Celda 6 - Candy, El Blanco y La Rusa

-Privet -saludó Tanya a sus extraños compañeros de celda.

El Blanco se sorprendió bastante por los sucesos acontecidos antes de que los reclusos ocupasen sus celdas. No esperaba que hubiesen tres asesinatos de improviso, menos aún que uno de ellos fuese uno de los traidores a los que trataban identificar, por lo que a pesar de las muertes del nazi cazador y del simple recluso, no era una mala estadística. 

- Hola - saludó el hombre cordialmente, dirigiéndose a las dos mujeres que compartirían celda con él. Era la primera vez que compartía celda con una joven tan atractiva como la rusa, por lo que en parte se sentía un tanto cortado para entablar conversación. Esto... Confío en que nos llevemos bien y que colaboremos para tratar de encontrar a los traidores. ¿Tenéis alguna corazonada al respecto? - intentó romper el hielo y escuchar los puntos de vista de ambas. Supongo que aún es temprano para hacernos una idea general, pero al menos creo tener identificados a dos inocentes. Según la lista, Michael Rogers debe de ser quién tiene el rol del kaiser en este macabro juego que nos han impuesto, dado que votó doble. Y aunque no lo pueda asegurar, creo que Alfred podría ser el pacifista... Identificó con éxito que el traidor mentía, y eso puede deberse a que lo eligió para saber su condición. ¿Qué opináis? Me gustaría que colaborásemos entre nosotros... No tengo la certeza de que seáis inocentes al igual que vosotras no la tenéis de mí, pero por algo hay que empezar...

No sabía si compartirían apreciaciones o simplemente querrían descansar, pero al menos lo intentaría. 

-¿Corrazonada? No, no tengo ninguna. Voté a Bernard Jones porque cumplía mi perfil de hablarr mucho y decirr poco. Tampoco erra el único, le elegí más por intuición que otra cosa -se encogió de hombros- Creo que tienes razón sobre Michael Rogers, en él se puede confiarr. Con Al no estoy tan segurra, perro me hace gracia. Si es inocente, mejorr. Así podrré escuchar más de sus...err..parridas.

Candy entró en la celda como si estuviera entrando en el Gran Salón del palacio. Se sentó en una cama y miró una vez más su espejo.

- Bonito lugar, podremos hacer una buena fiesta de té aquí.

- Nos faltan pastas, el mayordomo no ha debido ir a comprarlos - lamentó con una fina voz antes de dejar el espejo sobre la cama y mirar a sus compañeros con una dulce y a la vez aterradora sonrisa - buenas noches, señores, soy la encantadora Candy. No sé nada sobre traidores, pero una conversación siempre es más agradable con una tacita de té, ¿gustan de una? - dijo ofreciendo una excelente y aromática taza de té imaginaria - lo siento, nos hemos quedado sin pastas.

Buscó entre las mantas con tristeza.

- Yo voté por el señor Nazi, era bastante desagradable. Por alguna razón, tampoco me gusta mucho la señorita Alexandra.

El Blanco se frotó su barba poblada escuchando con atención a la atractiva rusa y meditando sus palabras, que pese a su peculiar acento extranjero, hablaba bastante fluido y correcto en inglés norteamericano. En verdad Bernard lucía un tanto sospechoso, siendo muy correcto en formas y hablando muy poco, pero era demasiado pronto para saber su condición, por lo que al igual que su voto, no eran más que intuiciones.

- Yo base mi voto en que el nazi me parecía demasiado desagradable, prepotente y un mentiroso. Afirmó saber la condición de dos reclusos y que otros tres sabían la suya, y sinceramente, tenía mis dudas. - reveló con sinceridad mientras prestaba atención a la vieja mujer que acababa de entrar a la celda, la cual se miraba al espejo sumida en sus pensamientos. Al ver los recientes acontecimientos, me siento confuso. No esperaba que su diatriba fuese cierta,... Al parecer era uno de los dos enamorados, por lo que ninguno mentía en verdad y ambos sabían la condición del otro. La parte positiva es que eran un grupo aparte aliado, con un traidor entre ellos, buscando el fin del resto, así que no ha sido tan malo el resultado...

La vieja señora apodada Candy les ofreció entonces una taza de té imaginario y se unió a la conversación, y el hombre quedó dubitativo en como debía actuar, ¿Era simple demencia senil o tenía algún transtorno preocupante? En verdad no dudaba de que le faltase un riego dada su edad, pero a veces la gente aparentemente más distraída y bonachona podía ocultar fingir una falsa enfermedad, siendo en verdad una identidad perturbadora y peligrosa. ¿Debería cuidarse aquella noche de dormir con un ojo abierto?

- Esto... Por supuesto, señora Candy. Aceptaré su tasa de té con gusto, jeje. - sonrió y respondió lo más amablemente posible, con cierto repelús que le fue difícil disimular, pero terminanado por hacerse a la idea de que la mujer probablemente era honesta y uno de los inocentes. De hecho, había tenido su mismo criterio al votar, y eso le agradó. También hizo valer sus sospechas frente a la tal Alexandra, la rubia de rostro angelical si no le fallaba la memoria, y quiso saber las razones de aquello. ¿Alexandra? ¿Qué le hace sospechar de ella? ¿Es solo simple intuición o hay algo que le mueve a ello? A mí me parecen sospechosos tres reclusos, aunque con nada para apoyar mis intuiciones ... "Ashley, Tiff y El "Garbanzo".

DULCES SUEÑOS, DULCES MUERTES...

Mientras se podían suceder las charlas, de repente, la "CELDA 6" se abre muy ocasionalmente para dar paso a uno de los guardias, que llega custodiado por tres guardias más, más armados si cabe. Se trata de "Big Hadrian", y es el responsable número uno de los perros de Trafford, y quien en principio no viene a matar a ninguno de los reclusos que ocupan esta celda (en principio).

El hombre trae una tablet bastante sencilla, y la intención de mostrar a los tres reclusos el contenido de la misma, tres grabaciones recientes. Y son mudas, pero bastante gráficas - Pensabais que os ibais a librar de esto, eh?

Secuencia Puerta 1 - John C. Lester Jr La primera toma de secuencias muestra como dos guardas llevan a al nazi a rastras, uno de cada pie, y tras haberlo reducido con tasers y apaleado lo suyo, el cabronazo supremacista todavía está consciente... e incluso escupe media sonrisa. La siguiente toma ya muestra al Psicologo del centro (Thiery Pierre) tomando notas, y dando la orden de que "aten" al nazi en la camilla. Los guardias proceden...  Durante los siguientes segundos los guardas tiran a JC Lester sobre la camilla, lo atan, y le ponen una especie de casco de ondas. Y aquií, pues, es donde comienza un show de convulsiones, fuerte electroshock y apuntes que duran unas cinco o seis rondas, y que pareciesen indicar que nuestro "querido" John C. Lester Jr está a punto de convertirse, definitivamente, en un vegetal....  - La versión oficial (gracias a Travis Pelier) dirá que Lester se dio un golpe en la cabeza tras una caída por las escaleras del centro. Menudo gilipollas el supremacista blanco este... - añade Big Hadrian mientras terminan las últimas imagenes

 

Secuencia Puerta 3 - Darwin Tremor En la secuencia que ofrece las imagenes tras la puerta número 3 podemos ver como Darwin Tremor es arrastrado prácticamente insconsciente, hasta que la cámara cambia de plano. Ahora vemos como tumban al delgado tartaja sobre una camilla donde lo atan de brazos, rodillas, muñecas y también tobillos. Una enfermera le corta el traje de recluso de uno de sus brazos, mientras otra lo abofetea deliberadamente para despertarlo. Y para cuando Darwin pareciese abrir ligeramente los ojos, aparece en escena el Doctor del centro, Dan Gonzalves. El tartamudo eleva cuanto puede la cabeza para ver como, sin más dilación, le están aplicando la Inyección letal.  Esto nos deja imaginar que sus venas arden los nueve circulos del infierno desde el brazo como punto de partida hacia pies y cabeza. La grabación muestra como el Darwin muere retorciéndose con todas las venas del cuerpo hinchadas durante 122 segundos de agonía; y siempre antes de soltar el alma por la boca, en forma de sangre... - Todas las versiones oficiales dirán que la muerte de este retrasado mental murió por paro cardíaco. Suicidio por exceso de barbitúricos filtrados desde el patio hasta su propia celda. Fácil... - añade el hombre de Trafford, nuevamente.

 

Secuencia Puerta 4 - Andreas Colonomos  En la toma de la puerta número 4 se puede ver como Andreas fue arrastrado por su carisma natural (pero también por los rudos y desagradables guardias) hasta un exterior oscuro y bastante extenso. Allí donde lo golpearon, patearon y aporrearon mientras éste se cubría en posición fetal, a duras penas... Y en algún momento, se retiran.  Pero no tendría tiempo para absolutamente nada, ni para ponerse en pie, ya que allí le esperaban nada más y nada menos que tres terroríficas mandíbulas impacientes, las cuales sueltan a tan solo unos metros. En la grabación se ve como estos dopados perros de raza Pinscher Doberman de unos 50 KG y casi 78cm trincan al Hacker griego para empezar desgarrando y zarandeando allí por donde pasan sus colmillos como si de un peluche se tratase. Y entre otras atrocidades, el suelo se tiñó en sangre. Hacia el final de la grabación aparecen las cocineras, entre ellas la señorita Baddy Coleman, con seis cubos de fregonas mientras los guardas arrastran el cadáver del informático... - No os preocupéis, las versiones oficiales dirán que este pedazo de mierda trató de escapar por las alambradas de seguridad de los muros del patio número uno, enganchándose y enmarañando su cuerpo aparatosamente mientras trataba de atravesarlas a toda costa. Je... para terminar mal-cayendo desde una altura de 15 metros y partirse el cuello. - Porque sí, en efecto, la propia unidad de perros le partió el cuello al Hacker - dice orgulloso...

Seguid con lo vuestro - dice una vez cumplido su cometido, para volver a retirarse.

Candy seguía sirviendo el té mientras acomodaba su ropa con exagerada elegancia.

- Podríamos decir que también es cosa de la intuición, señor Blanco, algo en su actitud no me gusta - respondió con voz suave y amable.

FIN DE LA NOCHE 1

Candy, El Blanco, y La Rusa

Al finalizar el día y dar comienzo la segunda noche, todos los reclusos fueron trasladados nuevamente a sus celdas bajo la atenta mirada de los guardias, y nada más entrar en aquel estrecho habitáculo, se acercó a su incómodo camastro y se tumbó un tanto abatido. Había sido un día horrible, en el que habían perdido a varios reclusos inocentes, entre ellos el pacifista y la navajera. El hombre se sentía un tanto decepcionado consigo mismo por haber errado en sus apreciaciones, pero no entendía como el tarado del sombrero podía haber estado mintiendo a diestra y siniestra. ¿Podían si quiera confiar en que sus últimas palabras tuvieran si quiera valor real? Joder, incluso le había acusado a él de ser un traidor, se había ganado el voto a pulso.

Con cierta rábia dio un puñetazo contra la pared, y al ver que las mujeres le miraban, se disculpó por su acción.

- Lo siento, estoy bastante molesto con todo lo ocurrido durante el día. - sentenció siendo honesto consigo mismo. Si el tarado no hubiese estado mintiendo y acusando como un bellaco en todo momento, podríamos ahora mismo contar con una ventaja increíble... Pero ahora mismo, hasta tengo dudas de que su afirmación de que el Kaiser sea un traidor reconvertido sea real. ¿Qué opinión tenéis al respecto de todo esto?

Entonces el barbudo hizo como si sacara un bote de galletas imaginarias, lo abría desenroscándolo, y se lo tendía a la vieja Candy, para terminar diciendo.

- Le he traído unas galletas, creo que combinarán bien con su exquisito té. ¿Le importa servirme una taza? - enunció convencido como si aquello fuese real y desease que la vieja mujer le sirviese una taza. Podríais quizá, mientras tomamos el té, responderme a una pregunta que tengo en mente... Si fueseis el perro viejo y ahora mismo, esta misma noche, pudieseis determinar la condición de alguien, ¿a quién trataríais de identificar? 

DULCES SUEÑOS, DULCES MUERTES...

Nueva ronda de violencia gratuita en Santa Crystal, en la que Big Hadrian, todo un cabronazo, vuelve con su tablet a mostrar las grabaciones de la última ejecución. Obviamente no viene solo, aunque sí se da los aires de entrar solo.

Una vez abre y pone un pie dentro de la misma, ladea media sonrisa...
- Eh, vosotros tres, gilipollas, mirad esto...

Secuencia Puerta 1 - Alfred Tinfoil Olive La primera toma de secuencias muestra como uno de los tres guardas dispuestos se lleva al viejo aturdido por un pasillo. La siguiente toma, con la camara girando lentamente hacia la derecha, ya muestra al Psícologo del centro (Thiery Pierre) tomando notas de espaldas, y tan solo girándose cuando meten al viejo Al en la sala, cual saco de patatas. Para entonces se da la orden de que aten al anciano en la camilla, y se aprecia que está confundido por el par de porrazos que le acaban de meter en el cráneo, pero todavía así sus expresiones denotan que trata de balbucear a través del esparadrapo. El guardia procede a dejarlo sobre la camilla, mientras los otros dos se disponen a ajustarle los cinturones. Y durante los siguientes segundos el propio psicólogo le quita el esparadrapo para comenzar y terminar lo que sería un último pequeño cruce de palabras entre ambos. Acto seguido, le ponen a Al esa especie de casco que tapa sus ojos (se notan gestos de "callate" "SHHH" "Cierra el puto pico" en los guardas), casco que fue diseñado para apuntar directamente a sus sienes. Y aquí, pues, es donde comienza un show de convulsiones y apuntes por parte del personal que dura unas cinco o seis tomas de electrocutazos cerebrales, con una duración de entre unos 7 y 15 segundos, tan fuertes, crueles y desmedidos, que para cuando terminan la sesión Al ya no es Al, es "algo" que está soltando baba... - La versión oficial dirá que el viejo se resbaló en las duchas y logró el culmen de quedarse más tonto de lo que estaba, el muy hijo de perra. Es lo que tiene aboyarse la cabeza contra una llave de agua. En fin... una broza menos en Santa Crystal, eh? - añade mientras terminan las últimas imágenes.

Y por segunda noche consecutiva, Big Hadrian comienza a retirarse, ignorando lo que estuviesen hablando e ignorando lo que pudiesen decirle mientras se larga a la siguiente celda.

- Seguid con lo vuestro.

-Sí, desde luego ha sido un día desaforrtunado. Crreo que Alfred sí usó su poder contrra el Kaiser. Aún así, viendo lo caótico que ha sido todo, si fuerra perro viejo querría comprobar si el kaiser es, efectivamente, el convertido. Parra tenerr algo donde agarrarnos mañana. ¿Qué harrías tú?

El Blanco asintió ante la respuesta que ofreció Tanya complacido, él había llegado a la misma conclusión y le parecía el recluso más indicado para identificar. Si lograban confirmar con toda seguridad que el Kaiser, Michael Rogers, en verdad había sido reclutado por los traidores, no solo caería él, si no que se confirmaría que La Bestia habría mentido descaradamente con el tema de recibir una invitación por parte de los traidores, y que por ende, era otro traidor seguro al 100%. 

El principal problema que veía el Blanco era que la mayoría de reclusos inocentes con roles importantes que podían intervenir habían caído, y que casi con total probabilidad, aunque el perro viejo identificara durante la noche la verdadera condición de Michael, confirmando si se había convertido en un traidor o no, no querría exponerse y revelar lo que sabía. Es por ello que rápidamente respondió a la rusa.

- Coincido contigo que la mejor opción para los inocentes sería revelar si Michael Rogers fue reclutado o no por los traidores, tal y como afirmó Alfred. No obstante, supongamos que el perro viejo deseara investigarle esta noche pero que aunque descubriese la verdad, temiese exponerse durante el día de mañana, fundamentalmente para no ser el objetivo de los traidores y ser eliminado, ya sea mediante una votación en masa en su contra por su parte, o más probablemente, eliminado durante la siguiente noche.¿Creéis que debería exponerse y revelar lo que hubiese descubierto, aunque irremediablemente termine siendo el próximo objetivo? - les hizo partícipes de sus pensamientos a las dos mujeres, pero aún añadió más. Ahora mismo, cualquiera que haya prestado atención, podría deducir que el pequeño Tom es el recluso de apoyo, el protector, y a mi parecer, es el que más papeletas tendría esta noche de ser asesinado por los traidores, espero equivocarme. Si el perro viejo se expone y es identificado mañana, nadie podrá evitar que la próxima noche sea eliminado. ¿Creéis que querría exponerse mañana? Lo dudo bastante...

El hombre continuó meditando durante unos segundos y se disponia a hablar nuevamente, cuando uno de los guardias accedió al habitáculo y les enseñó en una tablet como el tarado del sombrero de aluminio era torturado hasta la muerte a base de electroshocks, con lo que todavía se sintió más apesadumbrado. Cuando terminaron de ver aquel infame video en directo y se marchó, el Blanco volvió a intervenir.

- Con esto podemos dar por hecho que el único recluso que podía tirar de contactos para evitar esta barbarie y salvar al pacifista no ha hecho uso de su influencia, lo que nos deja en una situación más comprometida aún que hace unos segundos. - lamentó el hombre mientras se rascaba el cabello de la cabeza empezando a desesperarse. Levanto la mirada a las féminas y volvió a hablar. Supongamos que el perro viejo estuviese ahora mismo en su celda y hubiese considerado que los dos reclusos que hay junto a él son inocentes. ¿Creéis que revelaría su rol para buscar un par de aliados con los que poder confiar plenamente? ¿Sería algo descabellado que les pidiese allí mismo, y en ese instante, que sus dos compañeros de celda eligiesen a quién investigar para que pudiesen confirmar que no miente y que en verdad es el perro viejo? De ser uno de ellos el Hooligan, ¿Potenciaría sus poderes para identificar a otro culpable? Hablamos de supuestos, claro está...

Candy sonrió al Blanco y cogió las galletas imaginarias para dejarlas en una pequeña mesita.

- Oh, cielos, muy amable de su parte, creo que irán muy bien con el té. En un momento le sirvo una buena taza - la mujer se atareó unos instantes preparando unas tazas de té que colocó en la mesa - adelante, caballero y joven dama, el de hoy es un exquisito té de loto - tomó un sorbo y atendió con finos modales a las preguntas del hombre - sobre el kaiser no tengo mucha idea, supongo que con todo lo que puntualizó ese punto será verdad. Posiblemente mañana vote por él. Una lástima que estuviera tan loco y dijera tantas al azar, si se hubiera centrado en lo que sabía y hubiera dado datos precisos y ciertos no hubiera encontrado semejante final. 

Mientras los carceleros les enseñaban el macabro espectáculo, la mujer tan sólo miró con una amable y tétrica sonrisa. Después, dio otro sorbo y respondió a la siguiente pregunta.

- Si hay algo que me llama la atención es que a la única mujer que ha acusado Alfred es la misma de la que sospechaba yo ayer,  la señorita Alexandra. Si tuviera que investigar a alguien investigaría a dicha dama o al señor Juan, o en su defecto, el Kaiser como bien habéis dicho. Respecto a revelar, el perro siempre puede usar un recluso normal para dar a conocer su investigación. Tan sólo tendría que decirle lo que ha descubierto con una palabra clave.

- Después de todo aún te quedan más de 50 años de cárcel, ¿eh amiga? - se rió de ella su reflejo.

Por todo lo aportado y dicho durante los dos días, el hombre estaba convencido de que la rusa era inocente, de quién no lo tenía tan claro era de la vieja Candy, la cual era todo un enigma. Llegados a este punto había decidido arriesgar a revelar suelo en secreto, no sin antes cerciorarse que la vieja era inocente, por lo que hizo uso de su don.

- Al final he decidido arriesgarme con vosotras y revelar mi rol. Soy el perro viejo, y bien podríais considerar que miento, por lo que a coste de desperdiciar esta noche pudiendo descubrir si el kaiser es un convertido o si La Bestia es culpable, he decidido investigar esta noche a la vieja Candy para saber si era una traidora o inocente y... - mantuvo el momento de tensión, para después respirar aliviado y comentar. He comprobado que la vieja Candy es inocente, una simple recluso corriente. 

No sabía si la mujer querría confirmar o no frente a Tanya si lo que decía era cierto, pero esperaba que sí para contar con dos aliadas. 

- Ya queda en manos de Candy declarar si es cierto o no lo que digo, según crea conveniente...aunque desearía que lo hiciese...

- ¿Vieja? ¿A quien está llamando vieja? - el reflejo miró indignado al Blanco. Incluso la mirada de Candy parecía tener un espasmódico tic. Sin embargo, asintió a las palabras del hombre.

- Confirmo sus palabras, mi encantadora persona es lastimosamente una simple reclusa - confirmó con una leve inclinación de cabeza - si mañana estamos aún vivos, puedo hacerme pasar por ti para que no te reveles.

-Esperra, ¿que? -Tanya parpadeó un par de veces- Ha sido un movimiento muy arriesgado. Yo podría ser una traidora y podrías caer mañana. Me alegra que confíes en mi. Deberríamos tratar de unirnos mañana. Personalmente irría a por el káiser. Siendo tres tendremos más fuerza

- Siento la incorrección, disculpe mis modales...- se lamentó el Blanco por haberle dicho vieja a la señor Candy. ...la joven y hermosa Candy. Le agradezco que sea sincera, y confío en que Tanya haga uso de su don en favor de los reclusos inocentes, tengo la impresión de que podría ser la Hooligan, aunque solo son conjeturas. Si, la verdad es que ha sido arriesgado por mi parte, pero consideré que era la mejor opción para poder seguir identificando objetivos... Me alegra no haberme equivocado con vosotras...

Candy sonrió satisfecha ante las palabras de ambos.

- Querida, no podría estar más de acuerdo - levantó su taza imaginaria para señalar a la rusa - unidos podremos conseguir salir antes de aquí y evitar que nos maten. Que así sea pues, votemos por Kaiser mañana, con lo acaecido hoy creo que será el más votado.