Como si la caprichosa mano del destino se aflojase sobre ella, Khaila encontró renovadas fuerzas para tirar hacia afuera...
Repite tirada.
Motivo: repito tirada o.o
Tirada: 1d20
Resultado: 11(+11)=22
Motivo: Presa Oso búho
Tirada: 1d20
Dificultad: 22+
Resultado: 6(+15)=21 (Fracaso)
Khaila respiró profundamente, cerrando por un momento los ojos e intentando controlar el miedo que empezaba a abrasarla por dentro. Contó hasta tres y volvió a abrir los ojos. De un bandazo consiguió liberarse una vez más de las garras del monstruo y volvió a prepararse para un nuevo envite. Tenía que acabar cuanto antes con aquella criatura. Las heridas le dolían muchísimo y no creía poder aguantar mucho más...
Quizás esa misma desesperación le ofrece esas fuerzas, esa chispa, esa velocidad que necesita a la joven Khaila para colocar su espada de modo que bloquee todos los envites de la fiera... Khaila no le da reposo y a cada intento de desgarrarla, ella gira y baila con la criatura, ignorando la sangre que brota por un lado de su cara, por el mordisco de hace un rato... Khaila empieza a superarla...
Los soldados no pueden reprimir su entusiasmo y rodeando la criatura, ofrecen lo que pueden para ayudar a la dorada heroína.
Motivo: Garrazo 1
Tirada: 1d20
Dificultad: 22+
Resultado: 4(+10)=14 (Fracaso)
Motivo: Garrazo 2
Tirada: 1d20
Dificultad: 22+
Resultado: 8(+10)=18 (Fracaso)
Motivo: Garrazo 2
Tirada: 1d20
Dificultad: 22+
Resultado: 6(+4)=10 (Fracaso)
Motivo: Soldado 1 - Ayuda Ataque
Tirada: 1d20
Dificultad: 10+
Resultado: 12(+3)=15 (Exito)
Motivo: Soldado 2 - Ayuda Defensa
Tirada: 1d20
Dificultad: 10+
Resultado: 16(+3)=19 (Exito)
El último (antes de los soldados) no es Garrazo 2, sino Mordisco.
Los puntos de golpe siguen igual y nadie se mueve; tu turno.
La teniente apretó con fuerza los dientes. Asintió con un brusco movimiento de cabeza al ver los movimientos de los guardias y aprovechó la ventaja que le ofrecían para descargar un potente espadazo al oso búho.
La criatura dio un par de bandazos y acabó desplomándose en el suelo. Khaila se apoyó en la pared que había a su espalda mientras recuperaba el aliento. Levantó la mirada y una sonrisa se formó en sus labios. Sonrisa que se transformó en mueca al moverse y sentir un fuerte latigazo de dolor en su costado.
- Era duro... - Comentó, mirando a los jóvenes guardias. - Habéis sido muy valientes... Gracias... - Se apartó un mechón de rubio cabello que caía sobre sus ojos y se irguió, llevando una mano al costado.
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Dificultad: 15+
Resultado: 10(+12)=22 (Exito)
Motivo: Daño
Tirada: 2d6
Resultado: 9(+15)=24
Khaila - Daño 35
Oso búho - Daño 67
Resumen...
Con gran dificultad y llena de heridas serias, Khaila supo aprovechar la inteligencia y el trabajo en grupo, derrotando así al monstruo venido quién sabe de dónde. Ya tenía sus ideas, pues siempre estaba al corriente de todo; pero en ese momento, lo primero eran los jóvenes que le habían ayudado y las personas que se encontraban al otro lado de la puerta del fondo.
Tras unas vergonzosas invitaciones para un futuro, en el que pudiesen quedar, los guardias se reunieron con el resto, probablemente ganando el resto de la noche libre. Khaila? Khaila ganó un par de enormes piezas de vacuno de la agradecida pareja de carniceros... y una gran cantidad de dolorosas heridas, que, con el frío de la oscura noche, se fueron volviendo más evidentes, conforme la adrenalina desaparecía y volvía a su Distrito en silenciosa soledad.
Tras los agradecimientos de los carniceros y las promesas de portarle la carne en cuanto pudieran, Khaila pudo despedirse de la Guardia de la ciudad. Algunos se quedaron para investigar; otros esperando a que llegase alguien para llevarse el cadáver de la criatura. Otros habían dejado sus puestos por la urgencia y corrían a compensar la anomalía. Los dos jóvenes, Karl y Jonah, se fueron con admiración en sus ojos y con la emoción de haber llevado a cabo una enorme hazaña... Nunca lo olvidarían, desde luego.
Khaila, bastante destrozada, tuvo que aceptar un apaño de vendaje antes de irse, que le cubriese la frente y parte del pelo... La sangre brotaba profusamente pero así se mantendría mejor hasta poder ver a alguien. Tan sólo estaba a escasos 10 minutos de su destino...
...desde una rama un cuervo graznó, como divertido, mientras las fuerzas iban abandonando a la rubia Teniente, justo antes de echar a volar...
Cuando por fin se quedó sola, Khaila miró hacia el cielo con un ligero fruncimiento de ceño. Volvía a llover y hacía frío. Las gotas de lluvia resbalaban por su armadura, mezclándose con la sangre que había empezado a secarse sobre ésta. Se colaba entre las pequeñas rendijas que había en las articulaciones, hechas para poder moverse, y la iba calando por dentro.
Empezó a caminar con pasos lentos. El vendaje que le habían hecho en la frente se estaba empapando. La joven gruñó y, en un gesto automático, apartó los mechones rubios que caían por delante de sus ojos.
Escuchó un graznido y su mirada afilada se dirigió hacia uno de los árboles que bordeaban el camino. Vio un cuervo que emprendía el vuelo. Malditos bichos... Le siguió con la mirada hasta verlo desaparecer tras unos edificios. Ella siempre había estado en contra del poder que ejercían en la ciudad los "cuervos negros" nunca le habían gustado sus artimañas ni sus secretismos.
Continuó caminando, pensando en el combate que acababa de tener. Entonces recordó algo y se detuvo, volviendo a levantar la mirada y buscando algo que ya no debía estar allí. ¿Será posible...? En su momento de flaqueza había sentido un impulso en su interior. Unas fuerzas que no sabía de dónde venían y gracias a ellas pudo derrotar a la criatura. No... No puede ser... Por su cabeza pasó la posibilidad de que alguien la hubiera ayudado desde fuera. Había sentido algo, pero no sabía exactamente el qué... Lo más seguro que fuera su fuerza de voluntad la que no había flaqueado... Arrugó ligeramente la nariz y continuó caminando hacia el cuartel.
Pensó en los jóvenes que había enviado a investigar los sucesos en el Distrito Exterior. Todavía no habían regresado... A excepción de Shaon, claro. A Khaila no le había gustado nada la actitud de la pelirroja. Había querido darle una oportunidad por petición de Rott, por eso la escogió para ir con el grupo que quería formar. Él veía mucho potencial en la joven y estaba convencido de que sería muy útil. Pero no tiene la actitud que debería tener... La teniente había dado orden de que no la dejaran salir de la ciudad y la detuvieran. Se había comprometido con el ejército y tenía que dar ejemplo ante los demás soldados. No podía dejarla ir sin más, tenía que enseñarles que el ejército era un modo de vida...
Ya llegaba a su destino y la idea de un buen trago que calentara su estómago empezó a hacerse atractiva. La noche era larga y sus heridas, profundas...