huellas de toda la maldita oficina, así que es cuestión de tiempo que alguno de vuestros nombres salga a la luz... supongo.

Te toma la mano, con confianza, como lo haría un padre con una hija que necesita de consuelo.

- Evidentemente, yo no he dicho ni una palabra de esto. No puedo mentir ante una pregunta directa, por que entonces me la juego, pero aun no he tenido que hacerlo y prefiero no tener que hacerlo. Así que voy a apartarme de este caso pero ya. Esto es lo que quería contarte.

Cuando preguntas por el tipo de prueba, Sento responde:

- Si el suicidio no fue tal, pero está bien simulado y no hay indicios de otra cosa, la única prueba que podría reabrir el caso es presentar un móvil. Si conseguís encontrar el motivo y la oportunidad de quien se ha cargado a Zafra de esta forma y dais con alguna prueba de ello, entonces no quedará más remedio que reabrirlo, por mucha pereza que le de al funcionario de turno... Sobretodo si trasciende algo de eso a la prensa, claro.

Luego concluye categóricamente:

- Pero debéis tener algo sólido. Si vais por ahí con el cuento sin tener alguna buena prueba, os tomarán por chalados y nunca más os tendrán en cuenta.

Gracias Digo fundiéndome cn la silla.

- Siento no poder ser de más ayuda, Joan, de verdad. Pero este asunto huele muy mal. Si vas a seguir con él, toma todas las precauciones posibles. Si alguien se ha tomado tantas molestias para acabar con Zafra, no tendrá escrúpulos ni miramientos con nadie que pueda presentar una amenaza.

Te mira con gravedad.

- Si me entero de lo más mínimo, te llamaré.

Diciendo esto, se acaba su comsumición de un trago y se pone en pié, va a la barra y le pide la cuenta al camarero.

Algo no te cuadra, pero no sabes muy bien qué es. Le ves irse. Sabes que hay algo de lo que ha dicho que es importante, seguramente lo referido al tráfico de influencia.
Llamo a Arnaua a ver qué hace.

Seleccionas el teléfono de Arnau en tu terminal y le llamas, sin moverte de la mesa. Todo mientras ves a Sento desaparecer por la puerta sin mirar atrás.